XI. Through the Fire and the Flames
Nombre
Pierce Balfour.
Edad y cumpleaños
24 años recién cumplidos un 20 de Febrero.
Estado civil
Soltero hasta la tumba, no mentira, pero sí hasta que resuelva sus crisis de identidad y deje de ser un playboy.
Poder y desventaja
Pierce tiene la capacidad de absorber un metal al tacto, cambiando todos sus tejidos por el metal en cuestión. Puede ser cualquier metal, y dependiendo de cuál es, las propiedades de su cuerpo serán diferentes; por ejemplo, si absorbe aluminio, será maleable y flexible, en cambio si absorbe titanio es duro e impenetrable. No puede absorber otros materiales como carbón o diamante, solo metales. Cualquier daño que sufra estando bajo el efecto del metal se traspasará a su cuerpo; por ejemplo, si el metal en su brazo se abolla, luego tendrá un moretón en ese mismo lugar. Y si se quiebra una de las partes de su cuerpo, lo mismo le pasará.
La absorción de los metales y el regresar a su forma normal son voluntarios, permitiéndole estar hecho de metal por largos períodos de tiempo; pero, como Pierce nunca practicó sus habilidades y siempre las ha ocultado, la mitad del tiempo no le funciona y es como si no tuviese poderes en absoluto; solo en situaciones extremas, de vida o muerte, su poder parece despertar y decide querer escucharlo.
Género y sexualidad
Hombre cis, heterosexual. Experimentó bastante cuando era más joven pero ya está bastante seguro de sus preferencias.
Puesto u oficio
Es el nuevo dueño de Laboratorios Balfour, la famosa empresa que se forró en dinero gracias a sus quimioterapias y diversos tratamientos para el cáncer; los Balfour son ricos hace generaciones gracias a ello, y ahora Pierce es el nuevo CEO tras la muerte de su padre en las manos de la misma enfermedad que su apellido combate hace años.
Apariencia
Historia
Pierce nació en una familia extremadamente adinerada, el hijo mayor del matrimonio entre Jethro Balfour y Rosemary Reed. Unos años después nació James, y finalmente Holly, cuando Pierce tenía cerca de ocho años. Toda su infancia fue bastante normal, dentro de lo que puede considerarse normal cuando vives en una mansión en el barrio más caro de la ciudad, tienes chofer, chef, varias criadas y todo lo que tu pequeño corazón de niño pueda desear. Rosemary era una madre bastante preocupada, por más de que fuese seria, elegante y que prefiriera ir a eventos formales con su esposo que quedarse en casa cuidando de los niños; cosa que en retrospectiva, Pierce entiende.
Jethro también era un padre atento. O siempre lo fue hasta hace más o menos diez años, cuando su interés se desvió de Laboratorios Balfour para caer sobre otro proyecto; la comunidad científica de los Estados Unidos lo estaba invitando a participar de algo revolucionario, de una investigación que les permitiría erradicar el crimen de la ciudad. O eso decían y eso mismo creyó Jethro siempre. Involucraba súpers, gente con poderes, cuya misión divina era esa precisamente. Todo lo que hizo en ese proyecto, todo lo que Jethro financió con su dinero, nunca le importó con tal de que la misión final se cumpliera; veía todo como un medio para un fin, como daños colaterales justificados por el bien mayor. Sabía, por supuesto, todo lo que pasaba en esos laboratorios; sabía que muchas de las personas no estaban ahí del todo voluntariamente, y él creía que podía hacerlos cambiar de opinión.
Cuando Pierce cumplió dieciocho, comenzó a participar de muchos de los eventos de caridad y de las galas a las que atendían sus padres. En una de esas ocasiones en particular, llevó a una de sus amigas de la escuela de acompañante. Durante la noche, la chica comenzó a sentirse mal y Pierce la llevó hasta su casa a media noche. La dejó en su cama y cogió el auto nuevamente para regresar a la fiesta, sabiendo que sus padres no estarían contentos de que se ausentara por toda la noche. Había bebido un par de copas de champaña, y no recuerda muy bien cómo fue que acabó volcado en la acera, con el carro hecho trizas; quizás fue más por el trauma que por el alcohol, pero lo próximo que Pierce supo, con una pierna hecha pedazos y la cabeza partida, fue que al tocar la puerta del auto abollada y doblada para salir, su cuerpo se tornó rígido.
Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo cuando se miró en el espejo retrovisor, quebrado casi más allá de su utilidad; estaba hecho de metal. Su cabello ya no existía, y sus gafas apenas le cabían sobre su nueva nariz de acero. Pero no sintió alivio. Sabía de los proyectos de su padre, de las corporaciones a las que donaba exorbitantes cantidades de dinero, y sabía que si Jethro se enteraba de sus habilidades, su vida se iría a la mierda. Fue tal el pánico que tan rápido como absorbió el metal, lo perdió, volviendo a ser un hombre de carne y hueso.
Desde ese día en adelante, Pierce ocultó a la perfección sus poderes de todo el mundo. Ningún alma sabía, y debía mantenerse así. Durante lo que quedó de la vida de su padre, Pierce fue exitoso; fue bastante irónico que hace un año, Jethro padeciera de la misma enfermedad que había trabajado toda su vida por curar. Murió de cáncer pancreático, en la comodidad de su mansión. Todo lo que había tenido Jethro lo heredaron sus tres hijos y Rosemary, estableciendo así que Laboratorios Balfour era propiedad de todos por igual.
Sin embargo, el que asumió el puesto de CEO no solo por su experiencia sino también por sus estudios universitarios, fue Pierce. Es él quien tiene un asiento en la directiva, el que va a la oficina todos los días, y el que maneja las finanzas y los nuevos proyectos de la empresa. Sus otros dos hermanos ganan dinero y dan su opinión, pero fuera de eso, prefieren dedicarse cada uno a lo suyo; y Rosemary se dedica a la beneficencia y a llevar una vida tranquila, un lujo que se ha ganado con su edad.
Esto significó también que Pierce heredó el puesto de su padre en el proyecto de súpers, y ya lleva un año trabajando de cerca con los demás inversionistas. Lo detesta, con pasión y locura, pero no le queda de otra de momento hasta encontrar una forma de salirse que no revele sus verdaderas razones. Además, ese puesto y participación lo puso en un nuevo tipo de peligro.
En la noche de Año Nuevo, luego de despedir a sus invitados y de que se fuera su familia, Pierce se dispuso a irse a dormir. No sintió a la mujer que entró a su casa, hasta que la tenía prácticamente encima. Venían a matarlo. El pánico lo inundó, y sus poderes se activaron, permitiéndole defenderse y salvarse la vida. Los rumores abundan desde aquella noche, rumores de que el joven Balfour no es tan común y corriente como parece. Y como Pierce se niega a que los locos con los que trabaja sepan de sus habilidades, ha construido una tapadera, contratando varios súpers y sicarios y personas con poderes para que lo defiendan en caso de otro intento de asesinato.
Pierce conoció a Castiel en la escuela, habiéndose saltado algunos años que lo dejaron en su mismo curso. Entablaron una amistad rápidamente, a pesar de que él siempre tuviese claro que la personalidad de su contrario no era de lo más confiable. Su cariño perduró, incluso luego de que Castiel se transformara en alguien perseguido por la ley. No ha perdido la fe en su amigo, y sigue tratando de que ocupe sus poderes para el bien; después de todo, Castiel es la única persona en la que confió lo suficiente como para confesarle su secreto.
Extra
—La casa de los Balfour lógicamente se la quedó su madre, pero eso no impidió que Pierce comprara una mansión de similar envergadura para sí mismo.
—A pesar de ser bastante alto (1,86m), no destaca por ser fornido; es más bien de tipo atlético, cosa que también le ayuda a ocultar la verdad. Nadie que lo vea pensaría que es capaz de transformarse en un hombre de acero.
—Estudió biotecnología y adicionalmente hizo un Masters in Business Administration.
