Capítulo 7
Luego de haber hablado con Anasui, Jotaro entraba a la casa sintiéndose extraño con lo sucedido hace unos momentos. ¿Aliarse con el joven de cabellos rosado? Era algo que le costaba creer y de algo que quizá consideraba simple o ¿No lo es?, y con lo que este le había propuesto pensaba en que no podría ser tan estúpido después de todo. Tal vez y lo subestimaba un poco.
-Jotaro – Le miró extrañada su exesposa viendo lo sucio y desalineado que se encontraba mientras le quitaba un par de ramitas. – ¿Te atacó un tornado?
-Algo así. – Le restó importancia no queriéndose ver obvio. – ¿Dónde está mi hija?
La mujer pudo responder, pero de inmediato calló y le observó no sabiendo si había escuchado bien. No había pasado por alto en cómo se le había referido a Jolyne, como a su hija. Aunque su cara le parecía más mortificada que "cariñosa" o neutral.
-Fue con Giorno por unos encargos que le pedí...
-¿Los mandaste ir solos? – Preguntó haciendo notar su incomodidad.
-Claro, ¿Tienes algún problema con eso? Jojo conoce bien el camino y además Giorno la acompaña. ¿Estás bien? Te noto un poco extraño – Le decía un tanto preocupada, pero Jotaro pensaba que esa no era la explicación que necesitaba. Sin embargo, trató de relajarse.
-No es nada, solo me preguntaba en dónde se encontraban– Volvió a aquel gesto como si no le importara. – Tengo que salir a buscar algo que necesi...
-Jotaro... - Interrumpió.
-¿Qué?
-¿Dónde están las cosas que te pedí? – Le dijo la mujer con los brazos cruzados viendo que este no tenia nada en las manos, y a decir verdad había tardado más de lo necesario cuando le había mandado a la cochera. Además de que se comportaba extraño y bastante sucio como si se hubiera revolcado en algún arbusto.
El hombre solo se giró hacia la salida yendo por lo que necesitaban sin decir nada.
-¿Pero qué les pasa a estos hoy?
Primero era Jolyne ansiosa por saber dónde estaba su padre, y ahora Jotaro.
...
-No es mucho en realidad. – Decía Jolyne revisando lo que comprarían en aquella lista que se madre le había dado. – Aunque debemos darnos prisa, mi madre es muy paciente, pero mi padre sí que llega a irritarse con este tipo de cosas.
Ambos jóvenes caminaban juntos rumbo a lo que parecía ser la plaza comercial. El rubio no estaba seguro, pero creía que no era la primera vez que recorría ese camino.
-Eso lo entiendo, pero jamás me imaginé que al señor Jotaro estuviera de acuerdo en una reunión como esta, pero lo comprendería si es familiar.
Jolyne paró en seco observándole avanzar un par de pasos para después reír ante la cara desorientada del rubio.
-Giorno, creí que conocías mejor a tu jefe. – Siguió caminando llegando a su paso de nuevo. – Él jamás accedería a algo como esto aun si es "familiar" – Enfatizó con los dedos. – Si no fuera por mi madre que como a ti y a mi lo tomó por sorpresa se habría negado. Son obvias las intenciones el de obligar a mi padre.
-¿Obligarlo para hacerte feliz? – Jolyne se sorprendió con un sonrojo como si la hubiesen descubierto.
-¿Qué quieres decir? – Dijo casi como si le reclamara volteando hacia otra dirección.
-¡Oh Jolyne, no tienes que apenarte!, tengo poco de conocerte y a diferencia del señor Jotaro, llegas a ser tan transparente en tus emociones y aunque no lo quieras así lo es para mí al menos. Hubieras visto la ilusión en tu cara cuando sugirieron el picnic. – Confesó mirándola con una sonrisa recordando lo linda que se veía en aquel momento. – ¿Tan importante es para ti?
Una ligera sonrisa apenada soltó la chica, pero luego suspiró viendo como este la miraba con un rostro sumamente tierno. Era un asunto que algunas veces recurría en su mente desde su niñez, más nunca lo llegaba a arribar con alguien que no fuera su madre.
-Pues verás, puede que lo consideres como una tontería, pero sí, es un deseo que he tenido desde niña. – Varias imágenes llegaban a su cabeza con una pequeña Jolyne llorando por su padre y a sus antiguos compañeros tomados de la mano de sus padres. – Muchas veces escuchaba a mis amigos hablar sobre viajes y paseos que tenían con sus familias. Tú sabes; parques de diversiones, playas o siquiera ir al cine. En ese entonces jamás había tenido ese tipo de salidas con mi madre y mi padre juntos. Siempre era por separado y la mayoría de las veces era con ella, con él pocas eran en las que me llevaba a ver una película, normalmente era cuando yo me sentía triste, pero solo así accedía, hasta que nos dejó... - Jolyne recordaba con melancolía que el matrimonio ya tenía problemas desde sus pocos años de vida, nunca había visto entre ellos algún buen recuerdo estando juntos como pareja. – Y aun siendo pequeña conocía el temperamento de mi padre, por lo que solo deseaba una simple salida; algo como un picnic, pero eso jamás pasó. Hasta ahora, por supuesto. – Giorno escuchó atento.
-Ya veo. Mira, entiendo que el señor Jotaro sea un hombre difícil, pero...
– Escucha, sé que no es una mala persona, pero como padre... - Se relajó ya sintiendo el sentir molesto. – Mi madre siempre ha tratado de que nuestra relación mejore, pero con todo el amor y respeto que le tengo, me parece muy iluso de su parte aun sabiendo el tipo de persona desinteresada y gruñona que es. – Claramente esta lo había dicho con rencor. Giorno por un lado lo entendía, pero negaba con la cabeza rememorando la expresión afligida del mencionado cuando Florida o ella misma salían a conversación. – Ni siquiera se molestó en venir cuando llegué a tener una fiebre muy alta de pequeña. ¿Por qué mostraría interés ahora? Si viene tal vez y sea por mero descanso.
