Viaje a Europa II

Las cinco seguimos hablando un rato mas, hasta que Daria y yo nos marchamos a casa. Hoy había sido un día largo.

Cuando llegamos a la esquina de la casa de Daria, me despedí de ella, y me marché corriendo a casa. Quería cenar pronto y así poder acostarme antes para ver a Hasan a la mañana siguiente.

Abrí la puerta y oí la televisión de la sala. Podía ir la novela de mamá desde la entrada.

-Mamá estoy ya en casa -grite sentándome para quitarme los zapatos.

En ese momento la puerta se abrio y entro Dada.

-¡Oh! Hola cariño ¿acabas de llegar? -saludo este cerrando la puerta tras de sí.

-Si acabo de entrar -respondí levantándome para guardar los zapatos en el zapatero.

-¡Qué hambre tengo! -Hablo Dada sentándose. --¿Tu has cenado? —pregunto terminando de quitarse los zapatos y levantandose para guardarlos.

-Me iba a preparar algo rápido ¿si quieres te hago algo también?

­—Bien vayamos haya.

Zahira y Ali se acercaron a la cocina, pasando antes por la sala donde se encontraba Leila durmiendo.

-Ya decía yo que era muy raro que no hubiese salido a saludarnos -rio Dada.

Me eche a reír también.

Zahira y Ali entraron a la cocina, mientras esta preparaba dos sándwiches, le iba contando lo que sus amigas y ella habían decidido respecto al viaje a Europa.

-¿Entonces vuestro primer destino cuál es? --pregunto Dada tomando el plato que le estaba dando.

-Florencia -respondí sentándome enfrente suyo.

-¿Y el segundo será Paris? -Pregunto.

Asentí con la cabeza llevándome el sándwich a la boca.

Mientras que seguimos hablando, mamá entro a la cocina, iba medio soñolienta.

-Hola -saludo acercandose a Dada y dandole un beso.

-No os he oído llegar -siguio hablando mientras se desperezaba.

-No te preocupes querida, nosotros te hemos vista durmiendo tan agosto que tampoco hemos querido molestarte -respondio Dada tomandole de la cintura y abrazándola.

Sonreí me encantaba verlos así, tan cómplices y enamorados, ojalá Hasan y yo el día que nos casemos seamos iguales.

-¿Quieres algo mamá? -Pregunte levantándome.

-No cariño, contesto separandose de Dada e yendo a encender el hervidor de agua. -¿Queréis alguno? -pregunto hurgando en el cajón donde tenía una colección entera de tés.

Ambos negamos.

-Me voy a cepillarme el pelo -dije levantándome y acercandome a mamá para darle un abrazo.

-De acuerdo querida --respondio devolviéndome el abrazo.

Zahira se dirigio a su servicio y comenzo a quitarse los alfileres que sujetaban el hiyab. Después de habérselo quitado comenzo a cepillarse el pelo.

Guarde el cepillo y saque la pasta de dientes y el cepillo de dientes, necesitaba cepillármelos después de todo el día.

--Bien ya está --dije guardando el cepillo y la pasta de dientes en su sitio.

Iba a salir cuando me di cuenta de que no me había quitado el maquillaje.

--¡Hay no! --me queje volviendo a entrar al baño. --Era lo que menos me gustaba.

Saque de mi bolsita de aseo las toallitas desmaquilladoras.

Cuando finalmente acabé de quitarme todo el maquillaje, me hice una trenza, y me dirigí a la habitación. Podía oír a mamá y a Dada charlar mientras se reían.

Entre a la habitación y me cambie, poniendome el pijama.

Zahira se cambió y se metio en la cama.

Leila y Ali, habían decidido irse también a acostarse. Ambos se dirigieron a su habitación, sin antes asomarse a la habitación de Zahira.

-¿Crees que sospecha algo? -pregunto en susurro Ali.

-Mm creo que no -susurro está cerrando la habitación de su hija.

-¿Cómo quedaste con Hasan? -pregunto Leila entrando a su habitación.

-Me dijo que cuando los tuviera me los enviaría por correo.

Leila asintio con la cabeza y sento en la esquina de la cama.

-Ven dame un masaje -hablo estirando de Ali.

Ali se subio encima de la cama y se colocó detrás de su esposa, comenzando a masajearle los hombros.

-¿Así?

Leila asintio con la cabeza.

Después de que Ali le masajease los hombros, ambos se levantaron y fueron al baño a asearse y a ponerse sus pijamas.

-Sabes realmente estoy preocupada -hablo Leila cepillándose su cabello. -Espero de corazón que todo salga bien.

Ali se acercó a su mujer y le tomo de las manos.

-Saldrá todo bien, amor -hablo besándole las manos. -No te preocupes.

Zahira se movió en su cama, cuando escucho su teléfono sonar.

Abrí los ojos y tomé el teléfono para ver quien me estaba llamando, era Hasan. Fue ahí cuando me fije en la hora eran las diez de la mañana.

-¿Amor? -pregunte descolgando la llamada pensando que estaría molesto.

-Hola, vida -saludo -¿Estabas durmiendo?

-¿Eh? Si -conteste sentándome en la cama.

-Pues levántate y arréglate que en nada estoy ya ahí, y nos vamos a desayunar.

-De acuerdo -respondí levantándome de la cama.

Zahira comenzo a vestirse a toda prisa, cuando su madre entro a la habitación.

-¿Acabas de levantarte? -pregunto mamá sentándose en la cama.

-Sí -conteste acabándome de poner el hiyab.