—Mantiene relaciones estrechas con su familia, y a pedido de su madre, participa activamente de la beneficencia, transformándose en uno de los principales filántropos del país.
—La familia Balfour es de las más ricas del mundo.
—Le encantan los animales, y además de tener una enorme pajarera en uno de sus jardines interiores, tiene varias mascotas y muuuuchos libros de zoología.
—Tiene muy linda voz, y alguna vez en su juventud pensó en dedicarse a la música y al teatro, a lo Broadway. Claro que eso no pasó y ahora se limita a cantar karaoke con amigos y a cantar en la ducha.
—Practica equitación en un club deportivo, y tiene dos caballos.
—Tiene bastante miopía, por lo que suele ir con sus gafas puestas a todos lados.
∘₊✧──────✧₊∘
Nombre
Adhara Kessler. Sin embargo, es mucho más conocida como Dra. Kessler, o el milagro médico más grande del siglo.
Alias
Cuando está dando vueltas por la ciudad sobre los techos, vestida de rojo oscuro y con su deformado rostro cubierto, es conocida como Phoenix; ella misma se puso el nombre, puesto que se podría decir que renació de las cenizas de la explosión.
Edad y cumpleaños
Adhara cuenta con veintinueve años bastante tortuosos, cumplidos un 4 de Mayo.
Estado civil
Está soltera, y duda mucho que eso vaya a cambiar alguna vez. Digamos que estar con una mujer con la fama que tiene ella, y con su rostro y cuerpo, no es precisamente para todo el mundo. Pero ya ha hecho las pases con ese detalle, y ha logrado sacar su vida adelante más o menos bien.
Más o menos.
Poder y desventaja
La energía es una parte vital de todo lo tangible en el mundo, y cualquier persona con el mínimo conocimiento de física te lo podrá corroborar. Y Adhara tiene la capacidad de absorber, canalizar e inyectar energía dependiendo de lo que necesita, y del estado de su propio cuerpo. Puede absorber la energía de un golpe y devolvérsela a su oponente, y a veces incluso puede acumular la energía de varios ataques para amplificarla. Puede absorber energía cinética como por ejemplo del fuego, apagando la llama, o puede inyectar la energía de su cuerpo (esencialmente su temperatura corporal) al ambiente hasta prender fuego también. Si se concentra, y si está más o menos cerca de otra persona, puede apoderarse de su calor corporal e inducir una hipotermia.
Pero el principal uso que le da a su pequeño... don, es para caminar. Adhara está usando su habilidad permanentemente, canalizando la energía de su cuerpo hacia sus piernas para que estas puedan moverse a pesar de la lesión que sufrió a la columna.
Las desventajas de su poder son múltiples, mucho más que las ventajas. Para empezar, hay una cantidad limitada de energía que puede inyectar, puesto que es la de su propio cuerpo y si se le pasa la mano, puede inducirse una hipotermia o derechamente morir. Lo mismo aplica para absorber energía; si absorbe muchos golpes seguidos, por ejemplo, eventualmente el impacto se multiplica dentro de su cuerpo, y puede sufrir un daño devastador; como si se estuviese despedazando de adentro hacia afuera. Adicionalmente, solo puede afectar las energías si su cuerpo está más o menos cerca; es decir, no puede usar armadura ni ropa muy gruesa para pelear, porque sus habilidades quedan... aplastadas.
Y bueno, si su poder se debilita demasiado por exceso de uso, pierde la movilidad en las piernas y simplemente colapsa, volviendo a ser una persona común y corriente.
Género y sexualidad
Mujer cis, heterosexual.
Puesto u oficio
Adhara acababa de graduarse de la especialidad de oncología médica cuando sufrió el... accidente que le destruyó la mitad de la cara, y que la dejó en silla de ruedas. Con el rostro tan deformado, se le dificultó mucho seguir atendiendo pacientes; nadie quería mirar a la doctora y sentirse tan cerca de la muerte. Muchos se asustaban ante su imagen. Y bueno, la fama que obtuvo por haber sido la única sobreviviente a un ataque de esa magnitud por parte de Némesis, tampoco se lo facilitó.
