Capítulo 1

Los ojos despiertos de la niña tan solo se concentraban en aquel vaivén que hacían sus pequeños pies que apenas y podrían alcanzar a tocar el suelo. Sentada en ese banco de metal se encontraba abrazando su peculiar mochila de mariposa, mientras recargaba su mentón en ella. Y no pensaba más, no se percataba de nada más a su alrededor o eso era lo que parecía a simple vista. ¿Qué hacía o qué esperaba? ¿Por qué estaba así de sola? Eso era lo que se preguntaba aquel jovencito quien no paraba de mirarla desde hace ya varios minutos, esperando a que su madre o algún familiar se acercara a ella.

Con el sorbete en su mano sentado dentro en aquella plaza, no prestaba ninguna atención a lo que sus amigos hablaban. Al llegar, de un momento a otro se había percatado de esa pequeña presencia que era ignorada ante los demás, pues gente iba y venía sin detenerse a mirarla. Sentía algo al respecto, mas no sabía interpretarlo ¿Preocupación? ¿Intriga? Y algo más importante ¿Por qué le importaría? Esa niña no era su responsabilidad.

Con eso en mente se dedicó en ignorarla y centrarse en lo que decían sus amigos. A los siguientes minutos poco lo había logrado y cierta participación tuvo en la conversación, aunque hubo un punto en donde no aguantaba la necesidad de verificar si aún seguía allí sentada, y de esperarse; de reojo la miró en la misma posición solo que ahora con el semblante un tanto melancólico.

Tragó grueso no sabiendo cómo reaccionar ante ese aire de tristeza ¿Y por qué tendría que hacerlo? Contenía esa frustración en querer ignorarla una vez más.

-¿Amigo? – Le llamó uno de sus amigos, quien al parecer le había estado hablando ya varias veces. – ¿Me escuchaste? La película ya va a empezar. Tenemos que irnos.

Reparando en su propia situación, recordó que tenían boletos para una función y al parecer ya era hora de retirarse.

El adolescente asintió y se levantó de su asiento sin problemas, posteriormente siguiendo a sus amigos hacia las escaleras eléctricas en dirección al cine. Y a pesar de su tranquilo andar y su rostro amable, en sus propios pensamientos le mortificaba el dejar así a la pequeña sin vigía. No era su obligación, pero tenía esa necesidad.

Las escaleras subían casi llegando al siguiente piso y el joven le dedicó una última mirada. La misma imagen visualizaba más que en otra perspectiva, viendo su cabecita trenzada aun abrazando su colorida mochila.

...

Las horas pasaron y después de ver la película tomaron la decisión de ir a la fuente de sodas. Tan animado el grupo de amigos que casi el jovencito había olvidado el asunto de la niña. La luz entrante a la plaza ya casi era nula, por lo que se encendieron las bombillas.

En sí ya era de noche y aun no sabían si terminar aquella salida de amigos. Quizá para ellos tenían deseos de continuar, aunque por su parte deseaba irse ya. Sin pena y con confianza les comentó su deseo de irse a descansar, tal vez muy raro en él, pues siempre iban juntos a todos lados y con los ánimos al tope, pero por esa ocasión no lo sentía así. Sin problemas se despidió y se retiró. Un sentir extraño le invadió y sin saber realmente a donde lo habían llevado sus pies se topó con el mismo lugar de hace horas. Ese banco de metal que antes estuvo ocupado por la niña se encontraba vacío.

-Tal vez y se fue con su madre... - Dijo pensando en voz alta sin dejar de mirar donde antes se encontraba la pequeña. Y sin realmente saber qué pensar, continuó su camino.

Ya afuera, se dio cuenta de que hacía poco había llovido y la corriente de aire de una reciente tormenta interceptó sus sentidos haciéndolo tiritar, pronto quiso abrigarse con aquella prenda que colgaba de su brazo, más unos tenues gimoteos le tensaron. Volteó a varias direcciones queriendo dar con ello, hasta que a unos pocos metros sus ojos se toparon con un pequeño bulto en una esquina.

Bastante desconcertado, con lentitud se acercó al ser que lloraba y al estar lo suficientemente cerca, reconoció esa pequeña cabecita.

Era esa niña, quien lloraba con las piernas recogidas ocultando su rostro. Al verla no pudo evitar sentir tristeza por ella y más al ver que esta tiritaba debido al frío. ¿Cuánto tiempo habrá estado ahí? Suponía que ya tenía un buen rato ahí, pues su blanca piel se veía rojiza y muy fría.

No sabiendo exactamente qué hacer, solo atino en cubrirla del gélido ambiente con el abrigo que minutos antes pretendía ponerse.

Y al instante en que la pequeña sintió el acogedor tacto de la cálida prenda, sus ojos llorosos se levantaron topándose con los orbes preocupados del joven.

