25.Ten hermanas para esto


RYAN

Después de una noche de mil infiernos la cual tuve que apagar el móvil por las incesantes llamadas y mensajes de Priscilla. No sabía cómo iba a lidiar con ella y con el tema de ser una imagen importante en el mundo de la moda. Conociéndola, iba a cerrarme muchas puertas, pero Carter Corp era una gran empresa y se iba a recuperar de aquel azote.

Por el momento, iba a solucionar el tema de Selina así que no tardé mucho en prepararme para ir a la oficina. Mientras terminaba un desayuno rápido cargado de cafeína, mandé un mensaje a Jake para que me recogiese en la mayor brevedad posible.

Respecto al tema de Cassidy, Lisa iba a cubrir su vacante, pero el problema era que necesitaba una asistente a mi lado con emergencia porque si no mi agenda iba a explotar literalmente y mi querida hermana no era una opción. Conocía a Jenny y no era precisamente una mujer con un botón cosido a la boca; era impertinente, impetuosa y no se callaba ni debajo del agua. Si ella iba a controlar mi agenda terminaría controlando mi vida como una mamá con sus polluelos así que el infierno se abriría en mi oficina sin remedio y sin posibilidad de volver a cerrarlo.

Jake no se hizo esperar demasiado, bebiéndome de un trago lo que quedaba de mi café templado y tomando mi maletín inseparable. Tras bajar las escaleras y meterme en la limusina, comencé a teclear a Colin para saber si estaba en su oficina y estaba libre para comentarle un asunto que deseaba resolver. Como siempre, mi fiel hacker respondió tan escueto como afirmativo, aliviándome de golpe todo el malestar que se había instalado desde la discusión con Selina y luego con Priscilla. Estaba agotado anímicamente, aunque no se me notaba ya que siempre mantenía mi apariencia bajo una coraza fría e imperturbable, pero estaba harto de continuos problemas e interrupciones.

Al llegar a la empresa le pedí a Lisa que no me molestaran hasta dentro de una hora debido a unos problemas que tenía que solucionar. Tomé el ascensor para ir al piso de los programadores donde estaba Colin esperándome.


Cuando se abrieron las puertas, el silencio era más evidente que en las demás salas de trabajo. Los programadores se caracterizaban por sus grandes silencios y pocas pausas siempre inmersos en su mundo de números y lenguajes informáticos.

Toqué la puerta con suavidad a pesar de estar entreabierta escuchando como Colin me indicaba que pasara. Estaba con sus pupilas en las pantallas de su escritorio pareciendo bastante ocupado, pero para nada estresado. Tras varios tecleos, dirigió toda su atención sobre mí esperando nuevas instrucciones, pero lo que tenía reservado para hoy poco tenía que ver con la empresa.


-Colin necesito que hagas magia; necesito que con los datos que te dé anules un vuelo.

Colin frunció el ceño bastante extrañado y yo seguí explicándole:

-La mujer en cuestión se llama Selina Waters y ha venido en el vuelo de hace dos días. La localización del lugar de donde proviene no lo sé, pero ahí estas tu para averiguarlo.

- ¿Algún dato más que pueda saber sobre ella?

-Es la representante de Miyamoto cosmetics, vino en representación de la empresa hace dos días. Creo que con eso puedes saber qué vuelo va a tomar esta mañana; solo nos quedan un par de horas.

Colin asintió y comenzó a teclear. Pensé en irme, pero deseaba tanto saber más acerca de esa mujer que me vi en la obligación de quedarme. Tras varios minutos en silencio, la mirada de Colin pasó de la pantalla a mí con una expresión un tanto más seria de lo habitual:

-Tengo buenas noticias; el vuelo ha sido cancelado. Ella proviene de Mistery Spell un pueblo perdido que casi nadie conoce en Londres. Pero el problema no es precisamente ése, sino que esa mujer lo ha mentido de forma bastante descarada.

Aquella afirmación me dejó de piedra, ¿En qué me había mentido?

-Habla por favor; cuéntame lo que sepas-Le dije con seriedad.

-Resulta que Selina no es Selina Waters sino Selina Winch. Por lo que veo no trabaja para ninguna empresa y menos para Miyamoto Cosmetics pero, por lo que he visto, si que los conoce porque les hizo una visita. Quizás se trate de una clienta, pero no trabaja para ellos por lo que he podido comprobar. No es asunto mío lo que se traiga con esa mujer, pero es extraño que haya mentido de esa forma ocultando su identidad; quizás deba averiguar más cosas sobre ella si desea hacer negocios con ella más adelante.

-Está bien Colin; buen trabajo. Si preciso de más información, te lo haré saber.

Él asintió y siguió trabajando enfrascando en su mundo. Me marché de su despacho con la cabeza hecha un lío, ¿Quién era en realidad esa mujer y por qué me había mentido?


Mientras que le daba vueltas a mi cabeza, tomé el ascensor para subir a la última planta y encerrarme en mi despacho para trabajar y así despejar la mente. Gracias a Lisa, tenía casi una hora en la que no recibiría visitas ni interrupciones de cualquier tipo por lo que respiré aliviado pensando en que necesitaba asimilar todo lo que había encontrado Colin. Por el momento, no le pediría que averiguara más sobre ella porque si descubría algo turbio no quería que más gente lo supiera a parte de mí. Al llegar a mi despacho, vi la mesa vacía de la que sería para mi asistente. Quería que fuera Selina a pesar de lo que me había enterado sobre ella porque, muy en el fondo, pensaba que si ocultaba su identidad era por una buena razón. No pensaba que fuera mala persona sino simplemente, una mujer extravagante y diferente al resto. Quizás esa era la verdadera razón por la que deseaba retenerla a mi lado o quizás era porque hasta el momento, era la que más parecía resistirse a mis encantos. Aunque sabía que ella quería acostarse conmigo, ella ejercía un poder magnético sobre mí que hacía que fuera yo el que iba tras ella y no al revés. Ese juego perverso donde ella es la que manda sobre mí y yo obedezco me traía loco y realmente deseaba acabar lo que empecé con ella. Y gracias a Colin ahora disponía de bastante tiempo para convencerla que se quedara.

Ahora jugaba una importante baza; sabía lo de su identidad y podía usarlo en su contra. Si ocultaba algo, ella haría cualquier cosa para pagar mi silencio así que se vería obligada a aceptar cualquiera de mis proposiciones. La partida iba a mi favor asi que no había más tiempo que perder.

Decidí que era el momento de actuar; tomé el teléfono para ordenar a Jake que fuera al aeropuerto a buscar a Selina y que la trajera a mi despacho costara lo que costase. Tras mandar el mensaje, la puerta de mi despacho se abrió con violencia, apareciendo la cara de mi hermana con varias tonalidades de rojo debido a la gran dosis de ira que se había instalado en su expresión.

Pero antes de que pudiera hablar o decirle que no era bienvenida en esos momentos, ella me gritó cerrando la puerta tras de sí:

-¿CÓMO HAS PODIDO HACERLE ESO A MI AMIGA PRISCILLA?

Mierda...

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