22. Interrupciones




RYAN

Justo cuando estaba desnudando lentamente a aquella belleza, mi teléfono comenzó a sonar, haciendo gruñir a mi pantera mirando el teléfono como si quisiera que explotara. Al ver que insistían, tuve que parar aquella sensual actividad y cogerlo; ni siquiera miré la llamada.

- ¿Diga?, Carter al habla.

- ¿Se puede saber dónde coño estás,Ryan?-Dijo una voz que conocía bien de forma nada amable.

- ¿Priscila? ¿Qué haces llamándome a estas horas de la noche?

- ¡Es evidente!¡Fui a tu casa y al abrir comprobé que no estabas!

- ¿Cómo que al abrir? ¿Acaso tienes llaves de mi casa? -Le grité mientras miraba de reojo a Selina con una expresión nada amable.

-Pues claro que las tengo, hice una copia para poder entrar; soy tu novia, es lo normal.

-No Priscila, no lo eres así que hazme el favor y sal de mi casa.

- ¿Estás de coña Carter?¡Soy tu novia!

Aquella mujer me estaba enervando, había estropeado mi noche porque se pensaba cosas que no eran ni han sido. En ningún momento hablamos que estábamos juntos; ella sabía perfectamente que siempre he sido un alma libre y nunca me he atado a nadie.

Selina se había puesto de pie alejándose de la cocina donde estábamos jugueteando. Aún con su ropa interior, comenzó a tomar la ropa que se había quitado cuando bailó para mí. Fue al tocadiscos y apagó la música dejándonos solamente con el murmullo de Priscilla gritando al otro lado del teléfono como único sonido. Entonces Selina cerró la puerta de su dormitorio y yo me temí lo peor.

- ¡CARTER!¡CARTER CONTESTAME! ¿DONDE MIERDAS ESTÁS?, no me digas que estás con una mujer...

- ¡Eso no te importa Priscila!¡Dejamos las cosas claras cuando empezamos a vernos!¡Te dije que no había nada serio entre ambos!

-¡Me necesitas para tu empresa, Carter y lo sabes!¡Soy la imagen indicada que le dará aún más prestigio a Carter Corp así que ya puedes despedirte de la zorra que te estás tirando y venir a casa!

-Eso está solucionado, ya tengo la imagen para la empresa y no eres tú. Más te vale no encontrarte en casa cuando vuelva.

Entonces colgué antes de montar un escándalo aún mayor que el que tenía a través del teléfono. Deseaba disculparme con Selina ya que esa llamada había roto totalmente la magia tan excitante que estábamos compartiendo.

Antes de tocar la puerta de su dormitorio, ella abrió la puerta con un semblante serio y una bata de seda roja que le sentaba como un guante. No pude evitar mirarla con una llama encendida en los ojos, pero no noté la misma reciprocidad por parte de ella. Temía que no quisiera volver a verme y dejarme a medias como estaba.

-Ya es hora de que se marche a casa Carter; yo en breve tomaré un vuelo para volver a mi ciudad y deseo descansar.

- ¿No vas a quedarte más tiempo en Nueva York?

-No, ya hice lo que vine a hacer así que no tiene sentido que me quede.

-En realidad tengo una propuesta que hacerle. Tengo una vacante en la empresa que me gustaría que fuera para usted; creo que es la mejor candidata para ello.

Selina comenzó a reírse a carcajadas dejándome con una cara de idiota aún mayor. Estaba claro que no iba a aceptar; podía verlo en su actitud de diva que intentaba aplastarme por haber jodido su polvo.

-Creo que es una idea tan pésima como el que te quedes esta noche en mi casa, asi que ya te estás yendo. Pensé que era verdad cuando me dijiste que estabas soltero y que no ibas en serio con una mujer. Yo seré muchas cosas, pero odio ser el segundo plato, señor Carter y en una relación yo no me meto porque luego puedo salir escaldada. Le pido de forma agradable que se vaya de micasa, además ya hay alguien que lo espera en su casa y estoy segura que se alegrará de verle. Además, si se quedó con las ganas, puede tirársela a fin de cuentas es su novia.

-Selina no es lo que crees, en realidad es una de mis amantes que se creen cosas que no son...

-He escuchado tantas escusas de ese tipo que ya me aburren. No soporto el engaño o la mentira. Podré ser ligera de cascos, pero odio el engaño, Carter; el único requisito indispensable que le pongo a los hombres con los que me acuesto es que estén solteros. Además, tengo mi corazón y no me gustaría que una pobre chica sufriera porque su novio es incapaz de acostarse solo con ella.

-Selina por favor...-Le dije con cierto tono de súplica mientras me acercaba a ella. La noche no podía acabar así de mal...

-¡RYAN HE DICHO QUE TE VAYAS DE MI APARTAMENTO AHORA!-Me gritó mientras me empujó con tal fuerza que me desplazó varios metros.

Aquella fuerza no era normal y pude ver algo extraño en sus ojos que no pude ver con exactitud ya que ella se giró poniéndose de espaldas a mí. Selina parecía tener muchos secretos y no me extrañaba porque su sola presencia delataba su personalidad misteriosa y oculta.

Sabía que si me quedaba allí empeoraría las cosas, pero tampoco quería que se marchara. Debía de hacer algo para evitar que ella se fuera de nuevo a su hogar y se quedara un poco más en Nueva York, así tendría tiempo para que ella aceptara su propuesta. Sabía que podía contar con la ayuda de mi empleado Colin para saber más de ella y de donde vivía. Colin podía ser capaz de sacar información de debajo de las piedras así que no iba a ser complicado que él hiciera algo con su vuelo de vuelta a casa. Tomé mi chaqueta mientras que ella seguía de espaldas a mí, esperando unos instantes a que ella me mirase, pero ahí se quedó, varada con la mirada puesta en la ventana del salón. Sentí una opresión en el pecho cuyo origen no distinguí con exactitud.

-Que pase una buena noche señorita Waters.

Es lo único que pude decirle antes de abandonar su habitación.

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