⌁Tres: Nadie se resiste al aroma de las flores
Cuando salgo de la ciudad me siento mucho más tranquila, el ruido de la ciudad había desaparecido y la contaminación no es tanta. Solo me alejo pocos kilómetros de la sociedad. Me detengo cuando veo un árbol verde y esplendoroso, alrededor hay más árboles secos. Lo cual me parece muy extraño ¿por qué un árbol florece cuando no hay más?. En el suelo hay muchas ramas secas pero muy poco pasto, que tiene un color amarillo.
Estaciono mi escarabajo en seguida, mi torso da vuelta para buscar mi mochila. Salgo del auto y camino a paso rápido buscando el calor de ese árbol. Recargo mi espalda en su grueso tronco, mis piernas están extendidas, mi mochila esta a un lado. Busco en ella un cuaderno y un lapicero porque es más amigable con el medio ambiente. Abro mi cuaderno en la parte trasera y cada vez que deslizo la pagina veo un dibujo, son dibujos que hago durante clase en lugar de prestar atención, luego me pregunto por qué repruebo cuando tengo la respuesta enfrente de mi nariz.
Empiezo a hacer trazos locos a mi libreta, con poca inspiración. Muerdo la goma del lápiz y miro al cielo. Las nubes están preciosas, blancas y esponjadas. Me inunda una paz asombrosa. Pero desafortunadamente siento un poco de polen en mi nariz que me provoca estornudar.
Pero lo que me sorprende es que un ave canta como respuesta, supongo que me dice "salud" o eso quiero imaginar. Abro mis ojos de par en par, sorprendida. Busco con la mirada el ave, alzo mi cabeza nuevamente, pero no lo veo hasta agacharla. Veo un pájaro hermoso color amarillo, su pico negro es delgado, su panza color negro y sus ojos profundos. Me causa algo de gracia porque siento que me esta posando.
Así que lo hago, empiezo a dibujar, lo hago rápido para capturar la escancia y cuando bajo el lapicero el ave vuelve a cantar por lo que antes de que se vaya, busco en mi mochila unas galletas saladas que le quiero dar para darle las gracias. Me inclino en su dirección con la comida, el ave ladea la cabeza de un lado al otro, pensando si debe o no confiar en mi. Entonces le arrojo la comida para que no se sienta amenazado.
El ave se acerca, toma su recompensa con su pico y se va volando, me siento obligada a despedirme, así que lo agito con la mano. Tomo mis gises que están en la mochila y empiezo a colorear la imagen ya que aún tengo su viva imagen plasmada en mi memoria.
Pierdo la noción del tiempo, pero sé que es hora de ir a casa cuando la luz solar se oculta para darle paso a la oscuridad. Frunzo mi ceño cuando me doy cuenta que no esta terminado, el tiempo se va volando como lo hizo el ave.
Me levanto del suelo, sacudo mi pantalón y tomo todas mis cosas para dirigirme a casa. Cuando llego noto que no esta el carro de mis padres, así que pienso que fueron a cenar. Cuando abro la puerta, la casa esta en completo silencio, a oscuras.
Escucho como mi estomago exige un poco de comida, así que voy a la cocina y antes de abrir la nevera noto un pedazo de papel, de parte de mis padres, avisando que van a ir a cenar. ¿Por qué no simplemente envían un mensaje de texto?. Creo que eso hubiera sido mucho más fácil, no estamos en una época sin la tecnología.
Pero siento la indirecta, creo que mis padres quieren que me vaya de la casa, y si me gustaría irme. Me cansa ver su rostro de desilusión al comunicar que voy a dejar la carrera, estoy cansada que siempre me comparen con Hudson. Solo espero que en este nuevo episodio de mi vida, me de cuenta que la enseñanza en verdad es lo mío.
Me preparo un sándwich de jamón con mayonesa, y un vaso de agua. Subo mi cena a mi alcoba, me siento en la cama para así empezar a comer sin prisas.
Al terminar dejo los platos en el escritorio, lejos de los dibujos que están regados ahí. Tomo mi celular por lo que mi mejor amiga me esta llamando, contesto inmediato y pego el celular en mi oído.
—¿Qué sucede? —gestiono yo con una sonrisa que ella no puede ver.
