Capítulo 26
Pasado
-¡Avery, tenéis que pasarme la quaffle! —nos vuelve a gritar Flint durante el entrenamiento, en el que no le hacemos caso—. ¡Avery!
—Si te pasamos la quaffle perdemos, ¿o acaso no viste la victoria contra Gryffindor? —le contesto a la vez que vuelvo a pasarle la quaffle a May.
—Vamos, Flint, tienes que dejarlas jugar como ellas saben, si siguen así podremos aplastar tanto a Hufflepuf como a Ravenclaw —le dice Higgs—. Ellas marcan tantos, yo cojo la snitch, es fácil y rápido.
—Sin nosotras no tienes nada que hacer Flint, y lo sabes —le dice May, que lanza con fuerza hacia Bletchley, que se queja al recibir el golpe en el estómago—. ¡Pero si sabías que te iba a lanzar la quaffle!
—¡Pero has sido muy bruta! —le contesta, devolviendole la quaffle con fuerza, pero May ni siquiera se inmuta y la coge fácilmente para, luego, pasarmela.
—Marcus, sin nosotras el equipo está hundido, no es que seas malo, es que no tienes a nadie más, solo está Adrian y necesitaríais a una persona más —le digo, pero él solo me gruñe.
—¡El entrenamiento ha terminado, nos vemos el viernes por la tarde! —grita, ignorandome.
—¡Tira, Avery!
Con toda la fuera que tengo le lanzo la quaffle a nuestro guardian, que vuelve a estar despistado y recibe el segundo golpe en el estómago, a pesar de que me había dicho que lanzara. Si en el partido no es capaz de recuperar las quaffles que le lanzamos no teníamos oportunidad de jugar de forma defensiva si lo necesitasemos.
—¿Qué tal van tus costillas? —me pregunta May, poniendose al mi lado mientras que volamos hacia el vestuario—. Pensaba que te perdía cuando vi la sangre.
—Madame Pomfrey hubiera hecho lo imposible para que eso no pasase —le contesto, desmontando a la vez que ella—. No vuelvas a regañarme por no haber ido antes, de verdad, ya lo entendí, tenía que haber ido, pero no se me ocurría nada con lo que justificar que tenía una costilla rota y...
—¿No hace demasiado frío? —me interrumpe May y entiendo porqué lo dice cuando veo salir el vaho de su boca.
—Creo que no vamos a poder ducharnos aquí —le digo, acercandome a las duchas y viendo como tienen una gran capa de hielo.
—Las bóvedas malditas —murmura May y no me hace falta girarme para saber que está emocionada por la historia y porque sea real.
—Venga ya, May, las cerraron todas —le contesto— Achternaam las cerró todas, casi muere por ello, lo leíste en el Profeta. Hay una explicación más racional, como que estamos en pleno mes de diciembre.
—No, ha cerrado cuatro de las cinco bóvedas malditas de Hogwarts, April —me dice, para luego agarrarme la mano y sacarme del vestuario—. Vamos, tenemos que encontrarla, tiene que saber esto.
—¿No deberíamos hablar con los profesores?
—¿Nunca me has escuchado cuando te hablaba de ella?
—Bueno... si te soy sincera...
—¡April!
—¡No es mi culpa, hablabas mucho de ella!
—¡Porque es alucinante!
—¡Porque te gusta!
—¿Qué? —grita May con una voz terriblemente aguda—. ¡No me gusta Achternaam!
—May... —le digo suavemente, tratando de acariciar su brazo, pero ella se aparta—. No es solo porque no forma parte de los sagrados veintiocho, es una chica, sabes que padre nunca lo va a permitir.
—Lo sé, pero... quiero soñar, ¿vale? Sé que está con Haywood y que me saca cinco años, pero...
—Bah, encontrarás a alguien mejor que la rompemaldiciones, ahora, ¿vamos a contarle sobre el hielo maldito? —le digo, abrazandola hasta que veo a mi gemela sonreír. Las dos sabemos que nuestra libertad es limitada, siempre lo hemos sabido como hemos sabido qué nos gusta.