El joven lo recapacitó con aquello dicho. Jotaro jamás se vio adepto en ser afectuoso o en formar parte de algún tipo de reunión que no fuera del trabajo. Pero recordando su expresión melancólica cuando la chica salía a conversación tal vez y llegaba a tener una opinión diferente.
-Quizá y tengas razón, pero tú no conoces esa parte que he llegado a ver en él; cuando habla de ti o de tu madre.
La chica no comprendió.
-¿A qué te refieres?
El rubio estuvo pensativo por un segundo no muy seguro de si debía decir o no lo que pensaba.
-Jolyne, pregúntate por qué ha estado tan recio conmigo y el verdadero motivo de su visita. – Le dijo rozando su mano con la de ella, pensaba que era para darle una pista o algo parecido, más ciertamente deseaba darle una especie de apoyo emocional. – Sé que estas molesta y es muy comprensible, yo lo entiendo como no tienes una idea. – Aquello hizo parpadear sorprendida a la joven. – Pero deberías ver mas allá de ese rencor y ver las intenciones de Jotaro. ¿De verdad no ves a un padre dentro de su persona, ni siquiera un poco?
La menor sopesó sintiendo aquel roce, Giorno le hablaba tan cálidamente sintiéndose como una niña muy pequeña como si le pusiera ante sus palmas un acertijo muy difícil para su comprensión, haciéndole ver en su interior su corazón mortificado por la falta de su progenitor y deseando ver un lado positivo en ese hombre de carácter duro. Eso le hacia dudar un poco ¿Qué pensaba Jotaro de ella realmente? ¿Por qué sentía las ganas de llorar? Quería dejar fluir las lágrimas, más trataba de evitarlo.
Giorno lo notó percatándose en sus ojos casi cristalizándose y en cómo esta se aguantaba. No sabia cómo sentirse al respecto; si culpable o algo inevitable. A pesar de todo, Jotaro era una persona muy especial para él y ahora que empezaba a convivir con la hermosa y agradable jovencita de nombre Jolyne, no podía evitar conmoverse por su situación.
El rubio agarró su mentón y veía las pocas lagrimas que resbalaban, y con el pulgar las secó regalándole una curvatura en sus labios.
-Giorno... – Quería apartarse no queriendo que la viese llorar.
-Hagamos este picnic especial, ¿Sí?
Jolyne se limpió el rostro con el brazo y asintió ya no arribando el tema de su padre. Y aunque no lo dijera, por dentro agradecía en verdad la confianza con la que ahora se trataban, una que extrañamente le recordaba a cierto jovencito de pelo negro y lacio.
"Eres muy lindo, Haruno" resonó ese vago recuerdo que tenia de él en su interior. Mirándolo de reojo como la persona mas noble y cálida que haya conocido, ese sentir lo consideraba tonto, pues era poco el tiempo que tenían de tratarse, aunque no dejaba de concebirlo de esa manera, recodándole a aquel que consideró su primer amor.
...
La castaña tarareaba una canción esperando a que Jotaro y Jolyne regresaran para por fin preparar el famoso picnic. Luego de tener el almuerzo para aquella salida, se encontraba doblando una pijama limpia y lista para dejarla en el cuarto asignado para Giorno, quizá y este ya contaba con la suya, pero amablemente y con el sentido maternal que poseía quería mostrar su hospitalidad prestándole aquellas prendas higienizadas y con el mismo cuidado con la que trataba la ropa de su hija. Llegó a la habitación dejándola en la cama que el mismo rubio había tendido. Estuvo apunto de irse, mas no tuvo cuidado y casi llegaba a tropezarse con algo que se terminó cayendo haciendo un lindo tintineo.
-E-eso estuvo cerca. – No supo que la había interceptado para casi caerse, hasta que vio que se trataba de la maleta del rubio.
Quizá era un joven limpio y educado, pero no muy bien organizado como para dejar en medio camino su propia maleta. Esta se encontraba tirada y medio abierta luego de que casi se callera con ella, quiso levantarla haciendo que algunas cosas salieran.
Sin desesperarse procedió en levantarlas, mas su sentido de curiosidad le hizo detenerse escuchando el mismo tintineo de hacia un momento. Quería saber de dónde provenía agitando de nuevo la maleta, hasta que dio con un peculiar y familiar descuidado broche de mariquita que colgaba junto a la que se le llamaría etiqueta de equipaje, aquella que lleva su nombre.
-¿Haruno Shio-Shiobana? – Leyó en voz alta no sabiendo pronunciar bien el apellido, más el primer nombre le resonaba violentamente. – Haruno...
La mujer con el rostro sorprendido recordó aquel jovencito que igual tenia ese nombre. ¿Cómo podría olvidarlo? Sí gracias a él su vida había vuelto a la puerta de su casa. Sin embargo, la confusión la invadió terriblemente. ¿Por qué Giorno tendría ese nombre en su etiqueta?
¿Qué significaba esto? No podría ser...
Y con pena ya se sentía la mujer más metiche de todo el mundo, algo que claro no estaba en su naturaleza.
___
Chavos hermosos :3
Aquí el cap, mas o menos van a ser los caps a partir de ahora en cuanto a ammm cantidad jaja ni es tan corto o si? Espero les haya gustado, si no, perdónenme la vida :c.
Weno, deseenme suerte :'^ Ya hoy es mi dia de escuela. Los quiero, nos leemos muy pronto, se me cuidan porfi. Besu~ 💙💙
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