—Tengo buenas y malas noticias, ¿cuál te gustaría saber primero? —pregunta, un poco desesperada.
—Mmm, ¿Miranda me despidió? —interrogo con la cabeza gacha, en serio me gusta ese trabajo. ¿Dónde puedo encontrar uno como ese?.
—¿Te dije que adivinarás o cuál querías escuchar primero? —ríe.
—La mala, di la mala. — Ruedo los ojos y respondo.
—De hecho son dos, Baxter hizo que no te despidieran.
—¿Y cuál es la buena? —vocifero intrigada.
—Que no estás despedida, pero la mala es que Baxter ayudó bastante para eso porque cuando Miranda preguntó cual era el problema, él respondió que te había hecho un comentario inapropiado y que se merecía que tu le hubieras lanzado la limonada —explica y siento que esta sonriendo.
Todo el aire contenido en mis pulmones se expulsan y empiezo a gritar con emoción porque no le voy a decir adiós al mejor trabajo que puedo tener.
—Y tengo otra mala noticia, ¿recuerdas a Lennie?. —Asiento con la cabeza, lo cual es ridículo ya que ella no puede verme—. Bueno, es mi roomie. Pero ahora se quiere ir del departamento y tengo que buscar una nueva compañera.
—Yo quiero ser tu compañera —corto un poco brusco, Bella permanece callada para que yo continúe con mi explicación—. Mis padres como que quieren privacidad porque indirectamente me están echando de la casa. Cenan sin mí, cuando hacen el mandado ya no piensan en mí y ya no me fastidian para saber como estoy. Hoy me fui un poco lejos de la ciudad y ni una señal.
Además creo que podría llegar a cualquier hora a la casa y ya no me van a decir la típica frase de "mi techo, mis reglas". Quiero tener la experiencia de vivir con mi mejor amiga, te voy ayudar a solventar los gastos y espero que con lo que ganemos en la cafetería sea suficiente, sino puedo buscar otro trabajo mientras estudio.
—¿En serio?. Pues ya es un trato, ¡no puedo creer que vaya a vivir con mi mejor amiga! —chilla con bastante emoción.
Terminamos la llamada e inmediatamente me desnudo para darme una deliciosa ducha con agua fría para quitarme todo ese polvo que había recolectado. Salgo de la regadera con una toalla envolver mi cuerpo, coloco mi pijama. Hidrato mi clara piel luego de cepillar mi cabello y me dirijo a mi cama para caer en un profundo sueño.
Al día siguiente despierto minutos antes que la alarma suene, siento que eso es mi primer batalla ganada. Bajo a la cocina cuando termino de arreglarme. Tomo un tazón con algo de cereal y leche para almorzar.
Antes de salir de casa tomó una botella de agua con un par de manzanas que aviento al interior de mi mochila. Subo a mi escarabajo, enciendo el motor, y como es de costumbre empiezo a escuchar música.
Cuando llego a la Universidad, esta vez no me interesa ver a Baxter, tampoco quiero ocultarme. Ya soy una mujer madura que no puede estar actuando como una quinceañera con su primer amor.
Tomo mi mochila y camino en dirección a mi salón, en el trayecto logro visualizar a Baxter quien inmediatamente me sonríe, pero ruedo los ojos, chasqueo mi lengua y sigo con mi meta. La clase esta intranquila, todos los alumnos hablando como sino hubiera un mañana y se escuchaban gritos también.
A la hora de mi salida, salgo del aula con la misma tranquilidad con la que entré y empiezo a ir a mi escarabajo, maldigo cuando un aroma varonil llega a mis fosas nasales. Así huele Baxter, espero que no sea él quien este cerca de mí porque juro que lo dejaré sin hijos si me vuelve a molestar.
—Raven —saluda esa voz que empiezo a conocer muy bien, debí ser una pésima persona en otra vida para que Dios me esté castigando de esa manera—, yo quiero pedirte una disculpa por lo que hice ayer. —Tomó mi codo para detener mi andar, agacho la cabeza hacia atrás y esta vez freno.
Me giro para verlo, me encuentro con la linda sorpresa que tiene un enorme ramo de flores color rojo. Abro mis ojos de par en par y ruego que no sean para mi.
