El Viaje

       - Hola – saludo esta. – Estoy con Sami.

       - Vale pues ahora voy corriendo – dije colgando la llamada y comenzando a correr hacia la cafetería.

No tarde mucho en llegar a la cafetería, donde ya estaban Daria y Sami en la puerta de esta.

Comence a acercarme a ellas.

       - ¿Qué hacéis aquí fuera? – pregunte.

       - Oh es que yo acabo de llegar hace nada – respondio Sami. – Voy abrir.

Ambas la seguimos, mientras que abría la cafetería le pregunte que, si no había abierto, ya que Sami suele estar todo el día en la cafetería.

       - No he estado con Richard, le he estado enseñando la ciudad ya que el mañana se va a la capital y luego se marchará de nuevo – explico.

       - ¡Oh! Vaya – conteste haciendo una o con la boca.

Cuando Sami abrio la puerta, Daria y yo nos dirigimos al sitio de siempre, ya era una costumbre.

       - ¿Cómo fue la comida? – pregunto sentándose a mi lado.

Comence a reír.

       - Bueno estaba yendo bien hasta que comenzaron a hablar de su rollo – dije parando de reír.

Daria comenzo a reírse también.

       - Sami ¿Qué haces? – pregunte girándome hacia la barra.

       - Estoy preparando algo para merendar y unos cafes – respondio está desde la barra.

Mientras que Sami preparaba el café y el té, Daria y Zahira comenzaron a organizar el trabajo e crearon un grupo para poder hablar las cuatro.

Mientras que estabamos organizando todo, le dije a Daria lo que mamá me había comentado antes de salir de casa.

Sami se acercó a la mesa y dejo la bandeja con lo que había echo sobre esta.

       - ¿De qué habláis? – pregunto Sami comenzando a sacar los cafes y unas galletas.

Sami saco todo de la bandeja y la dejo en la mesa de alado para que no molestara.

Comence a explicarle a Sami lo que me había dicho mamá antes de salir de casa.

       - ¿Y no podéis ir juntas? – pregunto Sami sentándose al lado de Daria.

       - Si, ¿porque no se lo preguntas a tu madre? - pregunto.

       - Vale – conteste sacando mi móvil para llamar a mamá y preguntarle.

Mientras que esperaba a que mamá me cogiese el teléfono, comenzamos a explicarle a Sami la idea que llevábamos.

Después de un buen rato Leila finalmente contesto a Zahira.

       - ¿Dime cariño? – pregunto mamá

       - ¿Puede venir Daria al viaje con nosotros? – pregunte.

       - Espera que le pregunte a Ali, estamos justamente ahora con sus padres – contesto.

Puede oír como mamá hablaba con Ali y los padres de Daria.

       - ¿Qué dicen? – me pregunto Daria.

       - No lo sé, están hablando con los tuyos, que estaban juntos – susurre.

Poco después Leila, volvio a atender a su hija.

       - Cariño, ¿sigues ahí? – pregunto mamá.

       - Si, sigo aquí – respondí.

       - Si puede venir y dile que sus padres ya lo saben – hablo.

       - Vale, pues luego nos vemos en casa – dije colgando la llamada.

Cuando colgué la llamada, mire a Daria y comence a chillar, haciendo que Sami se tapase los oídos.

       - ¡Que! ¡que! – grito Daria.

       - Ha dicho Ali que sí que puedes venir al viaje y tus padres también – grite.

Ambas comenzamos a chillar mientras que Sami nos observaba con el café en la mano.

Después de abrazarse y saltar, ambas amigas volvieron a centrarse sin soltarse de las manos.

       - Bueno chicas había pensado una cosa – hablo Sami dejando su taza de café sobre la bandeja en la mesa de alado.

Ambas la miramos.

       - ¿El qué? – preguntamos a la vez.

       - Y porque no llamáis a vuestras amigas y lo hacéis hoy, así tenéis las vacaciones libres, yo os puedo ayudar – explico mientras se levantaba.

       - ¿No te importa? – pregunto Daria levantandose para ayudarla.

Sami nego con la cabeza.

       - Para nada – respondio sonriendo.

       - Ok, pues vamos a llamar a Amira – conteste.

Mientras que Daria ayudaba a Sami en la cocina, yo comence a llamar a Amira, quien tardo un poco en cogérmelo. Cuando estaba a punto de colgar finalmente me lo cogio.

