Hasan

Papá nos avisó a mamá y a mí que la visita estaba a punto de llegar.

Estaba en la sala de estar con el ordenador viendo una película, cuando escuche a papá diciéndole a mamá que ya estaban aquí.

       - Hijo – me llamo.

       - Voy – dije bajando la pantalla del ordenador.

Los tres salimos al porche, por el camino de la casa venia un todo volumen. Cuando llego a donde estaba el conductor paro el coche y bajo de este, el señor se dirigio a abrirle la puerta a la señora, imagino que sería su mujer.

De detrás bajaron dos chicas jóvenes, quienes iban observando todo a su alrededor.

Papá se acercó a saludar a su amigo, mientras que mamá y yo nos acercamos para también hacerlo.

Hasan se dio cuenta de que tanto Zahira como Daria se quedaban atrás, avergonzadas.

       - Venir aquí – les llamó el amigo de papá.

La mujer que estaba al lado de ellas las empujo para que fuesen delante y se acercó también a saludar.

       - Buenas tardes – saludaron ambas avergonzadas.

       - Hola – salude observando a una de ellas, sus ojos verdes me habían cautivado desde el momento que se acercó. – Es un placer teneros en mi humilde morada. – Dije sin quitarle la vista de encima.

Nos quedamos un rato ahí fuera hablando, buenos nuestros padres, hasta que mamá dijo de entrar dentro.

       - Bajemos primero el equipaje – dijo Ali volviéndose hacia su coche.

       - Ven Hasan, ayúdanos – hablo papá tomandome del brazo y estirando hacia el coche del señor Ali.

       - ¿Puedes disimular un poco? – pregunto papá en sususurro.

Comence a reírme.

       - Lo siento me disculpe – también en susurro.

Hasan ayudó a descargar las maletas de la familia, Hasan tomo los bolsos de mano de ambas chicas, aparte de una pequeña maleta, y se dirigio al interior de la casa donde ya estaban mirando todo con gran asombro.

Entre y deje la maleta apartada para que no nos tropezásemos y me acerque a darles sus bolsos.

Mamá se acercó a las chicas.

       - ¿Os gusta Zahira y Daria? - pregunto mamá sonriéndoles.

Ambas asintieron con la cabeza hacia ella.

       - Es preciosa – contesto la chica que se llamaba Zahira sonriendole.

       - Mamá tiene muy buen gusto para la decoración – dije entregándoles sus bolsos.

Daria tomo ambos bolsos, se quedó con el suyo y luego le entrego a Zahira el suyo.

       - Oh si queréis podéis dejarlo ahí colgado – hablo mamá señalando la percha. – Así no os molesta.

Zahira y Daria se dirigieron a las perchas que les señalaba Yasmine.

Papá entro a la casa junto a Ali con las maletas que quedaban.

       - Hijo ¿nos ayudas a llevar las maletas a las habitaciones? – pregunto papá.

Hasan asintio y tomo la pequeña maleta, y siguio a su padre y a Ali quienes iban delante arrastrando las maletas, mientras charlaban.

       - Las chicas dormirán en esta habitación – dijo papá parando en la habitación.

       - La maleta que llevas es el de Daria y Zahira llevaba su ropa en la maleta de su madre, por lo que luego le diré que se la coja – explico Ali.

Asentí y entré a la habitación, en esta habitación solía dormir cuando era más pequeño. Era una habitación de color azul, con una pequeña ventana que daba al jardín trasero.

Dejé la maleta en la esquina de la cama y salí al pasillo, donde estaban ya esperandome.

       - Sabes hijo, podrías ir a mostrarles los caballos, mientras que decidimos que hacemos en el día de hoy.

       - Vaya, a mi hija Zahira le encantan los caballos – hablo Ali sonriendo.

Le sonreí.

       - Pues voy a buscarlas y se lo comento – dije girándome para ir a buscarlas.

Hasan comenzo a buscarlas, hasta que las encontró en el jardín, mamá y la madre de Zahira estaban sentadas en un banco, mientras que las chicas estaban tomándose fotos delante un gran rosal. Mamá lo había plantado un par de años atrás, y le tenía un gran aprecio.

Me acerque a ellas para ofrecerme a hacerles yo las fotos.

       - Hola – salude. - ¿Queréis que os haga alguna foto? – pregunte.

Ambas se giraron hacia mí.

       - ¿No te importa? – pregunto Zahira.

       - Claro no tengo problema, así también tenéis juntas – conteste sonriendole.

Zahira se acercó y me dio su teléfono.

Cuando Hasan tomo el teléfono de Zahira, sus manos se rozaron, haciendo que esta apartara la mano avergonzada y se alejara junto a Daria, quien la estaba esperando para tomarse fotos juntas.

Hasan comenzo a dirigirles como tenían que ponerse para que las fotografías saliesen bien.

Cuando paramos, le devolví las fotos y les pregunté si querían ir a ver los caballos.

       - ¿Tienes caballos? – pregunto Zahira viéndome.

Asentí sonriendole.

Los tres nos dirigimos hacia las cuadras.

Durante el camino Hasan les pregunto si deseaban tomar algo para beber.

       - Yo si quisiera – respondio Daria. - ¿Tú Zahira? – pregunto a esta.

       - Mm, yo también – contesto.

       - Vale, pues os dejo en las cuadras con Ahmed e ire a por las bebidas.

Mientras llegábamos les pregunte de que ciudad eran exactamente, papá me lo había dicho, pero no lo recordaba con claridad.

       - Ambas somos de Kashan – contesto Zahira pasando primero, cuando abrí la puerta que daba a las cuadras.

       - Nunca he estado – respondí...era mentira sí que había estado un par de veces, pero quería ver a ver que me decía.

