Conozcámonos

Comenzamos a andar hacia la mezquita, mientras que íbamos hablando, llegamos.

        - Ya estamos - dije señalando hacia le mezquita.

Ambas comenzaron a observar.

        - Wow, que bonita es, ¿podrías hacernos una foto? - pregunto Daria entregándome su teléfono.

        - Sí, claro - respondí tomandolo.

Ambas chicas se alejaron para que pudiera tomarles las fotos y que se viese el edificio.

        - Hasan - me llamo Daria.

        - ¿Si?

       - ¿No quieres que te hagamos a ti? - pregunto.

      - No, no tranquila - conteste devolviendo el teléfono.

      - ¿Entramos?

      - Si - respondieron ambas al unísono.

Los tres entramos a la mezquita. Las mujeres se dirigieron hacia el lugar que era solo para ella, mientras que yo me quedaba en la zona principal esperándolas.

Mientras las esperaba con el móvil se me acerco un extranjero.

       - Hola disculpe - hablo el desconocido.

      - ¿Si? - pregunte mirandolo.

     - ¿Me podría indicar como llegar a un lugar?

Todo sea por la economía del país, pense.

            - Sí, claro - conteste todo lo simpático que me salio.

El desconocido me mostro su teléfono.

       - Se ha apagado la pantalla - dije señalando hacia su teléfono.

       - Oh, no me quede sin batería - suspiro.

      - Dígame a dónde quiere ir y yo se lo busco en mi teléfono - hable encendiendo el mío y metiéndome al google maps.

      - Oh, quiero ir con mi familia - hablo señalando hacia una mujer rubia con un niño en brazos y otro agarrado de sus faldas.

       - Ok, dígale que venga - dije señalando hacia su esposa.

El desconocido la llamo en un idioma que no entendía.

Cuando la mujer se acercó a donde estaban el desconocido le dijo a Hasan donde querían ir.

Les explique por donde tenían que ir hacia el bazar.

        - Muchas gracias joven.

Me quede viendo como la familia se alejaba por las pequeñas callejuelas.

Iba a volver a entrar, cuando las vi salir.

         - ¿Ya? - pregunte acercandome a ellas.

         - Si - contesto Daria.

- No queríamos que estuvieses esperándonos - siguio hablando Zahira.

- Oh, no no - conteste moviendo mis manos. - No me hubiese importado - sonreí.

Hasan les ofrecio ir a tomar algo a una cafetería cercana a la mezquita.

Cuando llegamos a esta, nos sentamos en la terraza y pedimos algo, descubrí que Zahira era una amante del café, todo lo contrario, a mí.

Mientras que estabamos ahí tomando lo que nos habíamos pedido.

         - Sabes habíamos pensado Zahira y yo habíamos pensado en hacer nosotras hoy la cena - hablo Daria dejando su vaso en la mesita. - Tu madre y Leila ya lo saben.

Me quedé viéndolas y asentí con la cabeza.

          - Me parece de cine. - Si queréis ahora vamos a comprar lo que necesitéis.

Después de tomarse sus bebidas y pagar los tres se dirigieron al supermercado a comprar lo necesitaban para la cena.

Mientras que íbamos por el supermercado, se me ocurrio decirle a Zahira si podíamos conocernos más en profundidad.

Daria que estaba mirando cosas se giró hacia nosotros.

              - Si conoceros - hablo volviéndose a girar a su rollo.

              - Oye - protesto Zahira, pero Daria corrio con el carro hacia delante.

              - Bueno si quieres - dije tímidamente.

           - Eh, si si claro es que me ha pillado por sorpresa.

Después de comprar todo salimos a la calle.

          - Voy a llamar para que nos recojan - dije sacando mi teléfono..

Mientras que llamaba a mamá casi fui atropellado por unos niños que andaban en bicicleta, si Zahira no hubiese estirado de mí.

           - ¡Vosotros! Renacuajos, llevad cuidado con las personas - les riño una señora agitando sus brazos.

Los tres comenzamos a reír.

          - Dime cariño, ¿pasa algo? - pregunto nada más descolgar.

         - No nada era para deciros que si podéis venir a por nosotros.

       - Sí, hijo ahora iremos a por vosotros - contesto mamá. - Envíame la ubicación.

Colgué la llamada y le envié la ubicación por mensaje a mamá.

         - Ya está, ahora vendrán.

Poco después llegaron los padres de Hasan. Ali bajo del coche y ayudo a Hasan a meter las bolsas en el maletero.

          - Súbase usted, yo acabo de arreglarlo.

Ali se marchó y les hizo que ambas chicas subiesen también.

Finalmente me subí también.

            - Bien ahora a casa - hablo subiéndose finalmente al coche.

Papá arrancó el coche y nos dirigimos hacia casa.

Durante el camino Zahira y Daria se quedaron dormidas. Yo iba apoyado en la ventana con los cascos escuchando música.

Cuando llegamos me quité los cascos y las moví del hombro para que despertasen.

Ambas aun medio dormidas bajaron del coche y se dirigieron a ayudar para descargar.

          - No hace falta - hablo papá.

         - Hasan - me llamo.

Me acerque a él, pensando que quería que lo ayudara.

            - Llévalas a su habitación que ellas aun no la han visto y así descansan un poco antes de la cena, - y dales una manta.

          - Ok.

Hasan entro con ambas y las guio hacia la habitación.

       - Voy a traeros unas mantas - dije saliendo de la habitación.

Fui a la habitación de la mamá y saque del baúl que tenía delante de su cama dos finas mantas.

Cuando volvía a la habitación, pude escuchar como Zahira le preguntaba si creía que estaba bien en darme una oportunidad en que nos conozcamos.

          - Si porque no - respondio Daria. - No se le ve un mal chico.

Hice un poco de ruido antes de entrar.

           - Hola ya estoy de nuevo aquí - hable entrando, mirando a Zahira quien se puso roja como un tomate.

            - ¿Qué le pasa? - pregunte mirando a Daria mientras la soñaba.

           - Nada, cosas de mujeres - rio.

             - Aquí tenéis - dije entregándoles las mantas.

Zahira y Daria agradecieron por las mantas y ofrecieron a Hasan que se quedara con ellas, cosa que acepto gustos.

Los tres estuvieron un buen rato ahí hablando hasta que ya era la hora de preparar la cena, y se dirigieron hacia la cocina a hacerla.

En la cocina ya estaba mamá y la señora Leila.

      - Oh ya estáis - hablo mamá pasándoles a ambas un delantal.

      - ¿Nos ayudas? - pregunto Zahira.

       - ¿Mamá me das un delantal? - pregunte.

        - Si claro - contesto pasandome el del papá.

Los cincocomenzamos a preparar la cena, bueno las mujeres yo les iba ayudando en lo quenecesitaban.

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