⌁Capítulo diecisiete: la felicidad de las sorpresas
Estoy en frente del tocador, terminando de pintar mis labios color rosa. Veo mi vestido rosa, me pone feliz. Bella llega por detrás para apretar mis hombros, veo el reflejo que me muestra el espejo, ella por el momento se ve muy delicada con un vestido más ceñido y corto que el mío.
—Te ves tan linda —halago, me giro para estar frente a frente.
Acomodo uno de los rebeldes mechones que esta en su carita.
—Tu también, entonces vas a tener una cita con Baxter. —Alzo sus cejas frenéticamente.
—Sí —musito incómoda, mordiendo el interior de mi mejilla para no contradecirla.
Se supone que iba a ser una especie de doble cita, Bella con Noah y yo con Baxter.
Eso sí, íbamos a ir por separado, se supone que en cualquier momento este chico de lentes va a pasar por mí.
—Finalmente has aceptado tu amor hacia él, ¿verdad? —Hace un mohín con sus labios, sacudo mi cabeza de lado a lado, exhausta de la misma sopa de siempre.
Me pregunto cuando me van a dejar de hacer bulla con Baxter.
Hablando del rey de reyes, él me manda un mensaje a mi celular, avisando que ya esta abajo.
—¡Ya me voy Bella! —grito desde la entrada—, te veo al rato —culmino, cierro la puerta luego de tomar una pequeña mochila donde levaba las pertenencias.
Llego a la entrada y veo a Baxter, igual de arreglado que siempre. Puedo atisbar que sus ojos se abren detrás de sus lentes, lo cual provoca un ligero cosquilleo en mi estomago que me obliga a sonreír.
—Hola Raven, te ves muy bonita la verdad. Nunca imagine verte de esa manera, ¿estás lista? —saluda, termina por depositar un tímido beso en mi mejilla.
Asiento con la cabeza, escucho un carraspeo de garganta detrás de él, me inclino un poco para ver a Asher quien trata de esconderse completamente tras mi compañero.
Grito entusiasmada, empujo a Baxter para que me permita ver al niño que abrazo inmediatamente. Lo elevo del suelo para llenar su rostro de pequeños besos. Estoy tan emocionada que él este aquí, pero no lo entiendo, se supone que él está enfermo, ¿qué se supone que esta haciendo aquí?
—Pues el doctor me ha dicho que puedo sacarlo un poco para que tome aire fresco y se divierta, ya sabes que es la risa es la mejor cura para el malestar —Baxter replicó, como si hubiese leído mis pensamientos.
—Perfecto Asher, entonces ¿qué te parece si yo voy sentada atrás contigo y que el maestro conduzca?
—¡Sí, sí, sí! —Brinca es su lugar, toma mi mano para jalarme a la parte trasera del auto.
Baxter abre su boca, y si ni estuviera conectada a su mandíbula, seguro caería al suelo.
—Esta bien, puedo ser el chofer en su cita —cede, se encoge de hombros e inmediatamente abre la puerta trasera.
Asher hace una pequeña reverencia, dándome paso a entrar el automóvil. El niño me sigue el paso y Baxter cierra la puerta tras él. El mayor rodea el coche para subirse del lado del piloto, sube el volumen a la música.
No tardamos mucho para entrar a la cafetería donde trabajo, Noah ha reservado el lugar para pedirle una relación formal a mi mejor amiga. Miranda dijo que estaba de acuerdo porque va a estar ausente tres días, va con su hija o algo por el estilo. Nunca nos detalla lo que hace, y esta bien, después de todo, es la jefa.
El lugar tiene lazos rodeando el techo, una gran cantidad de globos en cada esquina del lugar de color azul y amarillo, los colores favoritos de mi amiga. Baxter se ha dedicado a guardar la mayoría de las mesas en la cocina, dejando solo cuatro, muy separadas la una de la otra.
Noah esta sudando a mares, las gotas de sudor no dejan de resbalarse por su rostro.
—Hola Noah —saludo, Asher sostiene fuertemente mi mano, un poco tímido—. Veo que ya has terminado todo, mira pero que guapo esta mi cita el día de hoy. —Señaló con la mirada en dirección del niño.
Noah alza sus cejas de manera cómplice.
—Estoy tan nervioso, ¿qué tal si me dice que no?
Niego con la cabeza, en desacuerdo a su pregunta.
