5.- Yogurt de coco
Sigan comentando porfis ;-;
Ya no vivo en la calle banda, pero tampoco me alcanza el dinero de mi trabajo, si abro Only me compran AJAJAAJAja.
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Mientras Sunoo trataba de seguir la velocidad del beso, Ni-ki sujetaba con fuerza su cintura, impidiéndole alejarse ni siquiera un centímetro.
-Ni-- Sunoo siquiera pudo pronunciar más, sus labios eran devorados por unos muchos más expertos, dejándole sin aire y con una rara sensación en su estómago.
-Está lloviendo... y mi casa está cerca- Ni-ki ofreció a lo cual Sunoo no pudo entender el verdadero significado.
-Sí, vamos- recobró el aire, acomodando los lentes de Ni-ki con una de sus frías manos.
Caminaron de manera rápida, al menos unas dos cuadras hasta que llegaron a la casa del menor, este se apresuró por subir a su habitación.
-Debería saludar a tu mamá, yo-- las palabras de Sunoo fueron cortadas por los labios de su menor.
-Mamá volverá mañana, solo tú y yo estamos aquí.- cuando volvió a tocar su cintura, volvió en cuenta de que su ropa estaba mojada y su piel estaba fría -Vamos, iremos por algo se ropa seca- lo metió a su habitación y se cambió él primero en frente de los atentos ojos de Sunoo quien trajo grueso al ver el cuerpo de Ni-ki. -Toma, estar cambiándote mientras yo traigo un poco de comida, debes tener hambre como yo- y se fue con una sonrisa.
Sunoo asintió sintiendo sus mejillas arder, el cuerpo de Ni-ki estaba bien trabajado, y por más que no quería pensar en eso, su mente decía otra cosa, creando miles de escenarios con ese cuerpo encima de él en tan solo segundos, se dio una cachetada a si mismo y se concentro en su trabajo de cambiarse a algo seco.
Mientras Ni-ki preparaba dos sándwiches y dos vasos de yogurt de coco, lo colocó en una bandeja y los llevo a su habitación donde también estaba Sunoo.
Entró sin tocar la puerta, pero al ver a Sunoo dentro se quedó quieto un momento.
-Es un poco grande ¿no?- Sunoo sonrió, la polera que utilizaba era holgada al punto de que podían verse sus clavículas y le llegaba hasta la mitad de sus muslos -el buzo es muy grande, no se sostiene así que decidí no ponérmelo- explicó.
-Ah... sí, ahm... ¿quieres?- no sabía cómo actuar, habían uno y mil escenarios en su cabeza, seguro que estaba actuando como un tonto en ese momento.
-Sip- Sunoo actuaba con total normalidad, como si no estuviera medio desnudo frente al chico que le gusta.
Empezaron a comer mientras hablaban de sus flores favoritas, de algún modo llegaron a ese tema.
-Adoro los girasoles- habló Sunoo -son muy hermosos.
-Sí, son preciosos- Ni-ki no dejaba de mirarlo -son totalmente hermosos.
Pasaron unos minutos más hasta que a Ni-ki se le ocurrió una divertida competencia.
-El que termine el yogurt último paga la comida de mañana- y seguido a esto ambos se apresuraron a tomar con rapidez, siendo Ni-ki el ganador, tan solo por un segundo.
-Ash...- Sunoo se había derramado yogurt por la comisura de sus labios, tan solo una pequeña y lenta gota que pronto fue limpiada por el dedo pulgar de Ni-ki.
-Te manchaste un poco...- y su mirada cruzó con la de Sunoo, se dieron cuenta que estaban muy cerca, Sunoo miró por un momento los labios de Ni-ki y por reflejo lamio los suyos, lo cual fue un "puedes" para Ni-ki quien lo besó un de manera lenta.
Un dulce beso, sabor a yogurt de coco.
Sunoo estaba procesando todo, estaban solos en esa casa, estaban besándose en su habitación y debajo de esa remera solo tenía su ropa interior, su papá tampoco estaba en casa porque era piloto de avión y sólo habían pocos días en los que estaba, hoy era uno de esos días.
De algún modo, terminó acostado en la cama con Ni-ki encima y una pregunta que nunca le habían hecho antes le fue hecha.
-¿Eres virgen?- preguntó el japonés.
-Sí...- ¿porqué querría saber eso Ni-ki? Obviamente no lo harían en ese momento.... ¿verdad?
Solo vio como Ni-ki sonreía y se acomodaba aun más entre sus piernas, haciendo que la remera que traía suba un poco hasta en medio de su estómago.
-¿Quieres?- preguntó Ni-ki.
-Ahm...
-¿Quieres?- volvió a preguntar acariciando su muslo.
-Yo... t-tengo un poco de miedo- en realidad tenía mucho miedo, pero a la vez tenía curiosidad del cómo podía sentirse.
-No te preocupes, el miedo se irá pronto- tomó eso como un sí y moviendo sus caderas contra las nalgas de Sunoo empezó a besar otros lados a parte de sus labios, cerca de su oreja, su sensible cuello y su clavícula.
