Centro Comercial
Después de rellenar aquel formulario me levanté y fui a entregárselo a la mujer del mostrador.
- Aquí tiene – dije entregándoselo.
- De acuerdo, pues ahora enseguida te llamo, y tendrás que subir al primer piso – contesto.
- De acuerdo – hablé girándome para dirigirme donde estaba papá.
Yendo hacia donde estaba papá, puede oírlo a este hablar por teléfono, me acerque y me sente en el sillón junto a él.
- Es mamá – susurro tapando el teléfono.
- Oh, vale – conteste también en susurro.
Daylan sacó su teléfono y se puso a hablar con Luca, mientras que esperaba a que la mujer del mostrador volviese a llamarlo, para subir al primer piso.
- ¿Cómo va? – me había escrito Luca.
- Estoy esperando a que me llamen, ya he rellenado un formulario que tenía que rellenar, escribí contestándole.
- ¿Las clases cómo van? – pregunte. – Pásame luego lo que hagáis.
Mientras que me escribía con Luca, la mujer del mostrador me llamo.
Me despedí de Luca, y le dije que luego nos veríamos en el centro comercial.
Daylan se levantó del sillón, y su padre hizo lo mismo.
- ¿Subes tu solo o te acompaño? – pregunto este.
- No tranquilo papá subo yo solo – respondí.
- Bien, bien, pues entonces hijo me voy corriendo que tu madre quiere que compre un par de cosas para la noche – hablo dandome un abrazo y marchándose hacia la salida.
Me dirigí hacia el mostrador, en este la mujer del mostrador me entrego el formulario que había rellenado antes, y me explico donde se encontraba el despacho del gerente.
Daylan se dirigio hacia las escaleras y subio al primer piso y busco el cartel de gerente como le había indicado la secretaria.
Llame a la puerta, una voy proveniente de dentro no tardó mucho en decirme que pasara.
Antes de abrir la puerta superé y la abrí.
Daylan abrio la puerta y entro al despacho, era un despacho pequeño con una mesa al final de este y un par de estanterías cargadas con carpetas.
- Buenas tardes, tú debes de ser ¿Daylan Douglas? – saludo levantandose de su silla.
- Si, ese soy – respondí acercandome a la mesa extinguiéndole la mano.
Aquel hombre la tomo y me dio el apretón.
- Toma asiento, por favor – pidio.
Me sente en una de las sillas que había enfrente suyas, y le entregue el formulario que había rellenado.
- Oh, muy bien – dijo aceptándolos.
- Bueno antes comenzar me voy a presentar, mi nombre es David Scott. – hablo extinguiendo su mano.
- Un placer señor Scott – conteste aceptando la mano.
- No me gustan las formalidades, así que me puedes llamar por mi nombre de pila – respondio.
Daylan asintio con la cabeza.
- Bueno cuéntame ¿Cómo que es quieres apuntarte y porqué lo quieres hacer?
- De toda la vida me ha gustado la idea de poder ayudar a alguien, ya sea necesitado como no tan – comence a hablar.
- ¿La idea de ayudar te viene de familia? – pregunto.
- Mi padre es militar de la ONU retirado – respondí.
- Oh vaya, ahora lo entiendo de donde viene tu afán de ayudar a los demás – contesto sonriendo.
- Y mi madre pertenece a una organización benéfica junto a sus amigas, ellas crean ropa a mano para niños y luego lo donan – seguí hablando.
- ¿Tu madre pertenece a la Organización benéfica pequeños ángeles? – pregunto.
- Si, así es – respondí.
- Vale, de acuerdo, y dime ¿no tienes problema en viajar por ahí o prefieres oficinas? – pregunto.
- A ver yo ahora mismo estoy acabando la carrera, me quedan dos años, pero sí que podría acoplarme y hacer la carrera online.
- Mm, no, no haría falta – respondio. - ¿En qué universidad estas? – pregunto.
- Estoy en la Universidad de Edimburgo – conteste.
- Ok, pues durante estos dos años viajarías por Europa, en lo que se necesite, y luego ya más lejos, así puedes hacer la carrera tranquilamente.
- De acuerdo – respondí.
Y era así, porque siempre lo había pensado e incluso pense en la carrera y en ningún momento supe que hacer exactamente lo único que se me ocurría era hacerla online, pero el señor Scott me acaba de abrir los ojos.
- Bien Daylan, por mi parte yo te diría que te quedases ya a trabajar, pero esto lleva un proceso – hablo levantandose de su silla. – Mm yo creo que en dos días te llamaré de vuelta, ¿imagino que habrás apuntado tu número de teléfono en el formulario, ¿no? – pregunto dandole la vuelta a la mesa.
- Sí e incluso un correo electrónico – hable levantándome.
- Oh, de cine, creo que te escribiré directamente al correo porque siempre envían documentos y así si tú quieres te los imprimes en tu casa – contesto.
Daylan se despidio del señor Scott y se marchó a buscar las escaleras para poder salir.
Saqué el móvil del bolsillo para poder ver si tenía algún mensaje, vi que tenía una llamada de papá.
Daylan rellamó a su padre, quien tardo un poco en cogerle el teléfono.
