Capítulo 110

Pasado

No entiendo para que nos hacen venir a ver el Lago Negro. Anuncian la prueba, nos dicen que será bajo el agua y tenemos que estar en las gradas mirando la superficie del agua hasta que los campeones salgan del fondo del lago con las personas que han secuestrado. 

— Mira, y si le das a este botón haces la foto, verás —May no deja de hablar con Bell, así que al menos tengo el entretenimiento de verla hacer fotos—. ¡Jordan, ponte ahí en medio con George!

— Que exigente eres, Avery —se queja, pero aún así se mueve donde le dice May.

— Vale Katie, ahora mira por aquí y haces la foto.

— Parece que se llevan bien —Fred me pasa el brazo por la cintura y me acerca hasta él. Bueno, puede que la prueba no esté tan mal si estamos así al menos.

— Ya sabes cómo es May —murmuro y él se ríe.

— Y tú también, venga, no muerden —me susurra al oído—. Sé que Angelina no te cae mal.

— No me cae bien, ni ella ni ninguno.

Fred vuelve a reírse porque sabe que estoy mintiendo. Claro que lo estoy haciendo, pero tampoco puedo dejar que me caigan bien, o al menos no puedo dejar que me vean hablar con todos ellos delante de todo el colegio.

— A mi tampoco me caes bien, Avery —dice Johnson, pero está sonriendo y sé que está mintiendo como lo estoy haciendo yo. Otra vez vuelve ese sentimiento que me dice que tenía que haber aceptado entrar a Gryffindor—, pero juegas bien al Quidditch.

—Tú tampoco juegas mal.

— ¿Eso es un cumplido, April? —Alexa para un momento de liarse con Adrian y nos mira a todos—. ¡Estas madurando!

— Vuelve a lo tuyo, pesada —le digo, pero ya no parece estar por la labor.

Es curioso todo esto porque desde aquel día bajo el árbol no es tan raro que haya algunos días que acabemos con los de Gryffindor. Al principio todo el colegio pensaba que el fin del mundo estaba por llegar y en la sala común tuvimos varias discusiones con algunos de los Slytherin más mayores y con algunos demasiado puristas de los más pequeños. Como Draco. Había aceptado lo de los gemelos, pero no llevaba muy bien que habláramos con el resto de los leones y nos advirtió de la realidad, que no iba a poder controlar a todos. Que fuera un Malfoy nos daba algo de seguridad, pero también teníamos una parte que hacer nosotras. Así que los hechizos volaron por la sala y nadie volvió a sacar el tema. Aunque las miradas seguían.

— ¿No podemos hacer cualquier otra cosa? —se queja Spinnet, viendo cómo su novia solo está con May y la cámara de fotos, Jordan posando de la forma más estúpida junto a George y Johnson hablando con Fred—. ¿Para qué nos hacen venir?

— Eso mismo me estaba preguntando yo.

Probablemente Spinnet es la que más indiferencia me produce. Sí, juega bien al Quidditch, pero nada más. Jordan es un pesado, pero sus comentarios en los partidos están bastante bien. Bell es bastante simpática y a May le cae bien. Y luego Johnson... bueno, puede que me molestase un poco que hubiera estado bailando con Fred en el baile de Navidad. Pero yo también lo había hecho y, además, Fred estaba conmigo. Pero me gustaba su lugar, su lugar en el grupo de amigos, su lugar en el campo de Quidditch. ¿Tener un equipo que confiaba en ti y conseguir el puesto sin discusiones? Ojalá haber tenido eso.

— Mirad, ya ha salido Delacourt —dice Adrian, señalando al lago.

La acción vuelve, porque parece que la hora se acaba y los campeones salen de nuevo. Diggory con Chang, Krum con Hermione y luego Potter con su Weasley y también con una niña rubia que debe de ser la hermana de Fleur por como grita y se intenta escapar para lanzarse al agua y cogerla.

— Deberían descalificar a todos, han salido después del tiempo —digo y los Gryffindor me miran como si estuviera loca—. ¿Qué?

— ¿Descalificar a Hogwarts? ¡Fred, tienes el gusto en el culo! —grita Jordan y siento la tentación de empujarle al lago para que pruebe un poco el agua.

— Claro que tiene el gusto en el culo, te ha elegido como amigo, me alegro de que te hayas dado cuenta tú solo y no hayas necesitado nuestra ayuda para darte cuenta.

Sigo peleando verbalmente con Jordan mientras que el jurado anuncia la decisión de la prueba y solo nos callamos porque Bell empieza a gritar que tenemos que escuchar. Y, el resumen, es que Potter y Diggory están en primera posición, luego Krum y, por último, Fleur. Eso sí que es una injusticia.

— ¡Tongo! —gritamos May, Alexa y yo desde las gradas, aunque a penas se nos oye con la fiesta que empiezan a montar todos.

— No sé que nos esperamos, esto es Hogwarts, Potter siempre va a salir beneficiado —dice Alexa y tanto May como yo asentimos. A ninguna se nos ha olvidado como, por su culpa, nos habían quitado la copa de las casas tres años atrás.