Mamá se levantó y termino de ayudarme a colocármelo bien. Me despedí de ella y me marché corriendo hacia la entrada a ponerme los zapatos.

Cuando abrí la puerta Hasan ya se encontraba ahí, con un ramo de flores como siempre que venía a verme.

-Hola -salude tomando el ramo que me ofrecía. Esta vez era una rosa de color rojo.

-Muchas gracias -dije llevándola a la nariz a olerla.

Ambos se dirigieron hacia una pequeña cafetería en la plaza principal.

Cuando llegamos nos sentamos en la terraza, pues hacia un buen día.

-¿Qué vas a querer? -pregunto.

-Un café, por favor -pedí.

Hasan asintio con la cabeza y entro al interior de la cafetería a pedir.

Después de un rato salio ya con los dos cafes, y se sento a mi lado. Hasan comenzo a ponerme los dos azucarillos en el café, tal y como a mí me gustaban.

-Aquí tienes -dijo pasandome la taza de café, después de haberme puesto los dos azucarillos.

Mientras hablaban sobre el viaje, Zahira se dio cuenta de que Hasan le estaba ocultando algo.

-¿Amor, qué pasa? -pregunte.

Hasan suspiro pesadamente.

-No sé cómo decirte esto -comenzo a hablar.

-¿El qué? dime -dije tomandole de las manos.

-Es sobre el viaje -siguio diciendo.

¿Qué pasaba con el viaje? No entendía nada.

Hasan debió de darse cuenta de mi cara de circunstancia, por lo que tomo mis manos y comenzo a acariciarlas.

-No voy poder ir con vosotros -dijo mirando nuestras manos.

-¡Que! -exclame. -¿Por qué no?

-Tengo justamente esa semana que hacer un viaje muy importante y no puedo cambiarlo -comenzo a explicar.

Comence a llorar.

-Amor no llores, por favor -pidio Hasan limpiándome las lágrimas que me caían en silencio.

-Pero yo quería ir contigo -dije hipando.

Hasan se rio.

-Pero vas a ir con tus amigas.

-Ya, pero -dije, pero Hasan no dejo que acabara la frase.

-No debes de dejar de perder esta oportunidad porque yo no vaya, ves y divierte.

Zahira asintio limpiándose las lágrimas e intento seguir hablando con Hasan, pero se encontraba sin ánimos, tan solo quería un abrazo de su amiga.

Hasan debió de notar que deseaba irme, por lo que llamo al camarero que había salido a dar un vistazo a la terraza y pago la cuenta.

-¿Vamos?

Me levanté y me colgué el bolso al hombro.

La vuelta a casa fue en total silencio, no era un silencio incomodo, pero...

-Me voy a quedar en casa de Daria, si no te importa -dije parando en la esquina de la casa de esta.

-Claro que no, cariño -contesto.

Zahira y Hasan se despidieron hasta la próxima vez que volverían a verse.

Después de que Hasan se hubiese marchado calle arriba, direccion a mi casa me encamine a casa de Daria, esperaba que estuviera en casa.

Llame al timbre, pude oír a su gritar que alguien abriese la puerta, y como finalmente era ella la que se acercaba a la puerta protestando.

-¿Quién es? -pregunto mientras abría la puerta de su casa.

La madre de Daria se quedó sorprendida de ver ahí a la amiga de su hija, y más con los ojos algo hinchados de haber llorado.

-Cariño ¿qué pasa? -pregunto la madre de Daria, haciéndome entrar dentro de casa.

-¿Esta Daria? -pregunte.

-Si, cariño está arriba con las chicas.

-¿Puedo?

-Pues claro, ves. -¿Quieres algo para beber? -pregunto dandome un pequeño abrazo.

-Un vaso de leche por favor -pedí.

-De acuerdo yo te lo llevo -dijo empujándome hacia las escaleras. -Ves.

Zahira se dirigio hacia la habitación de Daria, ya se conocía el camino perfectamente.

Mientras me acercaba podía oír a las chicas reír.

Abrí la puerta, ninguna de ellas se dio cuenta de mi presencia, hasta que Amira se giró hacia la puerta.

-¿Zahira? -pregunto haciendo que las demás dejasen de hacer lo que estaban haciendo y reventasen la cabeza de lo que estaban haciendo.

La primera en levantarse y venir corriendo a mí fue Daria.

-¿Qué pasa? ¿Por qué estas llorando? ¿Qué te ha hecho? -comenzo a bombardearme con preguntas.

No me había dado cuenta de que estaba de nuevo llorando.

-No la agobies -le riño Sami.

-Ven siéntate -dijo Daria guiándome hacia la cama.

Me sente en la cama y me limpie las lágrimas con la manga del vestido.

-Toma -dijo Yaiza pasandome su pañuelo.

Zahira comenzo a contarles lo que le había dicho Hasan.

-¡Que! -gritaron todas.

Iba a seguir hablando, cuando entro la madre de Daria.

-Aquí tienes el vasito de leche -dijo entregándomelo.

Lo tomé y le di las gracias.

-¿Qué es lo que ha pasado? -pregunto su madre sentándose al lado de su hija.

-Zahira no estaba diciendo que Hasan le ha dicho que no va poder ir con nosotras de viaje a Europa.

Asentí con la cabeza y seguí contándoles.

-¡Hay! Y yo que pensaba que me había quedado sin viaje a Europa -protesto Daria, llevándose un golpe de su madre, haciendo que las demás comenzásemos a reír.

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