—Te compré unas flores. —Extiende su brazo hasta a mí.
Tenía que hablar antes de tiempo.
—Muchas gracias Baxter, pero no puedo aceptarlo. —Yo niego con la cabeza y empujo su brazo hasta acercarlo a su anatomía
—Por supuesto que puedes, yo he comprado estas flores para ti porque las vi y me recordaron a ti con sus espinas porque intentan protegerme. Eres como una flor que esta llena de espinas para protegerse.
¿Desde cuándo Baxter es un poeta?. ¿No era un estudiante de enseñanza?
—Es que en serio no puedo —insisto con una amable sonrisa.
—Si puedes, por favor, además no puedo hacerle la devolución. Te pedí disculpas por lo de ayer; asustarte y seguirte hasta tu trabajo. Es que en serio quiero que seas mi amiga. ¿Es mucho pedir?.
Lo que no me gustaba de Baxter es eso, es una persona que no deja de luchar hasta obtener lo que quiero, y me gusta que sea perseverante. Creo que me gustaría ser como él un poco, saber lo que quiero para mi vida, quizás le tengo un poco de envidia y no lo quiero como amigo porque constantemente estaría recodándome lo que quiero, pero no logro conseguir.
—Por favor —insiste con esos ojos color verde a través del cristal de sus lentes con un brillo especial que por primera vez siento como me cautivan—. Nadie puede resistirse al mágico aroma de las flores. —Acerca el ramo a mi nariz y no puedo evitar olerla.
Su olor es exquisito y maravilloso, me hizo reír porque el tono de voz del chico fue divertido mientras doblaba su labio inferior. Tomo sus flores para darle las gracias.
—Gracias Baxter —esas palabras son sinceras—, son unas rosas bastante lindas.
—Y gracias por compartir una esplendida carcajada conmigo. —Acomoda sus gafas en el puente de su nariz.
—Eres un Don Juan, amigo —vuelvo a reír.
Noto como la cara de mi compañero empieza a iluminarse y sus labios me muestran su sonrisa blanca en una sonrisa.
—¿Qué es lo que te sucede? —cuestiona curiosa mientras vuelvo a oler las flores.
En serio me hechizan, ¿por qué me gustan tanto?.
—Es que me has llamado amigo, ¿somos amigos?.
Nuevamente ahí esta Baxter, arruinando un momento con su inoportuna pregunta. ¿Es que no pudo aguantarse un poco más?.
—No me presiones, por favor —hablo seria, pero sin ser grosera. Tenía sus flores en mano.
—Esta bien, ¿pero al menos ya no estas molesta conmigo?. Tu jefa me prometió que no te despediría porque te obligué a que hicieras lo que hiciste por decirte cosas que no debía decirte.
—No, ya no estoy enojada. Sí te perdono, creo que estamos en paz y gracias por evitar decirle adiós a mi trabajo. Pero ahora tengo que irme.
Me giro sobre mi propio eje y empiezo a caminar hacia mi escarabajo. Siento como Baxter camina a mi lado sin decir ni una palabra. En serio no quiero decirle nada porque no quiero terminar en una discusión nuevamente y no quiero otro ramo de su parte. Con uno me basta y me sobra.
—Estamos avanzando —habla mi acompañante en voz baja, lo cual creo que esta hablando consigo mismo, yo no lo interrumpiría.
—Listo, llegué a mi auto, muchas gracias. Adiós. —Me inclino hacia él para besar su mejilla izquierda, me alejo y vuelvo a ver sus lindos ojos.
—Esto no es un adiós —niega Baxter con una sonrisa con entusiasmo—. Es un hasta luego. —Se gira sobre su propio eje y se aleja antes que yo pudiera debatir, chico listo.
Yo no quiero darle esperanza a Baxter que puede ser mi amigo, no me gustaba mucho la insistencia. Me estaba obligando a algo que yo no quiero.
Un amigo es aquella persona que no hace desaparecer tus problemas, sino ellos no desaparecerán cuando estés enfrentando un problema. Es aquella persona que hace los malos momentos buenos y los buenos momentos inolvidables.
Y quizás Baxter puede ser esa clase de amigo, sin embargo yo sé que no es para mí.
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