39.Labios tatuados

Maratón día 1 (1/2)

Lisa en la foto(L)

LISA

Justo cuando iba a confesarle todo lo que sentía y pensaba sobre él, Sebastián decidió facilitarme el trabajo abalanzándose sobre mis hambrientos labios. Sentí en mi interior un clic que sonó en mi mente por primera vez desde que estaba con un hombre. La avalancha de sensaciones y de calor que me envolvió de forma tan imprevisible parecía querer tragarme sin compasión, pero lo peor de todo es que yo así lo deseaba.

En ese sofá donde él y yo habíamos compartido tantas conversaciones y cenas agradables ahora era el lugar donde las llamas que teníamos tan dentro de nosotros, se prendían a nuestro alrededor amenazando con consumir en cenizas todo a nuestro alrededor.

Mientras que la suavidad y dureza de los labios de Sebastián hacían su buen trabajo con los míos, su mano comenzaba a acariciar mi costado tan suavemente que un cosquilleo comenzó a sacudir mi cuerpo aún entumecido por la sorpresa.

El peso de Sebastián me obligó a acostarme en el sofá, colocándose él encima de mí entre mis piernas. Aquello... aquello que notaba....

Madre mía...

Varios gemidos salieron de mi boca cuando sus caderas chocaron con las mías en un intento de juguetear con mi deseo creciente. Mientras que él me besaba podía notar como la comisura de sus labios se estiraban en una pérfida sonrisa de satisfacción ante el espectáculo que yo ofrecía.

Desde luego la noche iba de bien a mucho mejor.

Sebastián tiraba de mis cabellos con suavidad mientras que el ritmo de sus caderas era tan sensual y sus labios tan implacables que parecía que mi corazón se pararía de inmediato por el gran esfuerzo que estaba haciendo por intentar llevar la sangre a todo mi cuerpo, ya que toda se me concentraba entre las piernas.

Mis manos se atrevieron a dar el paso acariciando la espalda de Sebastián por encima de su camisa. Entonces, él interrumpió el beso y literalmente se la arrancó como si le quemara en la piel.

Su piel dorada que tenía algunas cicatrices, se me mostraba en su magnificiencia intentando no suspirar del puro placer visual que me ocasionaba. Estaba realmente encantada, extasiada por lo que estaba descubriendo de él y de mí: de nosotros.

Éramos dos tormentas perfectas en el oasis destinadas a chocar, a mojarnos bajo nuestro paraíso perfecto donde sólo estábamos nosotros dos. A pesar de la rudeza que aparentaba, él era suave, amable, atento y apasionado; tenía los ingredientes de ser el amante perfecto por las noches y el novio maravilloso durante el día.

Aunque yo pienso que él sería mi amante no solamente por las noches...

Con un cuerpo así delante de ti, ¿Sólo lo usarías por la noche?

Yo no paraba de sonreír al igual que Sebastián. Ambos disfrutábamos por fin sin ataduras de nuestra compañía y eso era tan genial que parecía uno de los típicos sueños que tengo desde que conozco a Sebastián.

Entonces, con su gran fuerza me sentó sobre él para comenzar a desnudarme de cintura para arriba. Ahora su mirada ardiente estaba sobre mi escote y yo no sabía dónde meterme de la vergüenza.

"Pero Lisa, ¿Tú siendo tímida con un tío? ¿Pero qué leches te pasa?"- me grité a mí misma intentando espabilar y no aburrir a Sebastián. Lo único que me faltaba era que él decidiera largarse y dejarme con el calentón monumental que estaba cocinando dentro de mí.

Mi camiseta voló de mi cuerpo mostrando mi lencería de color blanco a un Sebastián que cada vez estaba más caliente bajo de mis piernas. Aquella temperatura no era normal para un ser humano, por lo que comenzaba a pensar seriamente que él estaba agarrando un buen catarro.

O bien que era extraterrestre.

Eso explicaría lo poco humano que parecía ya que era absolutamente perfecto.

Su voz ronca susurró en mi oído:

- Te vestiste así para mí, ¿verdad?

Yo me agarré de sus hombros mientras que su boca susurraba contra mi cuello levantándome la piel como si quisiera quedarme impresa sobre la suya.

Tenía la lengua anudada, el cuerpo sudoroso y tembloroso; parecía una adolescente en su primera vez, aunque bien sabía que no era así. Pero esa era la sensación...y eso me bastaba.

Las manos de Sebastián me acariciaron la espalda mientras me daba pequeños besos desde la parte trasera de mi oreja hasta el nacimiento de mi pecho. No quería que esta noche acabara y que mucho menos fuera la única noche así que compartiésemos.

Como si me leyera la mente, Sebastián me dijo de nuevo con su seductora voz:

-No quiero que esto acabe sólo aquí. Deseo tenerte cada vez que quiera, que te necesite, que mi piel me queme por tu piel. Y he de decirte que te necesito siempre, no solo para un rato.

Aquella confesión tan dulce y cargada de pasión me arrancó una lágrima de la nada, cayendo sobre el hombro desnudo de Sebastián. Él me miró atentamente con esa sonrisa que sólo era para mí y limpiándome las lágrimas me dijo:

-Me haces tan feliz, eres mi cura, ¿Lo sabes?, la cura que tanto tiempo estuve esperando para que mi vida pudiera retomarla bajo mi mano.

No sabía lo que él había pasado, por los infiernos que él había caminado porque no me había hablado de ello, pero de seguro deseaba saberlo todo fuera lo que fuese. Él era un hombre que merecía demasiado la pena para dejarlo marchar y eso mi corazón me lo había dicho.

Me lo había susurrado cada noche en sueños, cada momento que dejaba mi mente en blanco y aparecía su rostro.

Lo tenía tan claro desde el principio, pero el miedo había hecho de las suyas para evitar que ambos estuviéramos juntos. Pero las palabras de Sebastián me demostraban que quería algo más conmigo que una simple amistad con derechos.


-Y ahora mi preciosa mujer vamos a retomar lo que estábamos haciendo pero en tu cama, ¿Te parece bien?

Aquella proposición me hizo reír mientras que las lágrimas que aún quedaban en mi cara resbalaban por mis mejillas sonrosadas. Estaba tan feliz que no veía el momento de decírselo a mi madre o a Gina. Era algo tan surrealista y maravilloso que parecía estar viviendo la vida de otra persona, pero por primera vez los astros se alineaban y me daban una tregua que ojalá durara varios siglos.

Al menos hasta que me fuera al otro barrio.

¡Y comenzamos el maratón de la forma más candente!, espero que os haya gustado y no olvidéis poner en comentarios lo que os ha parecido, besitos(L)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top