Cuando pudo recuperar su movilidad en las piernas luego de meses de depresión y de sufrimiento, Adhara se transformó en un reconocido milagro médico; era imposible que estuviese caminando de nuevo por la ciudad, pero así era. Y ahí comenzó su carrera como public speeker, dando vueltas por el país y por el mundo contando su historia, participando de campañas y de propagandas contra los villanos y el crimen organizado, participando de fundaciones que ayudaban tanto a los supers como a los cuerpos policiales. Es una figura muy reconocida, con una amplia base de seguidores en las redes sociales; ha aparecido en la tele, en revistas, en videos de YouTube, en documentales de Netflix, en todos lados.
Lástima que Adhara no cree en casi nada de lo que dice en público, y que rompe su juramento como médico casi todos los días.
Apariencia
Historia
La historia de Adhara comienza, o por lo menos la parte interesante, hace dos años atrás; puesto que su infancia fue normal, y el principio de su carrera como médico también. Tenía un futuro muy prometedor como oncóloga, habiendo terminado la especialidad en tiempo record, y tenía un trabajo en el hospital más prestigioso de la ciudad. Su vida era muy normal, de hecho, nunca se había molestado en aprender más de su particular habilidad; solo la había utilizado para cosas cotidianas, como calentarse en el invierno, o enfriarse en el verano, o evitar el dolor de un impacto físico.
Pero todo cambió una noche en el hospital; habían llamado a Adhara porque uno de sus pacientes estaba dando su último aliento. El fallecimiento del hombre, solo en una cama de hospital, fue un golpe duro para la joven mujer, tanto así que en retrospectiva Adhara piensa que fue uno de los principales motores que determinarían el desarrollo de los eventos de aquella noche; y acudió a la única persona que se le ocurrió. Con los ojos rojos de lágrimas, abrió la puerta del despacho del doctor jefe del hospital, esperando encontrárselo dentro para charlar un rato; habían sido compañeros de universidad, y mantenían una bonita amistad.
Nunca pensó que se encontraría con una figura tan conocida entre las sombras de la habitación, plantando una bomba bajo el escritorio. Acababa de perder a un paciente, y la necesidad imperante de probarse a sí misma que podía salvar a alguien más, la necesidad de escapar de la muerte que era parte de su vida cotidiana, y la desesperación de perder a un amigo, la empujó a hacer algo casi suicida. Pelear contra una sicario con poderes, buscando detenerla.
Por supuesto que en el proceso, en medio de la batalla, Adhara acabó revelando parte de sus habilidades, absorbiendo energía de golpes y regresándola duplicada en un puñetazo improvisado. No tenía entrenamiento, sin embargo, y ganarle a alguien que sí resultó ser, lógicamente, imposible. La mujer le reventó toda la circulación de la médula espinal, desde los plexos venosos hasta las arterias basivertebrales, dejándola tirada en el pasillo fuera de la oficina, donde se habían trasladado entre ataques. Quizás fueron sus habilidades la que le permitieron vivir de todos modos, y salir del hospital como la única sobreviviente hasta la fecha. Cuando la bomba explotó, solo un lado del cuerpo de Adhara se quemó hasta los huesos.
Despertaría dos meses después en una cama de hospital, sin sensibilidad ni movilidad de la cintura para abajo, y con el rostro totalmente calcinado; la mitad de su cabello dorado faltaba, y el dolor era insoportable. Estuvo un año así, rehabilitándose, tratando de rearmar su vida; un año que tuvo para llenarse de un odio destructivo, de la fuerte convicción de que algunas personas simplemente no merecían vivir, en prisión o no.
La depresión que la azotó casi la mató. Hasta que decidió dejar atrás su escepticismo y viajar al en búsqueda de alguna medicina alternativa que pudiese regresarle algo de su independencia, que pudiese sacarla de la silla de ruedas.
Y lo encontró.