—Por el amor de Dios, has apartado el café, le has comprado un anillo de corona. También has practicado guitarra para cantarle una canción a ella, le has preparado lasaña vegana, y has rentado una gran camioneta, ¿por qué crees que no te va a querer? Algo que no te he dicho es que la mayoría del tiempo se la pasa hablando de ti. Cuando la dejé en casa se estaba mordiendo las uñas.
—¿En serio? —Sus ojos brillaron, muerde su labio inferior.
Sorpresivamente me acorrala entre sus brazos para sujetarme con fuerza. Río incomoda debido a que no me esperaba ese acto de amistad, pero tampoco me desagrada en absoluto.
Asher jala de mi en un acto celoso, cuando mi amigo nota aquello, afloja su abrazo hasta soltarme. Revuelve el cabello de mi cita y guiña un aojo coqueto.
—Esta bien, campeón. No pienso robarte a tu chica, la mía todavía no llega —replica, soltando una carcajada ansiosa.
—Relájate, estoy segura que tu propuesta saldrá de maravilla. —Esbozo una sonrisa sin mostrar mis dientes, aprieto su hombro para que sienta que lo estoy apoyando—. Ahora ve por tu chica, campeón.
Noah desaparece de mi vista, sale por la entrada principal. Entretanto, Asher vuelve a estirar mi mano para invitarme a tomar asiento para estar a mi altura. Soy más alta que él, pero sé que en un par de años lo voy a ver hacia arriba.
—¿Has practicado los dibujos, Ash? —indago con curiosidad.
El niño se ruboriza para asentir con la cabeza. No puedo evitar aplaudir con devoción.
—Estoy tan feliz, me encantaría ver algún dibujo que has hecho ¿Cómo te has sentido, has avanzado?
—Pues sí, me has dado unos consejos increíbles. Estoy cambiando mis hábitos porque cuando crezca quiero pintar y dibujar tan asombroso como tú.
De pronto siento que el oxigeno me hace falta, y estoy acalorada.
—¡Ay, pero sino dibujo también! Y lo que me h llevado hasta donde estoy es porque práctico y práctico —respondo con una amplia sonrisa.
—¿Qué tanto le dices a la chica que se pone roja como un tomate? —prorrumpe una vez detrás del niño.
Veo a Baxter que toma asiento a lado mío.
—Pues que es asombrosa dibujando, solo decía eso.
Noto como el muchacho arrastra su silla hasta estar un poco más cerca de mí, siento como uno de sus brazos cruza por mis hombros. Lo fulmino con la mirada, mi entrecejo esta alzado, incitándolo a que de una explicación.
—¿Qué haces abrazando a mi chica? Yo la conseguí primero, ve tú por la tuya —ordena Asher, lo que me provoca que abra mis ojos como platos.
Baxter murmura algo que no logro descifrar. Lo que sucede conmigo es que no sé como sentirme al respecto con esta situación ya que por un momento me siento como un objeto que pueden zarandear a su gusto.
—Pero si yo la he invitado primero. —Su labio inferior tiembla en señal de un reproche—. Además no hay ninguna chica a la que pueda invitar —añade con mucha naturalidad.
—No, no se estén peleando por mí como si yo no estuviera y mucho menos me vayan a ganar como un trofeo en una feria que les prometo que me marcho y los abandono a los dos. —Mi rostro esta inexpresivo, mi boca esta recta, y mi cejas fruncidas.
Baxter bufó como un niño chiquito que no obtuvo lo que quería.
—Esta bien, si tienes algo de razón. —Asiente mi amigo.
Cambio el tema radicalmente ya que no quiero molestarme por literalmente nada. No sé cuanto tiempo transcurre, pero dejo de gestionar palabras cuando escucho el rugido de una camioneta que esta llegando.
Muerdo el interior de mi mejilla para no soltar un grito de emoción, presto atención a la puerta. No quiero perderme ningún detalle en lo absoluto. Siento la penetrante mirada de mi compañero y no puedo evitar enroscar un mechón de mi cabello sobre mi dedo índice.
En ese momento la puerta se abre, logro visualizar a Bella con los ojos vendados, detrás de ella se encontraba su futuro novio, sujetándola de los hombros para guiarla.
—¿Qué es lo que estás tramando, señorito? —Bella pregunta con una voz tan tersa como el terciopelo.
