Capítulo 29

La noche era tranquila, aunque algo húmeda tal vez, pareciera que la lluvia quería hacerse presente, pero a duras penas se endulzaba el aire y sus ráfagas poco movían con más ímpetu de lo que solía hacer. De cualquier forma, a ninguno le importaría, pues era tarde y estarían todos preparándose para dormir.

O casi todos...

Pues, de entre todas esas casas, una se mantenía aún con algo de vida, una pequeña ventana de una sola habitación más específicamente. Dentro, la joven de cabellos cortos y sus pupilas encogidas debido a las luces multicolores de su gran pantalla, resaltaba el color almendrado de sus orbes y se reflejaban las múltiples imágenes de lo que hacía y controlaba desde su mando.

Su cuarto relativamente ordenado y la lampara azulada que iluminaba un poco más su espacio, le permitía no dañarse tanto la vista, aunque eso no le importaba del todo.

Foo sentada en su suelo alfombrado en posición de flor de loto, espalda recta y con la diadema y el micrófono apuntando a su boca, jugaba sin mucha expresión al parecer. Tan solo siguiendo los movimientos que ella se sabía junto con su compañero en línea traspasaba niveles, así sin más.

Para cualquiera que la viese seria algo muy normal, lo más común del mundo, pero bien sabia cierto joven desde el otro lado que algo sucedía, pues aun no la estuviese viendo, se encontraba muy callada y no burlándose de él como era costumbre.

-F. F... - Le habló por fin directamente el joven de acento italiano por el nombre de usuario que la chica solía usar, esta lo escuchó sin problemas, aunque solo respondió con un solo ademan en su voz y en soplido en su nariz con sus labios cerrados.

- ¿Qué sucede? – Seguido de su leve suspiro, se manifestó esta vez con palabras dando a entender que lo escuchaba. Aunque ahora que respondía, confirmaba que la menor no se encontraba con muchas ganas como más o menos suponía el otro.

Narancia con solo ese tono algo aburrido pudo saber que su amiga se encontraba algo extraña, ida tal vez. Pues ella llegaba a ser un poco mas abierta y expresiva con él y mas si se encontraban en una misión importante dentro de su juego. La joven ponía muy bien de su parte, pero el chico sabía que ese no era su potencial y además de que aquella llegaba a ser un poco más jovial y ocurrente en situaciones así.

¿Estará triste, enojada o solo cansada? Sabia que las chicas eran hormonales, pero quería saber qué sucedía. Si bien, quería ser prudente y no quería incomodarla, por eso no se había atrevido desde hace rato en preguntar. Aunque bueno, era su amiga y no temía en hacerlo si había confianza.

- ¿Estas en tus días o algo así? – Directo sin querer y quizá con una voz mas alto de lo normal debido a que no sabía cómo arribar, con su acento notable y hablando el idioma de la chica, preguntó con lo que parecía ser algo desvergonzado.

Con eso, la mente de Foo se vio revuelto no captando la pregunta, pues no era algo que le preguntasen muy seguido si se sinceraba. Mas momentos después, su rostro empezó a descomponerse y a sonrojarse de manera violenta, a saber, si de vergüenza o enojo... o ambos.

- ¿¡Qu-Qué!? – Bastante descolocada sin saber si realmente había escuchado bien, el cambio en su voz se percibió la incomodidad, pero no para Narancia. – Disculpa, ¿En mis días?

- Sí, ¿Estas en esos días en que te sangra la vagina cada mes? Digo, eso les pasa a las chicas y con Trish sé que tienen cambios de humor muy drás...

- ¿¡Y eso a ti qué te importa, idiota!? – Claramente interrumpiéndolo y exaltándose sonrojada e interrumpiéndolo con su estupidez momentánea, bien como ella pensó. Por fin salió de su propio trance no creyendo lo que le preguntaba. – ¿Cómo dices cosas cómo esas? ¡Soy una dama, maldita sea y me respetas! – Enojada no se molestó en demostrarlo, que incluso azotó el mando al suelo.

Narancia por su parte quedó callado y con las manos levantadas como si Foo pudiera verlo, pues era reflejo de que eso no se lo esperó.

