30. Problemas en Carter Corp
LISA
Había entrado a trabajar más pronto que de costumbre porque gracias a Sebastián tenía motivos para despertarme temprano y deleitarme con el maravilloso desayuno que hacía en la cafetería de mi madre. Desde que él comenzó a trabajar allí, mi vida había dejado de ser aburrida y, desde luego, comenzaba a sentir algo por él.
Aunque no lo habíamos hablado, sentía una conexión especial con él. Las miradas que nos cruzábamos eran evidentes que llevaban algo más que simple amistad y eso cualquiera podía verlo.
En cualquier momento que podía, mi madre me llamaba o me mandaba un mensaje mostrando una gran aprobación acerca de Sebastián y de cómo le gustaría que él y yo fuéramos más que amigos.
Yo le daba largas, pero en silencio yo deseaba lo mismo. Pero aún no era el momento porque aún Sebastián se estaba habituando a su nueva vida. Él no me contó nada acerca de dónde provenía no qué hacía antes; parecía ser un gran misterio.
Ese misterio parecía dolerle, aunque intentaba ocultármelo poniendo la mejor de sus sonrisas, pero yo sentía cuando algo iba mal. Y por mucho que quisiera saber más acerca de él, entendía que por el poco tiempo que nos conocíamos, él no confiaba del todo en mí.
Cuando llegué a mi puesto de trabajo, dejé la chaqueta y el bolso en su lugar, instalándome tras el mostrador de recepción. Tomé el auricular, colocándolo en su lugar y fui a por un café aprovechando que no había nadie.
Cuando llegué al Open Space, escuché unos susurros en el despacho de Gabriel, ¿Había vuelto Cassidy?
Con el miedo en el cuerpo, me acerqué lentamente hasta quedar en el marco de la puerta que estaba entre abierta y comencé a escuchar. Distinguí dos voces; la de Gabriel y la de Jenny.
¿Qué hacía Jenny en el despacho de Gabriel?
-Gabriel, sabes perfectamente que me necesitáis en recursos humanos. Además, soy la hermana de Ryan y tengo derecho a trabajar en la misma empresa que él, ¿No crees?
¿Pero que pretendía esa zorra?
La voz de Gabriel comenzó a escucharse con suavidad como si aquella zorra se lo estuviera llevando a su terreno para conseguir lo que quería.
-A mí me gustaría mucho tenerte entre mi equipo, Jenny; darías una gran imagen en Carter Corp, pero debo de hablarlo con Mark para saber si está conforme con esto porque es el encargado de llevar la contratación de la empresa.
-Oh no se preocupe, acabo de venir de hablar con él y está de acuerdo. Me ha dicho que le comente que vendrá cuando pueda para firmar mi contrato.
-Entonces, no tengo más que decir, solo que bienvenida a nuestro equipo.
-Es todo un placer, Gabriel...
¿Por qué parecía que se hablaban como si fueran muy cercanos?, esto no me olía bien y lo más extraño es que Ryan no lo sabía...
Lentamente, me alejé de la puerta y decidí pasar del café para que esa zorra no pensara que la estaba espiando. Bajé rápidamente a mi puesto de trabajo, deseando que llegara el momento del descanso para hablar con Matt y pensar qué estaba sucediendo con Jenny.
Mientras que estaba sumida en mis pensamientos, mi teléfono comenzó a vibrar:
- ¿Sí?
- ¡Benditos los oídos que te pueden escuchar! -Dijo una voz alegre que conocía bien.
- ¡Oh dios mío, Gina! ¿Qué tal te va por Noruega?
- ¡Es genial, mientras mi hermano está de gira yo ando de tiendas y paseos todo el día!, la próxima vez te vendrás conmigo quieras o no.
Mi querida amiga Gina era la mejor amiga del mundo. Dice la leyenda que su hermano Colin estuvo enamorado de mi durante mucho tiempo, pero viendo lo frío que siempre ha sido, nunca me lo creí. El saber que Gina estaba pasándolo tan bien me hacía sentir realmente feliz porque la pobre acababa de salir de una relación muy larga de varios años. Era su primer novio y la había dejado porque, simplemente, se aburrió de ella.
Ella merecía a un chico de verdad que le hiciera la vida más fácil. Ella era una artista, una pintora como la copa de un pino. Algunos de sus cuadros estaban en mi apartamento y siempre los he visto como los más geniales que había podido ver nunca.
- ¿Cuándo vuelves a Nueva York?, se te echa de menos-Le dije intentando no mostrar mi tristeza para que no se preocupara.
-Vuelvo dentro de cinco días, para el fin de semana estaré por allí.
-Entonces, hay que organizar una fiesta genial de bienvenida-Le dije con una gran alegría al saber que tendría a mi mano derecha y mi fiel consejera a mi lado.
- ¿Qué tal está cuidando el piso mi inquilino? -Me preguntó mientras se reía al otro lado del teléfono.
- ¡Ah, pues estupendamente!, es un vecino realmente genial y tranquilo. No te preocupes, lo estoy vigilando de cerca.
Aquella frase la hizo soltar una sonora carcajada y sabía lo que venía ahora: "ronda de cotilleos".
-Entonces te viene bien que un chico como ése viva cerca de ti, ¿No?
- Pero ¿qué dices?¡No digas tonterías, simplemente me cae bien! -Le dije intentando ocultar mi nerviosismo, pero Gina me había pillado.
Sabía que tenía mucho que contarle cuando volviera a Nueva York y admitía que lo estaba deseando. Necesitaba una noche de chicas de forma urgente.
Cuando terminé la conversación con Gina, Jenny salió por la puerta principal de la empresa dirigiéndome un gesto de altivez típico de esa petarda millonaria. Tenía que hablar inmediatamente con Matt y decirle lo que había escuchado. Bastante teníamos con Cassidy en la empresa como para que ahora Jenny estuviera rondando por aquí. Lo que era seguro es que Matt sería uno de los grandes damnificados por la presencia de esa víbora.
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