***

— Vamos, a los gemelos les hará ilusión que vengáis a su fiesta de cumpleaños, ¡estáis con ellos! —Johnson es, por lo visto, la encargada de montar la fiesta de los gemelos, aprovechando que les han dejado ir a hacer el examen de aparición hoy sábado.

— Lo celebramos con ellos el día de su cumpleaños, la fiesta es vuestra, de los Gryffindor —digo, aunque por dentro quiero ir—. La haréis en la sala común de Gryffindor, por si no te has dado cuenta, somos de Slytherin.

— La haremos fuera para que podáis venir. Y puedes invitar a tu amiga, la prefecta, y a su novio —propone y, sinceramente, no lo entiendo y se me debe de notar en la cara—. Mira, estáis saliendo con ellos, algo que a nosotros no nos gusta mucho, pero por lo visto les hacéis felices. Y no entiendo por qué a Katie le cae tan bien tu hermana, pero a Alicia le gusta ver a Katie contenta y, por mucho que no me guste tu hermana...

— Espera, ¿no te gusta mi hermana? ¿Cómo? —y eso sí que no lo entiendo. Es May, es imposible que no le guste a alguien.

—Venga, Avery, debes de ser la única que no se ha dado cuenta todavía. Bueno, tú, tú hermana y George, porque está demasiado embobado con tu hermana.

Oh. Le gusta George. Vaya. ¿Y aún así quiere que vayamos? Supongo que George le gusta bastante porque si no... no sé cómo lo haría yo. Bueno, si lo sé, aceptando la invitación de otro chico al baile, fingiendo que no le veo bailar con otra y que está mejor así. Pero nosotros era distinto.

— Creo que lo has pillado. En fin, no pensaba que esto iba a acabar así, pero...

— ¿Fuiste al baile con Fred para poner celoso a George? —se me escapa antes de que pueda controlarlo y a Johnson le entra una carcajada.

— Ah, no, es que no tenía pareja, iba pedírselo a George, pero él ya iba con May, tenías que haber visto lo contento que subió a la sala común... la verdad es que dolió, pero bueno, Fred andaba por allí y me preguntó si iba con él y, bueno, mi primera opción estaba cogida así que...

— Así que cogiste a mi novio como segunda opción —a una parte de mi le gusta que Johnson sea la segunda opción. Y esta mal, claro, pero las enseñanzas de madre no desaparecen. Al menos nunca he tenido a May, así que no tengo la cabeza tan podrida como la tiene gente como Pansy.

— Fui con uno de mis mejores amigos, eres insoportable Avery, y que seas tú la que mejor me cae de las dos.

No puedo evitar reírme. Que irónico, yo cayendo bien a alguien antes que May.

— Estaremos el sábado —digo, antes de irme a mi siguiente clase.

— ¡Dónde creasteis la cúpula, a las cuatro! —la verdad es que era todo un detalle decirmelo porque no me había dado cuenta de preguntar—. ¡Y venid antes, tenéis que poner ese hechizo!

Y a las cuatro menos cuarto estamos en el mismo árbol donde habíamos estado una tarde de febrero y May empezó esa extraña amistad con Bell. Bueno, en general, con todos los Gryffindor. Y yo también. Ponemos el hechizo mientras que los demás van colocando las bebidas y las comidas y, a las cuatro en punto, empieza a llegar la gente. Alexa, Adrian, May y yo somos los únicos Slytherin que hay en la cúpula, a diferencia de las otras casas. Incluso se han llegado a colar algunos de los de tercero, como Ginevra y sus amigas. Pero la fiesta no empieza hasta que no llegan los gemelos quince minutos después.

— ¡Sorpresa! —grita todo el mundo a la vez y ambos se empiezan a reír y a saludar a todo el mundo.

No paran, yendo de un lado a otro y nosotros decidimos quedarnos juntos. Los únicos que se atreven a acercarse son Ginevra y sus amigas y luego unas chicas de Ravenclaw de nuestro año, pero pronto volvemos a estar los cuatro solos.

O, mejor dicho, los tres, porque George no tarda en secuestrar a May en cuanto la ve y ambos parecen en otro mundo distinto durante unos segundos, para luego empezar a hablar con todo el mundo.

— No os esperábamos —dice Fred y veo como Alexa aguanta las ganas de sonreír de oreja a oreja.

— Oh, no, ¡nos toca ronda, Adrian! ¡Vamos!

Y tal y como habían llegado, se van, de la mano y riéndose. Podemos ver perfectamente como, en lugar de ir al castillo, se acercan al lago negro y empiezan a caminar por allí.

— Obviamente no tienen ronda —le informo a Fred que se ríe.

— Mentir no es su fuerte —responde él y entonces se inclina hasta mi oreja—. Hemos aprobado. Con honores.

— ¡Enhorabuena! —grito, antes de saltar a abrazarle. ¿Esto es lo que se siente al ser una bruja normal? Porque me gusta, lo quiero.

— Reserva el treinta de abril, tenemos planes —dice y luego extiende la mano—. ¿Vamos?

No sé qué planes tiene para el día de mi cumpleaños, pero si que sé que me muero de ganas de verlos. Así que le cojo la mano y dejo que me lleve a su mundo.

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Hmmmm vale creo que he encontrado el equilibrio????? No sé si me va a durar o no, pero nos vemos cada dos semanas por aquí 😉

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