       - ¿No? – pregunto curiosa girandose hacia mí.

       - A ver si algún día vienes, entonces – respondio sonriendo.

       - Ir viendo a los caballos, voy a buscar a Ahmed para que os lo vaya sacando – dije mirando a mi alrededor para ver si lo veía.

Ahmed que había oído ruidos en las cuadras se acercó a estas, viendo que Hasan estaba con dos jóvenes.

       - Oh, señorito no sabía que teníamos visitas hoy – hablo Ahmed.

       - Hola Ahmed – salude a este. – Mira ellas son Daria y Zahira. – Explique.

       - Zahira es la hija del amigo de papá y Daria es su amiga.

       - Mejor amiga – corrigió esta.

       - Voy a por las bebidas, ¿puedes sacar a dos caballos, por favor? – pregunte girándome para irme a buscarlas.

Ahmed se quedó viendo como Hasan se marchaba en dirección a la casa, a veces tenía ganas de darle un gran golpe.

       - ¿Os gustan los caballos? – pregunto guiando a las chicas hacia el interior.

       - A Zahira le gustan mucho – respondio Daria dando un codazo a su amiga.

       - ¿Qué razas conoces? – pregunto Ahmed parando delante de un caballo color marrón.

       - Los caballos de pura raza española, mm los árabes, el akhal tekel y turkemen rose – contesto Zahira recordando todos los nombres de los caballos que le gustaban.

       - ¿Sabes que aún hay muchas más razas? – pregunto Ahmed, haciendo que se movieran para poder abrir la puerta de la cuadra y así sacar al caballo.

       - Si lo sé, pero estos nombres se me han quedado grabados – respondio apartándose para que Ahmed sacara el caballo.

Me dirigí a la cocina a por las bebidas.

        - Hola – salude a mamá y a la madre de Zahira. – Voy a por algo de beber ¿queréis que os traiga algo? – pregunte.

        - No cariño, pero gracias – respondio mamá.

Hasan entro a la cocina y sacó de la nevera limón granizado que la señora Mila solía dejar preparado.

Mientras tanto en las cuadras...

Ahmed sacó al caballo de su cuadra, y le dijo a Daria que lo cogiera de las riendas. El caballo se giró hacia esta y comenzo a olisquearla.

Tome los vasos y volví a las cuadras, cuando llegue Ahmed estaba sacando a la yegua Hera.

Hasan se acercó y le entrego una bebida a Daria, quien le dio las gracias.

        - Aquí tienes – dije entregándole el otro vaso a Zahira.

        - Gracias – respondio tomandolo.

Me fije que llevaba un anillo en su dedo índice.

Zahira se dio cuenta de que Hasan se quedó viendo el anillo que llevaba en la mano, por lo que se miró la mano y sonrio.

        - Es un anillo de la amistad – hablo mirándose la mano. – Daria lo lleva en el cuello.

Ahmed saco a la yegua y le entrego las riendas a Zahira, quien las tomo y comenzo a acariciar al caballo.

        - Yo me quedo ya con ellas Ahmed – dije saliendo afuera.

Daria acerco su caballo al de Zahira, quienes comenzaron a olerse.

        - Hola pequeña – saludo Zahira acariciando a la yegua.

La yegua la topo suavemente con su cabeza a modo de saludo.

        - ¿Cómo se llama? – pregunto mientras que se acercaba a donde estaba.

        - Se llama Hera y el de ella – dije señalando al caballo de su amiga - es Bali.

        - Hola Bali – saludo Daria.

        - ¿Estáis listas? – pregunte asegurándome que ambos caballos estuviesen listos.

Ambas asintieron haciendo que los caballos se colocasen al lado de cada una, quedando juntas en el medio de estos.

Hasan se dirigio con Zahira y Daria a que estas viesen como los caballos corrían.

        - ¿No vamos a montarlos? – pregunto Daria.

        - Hoy no – lo siento me disculpe. – Mañana a primera hora si queréis podéis venir y decirle a Ahmed que os los prepare para montarlos.

        - Oh vaya – dijeron ambas a la vez pasándole las riendas a Ahmed.

Mientras tanto dentro de la casa...

        - Podríamos ir a comer por el Bazaar – hablo Arash sentándose junto a su mujer.

        - Oh, claro cariño – contesto esta tomandolo de la mano.

        - Pues voy a llamar a Hasan y que vuelvan así podemos irnos, que contra antes nos vayamos mejor ya sabes cómo se pone eso – respondio Arash.

        - No, no hace falta Arash – dijo Leila levantandose. – Nosotras vamos a avisarles.

        - De acuerdo, pues voy a sacar el todo terreno.

Leila y ayudó a levantarse a Yasmine, y ambas se dirigieron a buscar a sus hijos.

Durante el camino ambas mujeres fueron conversando hasta que llegaron a donde estaban sus hijos, quienes estaban hablando y riendo.

Mientras que estabamos ahí hablando escuche a mamá hablando con la madre de Zahira, ambas estaban viniendo hacia aquí.

        - Hola chicos – saludaron ambas.

La madre de Zahira se puso entre ella y Daria. 

        - Hola mamá – saludo Zahira abrazando a su madre.

        - ¿Cómo os lo estáis pasando? – pregunto tomando la mano de Daria.

        - Muy bien, pero es una pena que no podamos montarlos – hablo está haciendo un puchero.

        - Bueno de todas formas nos vamos a ir a comer al Bazaar – hablo mamá. – Pero mañana si podéis.

        - Sí, eso les he dicho yo – conteste.

Después de estar un rato ahí hablando, finalmente nos fuimos hacia el coche, pues papá me acaba de llamar preguntándome si íbamos ya.

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