Amistades

       - Dime Zahira – respondio mamá.

       - Hola mamá esto que te llamaba para decirte que me quedo a almorzar con Daria – conteste.

       - Está bien, pero Zahira a comer, por favor si ven a casa van a venir tus tíos – hablo mamá suspirando. – Espera un poco que descargue, que voy cargadísima.

       - Está bien yo estaré en casa – conteste apartándome para no chocarme con una chica que iba hacia nosotros corriendo.

Zahira se despidio de Leila y entro a la cafetería, dirigiéndose a su lugar de siempre junto a Daria y Amira.

       - ¿Qué te ha dicho tu madre? – pregunto Daria sentándose a mi lado.

       - Que a la hora de comer sí que vaya que vienen mis tíos a comer a casa – respondí sacando de la bolsa el pan de kebab que me había pedido.

       - Ala lo trajiste – dijo mirandome sonriendo.

       - ¿Quieres Amira? – pregunte girándome hacia esta.

       - Oh gracias – contesto tomando un pan.

Daria se la quedo viendo.

       - Te vigilo Amira, eh – dijo señalándola.

       - Ay no seas así – protesto esta. – Mira todo lo que tienes – dijo tomando la bolsa de los panes y enseñándosela.

       - Eso, tacaña – dije riendo.

Las tres comenzaron a almorzar mientras que hablaban y reían contando sus aventuras y la idea que llevan cuando acabasen sus carreras.

Después del almuerzo volvimos a la última clase que teníamos.

       - No me apetece nada esta clase, no la entiendo – se quejó Amira cogiéndose de mi brazo.

       - Si es fácil – respondí.

       - Para ti que se te da fenomenal las matemáticas – hablo Daria cogiéndose de mí también.

Nos dirigimos hacia el final del pasillo donde se encontraba el aula que nos tocaba dar la clase. Lo único que no me gustaba de este profesor que nunca sabíamos dónde iba a dar su clase solo lo podíamos saber, el día anterior que lo enviaba por mensaje o en el mismo día.

       - Encima parece que jamás tendrá un aula asignada para él – protesto Daria.

       - En eso te doy la razón – respondí separándome de ellas, para que pudiéramos entrar.

Cuando entramos el profesor ya se encontraba en el aula.

       - ¿Llegamos tarde? – pregunto Amira.

       - No habéis llegado a tiempo – le contesto este.

Las tres se dirigieron hacia sus asientos, Daria y Zahira se sentaron juntas como lo hacían siempre a excepción que el profesor hiciese grupos para que trabajasen por equipos.

       - ¿Qué creéis que haremos hoy? – pregunto Amira girandose hacia atrás.

       - Ya lo tenemos prácticamente todo dado, así que no creo que mucho, mm quizás nos ponga algún trabajo – hable sacando la libreta que utilizaba para tomar apunte en esa clase.

Poco después de la pequeña charla de las amigas el profesor comenzo a dar la clase, avisandoles que iban a hacer un trabajo en equipo y que este lo podían elegir ellos mismos, aunque debía de ser de cuatro personas cada uno.

        - ¿Cómo lo sabías? – pregunto Daria mirandome.

        - ¿El qué? – pregunte mirándola curiosa.

        - ¡Uy, pues el que va a ser! – dijo señalando hacia el profesor.

        - Ah, no sé siempre lo hace cuando nos van a dar vacaciones – conteste. – Tu espera y ya verás.

El profesor siguio explicándonos de que iba a ser el trabajo y como debíamos de entregárselo.

        - ¿Eso también lo sabías? – pregunto Amira en susurro girandose hacia nosotras.

Asentí con la cabeza aguantándome la risa, viendo a mis amigas.

        - ¡Chicas! – nos llamó la atención el profesor.

        - Perdón – se disculpó Amira girandose de nuevo hacia delante.

        - Bien podéis comenzar ya a hacerlo, así ya tenéis algo adelantado y tendréis más vacaciones – hablo el profesor sentándose en la silla detrás del escritorio.

       - ¿A quién elegimos como cuarta persona? – pregunte mirando a mi alrededor.

       - A Yaiza, me cae bien y es lista – contesto Daria.

Me quede viendo a Daria.

       - ¡Ahuch! Eso duele eh – me queje llevándome la mano al corazón.

       - No seas exagerada – rio esta.

       - Ahora vengo – dije levantándome y dirigiendome hacia donde estaba Yaiza.

Yaiza era una chica tímida que no solía relacionarse con nadie a excepción que la gente la llamase para que estuviera en algún grupo, como pasaba en este caso.

Antes de llegar me paré no estaba segura de sí decirle algo, cuando esta me llamo.

        - Zahira – me llamo.

        - Eh si dime Yaiza – dije acercandome a ella.