       - Zahira, hola – saludo.

       - ¿Estas ocupada ahora? – pregunte levantándome.

       - No de echo estaba con Yaiza ahora – respondio. - ¿Por qué? – pregunto.

       - Oh, era para preguntaros si querías venir al café de Sami y aparte también era para saber si tenías el teléfono de Yaiza, pero como veo que estas con ella, pues mucho mejor.

       - Me está diciendo que no tiene problema – hablo Amira.

       - Vale pues aquí os esperamos – conteste parando al lado de la entrada a la cocina.

Después de que Zahira colgara la llamada, aviso a Sami y Daria de que Amira y Yaiza estaban de camino.

Mientras que las esperábamos, ayudamos a Sami con lo que estaba cocinándonos para que pudiéramos cenar ahí en el café, esta chica siempre nos sorprendía.

       - Creo que alguien está tocando a la puerta – hablo Daria mirando hacia esta. – Oh mira es Amira y Yaiza.

Daria se acercó a la puerta y les abrio.

       - Hola chicas – salude desde detrás de la barra.

Daria les dirigio hacia la mesa.

       - Ves con ellas, yo acabo – hablo Sami empujándome hacia la mesa.

Le hice caso y me acerqué a la mesa.

Zahira volvio a saludar a las recién llegadas, y se sento junto a Daria. Ambas comenzaron a explicar lo que iban hacer.

Las cuatro comenzamos a hacer el trabajo, había que decir que trabajar con Yaiza había sido una buena idea, pues en media hora ya habíamos adelantado unas dos cuartas partes del trabajo, siendo lo más importante.

Después de horas las cuatro junto con la ayuda de Sami acabaron el trabajo y cenaron con lo que había preparado esta última.

Cuando acabamos el trabajo, Daria y yo nos despedimos de las chicas y nos marchamos hacia casa.

Cuando llegue a la casa, las luces estaban apagadas, por lo que supuse que ya estarían durmiendo, así que abrí la puerta con cuidado y deje el bolso en la percha, con cuidado me sente en el banco y comence a quitarme los zapatos.

Me dirigí a la habitación y me encerré para que no se viera la luz en el pasillo y no molestara a las papas. Mientras dejaba el móvil cargando, me dirigí al baño a quitarme el hiyab y el poco maquillaje que llevábamos.

Después de quitarse el hiyab y el maquillaje, Zahira se dirigio a la cama, cuando escucho a su madre entrar.

       - Hola cariño – saludo. - ¿Cómo te fue?

       - Muy bien ya lo hemos acabado – respondí cepillándome el pelo.

Leila se quedó un rato hablando con Zahira hasta que esta se quedó dormida.

A la mañana siguiente cuando Zahira bajo a desayunar, tanto Ali como Leila le explicaron que el viaje se iba adelantar una semana antes de lo previsto y que este se iba a hacer el miércoles de la semana en la que entraban.

El finde semana paso bastante rápido, entre ayudar a mamá a preparar maletas y quedar con mis amigas, ahora teníamos a una nueva integrante en él, a Yaiza.

Por fin había llegado el miércoles, Daria y yo estabamos esperando al lado de la puerta del coche, mientras que sus padres y los míos hablaban.

       - No hay otro momento mejor – hablo Daria suspirando.

Al fin mis padres se despidieron de los de Daria y se acercaron al coche.

       - Haya vamos Isfahán – dijo Dada abriendo el coche.

Daria se despidio de sus padres y se subio al coche, abrochándose el cinturón.

Teníamos de recorrido dos horas, por lo que Dada había preparado música para que fuéramos entrenadas en el viaje.

Después de dos horas por fin habíamos llegado a la casa donde nos hospedaríamos, era enorme.

       - ¡Wow! – dijo Daria. – Es enorme esta casa.

Asentí con la cabeza, era verdad.

Mientras que ambas chicas miraban todo con curiosidad por la ventanilla, en la puerta de la casa ya los esperaban los dueños con el hijo de estos.

Papá aparco el coche y todos bajamos. Papá se acercó al dueño y los saludo.

       - Venir aquí – nos llamó Dada.

Leila empujo a ambas chicas, quienes se encontraban algo avergonzadas.

      - Buenas tardes – saludamos Daria y yo.

      - Hola – saludo el hijo. – Es un placer teneros en mi humilde morada.

Todos ayudamosa descargar el coche, Hasan era bastante atractivo.

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