SI yo tuviera los ojos vendados y la escuchara, no pensaría que era ella quien hablaba.
—Una sorpresa, ya te lo he dicho un montón de veces Bella —replica Noah, logro ver que muerde su labio inferior, luego acomoda su cabello.
Sus nervios podrían contagiarse en cualquier instante.
El castaño empieza a retirarle la venda de los ojos, ella los mantiene cerrados por un par de segundos, empieza a parpadear para adaptarse a la luz. Su boca se abre tan grande y para no verse grotesca decide colocar ambas manos, cubriéndola.
Ella esta sin habla, cosa que Noah no sabe si es para bien o para mal, pues juega con los dedos de sus manos.
—¿Y te gustó? —titubea, cabizbajo.
La morocha continúa con sus labios sellados, disfrutando de la linda decoración del lugar. Hay hasta unas enormes velas que Baxter se encargo de encender para no utilizar la luz artificial, también coloco un banco en medio, a lado esta una guitarra color chocolate.
—¿A que se debe esta fiesta? Digo, no es mi cumpleaños. —Los ojos de mi amiga brillan con una intensidad que podría dejarte ciego— ¡Muchas gracias, gracias! —Se giro para estar frente a frente con su chico, no espera ni un segundo más para arrojarse a los brazos del hombre.
Noah la sujeta con fuerza, entierra su rostro en el hueco que hay entre el cuello y el hombro. Se murmuran un par de palabras que no puedo escuchar, ¿por qué no tengo oído de perro?, es que la verdad me encanta enterarme del chisme.
El moreno la toma de la mano para conducirla por el camino de pétalos de girasoles hasta llegar a un asiento. Ella toma asiento, no puede parar de sonreír. Por otra parte Noah sigue caminando hasta el centro donde recoge la guitarra antes de sentarse.
Yo estoy muda, pues no quiero interrumpir el mágico momento que mis amigos están experimentando.
Noah aclarece su guitarra, empieza a rasguear algunas notas que suenan desafinadas y sin tiempo. Yo sé que él no es un gran sujeto que toca algún instrumento, pero lo admiraba porque al menos lo intentaba.
—¡Oh mi Bella! —canta él, según a tiempo de las notas—, eres tan bella como un día soleado. —Guarda silencio unos instantes para darle protagonismo a la guitarra—. Eres quien le da vida a mis días y alegría a mi corazón ¡Oh mi Bella! ¡Oh mi adorada! —Vuelve a repetir el coro.
Creo que después de todo no es tan mal compositor, solo le falta pulir un poco. Lo que si es pésimo es su forma de cantar porque estoy apunto de ponerme unos tapones para bloquear el sonido.
—¡Oh Bella mía!, ¿me harías el gran honor de ser mi novia?
Bella esta estática, su rostro es inexpresivo que no sé en que pensar. Noah sonríe con nerviosismo, no sabe como actuar. Me dieron unas ganas de tomar a mi amiga por el cabello y arrastrarla hasta el castaño para que acepte su proposición.
Parece que me escucha ya que se levanta de su silla para correr a los brazos de su amado. Lo que yo vi transcurre en cámara lenta, como de esas películas de amor que a veces veo que cuando los protagonistas saben que se aman y corren a los brazos uno del otro, lo hace tan lento.
Bella empieza a depositar besos por toda la cara del chico, él la rodea por la cintura con un brazo mientras que con el otro deja cuidadosamente la guitarra.
—¿Eso es un sí? —pregunta a modo de juego él—. Sé que no soy un buen cantante...
En modo de interrupción, Bella acunó el rostro de su novio para sellar el trato con un apasionado y profundo beso que Noah responde inmediatamente.
—Es perfecto mi amor, no te preocupes. —Bella esboza una sonrisa
—Vamos a bailar.
Noah mueve la mano en forma de señal para que Baxter encendiera la música, lleva arrastra a su novia al centro de la pista para empezar a bailar.
—¿Quieres bailar? —pregunta una voz aguda, luego de ver a la pareja bailar.
Agacho mi cabeza para ver a Asher quien tenía su mano extendida en mi dirección. La tomo gustosa para ir a la dirección de la pista. El niño toma mi mano y mi cadera para bailar. Yo soy una mala bailarina y el niño no sabe llevar los pasos, así que siempre nos pisábamos mutuamente.
