O5
Una semana después del pequeño incidente en el cual Philza y Cellbit se conocieron, se cruzaban durante el descanso o cuando no habían profesores en las aulas y hablaban como si ya fueran amigos, el británico mayor decidió convertirlo en uno y posteriormente presentarlo con Tubbo para integrarlo y ser un trio.
Entonces ahí se encontraban los tres chicos sentados en una banca en el patio del colegio.
—Entonces, tú y... ¿Cellbit cierto? - el mencionado asintió
—¿Planean sabotear a Roier y Missa durante el recreo para que nunca más se vuelvan a hablar y así ustedes recuperen a sus "crushes"?
Ambos chicos asintieron.
—¿Y puedo saber cómo se supone que harán eso?
—Uhm... Bueno- - Philza no supo que responder.
Tubbo arqueó una ceja esperando una respuesta.
—Ehrm... En realidad, no tenemos ningún plan... Aún... Solo se nos ocurrió eso... - continuó Cellbit bajando la mirada con cada frase mientras Tubbo suspiraba rendido.
El menor negó con la cabeza. - ustedes deberían ser los novios, son igual de tontos. ¿Por qué les cuesta tanto declararse a esos chicos? - entonces miró a Philza y recordó el porqué. - tu olvídalo, ni al caso. - interrumpió a Philza quien había abierto apenas sus labios, pero luego los cerró abruptamente. - ¿pero tú, Cellbit? No te conozco, pero si ahora vamos a ser amigos me gustaría saber porque no le has dicho a Roier que te gusta. - el menor de los tres se cruzó de brazos echando una mirada como si de juzgarte se tratara, asustando un poco al brasileño.
—Y-yo... Tengo miedo a que me rechace o no le guste por ser extranjero... Ya sabes, es extraño ver a alguien mexicano salir con un brasileño.
—Que excusa tan lamentable... Y triste.
Philza miró a Tubbo con desaprobación, con él, ese tipo de lenguaje no importaba porque se conocían desde hace mucho y eran amigos hasta el alma, pero Cellbit recién se integró y podía tomar las palabras del británico como desubicadas.
—¿Eh? - preguntó confundido Cellbit.
—No le hagas caso, Tubbo a veces puede ser un tonto que no controla lo que dice. - dijo Philza echándole una mirada asesina al mencionado.
—No, no... Él tiene razón. - soltó Cellbit.
—¿Qué? - replicó Phil incrédulo mirando al castaño.
—¿En serio? - dijo Tubbo con una sonrisa.
—No quiero sabotear ningún recreo, debo confesarle a Roier que me gusta y que quiero que sea mi novio. - Cellbit se levantó mirando al frente.
—¿Cellbit?
—Lo siento por ti Philza, pero yo no dejaré que me quiten al chico de mis sueños.
Entonces el brasileño salió y tomó rumbo en busca del mexicano.
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