- ¡Lo siento, lo siento! Carajo, solo te estaba preguntando porque estas muy callada. Demonios... - Seguro le sangraba la vagina, pensó debido a la encolerizada reacción de su amiga. – Sólo pregunto, ¿Estas bien? – Vaya que debió comenzar por ahí, pensó la menor.

- ¡Sí! Estoy bien, Narancia. Nada más estoy algo pensativa y cansada, no deberías hacer ese tipo de preguntas irrespetuosas a la gente, sonaste como un niño tonto. – Fastidiada, pensó en que en parte de su pregunta acertaba, si, estaba en el periodo de menstruación, pero eso definitivamente no tenia que ver con lo que le pasaba por dentro y no tendría porqué él saberlo.

-Entonces, ¿Por qué no hablas, en qué piensas? Y por si acaso, no me mal entiendas, tan solo me preocupo por ti. – No quería que se enojara de nuevo con él, suficiente tenía con Fugo y a ambos los quería, y de cierta manera le lastimaba que lo regañaran por cosas así.

La de cabellos cortos se sobó la frente y los ojos le irritaban de todas maneras eso no le conflictuaba del todo, estaba mas que nada extrañada por aquella imagen que había visto esa misma tarde. Jolyne en ocasiones llegaba a ser misteriosa y retraída con todo asunto que involucraba a su padre, pero el hecho de verla a ella, su familia y a tres de sus amigos junto con dos rubios que jamás había visto en ese mismo espacio, como si estuviesen a punto de una pelea fue lo que la sacó de su tranquilo periodo relajado vacacional.

¿Ermes sabría algo? Estaba deseosa de preguntarle o de solo platicarle lo que vio, pero por dentro algo le impedía por no querer ser imprudente o indiscreta. No lo admitía del todo, pero se sentía excluida de alguna forma y pues ella, la morena y Jolyne eran muy unidas. El conocerse de muchos años desde pequeñas no era por nada y de cierta forma la inquietaba, ¿Se estaba preocupando? Lo más probable.

Tanto la morena como la joven Kujo siempre se preocuparon por una y por la otra.

- ¿Foo? – Preguntó nuevamente Narancia queriendo llamar su atención, no recibía respuesta y al menos quería saber si seguía allí. La mencionada parpadeó volviendo de nuevo al juego, su personaje se mantenía quieto junto al de su amigo que la rodeada corriendo como si quisiese llamar su atención.

Necesitaba sacarlo, aunque la joven no sabía si contar, confiaba mucho en su amigo y él le contaba de todo, incluso de lo que sucedía con sus amigos allá en Italia, pero ella casi nunca hacia ese tipo de cosas, ¿Sería bueno?

-Bueno, yo... - En voz baja e insegura, Narancia escuchó con los oídos atentos, pero luego se dejó oír un leve soplido por parte de la menor. – No es nada, solo fue un día algo agotador. – Se arrepintió, pues tal vez estaría dramatizando algo del que no estaba segura.

- ¿Estás segura? Sabes que puedes contarme lo que sea, incluso si me dices que te molestan el olor de mis calzoncillos no lo tomaría a mal. – Irónicamente comentó haciendo reír a la joven.

-Pero si ni siquiera puedo olerte, Narancia. – Entre la risa respondió, a pesar de que le había gritado, el joven trataba de distraerla.

-Solo bromeo, no quiero que mi amiga se ponga triste o lo que sea. – Se encogió de hombros, solo deseaba el bien estar y bromearía de sus calzoncillos si era necesario.

-Lamente haberte gritado, no fue mi intención. – Quiso disculparse, pues realmente no era motivo para regañarlo de esa forma.

- ¡Hey! Esta bien, mira, si quieres no me cuentes lo que esta sucediendo, no te quiero presionar. Solo quiero que estés bien, ¿Sí? Si quieres, podemos dejar el juego para después, ¿Qué dices? – Suavizando su voz como si le hablara a una niña pequeña, Narancia provocó un tenue bochorno en las mejillas de Foo, aunque eso él jamás lo sabría. – De todas formas, es muy tarde por aquí y Fugo podría venir en cualquier momento a joderme. – Comentó de manera jocosa.