-Oh...- el mayor solo se quedaba quieto ante los toques de su menor, sin poder controlar el temblor en sus piernas.
-Prometo que llegará a gustarte- sacó un botesito sin nombre del segundo cajón de la mesita al lado de su cama, era un líquido transparente, ante los ojos de Sunoo, colocó una cantidad generosa empapando dos de sus dedos con aquel gel líquido, con una mano levantó las caderas de Sunoo, con los dedos que tenía secos de su otra mano, bajó su ropa interior y la dejó en el suelo, a lo cual Sunoo trató de taparse bajando la remera que traía puesta.
-E-espera, yo-- sin siquiera esperarlo sintió algo dentro, dolió, claro que dolió, pero también sé sentía raro.
-Pronto dejará de doler- beso sus labios, impidiendo a Sunoo quejarse.
Ni-ki no fue muy paciente, sus dedos se movían ahí dentro, haciendo movimientos de tijera, sacándolos y metiendolos de manera constante por solo dos o tres minutos.
-A-ah~- Sunoo sentía ganas de llorar, dolía pero se sentía raro, pero ese raro que se siente bien, sus piernas temblaban y sus manos se sujetaban de la camisa de Ni-ki.
-Voy a meterlo- avisó por primera vez, bajando su propio buzo y ropa interior dejando ver su erecto miembro el cual chocó con los muslos de Sunoo.
-N-Ni-ki...- Sunoo quería, pero tenía miedo.
-Ah... estas muy estrecho- sacó sus dedos del interior de Sunoo.
El menor alineó su miembro con la rosada y virgen entrada de Sunoo, apretando entre sus manos sus lechoso y suaves muslos.
Empujó un poco, pero no lograba entrar.
-No e-entrará...- Sunoo temblaba en su lugar.
-Solo relájate- sujetó su cintura con ambas manos, acomodando sus piernas en sus hombros.
-N-no va a entrar, Ni-ki, yo-- y de un jalón, Ni-ki había entrado hasta un poco más de la mitad, provocando un gran dolor a Sunoo.
-Entró- le dijo con una sonrisa.
-O-oh...- las lágrimas escaparon con velocidad de sus ojos, sin saber de dónde sostenerse.
-Ah... esto es muy bueno- era estrecho y cálido ahí dentro.
-Y-yo... ¡Ah!- sintió una suave embestida, que seguía doliendo mucho, solo un poco menos que el primero.
-Quédate quieto- sujetó su cadera -o dolerá más.
-P-pero... - sus lágrimas bajaban por sus ojos.
-Pronto se sentirá mejor- y empezó a moverse otra vez, está vez de manera constante y suave, sin llegar al fondo.
Sunoo trataba de regular su respiración, mientras tapaba su rostro con sus manos.
-¡Ah!- sintió sus pecho ser apretado por una gran y fuerte mano.
-¿Te gusta?- metió su mano dentro de su remera apretando sus pezones viendo como el rostro del mayor se deformada un poco mientras salían agudos y algo sonoros gemidos de la garganta contenida de Sunoo.
-Y-yo... ¡Ah!- sintió a Ni-ki moverse más rápido y profundo.
-Se siente maravilloso- y escucho con atención como los gemidos lastimeros de Sunoo estaban acompañados de placer para convertirse en totalidad de placer, sabiendo que podía hacerlo más rápido y profundo.
Pasaron unos segundos hasta que sujetó sus caderas firmemente y se enterró por completo.
-¡Ah!- Sunoo soltó un alto y agudo gemido quitando las manos de su rostro para apretar las sábanas abajo de él, dejando su dilemático gesto a vista de Ni-ki.
En su vientre, podía notarse un relieve, que fue presionado con suavidad por Ni-ki lo cual hizo que sus piernas temblaran y su espalda se arqueara.
-Que bonito rostro tienes- Ni-ki fotografió el rostro de Sunoo en su mente, para siempre.
Sus cejas preocupadas, sus ojos mirando hacia arriba, llorando de tantas sensaciones, sus mejillas y nariz de rosa melocotón, sus rosados labios entreabiertos para dejar salir todos sus gemidos.
-N-no mires...- volvió a cubrirse el rostro.
-Oh, no, ahora quiero verte por el resto de mi vida- con una sola mano, llevó ambas manos de Sunoo arriba de su cabeza para que no pueda cubrirse otra vez.
-¡Oh! ¡Ah! - estaba cerca y por la expresión de Ni-ki, él tambien lo estaba.
-Falta poco- sonrió lamiendo sus labios.
-¡Ah!- Sunoo sintió un punto ser atacado en su interior, haciéndole perder la cabeza, apretando su interior, corriendose en el acto, siendo seguido casi a la par por Ni-ki quien no pudo evitar correr se dentro -Ah... hum...- Sunoo era un completo desastre, uno que Ni-ki había provocado.
-Que lindo...
Cami~
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