27.La bronca del siglo



LISA

Estaba demasiado tranquila entre mis montañas de papeles y mi café recién sacado de la máquina y yo sabía que eso iba a ser cuestión de tiempo. Aunque Cassidy seguía agonizando en el hospital (aunque yo creo que más que agonizar se estaba intentando pasar por la piedra a cualquier médico/enfermero o empleado de mantenimiento) la tranquilidad en Carter Corp nunca duraba mucho. Pero en cuanto vi la melena pelirroja tan conocida como temida en la empresa, intenté esconderme bajo el mostrador para no tener que atenderla, pero ella me vio antes de que yo pudiera escapar. Puse mi mejor sonrisa a pesar de que deseaba morirme antes de escuchar sus graznidos de niña pija:

- ¡Buenos días señorita Carter!, tiene usted un excelente aspecto, ¿Qué se le ofrece?

- ¡Mueve tu culo y avisa a Carter de que estoy aquí! -Me gritó como si yo fuera o sorda o imbécil. Sin borrar la sonrisa le dije con la mayor amabilidad que pude:

-Lo siento, pero Carter está ocupado ahora mismo y me ordenó que no se le molestara en la próxima hora. Si lo desea yo misma le aviso por teléfono que está esperándolo por si tiene un pequeño hueco para usted.

-No es necesario; ya voy yo ¡Tengo el maldito derecho de pasearme por aquí como me dé la real gana!¡No necesito pedir permiso!

Y entonces dio un golpe en la mesa y se largó con el taconeo de esos zapatos que de seguro costaban más de lo que a mí de alquiler un mes. Suspiré y me tiré de los pelos intentando tragar el aire que me había robado esa arpía. Entonces una voz conocida me saludó con su habitual acento tan vivaz como siempre.

- ¿Dónde está la secretaria más bella de Carter Corp?,deja algo de belleza para el resto, linda.

Aquel idiota de Matt siempre me sacaba más de una sonrisa y eso lo apreciaba muchísimo. A pesar de que el día se presentaba tormentoso, él tenía la capacidad de hacer que el sol brille en cualquier lugar.

-Ha venido Jenny-Dije en un suspiro y por la cara que puso Matt, él deseaba más que yo escapar del edificio.

Él me había dicho que Jenny lo acosaba cada vez que ella venía por aquí de visita. Al ser el mejor amigo de Carter, ella aprovechaba cualquier momento para ver a Matt a pesar de que odiaba a las niñas aburguesadas como ella.

Pero más que aburguesada, lo que menos soportaba era su carácter. Odiaba que ella considerara al resto como seres inferiores por no vestir con ropa de marca como ella.


-No te preocupes bella, vamos al open space y nos tomamos algo bien frío para refrescarnos las ideas, ¿Te parece?

Asentí débilmente dejándome llevar por el brazo de Matt que estaba enroscado con el mío, ¿Quién no querría tener un amigo y compañero como el bueno de Matt?

RYAN

Estaba revisando unos informes acerca de mi última transacción con una de las empresas que había firmado que, por desgracia habían quebrado y me pasaban la totalidad de sus acciones. Estaba contento de que al menos tuviera una buena noticia; Carter Corp iba a expandirse e iba a ofrecer muchos nuevos puestos de trabajo a gente que realmente lo necesitara. Estaba realmente feliz sabiendo que estaba contribuyendo a mejorar, aunque fuera un poco la sociedad.

La empresa que había adquirido iba a ser de productos alimenticios que iban a mandarse a países del Tercer Mundo. Además, sus trabajadores iban a ser gente sin recursos que estaban en situación de pobreza y necesidad para que pudieran mantenerse por sus propios medios. Una gran parte del dinero recaudado iba a ser destinada para mandar varios arquitectos y gente encargada para construir colegios e infraestructuras que mejoraran la calidad de esos países que, por desgracia, estaban en una pobreza extrema y que apenas tenían ayuda. La mala noticia era decirle a Jenny lo que iba a hacer con la empresa. Conociéndola, ella desearía que la empresa fuera una dedicada a la moda de alta costura pero yo no quería nada de eso. Tenía bastantes cosas superficiales en mi vida para tener una más.

El problema es que la empresa era de ambos y ella no iba a ceder tan alegremente. Iba a costarme y de seguro, tendría que cerrar un trato con ella.


Justo cuando todavía paladeaba mi pequeña victoria, la puerta se abrió de golpe entrando uno de los grandes problemas que circulaba por mi mente; Jenny.

Pero antes de poder hablar me gritó:

- ¿QUÉ LE HAS HECHO A MI AMIGA PRISCILA, RYAN?

Entonces era eso...había hecho daño a su querida amiga del alma...

No soportaba que Priscilla y mi hermana conspirasen contra mí. Siempre estaban las dos compinchadas, intentando que Priscilla fuera mi esposa y así ellas ser familia. Más que amigas parecían siamesas...

-Hice lo que tuve que hacer, Jenny; esa relación no iba a ningún lado y no deseaba provocar más daño.

- ¿Tienes idea de la oportunidad que has perdido? ¿De lo que vas a provocar en Carter Corp enfadando así a Priscilla?


-Eso es algo que no me importa, así que si vienes solamente a despotricar contra mí porque Priscilla no acepta una simple ruptura ya puedes irte.

- ¿Cómo te atreves a hablarme así? -Me gritó poniendo los brazos en jarras.

No podía soportar más los gritos de Jenny; eran demasiado para la poca paciencia que me quedaba tras estos dos días repletos de acontecimientos.

-Jenny te pido que te vayas; necesito estar solo y tengo que trabajar.

- ¡No hermano, tú no vas a dejar a Priscilla!

¿Había oído bien? ¿Me estaba ordenando a que siguiera con ella?

Me levanté de la mesa dispuesto a echar a mi hermana a la fuerza si era necesario, pero entonces, una cara conocida asomó por la puerta.


-Señor Carter; la señorita Selina está aquí-Dijo Jake antes de marcharse.

Entonces ella pasó a mi despacho mirando con cierto rencor a Jenny. Parecía ser que había escuchado la conversación que había tenido con mi hermana así que temía que ella hubiera enrevesado más las cosas.

Jenny, por su parte, la miraba como si se tratase de una especie nueva no catalogada y eso me molestaba profundamente. Jenny tenía la mala costumbre de mirar así a todos los que no pertenecían a su misma clase social y eso iba a meterla en un buen lío algún día.

Pero la mala educación de Jenny asomó de nuevo:

-Ah, esta es la mujer por la que dejaste a Priscilla, ¿eh?, no hace falta que respondas, se te ve en los ojos-Dijo vertiendo toneladas de veneno sobre todos los presentes.

Pero Selina no iba a quedarse callada, podía verlo en la pequeña risa que asomaba en sus labios. No parecía nada afectada por el comentario de Jenny.

-Veo que la educación no es un rasgo característico de la familia Carter. No he venido a ver vuestras riñas familiares sino a resolver un asunto para poder marcharme de una buena vez así que...

Selina parecía realmente tranquila como si controlara la situación. Jenny se había llevado una buena lección y, viendo las aletas de su nariz abriéndose y cerrándose, había llegado al zénit de su rabia. Ella caminó rápidamente hasta la puerta y se giró para decirme una última cosa antes de desaparecer y dejarme a solas con Selina:

- ¡Haz lo que quieras Ryan, pero Priscilla va a ser de nuestra familia te guste o no!

Y tras un portazo, Selina y yo nos quedamos en silencio.

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