Ambas miradas expectantes se cruzaron y el aire que tanto danzaba se había detenido y no violentaba la atmósfera que se había creado para ellos. Sí, así lo sentían y así se calmaba la niña.

El jovencito mayor rompió su trance y se agachó a su altura sin dejar el contacto visual.

-No llores, por favor – Le dijo tentado a secar su rostro, más no lo hizo – ¿Por qué estás aquí tan sola?

La menor retiró con su brazo el exceso de lágrimas antes de responder.

-Mi papi... - De recordar el motivo de nuevo empezaba a gimotear, pero se contuvo. – Vine a buscar a mi papi – El jovencito no supo interpretar eso.

-Y ¿Dónde está? – Empezaba a hablar con mas tacto. – ¿Dónde está tu madre?

La pequeña miraba al suelo con pena, pero de igual manera habló con sollozos.

-Mami está en mi casa, pero mi papi... - Quiso controlarse otra vez, pero el tener el recuerdo de su padre le partía el corazón. – Yo solo quería ver a papá...

Dejó que se desahogara un poco viendo como nuevamente empezaba a llorar, pero tenía que arribar más a su situación si quería ayudarla.

-Si viniste a buscar a tu papá ¿Por qué no estas con tu madre?

-Nos dejó y mi mami ya no lo quiere ver ¡Pero yo sí! Y papi siempre me lleva aquí cuando estoy triste. Y estoy muy triste porque lo extraño mucho ¡Pero jamás vino por mí! – Explicó la niña exaltada. El joven pudo sentir en ella una mezcla de enojo y mucho desconsuelo.

Soltó un sonoro suspiro. De alguna forma, comprendía ese pesar, pues él sabe muy bien lo que es que su propio padre le abandone.

Sin más, posó su mano con delicadeza encima de la menor. Esta reaccionó al contacto contrariada, pero en vez de asustarse, se dejó tomar por él haciendo que se levantara del piso húmedo.

-No puedo dejarte aquí, puedes refriarte y tienes que ir con tu madre. – Pero rápido la niña se soltó.

-¡No! Mi mami debe estar muy molesta conmigo. Escapé de mi casa...

-Puede estar molesta, pero apuesto a que está muy preocupada.

-Pero...

-Vamos... - Le sonrió queriendo transmitir confianza – Si quieres puedo cargarte, debes tener mucho frío como para caminar. ¿Qué dices?

La menor se cubrió con la prenda puesta en sus hombros insegura, pero teniendo al apuesto joven sonriéndole de esa manera permitió que el mayor la abrazara y luego la cargó como había dicho.

Al sostenerla sintió ese diminuto cuerpo helado, por lo que arropó aún más cubriéndole la cabeza y ella no hizo más que recargarse en su hombro con una sonrisa sintiéndose segura. Y antes de que el joven preguntara, la niña le indicó su dirección, cosa que lo sorprendió. Aunque después sopesó en eso, quizá era lógico que supiera donde estaba su casa si ella sola pudo llegar a la plaza. Y sin más, se dispuso a seguir aquella indicación.

Por un instante, se preguntaba en cómo es que había llegado a esto. Tal vez había pasado tan rápido que solo se dejó guiar. Teniendo como resultado cargando a esa niña que tanto veía llevándola a casa.

Como ya empezaba a ser costumbre ese día, la miraba de reojo y notaba que sus parpados se cerraban de vez en cuando demandando en querer dormir, a leguas se notaba que su cansancio se debía a tanto llorar, además de que le rodeaba el cuello en un pequeño abrazo tomando una posición más cómoda. Se sorprendía de la rápida confianza que había entre ambos, casi como una conexión.

-Y dime, ¿Cómo te llamas, pequeña? – Preguntó viendo como esta empezaba a dormitar en su regazo.

-Jolyne. – Respondió con la dulce voz somnolienta.

-Jolyne... - Pronunció un tanto cautivado por el adorable nombre – Que bonito nombre, yo me llamo Haruno.

-Gracias. Eres muy lindo, Haruno.

La declaración hizo enternecer al joven, claramente Jolyne lo había dicho sin pensar, por lo que la dejó descansar hasta que llegaran a la dichosa casa.

El camino en sí era corto y silencioso, aunque en la mente de Haruno llegaban miles de cuestiones sobre esa misma tarde. Del primer momento en que se había sentido a lo que se llamaría "atraído" por la pequeña Jolyne y al pensarlo se sentía incomodo pues no la veía de una forma romántica o pervertida, como cualquier otro pensaría.

No, claro que no ¿El destino quizá? O ¿solo se trataba del sentimiento de ver sola a una inocente niña? Debía ser eso, por supuesto. No quería más enredaderas en su cabeza, por lo que se olvidó de ese asunto y prosiguió su camino con Jolyne ya dormida.