—Claro, ¿dónde crees que puede estar? —me pregunta mientras que vamos hacia el castillo—. Quizá está en la biblioteca, ¿no? Este año se gradúa.
—Quizá deberíamos preguntar a Snyde después de ducharnos, son amigas así que quizá sabe donde está o, al menos, puede contarle lo del hielo para que lo investigue —le digo y ella asiente.
—Quizá no deberíamos esperar a ducharnos —murmura May y levanta el brazo para señalar algo a lo lejos.
Al principio no consigo ver que es, pero pronto distingo la cabaña del guardabosques totalmente cubierta por el mismo hielo que había en los vestuarios. Y no es solo eso, el hielo se extiende hacia el castillo, dejando en el suelo un camino bastante peligroso.
—Creo que no podemos esperar, ve a buscar a Snyde, yo voy a ver si encuentro a algún profesor.
May asiente y ambas salimos corriendo hacia el castillo. Seguramente lo hayan avisado más alumnos, es imposible que no se hayan dado cuenta de lo que está pasando en Hogwarts. Nada más ponemos un pie en el castillo, May sale corriendo hacia las mazmorras y yo voy todo lo rápido que puedo al Gran Comedor, donde espero que haya al menos un profesor ya que es casi la hora de la cena. Y, para mi suerte, choco con la profesora McGonagall.
—¡Profesora, el castillo está lleno de hielo! —le digo, sin disculparme por el golpe—. Estaba con mi hermana en los vestuarios y ni siquiera nos hemos podido duchar, están congelados, ¿son las bóvedas malditas?
—Gracias por avisarme, Avery, no hay nada por lo que preocuparse, tenemos todo bajo control —me responde la profesora McGonagall y empieza a irse rápidamente—. ¡Vuelva a su sala común, no salga hasta que vaya el profesor Snape!
—¡Pero profesora! —grito mientras que veo como se va y suspiro. No merece la pena discutir.
Salgo corriendo hacia las mazmorras, intentando tardar lo menos posible para encontrarme a la famosa MC Achternaam en la puerta de mi sala común, con mi gemela al lado, Snyde, Haywood, Charlie Weasley y a Nymphadora Tonks.
—Espero que tu hayas tenido más suerte que yo, May —le digo a mitad del pasillo y ella asiente—. La profesora McGonagall me ha dicho que vuelva a la sala común y no salga de allí hasta que venga el profesor de Snape.
—Así que tu eres May ... —dice Achternaam mirando a mi hermana, y luego me mira a mi— y tú eres April. Encantada de conoceros, los gemelos no dejan de hablar de vosotras. Y todo Hogwarts, buen partido.
—Te van a matar —le contesta Charlie sonriendo, a lo que ella niega.
—Es mi venganza, no me dejan el mapa y saben lo bien que me vendría, solo sería un momento —se queja ella, pero pronto se recompone—. Bien, todos sabéis que Rowan está en la enfermería porque el hielo maldito la atacó estando en el pasillo, ¿verdad?
—Sí —responden todos sus amigos a la vez mientras que May y yo nos miramos sin entender nada.
—La última vez fue Bill quien me acompañó a la bóveda, pero ahora no está así que...
—Voy contigo —la interrumpe Haywood—. Quizá no soy tan buena como Bill con los hechizos de fuego, pero creo que entre las dos podremos...
—No, no vienes —la interrumpe Achternaam, y viendo como va a protestar la calla —Penny, no puedo dejar que te pase nada. El hielo está siendo más agresivo que la última vez, Rowan ya está en la enfermería, no puedo permitir que tú acabes allí también.
—Me parece estupendo que quieras proteger a tu novia, ¿podemos irnos ya? —le dice Snyde, que luego se gira hacia nosotras dos —. Adentro, Avery. Las dos.
—¡Pero no es justo! —decimos a la vez, lo que parece hacer reír a Achternaam.
—Son iguales que tus hermanos —le dice entre risas que oigo perfectamente—. Me apuesto cinco galeones a que acaban juntos.
—Yo digo que April va a acabar con Fred y May con George —le contesta Charlie Weasley con una sonrisa, a lo que no puedo evitar meterme entre los dos.
