CAPITULO 12


_Hola, mamá.susurré.

_Mila, mi hija, ¿cómo estás?. dijo mi madre desde el otro lado de la línea.

_Estoy bien.contesté, aunque mi voz temblaba un poco.

_Quiero decirte algo importante. Acabo de ser liberada de la cárcel.dijo mi madre.

Quedé sin palabras. ¿Cómo podía ser posible? ¿Por qué mi madre no me había dicho nada durante estos tres años?

_Estoy muy orgullosa de ti Supe que estás estudiando artes. continuó ella.

No sabía qué responder. Mi madre había sido adicta durante gran parte de mi vida, y aunque la había querido, también la había temido. Nunca había estado en prisión, pero había hecho muchas cosas que habían afectado mi vida.

_Dónde estás ahora?.pregunté con temor.

_Estoy viviendo en un lugar temporal por ahora.respondió ella.

No pude evitar sentir miedo. Durante mi infancia, atravesamos momentos muy difíciles debido a la adicción de mi madre, y aunque quería creer que había cambiado, todavía sentía miedo de ella.

_Hay algo que necesito pedirte, Mila", continuó mi madre_¿Podrías venir a verme?

Mi corazón latía acelerado en el pecho. ¿Debería ir a verla? ¿Podía perdonarla por todo lo que había hecho y más importante estaba dispuesta a hacerlo?

_No lo sé, mamá. respondí con voz temblorosa.

_Por favor, hija, necesito verte. Si no lo haces, nunca podré disculparme adecuadamente por todo lo que te hice pasar. suplicó ella.

Mientras escuchaba a mi madre implorándome, mi miedo se convirtió en pánico. No sabía si volvería a estar segura con ella, y la idea de ir a verla me aterrorizaba.

_Mamá, no sé si puedo verte ahora mismo. susurré, mi voz quebrándose por el miedo.

_Entiendo, cielo.susurró mi madre. Solo prométeme que lo pensarás, ¿de acuerdo? Y que hablaremos de nuevo pronto, yo no puedo acercarme a ti legalmente tienes que ser tu quién me busque.

Colgué el teléfono temblando. No sabía si podría superar todo lo que había pasado y perdonar a mi madre. Pero sabía que no podía ignorar su llamada para siempre.

Decidí hablar con mi tía, quien había sido mi figura materna durante la mayor parte de mi vida, acerca de lo que había sucedido. Marcando su número de teléfono, le expliqué los detalles de la llamada y la petición de mi madre de que la visitara.

_Oh, cariño, lo siento tanto. dijo mi tía con suavidad. _Debes tomar el tiempo que necesites para decidir qué hacer. ¿Quieres ir a verla?

_No lo sé, todavía tengo miedo y no puedo superar las cosa, el pasado.dije llorando.

De repente, el teléfono sonó de nuevo, y era mi madre.

Sé que para ti mi hermana Brenna es tu madre, lo sé.dijo mi madre con tono autoritario y celoso. _Pero necesito que vengas a verme y que sepas quién soy realmente, que podamos volver a conectar como tú madre que soy.

Me quedé sin aliento, con lágrimas en los ojos. No sabía qué hacer. ¿Debería ir a verla después de todo lo que había pasado? ¿Podía perdonarla después de todo lo que había hecho?

Al final, mi madre colgó sin dar oportunidad a responder. Me quedé temblando, con el corazón en un puño. Ya no sabía qué hacer. En ese momento, me di cuenta de que, aunque quería a mi madre y deseaba reconciliarme con ella, necesitaba tiempo para sanar mis propias heridas antes de intentar hacerlo.

Con lágrimas en los ojos, me fui a mi casa, me recosté en la cama y lloré. Sabía que tenía una decisión difícil que tomar, pero por ahora, solo necesitaba tomar un respiro y ver qué sucedía a continuación.

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