Pronto llegaron y Haruno notó una patrulla estacionada a un lado. De inmediato tocó el timbre, aunque mucho no esperó, pues una mujer de cabellos castaños atendió con el rostro bastante apesadumbrado y con aire de preocupación. Al dar cuenta de lo que el joven traía en brazos rápido se la quitó y desató el llanto despertando a una aturdida Jolyne.

-Jojo, estas a salvo... - Dijo la madre abrazando a la niña que aún tenía encima el abrigo de Haruno.

-Mami. – La menor correspondió el abrazo y al igual que su madre empezó a llorar. – Yo solo quería ver a papá.

-¡Shhh! Está bien, mi amor. Está bien... - Calló la mujer acariciando su trenza. No le importaba nada, mas que tenerla en sus brazos nuevamente.

A los pocos segundos, la madre miró a Haruno quien a su vez las miraba con una ligera sonrisa.

-Trajiste de regreso a mi hija – En sus ojos se veía el agradecimiento. - No sé cómo podría pagártelo, joven.

-Se llama Haruno, mami. No joven. – La tierna Jolyne recalcó.

-De verdad te lo agradezco, Haruno.

-No es nada, yo... Solo andaba por ahí cuando vi a Jolyne y simplemente no podía...

- ¿No gustas quedarte a cenar? – Propuso la madre tomando por sorpresa al joven.

-¿Qué? ¿Yo? ¡Oh! No podría...

-Es lo menos que puedo hacer. Gracias a ti está de regreso con bien, y te tomaste la molestia de traerla aquí personalmente. De verdad me gustaría que aceptaras.

Haruno lo consideró, quería pasar un rato más con la pequeña. Sin embargo, debía irse lo más antes posible. Después de todo, sus amigos le esperaban en el hotel donde se hospedaban.

-Me gustaría quedarme, señora, pero no puedo. Mis amigos me esperan  y mañana temprano tendremos que partir hacia el aeropuerto. Seguramente ya se estarán preguntando en dónde me encuentro.

La expresión de Jolyne se tornó en decepción, no lo diría, pero realmente quería que ese apuesto joven se quedara.

-Entiendo, lamento las molestias y en verdad agradezco que hayas traído Jolyne.

-No lo haga, fue un placer.

Haruno amagó en irse, pero...

-¡Espera! – Tanto la madre como el joven la miraron sorprendidos. – Yo... -Dijo apenada – ¿Puedo quedarme con tu suéter?

El adolescente había olvidado su abrigo, aunque no era algo que le importara mucho a pesar del frío.

-¡Oh! Mi abrigo. Digo, claro.

-No, Jolyne. Debes devolvérselo. – Intervino la madre.

-No, de verdad puede quedárselo. – Pidió el jovencito viendo a la niña que se aferraba a prenda. – Considéralo un regalo.

-¡Un regalo! – Exclamó la niña queriéndose soltar de su madre, para luego ir corriendo hacia el joven. Al llegar a él, la pequeña desprendió un broche de mariquita de su linda mochila que colgaba de su espalda. Y con el ardor en sus mejillas, se lo tendió. – Toma, quiero dártelo.

Haruno observó el bochorno de la pequeña sonriente, lo tomó y acarició el broche para luego guardarlo en uno de sus bolsillos.

-Gracias, Jolyne. Lo cuidaré mucho.

-¡Sí y yo cuidare de tu suéter! - La mujer se acercó a su hija y Haruno la miró por última vez 

- Adiós, Jolyne. - Y finalmente se marchó.

La niña tomaba con fuerza el abrigo mientras veía la espalda de Haruno cada vez más lejos.

-Adiós, Haruno...

_____

Holi :D Gracias por llegar hasta aquí. Espero les haya gustado este primer capítulo y como suelo decir siempre, si ven una incoherencia fea o un error ortográfico, les pido disculpas. Luego soy medio Juan Topo y no las llego a notar aun cuando lo revise mil veces.

Tal vez y la trama se ve medio rara (o así lo veo) pues no es común que un muchachito guapo ayude a una niñita a llevarla a su casa. Pero pos chingue a su... Xd Con esa fantasía nació esto.

Y quiero decirles que desde hace muuucho tiempo queria hacer un fic con ellos dos juntos <3 y bueno, la verdad siento que los fics de GiornoxJolyne no son suficientes en este mundo D: En mi opinión siento que hay pocos y a duras penas me he llegado a encontrar fuera de Wattpad unos en ingles, ruso y chino, pero no se ni ruso ni chino xc y en español pues apenas un par.

Si no les gusta esta ship (porque son de mis super ships) es aceptable y si quieren pos no lo pelen XD bueno, ya cada quien.

Si veo que les gusta me motivaría a continuarlo. Pronto pondré la continuación.

Besos y abrazos :3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top