—No sé bailar —tartamudea nervioso.
Río para darle confianza, pero creo que lo he estropeado ya que lo veo bajar la mirada.
—No te apures que yo tampoco soy muy buena que digamos.
Bailo unos minutos más con el niño antes de ver a Baxter detrás del niño, tocando su hombro para llamar su atención. Asher me suelta para girarse, Baxter carraspea la garganta antes de preguntar:
—¿Me permite bailar con la señorita? —Su voz es ligeramente más gruesa, mostrando porte.
—¡Sí, sí!, ya me dolieron los pies —responde nervioso mientras corre al asiento.
¡No puedo creer que me haya abandonado solo porque no bailo bonito!
Con ese pensamiento Baxter atrapa mis brazos para así guiarlos detrás de su cuello, él coloca las suyas sobre mi cintura, ejerce un poco de fuerza para redirigir mis pasos a unos correctos.
—Te advierto que soy buena pisando pies —advierto divertida, con la esperanza que me dejase en paz.
El lugar se sentía tan pacifico con solo nosotros cinco en todo el café, creo que es la primer vez que lo veo de esa manera desde que entre a trabajar siempre esta agitado.
—Te advierto que yo sí soy un buen bailarín, además noté que por poco le puedes cortar los pies a Asher.
—Nadie es bueno para todo.
Veo los lindos y pequeños ojos verdes a través del cristal, siento mis piernas flaquear, ¿por qué demonios él tiene una sonrisa tan encantadora? Sino la tuviera, todo sería más fácil. Siento que mis manos empiezan a sudar, esto no puede estar pasando.
Debo de hacer algo para romper el encantamiento, así que desvío mi mirada para ver a nuestros pies. Me río mentalmente con malicia. Por lo que doy un pisotón en su pie derecho, él por un momento suelta un quejido y detiene la danza. Lo que sigue no me esperaba porque me sujeta con más fuerza para tener un control más exacto sobre mí. Vuelvo a intentar repetir mi pisotón, pero Baxter lo esquiva con mucha facilidad.
—¿Qué te pasa?, ¿por qué quieres pisotearme?
—Es divertido —respondo rápido, paso mi lengua por mi labio superior y aun con la mirada gacha.
—Pues inténtalo a ver si puedes —desafía, me suelta para cumplir mi objetivo.
Me muevo, pisándolo, más bien, tratando. Es muy bueno esquivando todos mis ataques, además lo hace con elegancia, eso sin agregar que se movía al compás de la música romántica. Carcajeo al darme cuenta que ya estoy fastidiada.
Al menos he dejado de pensar que Baxter es guapo, pero ahora que lo estoy pensando, lo he vuelto a notar.
—¿Ya te cansaste? —cuestiona al verme detenida, envuelta en mis pensamientos.
¿Soy yo o se acaba de refrescar el aliento a menta?
—¿Qué te pasa? —insiste, se acerca a mí y acaricia mi cabello con mucha ternura—, ¿por qué estás tan nerviosa? El que debería de estar nervioso ya no lo está, ¿por qué tu si?
—Me gustan tus ojos —confieso anonada conmigo misma.
¡He vuelto a caer en su hechizo!
Baxter sonríe, quita sus lentes para luego abrirlos tan grande como se puede, suelto una carcajada, tiene muy lindos ojos en serio.
—Que sorpresa que te gusten mis ojos, a mi me gusta tu nariz y tus cachetes. —Aprieta mis mejillas con dulzura, parece un dulce que me va a dar diabetes—. Siempre quise hacer eso. —Vuelve a apretar mis cachetes— La sorpresa me ha hecho feliz, gracias Raven. —Me envuelve en sus delgados brazos, mi rostro va dirigidamente a su cuello, me llega un olor a vainilla. Debería de alejarme, pero lo extraño era que no quería hacerlo. Lo rodeo por la espalda y deseo que se detenga el tiempo.
¿Qué estoy diciendo?
Estoy sorprendida, inefable porque no puedo creer que mi cuerpo no este reaccionando a mis indicaciones, mi corazón se acelera y estoy ansiosa. Por segundos, esta bien, minutos quiero estar perdida en sus ojos. Por primera vez creo que las mariposas que las personas alardean cuando sienten algo mágico con otra persona debido a que las siento revoletear en mi interior.
Estoy perdida, ¿qué me has hecho Baxter?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top