- Hola Daylan, espera un poco – descolgó papá finalmente el teléfono. – Que estoy descargando.
- Vale, no te preocupes llamame cuando puedas – respondí colgando la llamada.
Mi teléfono comenzo a sonar nuevamente, era Luca.
- ¿Dime? – pregunte abriendo el coche y subiendo a este.
- ¿Has acabado ya? – pregunto.
- Si acabo de subirme al coche – respondí arrancándolo.
- Vale, nosotros ya estamos en el centro comercial – hablo.
Pude oír como hacía callar a uno de nuestros amigos.
- Vale pues ahora voy hacia ahí – conteste.
- ¿Cómo ha ido? – preguntó.
- Ahora te cuento – respondí. – Te cuelgo.
Comence a conducir hacia el centro comercial, estaba algo retirado de la ciudad, así que aceleré el coche y salí a la autopista.
No tarde mucho en llegar al desvió, este estaba atascado de coche lo que hizo que tuviera que parar.
En ese momento comenzo a sonarme el teléfono de nuevo. Lo conecte a los altavoces del coche.
- ¿Dime Luca? – pregunte.
- ¿Por dónde vas ya? – pregunto.
- Estoy en la curva que da acceso al centro, pero hay atasco – contesto.
- Ha habido un accidente – hablo.
- Ostia ¿es muy grave? – pregunte.
- Parece que si – respondio.
- ¿Está la ambulancia o algo? – pregunte frenando en coche y cogiendo el teléfono, mientras que lo ponía en altavoz y bajaba a ver si veía algo.
- Eh, si acaba de llegar justo ahora – dijo suspirando.
- ¿Tu dónde estás Luca? – pregunte subiéndome de nuevo al coche.
Luca tenía pavor a los accidentes, pues había perdido a su hermano mayor en un accidente automovilístico. Su hermano iba con su moto cuando el accidente sucedió, aquel camionero borracho lo arrolló uno kilómetros hasta que se dio cuenta de que estaba arrastrando bajo las ruedas a alguien, pero ya era demasiado tarde.
- Estoy en el centro comercial – respondio.
- Ok, no te muevas de donde estas, la policía ya está moviendo el tráfico – hable quitando el freno y arracimándolo.
- De acuerdo – respondio volviendo a suspirar.
La policía iba dirigiendo el tráfico, para que la gente curiosa no parase en el medio estorbando el tráfico.
Cuando me adentre a la rotonda pude ver que habían chocado una moto y un coche, el de la moto estaba tirado en el suelo con los paramédicos alrededor suyo.
Mientras que el del coche estaba andando de un lado nervioso, y de vez en cuando mirando al chico de la moto.
Daylan se dirigio hacia el parking del centro comercial, este estaba bastante lleno por lo que le costó encontrar algo de sitio.
Aparque el coche y baje de este buscando el teléfono de Luca para preguntarle donde estaba.
Luca me respondio bastante rápido, explicándome dónde se encontraba con el resto.
Daylan acudió donde le había dicho Luca.
Cuando llegue ahí estaban todos, incluso Sahara. Me acerque a saludar.
- Hola a todos – salude poniendome al lado de Sahara
Sahara se giró hacia mí y me saludo con la mano, sonriendo enseñado sus perfectos dientes blancos.
Le devolví la sonrisa y me giré hacia Luca para preguntarle a este como se encontraba.
- ¿Estás bien? – pregunte apretándole el hombro.
- Si ya estoy mejor – contesto sonriéndome.
- Tengo hambre, vayamos a comer algo – hablo Nick.
Todo el mundo asentimos con la cabeza, dirigiéndonos hacia la zona de los restaurantes.
Deje que los chicos fuesen delante y me quede con Sahara detrás de ellos.
- ¿Cómo que estás aquí? – pregunte.
- Oh es que Luca me ha dicho de venir – contesto. - ¿No te importa no?
Negue con la cabeza.
- Imagino que te lo ha dicho porque sabía que luego íbamos a cenar juntos – conteste.
- Sois como chicas, eh cotilleando todo – rio.
- ¿Cómo chicas? – pregunte mirándola con curiosidad.
- Ha ha si como chicas – rio más fuerte haciendo que Luca se girase hacia nosotros mirándonos curioso.
Durante el resto del camino fuimos en silencio, hasta que sentí la mano de Sahara.
- Esto Daylan – hablo en voz baja.
- Mm dime – susurre.
- Que si cenamos con ellos a mí no me importa – dijo jugando con sus manos.
- ¿Estas seguras? – pregunte. – A mí no me importa ir a otro sitio.
- No, no tranquilo enserio – respondio moviendo sus manos.
- Está bien – hable tomando su mano, y entrelazándola con la mía, haciendo que esta se pusiera roja.
Sonreí para dentro mío.
Todo el grupo entro a un pequeño local, ambientado en países los países árabes.
Nos dirigimos hacia una mesa vacía grande que había, yo me sente en el medio de Luca y Sahara.
- Qué bonito - susurro Sahara mirando a su alrededor.
- No creo que sea más bonito que tu – susurre también.
- ¡Queréis dejaros de susurros! – protesto Luca.
Ambos rieron mientras jugaban con sus manos.
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