La menor recibía el mensaje y lo agradecía, nunca lo ha llegado a decir, pero quería mucho a Narancia, en verdad que sí aun cuando nunca se hayan visto en persona.

-Bien, solo por hoy esta bien. A lo mejor y te cuento mañana, pero no es nada malo, no quiero preocuparte tampoco. – Un poco cohibida por cómo le hablaba, se sinceraba en no querer mortificarle con sus problemas, aunque ni eran problemas, pero igual. Tan solo cuestiones y ya.

- ¡De acuerdo! Entonces me retiro. Buenas noches, Foo. – Sin dejarla responder, Narancia se desconectó y de inmediato el personaje del joven desapareció dejando sola a la de F.F.

La menor sabia que era una manía de él, por lo que no se lo reprochaba. Entonces así, ella de igual manera se desconectó y apagó la consola de inmediato. Quizá no era tan tarde para ya ir a dormir, aun cuando la lluvia ya estuviese un poco mas en proceso de aparecer, su familia y seguro sus vecinos se resguardaban pues con ese ambiente, antojaba más al descanso.

Lo que sí haría, seria recostarse y pensar en sí preguntar o no a Ermes, o directamente a Jolyne. Llegaba a ser raro el juntarse durante vacaciones, pues era tiempo de hacer lo que no podían durante clases y estar en familia. Claro uno que otro mensaje, pero no mucho. Realmente no era que se preocupara, bueno si lo era, pero no tanto. Es solo que como amiga llegaba a saber y procurarse entre ellas, más cuando Anasui estaba de por medio...

¡Anasui! Era como si un pequeño foco se prendiera sobre su cabeza.

Si no mal recordaba, ese tonto como así lo etiquetaba, hace poco la había interceptado en uno de sus trabajos, en aquella tienda.

Con eso, trató de recordar que era lo que le había dicho, pues como estaba algo ocupada y hastiada con la presencia del joven, no atendió del todo a lo que este quería.

-Diablos... - Pensó en voz alta la chica al no poder recordar.

...

Italia, Nápoles

El joven de cabellos negros y ojos amatistas, se encontraba en el baño restregando el agua caliente contra su cara. Podría ser algo desordenado, pero contaba con excelente higiene y cierto cuidado sobre sí. Y el no estar limpio antes de dormir no era una opción.

Ya listo con aquella pequeña labor, tomó la pequeña toalla y se secó sin problemas llegando a su habitación. Aunque en el proceso pensaba un poco en su amiga, Foo estaba pensativa tal y cómo le había dicho, pero de la misma manera no quería seguir preguntando hasta cuando ella quisiese decirle, si no lo hace nunca, tampoco le molestaría.

-Si hace algo de sueño. – Dijo al aire sintiendo pesado su cuerpo y sus parpados, aunque ya tenia lista su pijama y su cama tendida, solo quedaba apagar la luz y recostarse para después ver la luz del siguiente día.

No obstante, antes de que hiciera alguna de esas cosas, el teléfono celular que descansaba junto a su cama empezó a sonar de repente.

Narancia solo pensó, ¿A esta hora?

Extrañado, a decir verdad, verificó de quien seria el numero que le llamaba a esa madrugada, al ver de inmediato reconoció y sin dudar presionó al botón verde dando a confirmar su llamada.

- ¿Trish? – Poniendo el aparato en su oreja, por un segundo se preocupó, ¿Por qué le hablaría a las tres de la madrugada? Seguro era una emergencia. – ¿Qué sucede?

- ¡Nara, no sabes! – Algo exaltada comenzó alertando al joven. – Giorno acaba de llamar a Mista y no sabes lo que pasó. – La joven de cabellos rosas, con su pijama rosa y acostada en el sillón de su sala, sostenía el teléfono con el hombro contra su oreja mientras se limaba sus delicadas uñas – Y ya sé que sea muy tarde, pero créeme, ¡Lo vale! Necesitamos estar todos enterados para apoyarlo. – En parte así era cierto, pero por otra sabía que no aguantaría las ganas de callar hasta la mañana siguiente.

