Naruto se sentía tan feliz que incluso podría abrazar a Sasuke, aunque al final aquello sólo se quedase como una idea cercana a lo efímero en su cabeza. Probablemente, en sus pensamientos estaría la idea de siempre; ir a algunos de esos clubs nocturnos, para después pasearse por la calle un poco mareados si es que se habían emborrachado con los cubatas más baratos, porque Naruto tuvo la idea de probarlos y acabó jurando que nunca volvería a tomar alcohol nunca más a partir de eso, además de que después de noches del estilo habituaban a dormir juntos en sus casas, ya que la de Sasuke solía estar cerca, y la de Naruto muy alejada, haciendo así una cama improvisada.

Naruto era alguien que solía ser impulsivo, por lo que rápidamente agarró a Sasuke de su muñeca; éste reaccionó molesto debido al repentino movimiento.

—¡E-espera! ¿No vamos a ir con Sakura o alguien? —preguntó Sasuke, pocas veces habían ido de fiesta sin ella, eran el trío perfecto de amigos y siempre vivían momentos felices para la posteridad. Separarlos era casi impensable, pero Naruto al parecer tenía otro tipo de planes.

Dos segundos fueron suficientes para planear su “noche perfecta”, iría a unas de sus discotecas favoritas, que justamente era la primera a donde fueron y donde experimentaron todo tipo de situaciones que jamás olvidarían. Se dejó guiar por la nostalgia, pero sin duda lo último que quería era no divertirse aquella noche, y nuevamente, volvía a no preocuparse por el día de mañana.

Sasuke sentía cierta ternura hacia la emoción que desprendía Naruto. Probablemente por su incansable energía se encontraría destrozado al día siguiente por todo tipo de razones, pero estaba seguro de que merecería la pena.

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Sasuke sonrió para sus adentros cuando se dio cuenta hacia donde le estaba dirigiendo Naruto: la primera discoteca que él y sus demás amigos visitaron cuando finalmente cumplieron la mayoría de edad. Sasuke llevaba desde que empezó el último curso de la Universidad teniendo claro su futuro, primero se iría fuera de dónde vivía, probablemente a otro país, pues sabía que si quería trabajar en el trabajo de sus sueños, no iba a poder cumplirlo en su actual situación. Ésto lo había comentado varias veces con sus amigos y en clase, porque no podía esconder que se sentía emocionado de finalmente dirigirse hacia una vida más próspera para él.

Sasuke había nacido en una familia donde tenía que sufrir las consecuencias de ser el hermano menor que tenía que vivir en la sombra del hijo mayor. A veces se sentía como un fantasma, o incluso menospreciado, y su padre tampoco solía mostrar interés en él por estar demasiado enfocado en el hermano mayor. Ya no sabía si quería enorgullecer a sus padres, pues ya fue algo que intentó en su momento. Viviría mejor aceptando que jamás tendría el reconocimiento que quería con su familia, por lo que estaba ansioso de querer vivir de nuevo, y lejos.

Aunque no se sentía del todo solo. Naruto y Sakura fueron las personas que decidieron ser sus amigos porque realmente querían serlo. No por pena, ni por su hermano. Irónico que hasta ese mismo momento no se hubiese parado a pensar que iba a abandonarlos, pero que sobre todo, abandonaría a Naruto en la soledad.