        - ¿Puedo ir con vosotras? – pregunto.

        - Si claro de echo venía a preguntártelo, pero me sabia mal porque normalmente la gente te lo pide y luego bueno... - no acabe la frase.

        - No te preocupes – contesto levantandose de su asiento. - ¿Vamos?

Ambas volvieron a la mesa donde estaban sentadas Daria y Amira, esta última había dado la vuelta a su silla de manera que estaba sentada de espaladas al profesor.

        - Ya estamos – dije acercando una silla a Yaiza para que esta pudiera sentarse.

        - Espera Zahira que se sienta a mi lado – hablo Amira moviendo la silla que tenía a su lado. – Ven Yaiza tu a mi lado – dijo dando palmaditas a la silla.

Yaiza obedecio y se sento junto a Amira quien le sonreía en todo momento.

Zahira dejó la silla que había cogido de nuevo en su lugar.

        - ¿Cómo estás? – pregunto Daria a Yaiza.

        - Bien, bueno cansada de estudiar – contesto esta tímidamente.

        - No tienes que tener vergüenza, estamos entre amigas – hablo Amira colocándole bien el hiyab.

        - Gracias – contesto esta sonriendole.

        - ¿Cómo haremos el trabajo? – pregunto Yaiza.

        - Creo que deberíamos de reunirnos en la cafetería de Sami con nuestros ordenadores e hacerlo ahí – contesto Daria.

Las cuatro planeamos un día de chicas cara al finde semana para poder hacer cómodamente el trabajo. Yaiza nos dijo que tenía la casa para ella sola por lo que si no podía ser en la cafetería de Sami lo podíamos hacer en su casa sin ningún problema, lo que nos parecio a todas bien.

El timbre que daba por finalizada la clase y el ultimo día de clases no tardó mucho en sonar.

Zahira comenzo a guardar las cosas en su bolsa.

Cuando todas recogieron sus cosas se dirigieron hacia la salida.

        - Nos vamos – dije despidiéndome de Amira y Yaiza.

        - Vale vamos hablando – respondio Amira.

Zahira y Daria se dieron la vuelta y se dirigieron calle arriba hacia sus casas.

        - ¿Crees que acabaras tarde con la reunión? – pregunto Daria camino a su casa.

        - No lo creo – conteste. – Si acabo pronto te llamo y vamos a la cafetería de Sami.

        - Oh vale y así le decimos la idea que llevamos – hablo parándose esta delante de su casa.

Asentí con la cabeza y le di un abrazo.

Me dirigí hacia casa. Cuando llegue estaban mis tíos en la puerta.

        - Hola – salude.

        - Cariño ya estás aquí – dijo mamá besando mi frente. – Justo acaban de llegar tus tíos.

        - ¿Cómo ha ido la universidad? – pregunto mi tía abrazandome.

        - Bastante bien, nos han puesto un trabajo para hacer estas vacaciones, pero creo que en este finde semana lo acabaremos – explique.

        - Pero no os quedéis ahí – hablo Dada. – Pasad, pasad.

Zahira entro junto a su familia a la casa y se dirigio hacia el comedor donde tenía ya su madre preparada la mesa del comedor llena de comida.

Todos se sentaron a la mesa y comenzaron a comer y a reír mientras que contaban anécdotas de cuando eran jóvenes, de la misma edad que Zahira.

En uno de los momentos que estaba aburrida, pues los mayores se habían puesto a hablar de sus cosas mire el móvil para ver si tenía un mensaje de Daria.

        - Cariño me ayudas en la cocina – susurro mamá levantandose.

        - Si claro – dije levantándome también.

Me dirigí con mamá hacia la cocina.

        - ¿Te estas aburriendo cariño? – pregunto cuando entramos a la cocina.

       - Un poco la verdad – respondí.

       - ¿Quieres irte? – pregunto está sacando de la nevera un pastel de manzana.

        - ¿Puedo? – pregunte sacando los platos de los postres.

        - Claro que puedes cariño – contesto.

        - A por cierto Zahira – me llamo mamá antes de que saliera por la puerta.

        - Dime – dije girándome hacia ella.

        - Ali y yo hemos programado un viaje a la capital, para ir los tres – explico.

        - Oh me parece buena idea mamá – respondí.

        - Despídete de tus tíos – grito.

        - Si voy a ello – grite también.

Me acerqué al comedor y me despedí de mis tíos quienes me abrazaron.

        - ¿A dónde vas? – pregunto Dada.

        - Me voy a reunir con Daria – conteste.

        - De acuerdo me lleva cuidado – hablo mientras seguía charlando.

Zahira se dirigio hacia la puerta y tomo su bolso, mientras llamaba por teléfono a Daria quien no tardó mucho en cogérselo.

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