Se entrenó durante seis meses con los antiguos monjes tibetanos, que le enseñaron a canalizar su energía, y mientras que para ellos era algo casi espiritual, para ella era tangible y posible. Cuando pisó el país nuevamente, lo hizo sobre sus piernas, sana nuevamente y fortalecida; pero con las quemaduras como el permanente recordatorio de aquello que ahora deseaba aniquilar. No solo había recuperado su independencia, también había aprendido a combatir usando sus habilidades.
Y así, el Phoenix renació.
∘₊✧──────✧₊∘
Maxine Hall nació hace veinticuatro años atrás, hija de otra prestigiosa familia del país, muy amiga de los Balfour; los Hall son dueños de una tabaquera, cosa que siempre fue bastante curiosa considerando que los Balfour dedicaban sus estudios a combatir el cáncer, mientras ellos lo promovían. Siempre fue una muchacha de personalidad efusiva y apasionada, atrayendo la atención de las personas que la rodeaban con muchísima facilidad. Destacaba en los deportes escolares y luego en la universidad también, y en los eventos formales, por más que bailar no fuese su fuerte y beber champaña tampoco, su cuerpo tonificado y carácter extrovertido atraían las miradas.
Fue ella quien acompañó a Pierce a aquel evento a los dieciocho años, y fue ella la que se sintió mal durante la noche y tuvo que volver a su casa antes de tiempo. No tenía idea de que su malestar era consecuencia de una habilidad que comenzaría a salir a la luz, casi en sintonía con los poderes nuevos de su amigo.
Lamentablemente, Maxine no tendría la misma visión que Pierce, y no atinó a ocultarle su telequinésis a su padre, quien vio una oportunidad nueva en su única hija. Sería ella entonces, la que se transformaría en la novia de Pierce por solo un par de meses a los veintiuno, antes de desaparecer del mapa por completo; forzada por su padre, presionada por su apellido familiar y por Jethro Balfour, Maxine se sometió a los experimentos de los laboratorios durante tres años, los mismos tres años que debería haber seguido invirtiendo en la universidad, continuando con su título de psicología. Pero los efectos secundarios eran tan severos, que había días en los que no podía ni siquiera salir de las facilidades del laboratorio; no es como si la hubiesen dejado salir de todas maneras.
Pero, a pesar del sufrimiento al que se vio sometida, la personalidad de Maxine no cambió mucho. Permaneció siendo energética y extrovertida, rápida y de lengua afilada; solo cambiaron sus motivaciones. Cansada, mandó todo a la mierda, se distanció de su familia de forma permanente, y se quedó completamente sola. No se atrevió a buscar a Pierce; después de todo, su padre había sido uno de los cabecillas de todo su tormento. En lugar de buscarlo a él, algo en su interior le indicó que buscara a otro joven que el mismo Pierce le había presentado años atrás: Castiel. Era un criminal, sí. Pero poco le importaba. Podía seguir siendo una persona vivaz, pero su optimismo no era el de siempre. Ahora reconocía que el mundo era un lugar oscuro donde abundaba el dolor, y la realidad inminente era que las personas como ella (o como ellos, puesto que los poderes de Castiel como criminal ya no eran ningún secreto) no eran bienvenidas en la sociedad.
Debían mantenerse unidos, apoyarse entre ellos. Y si Castiel podía ayudarla a ver el mundo arder, a destruir a las personas que la habían destrozado a ella, entonces bien.
—Desde joven que ha sido bastante liberal. Le importaba un carajo lo que opinara la gente de sus tendencias promiscuas, porque bueno, era una persona poderosa por nacimiento y eso no iba a cambiar. Y después de que se separó de los demás Hall, renegando de su sangre, ya no le importaba porque no le quedaba nada que perder. Además, su infertilidad como consecuencia de los experimentos a los que fue sometida, le quita un enorme peso de encima.
—No tiene sentido del olfato prácticamente. Le dañaron el nervio olfatorio en alguna de las pruebas, y a veces sufre de convulsiones o ataques de epilepsia que intenta mantener bajo control con pastillas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top