—¡No vais a apostar nada, no pienso salir nunca con ese! —le grito al pelirrojo, lo que solo le hace reír.
—Mejor para mi, dinero fácil —dice Achternaam, que me da un pequeño empujón hacia la puerta de mi sala común—. Vamos, Mérula, la profesora McGonagall nos debe estar esperando.
—Ten cuidado —le dice Haywood a su novia después de besarla.
—Son tan monas —oigo decir a May a mi lado, lo que me hace reír.
—¡Os veo luego, intentad proteged a todo el que podáis, R puede estar en cualquier lugar! —grita Achternaam desde la mitad del pasillo, y veo como Tonks, Haywood y Charlie asienten.
—Vamos, meteros dentro, tenéis que ducharos, vais a coger frío —nos dice Charlie, que empieza a irse junto a sus amigas—. Tened cuidado, chicas.
—Queremos ayudar —dice May, y yo asiento. No quiero quedarme encerrada en la sala común sin nada que hacer hasta que podamos salir de allí.
—¿Y si el hielo maldito llega hasta nuestra sala común? Estamos justo al lado del lago, probablemente se congele —le digo a Charlie Weasley, que suspira ante nuestra insistencia y mira a sus amigas, que sonríen.
—Venga, venid, pero hay una condición —dice y levanto una de mis cejas—. Bueno, son dos, la primera, no hacéis nada estúpido, la segunda, vamos a por Fred y George.
—¿Qué? ¿Por qué tienen que venir? —me quejo mientras que me cruzo de brazos.
—Son vuestro seguro —dice Charlie— si un profesor os pilla, les echáis la culpa.
—Pero... son tus hermanos —dice May y él asiente.
—Y durante el último entrenamiento de Quidditch decidieron probar su surtido de bromas contra mi, normalmente lo hacen con Percy, pero no sabemos muy bien donde está ahora... así que la víctima fui yo.
—Y nos vas a utilizar para vengarte. Perfecto, estoy dentro.
—O nos vamos ya o nos van a acabar pillando —dice Tonks, que luego nos mira a May y a mi—. ¿Seguras que podéis estar con nosotros? Somos traidores a la sangre.
—¿Y tú que sabes? —le contesto, sabiendo que tiene razón. Aunque, de todos modos, da igual, las cosas van a seguir estando mal por mucho que intente mejorar.
—Sí, tienes razón, yo no sé nada —dice, sonriente mientras que avanzamos por los pasillos hacia la torre de Gryffindor—. Mi madre, por otro lado, si lo sabe. Antes era una Black, ¿lo sabíais?
—Tonks, venga, no es momento de acertijos—dice Haywood, que mira nerviosa todos los pasillos—. Diles ya lo que le pasó a tu madre si es que vas a contarlo.
—Ahora es la oveja negra de la familia, nada preocupante, al menos vosotras os tendréis una a la otra, mi tía Cissy por el contrario... nunca quiere saber nada de mi madre, siempre devuelve las cartas que le manda. Incluso devolvió el regalo que le hicimos cuando nació mi primo —dice, como si nada, y May me aprieta la mano fuerte.
—¿Tu tía es Narcissa Malfoy? —dice May, que me aprieta más fuerte la mano.
—Sí, es tu madrina, lo sé May. ¿Puedo llamarte May? Si os llamo Avery va a ser difícil saber a quien me refiero en cada momento.
—Claro, puedes llamarme May —murmura ella.
—Es normal no creerlo, yo tampoco lo entiendo. ¿Cómo es posible que sea mi tía? La verdad es que no tengo el pelo rosa, pero no se lo digáis a nadie, no quiero que sepan que soy una metamorfomaga —dice, guiñandonos un ojo.
—Vuelvo en un minuto, voy a por los gemelos —dice Charlie, haciendo que todos le miremos—. Si viene un profesor a la sala de artefactos, sabéis donde es, iré a buscaros en cuanto esté todo el camino libre.