Algo inusual tal vez, y que de cualquiera habría dicho lo inoportuno y por el haber preocupado de esa manera habría ameritado un regaño. Narancia mostraba confusión en su recién lavado rostro, mientras que de a poco sus ojos se abrían de poco a poco como si apenas estuviese reaccionando a lo que le acababa de decir.

- ¡Cuéntamelo todo! – Se exaltó sin más ensanchando una sonrisa, a la vez que su cuerpo saltaba hasta dar contra su cama y acomodarse cruzando las piernas. – ¡Seguro tuvo que ver con ese apestoso...! ¿Cómo lo llama Mista? ¿Anosucio?

-Analsui, ¡Y sí! Y justo durante la cita de Giorno y esa chica Jolyne. – Haciendo ademanes con las manos demostrando el fuerte interés de ambos al platicar aquello. – Pues verás...

Trish sin demorarse nada comenzó el relato de la manera mas explicita posible a como le contó Mista de la misma manera. Narancia por cada palabra expresaba más la gracia de los hechos ocurridos con su amigo y esa chica. Sus parpados se cerraban y se abrían con asombro y se imaginaba cada escena.

De todos modos, ni quería dormir, pensó el joven. Como si por arte de magia se hubiese desvanecido todo rastro de sueño.

Si algo estaba totalmente consciente Giorno aun cuando ni llegaba a estar presente, es que sus amigos llegaban a enterarse de todo lo que fuese relativamente fuera de lugar entre ellos.

...

Estados Unidos, Florida

Al día siguiente

La húmeda mañana como ha estado siendo desde hace semanas se despertaba fresco, los charcos de agua reflejaban el pequeño arcoíris que se formaba al salir el sol, y las nubes abrían paso el pequeño calor del día que, a decir verdad, poco motivaría a salir de casa.

Ningún alma saldría nada más para eso, eran días de descanso y se darían todo el tiempo que pudiesen en cama hasta cierta hora. Y así sería al menos para la joven, que aun entre las sabanas y con la vista hacia la ventana, tan solo descubría parte de su rostro para apreciar el despertar del nuevo día a través del helado cristal. Siendo así, su mirada somnolienta veía las nubes yéndose y apreciar el azulado cielo.

Queriendo verificar la hora, escasamente sacó la mitad de su mano con lentitud hacia su mueble donde descansaba su celular. Con el pesar del nuevo despertar, se dificultaba en presionar el botón para prender la pantalla, y mientras esta se mantenía negra llegaba a ver su propio reflejo sin querer.

Medio inconsciente aún, su dedo dejó de intentar prender el aparato cuando su atención se desvió solo en ella misma. Curiosa podría ser con su propia imagen, aunque llegaba a verse todos los días en el espejo. No obstante, reparaba desde una perspectiva diferente, pues ahora la mayor parte eran las sabanas hasta arriba del puente de la nariz y sus cabellos enmarañados. Pero más que eso, daba cuenta que sus orbes se encendían con tal reflejo de la luz natural, cosa que le recordaba que algunos pocos incluyendo su madre y Anasui; le llegaban a decir que recordaban al mar.

Nunca supo interpretar muy bien a lo que se referían, si solo era el color u otra cosa, pues eran casi iguales a los de su padre según recordaba. Si bien, no meditaba meditó solo en ella precisamente. Si bien, aquello le resonaba a algo más o en alguien, sobre todo.

Extraño quizá, pues llegaba a su mente cierto joven de ojos verdosos que de alguna manera le recordaba ese hecho. Puede que sea tonto de indagar, puesto que él jamás llegó a decirle algo referido sobre sus ojos o eso hasta donde recordaba, puede que no sea algo importante, pero solo era un dato que le parecía extraño, ¿Por qué? ¿Por qué le importaba el que Giorno le dijera algo sobre ella que le pudiese conmover? Y en sí, si lo ha hecho, pero ¿Qué quería o que le conflictuaba?

Sea como sea, los ojos del rubio para ella, era como ver una laguna verdosa o un bello paraje como los que veía por internet.

Un poco mas despabilada y con esa absurda reflexión como consideró, enrojeció cubriéndose totalmente como si no aguantase que ni el mismo sol la viese. Cerrando los parpados y tratando de alejar cualquier sentir que pensaba inapropiado. ¿Y qué clase de sentimiento sería?

Y más importante, ¿Por qué le sucedía eso? No era el primer hombre con el que estaba o siquiera se besaba, ¿Era solo la emoción del momento? Y había algo del que quizá ya haya reparado, más no lo concebía del todo, pues era un sentimiento relativamente nuevo aunque a la vez no tanto. ¿Cómo? Se cuestionaba y como respuesta del subconsciente, se veía a sí misma de pequeña con cierto muchacho de cabellos negros cargándola y arropándola en su regazo.

Un hermoso y borroso recuerdo podría ser, pero el tener esa evidencia en su vieja mochila de mariposa y cierto dibujo dentro, le refrescaba todo ese suceso con más impulso. Un desvelado sueño cuando niña que, a su vez buscaba ese personaje o más bien le recordaba. Una corta relación del que tuvo impacto en ella.

Su primer amor como siempre le etiquetó desde que tuvo el suficiente raciocinio al rememorarlo.

Muy absurdo, pues solo era eso, un recuerdo de su primer amor y Giorno no tenía absolutamente nada que ver, más que en el sentir que ambos le produjeron a pesar de la diferencia de años.

De igual forma, ya había llegado a un punto donde al estar cerca de él y el solo verse para después besarse, su actuar racional se iba al carajo de solo verlo y sentirlo. Así de alguna forma se sentía correspondida, pero, ¿Estaba bien?

Se hacia varias cuestiones y realmente no tenía sentido enredarse en ese tipo de cosas. Tampoco es que se estuviese enamorando ni nada similar, solo le gustaba mucho, de verdad empezaba a quererlo. Se sentía segura y en completa confianza.

Aún siendo realistas, Giorno aún él viva en su casa por un rato, él era ajeno a su vida, su única relación es el que sea compañero de su padre y eso quien sabe hasta cuándo.

Y es por eso, que no tenía sentido el que deje expresar lo que le provocaba ante el joven, a pesar cuando él ya le haya dicho que gustaba de ella, por dentro sabia cuan poco serio es su extraña relación que tenían en esos momentos.

- ¿Cariño? – Los repentinos toques a su puerta y la suave voz de su madre desde el otro lado la sacaron de su acalorada introspección. – Amor, ¿Estas despierta? El desayuno está casi listo y ya empieza a ser algo tarde para estar en cama, ¿Estas bien? – Preguntó algo preocupada, pues la chica era alguien que se levantaba temprano, una manía que tenia desde muy pequeña y el que no se levantara de su lecho o saliera de su habitación era algo raro.

- ¡Mamá! – Respondió, y presionándose un poco, rápido salió de cama y se restregó la cara para poder estar mas sobre la realidad. – Sí, estoy bien, solo estaba algo cansada. – Sin demorarse, tomó un par de toallas que solo ella usaba y tendió o más bien reacomodó un poco las cobijas y sus demás peluches. – Solo tomo un baño y enseguida bajo.

-Está bien, de todas formas, Giorno está usando el baño, aunque no tardará en salir. No te apresures, cariño. – Comentó dulcemente y con solo mencionar su nombre y la palabra "baño" Jolyne no evitó en recordar con cierta pena lo sucedido la noche anterior, y aunque no fuese algo muy grave o similar, enrojeció.

- ¡Sí, ya voy! – Queriendo desviar aquello, solo se concentraba en acomodar un poco en silencio. Así, sin dar a entender más, la madre se retiró tranquila, pues sus pasos sonaban cada vez más lejos hasta dar con las escaleras y sin pena saldría en total desarreglo hasta el baño y estar presentable como siempre era.

Jolyne era una mujercita muy aseada y siempre era una vergüenza para ella el que la vean aun con ropas de dormir. Mirándose al espejo, podía verse claramente a comparación de su pantalla negra, notándose a horrores las ojeras y el cabello parecido a un nido de ratas, se figuró.

Al menos se lo peinaría un poco antes, por si Giorno llegaba a verla saliendo de su habitación.

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En un ratito subo el que sigue, me salió bien pinche largo otra vez el cap xd  

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