Haywood asiente mientras que Tonks suspira y empieza a cambiar su color de pelo. El rosa se desvanece para dejar un color amarillo pollo que le queda sorprendentemente bien. Pero, en cuanto vuelve Charlie con los gemelos, el amarillo desaparece de golpe para volver a ser rosa.
—¡Estupendo, ya estaba impaciente! —dice Tonks, gritando un poco—. ¿A dónde vamos? Tengo un plan estupendo para evitar a todos los profesores de Hogwarts.
—A la bóveda, por supuesto —dice Haywood, impaciente—. No puedo dejar que MC se enfrente sola a ella.
—Está con Mérula, Penny, estará bien —trata de tranquilizarla Charlie, pero ella niega—. Venga, la viste cuando fuimos a por el dragón, ambas van a estar bien.
—Esta vez es diferente, Charlie, lo sé —insiste Haywood.
—Sea diferente o no, creo que tenemos que movernos de aquí —dice uno de los gemelos Weasley, señalando a nuestra espalda.
Aunque el hielo parece que avanza lento, poco a poco empieza a llenar las paredes y el suelo del pasillo donde estamos. Charlie empieza a empujar a sus hermanos mientras que Tonks tira de May y Haywood me agarra del brazo para que salgamos corriendo.
—¿No podías haberlo dicho antes? —le digo mientras que bajamos los escalones rápidamente—. ¡Cada vez va más rápido!
—¡Cuidado con el escalón! —grita Charlie, pero llega tarde ya que Tonks mete el pie en uno de los escalones falsos de las escaleras y se queda con un pie colgando en el aire—. ¡Penny, llevate a los cuatro de aquí!
—¡Os vais a quedar atrapados! —le contesta ella y Charlie saca la varita para apuntar al hielo maldito—. Vamos, rápido, tenemos que llegar hasta el pasillo de la bóveda, creo que va a ser el luegar más seguro.
—¿Y ellos? —pregunta May y Haywood sonríe—. ¿Tienen un plan?
—Son Charlie y Tonks, siempre tienen un plan, aunque sea muy cutre. En la primera cita que tuve con MC vinieron a espiarnos a Madame Tudipié disfrazados de una forma muy ridícula —nos cuenta Haywood mientras que seguimos corriendo—. Fue un plan estúpido porque les ibamos a contar igual como fue nuestra cita, son nuestros amigos, pero ellos decidieron...
Haywood para en seco, consiguiendo que choque contra la espalda de Fred Weasley, mientras que May es frenada en seco por George, que evita que ponga un pie en el hielo que se está extendiendo desde el pasillo que tenemos delante.
—¿En qué piso estamos? —pregunta Fred después de lanzarme una mirada bastante desagradable que le devuelvo—. ¿Penny?
—Corred, voy a intentar detenerlo, pero tenéis que correr. Salid del castillo si hace falta —dice Haywood con la varita en alto.
Noto el movimiento que hace la mano de Fred Weasley antes de que intente coger la mía, y me aparto rápidamente, dando un bote. Miro a mi alrededor y veo que May ya no está aquí, al igual que tampoco lo está el otro gemelo.
—¡Idos ya! —grita Haywood, que no deja de intentar derretir el hielo maldito.
Fred Weasley extiende su mano derecha de nuevo, invitandome a cogerla. Vuelvo al tren, cuando evitó que me hiciera aún más daño del que ya tenía. El abrazo. El susurro. Cojo su mano sin pensarlo más.
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¿A qué no os esperabaís Hogwarts Mystery? Yo tampoco cuando empecé el fanfic, pero aquí estamos jejejeje.
MC Achternaam es el personaje de cada uno en el juego, Achternaam es apellido en holandés y MC es el nombre que no voy a desvelar nunca :)
Ahora viene un poquito de off-topic. El lunes empiezo de nuevo las clases con el máster. De momento mi intención sigue siendo subir todos los sábados, pero si veo que el máster se me va de las manos tendré que empezar a subir una vez cada dos semanas (creo que se me va a ir de las manos, he estado viendo las prácticas de la primera asignatura y ya me quiero morir con ella). Así que, por adelantado, me disculpo por no poder subir todas las semanas.
¡Espero poder la que viene!
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