Capitulo III El ataque (parte 1)


"...Tan cerca...tan lejos...solo hay algo que nos divide..., las barreras del tiempo..."

Horas antes...

Rin apenas abría los ojos con el claro sol iluminando toda su habitación, dio un ligero suspiro antes de ponerse de pie de manera definitiva, hoy seria un día de muchas emociones, tantas que ella nunca se imaginaba, se asomo a la gran ventana recibiendo el aire matutino que la invitaba a prepararse para una nueva jornada, se alisto como solía hacerlo siempre, a pesar de que en un par de minutos mas llegarían las sirvientas para ayudarla con el peinado y maquillaje y sin mencionar el vestido que utilizaría, se adelanto antes de que llegaran, pasando el cepillo por su melena oscura mirándose al tocador con un único pensamiento rodeando su mente -mi ultimo día en mi habitación...-una pequeña sonrisa apareció en sus labios-al fin estaré con mi príncipe...pero...-otro pensamiento la interrumpió bajando una presión fuerte en su pecho borrando aquella expresión de felicidad a una mas melancólica-no puedo dejar sola a mi hermana...-susurro, saco de un pequeño cajón papel y plumas, aun no había terminado de escribir la carta que le mandaría con Jaken al gobernador del sur, disponiéndose a untar la pluma sobre la tinta para luego trazar letras sobre la hoja de papel

Mi querido príncipe...

No sabes cuanto he añorado el día en que ambos estemos juntos para siempre, he contado muchos amaneceres para que se cumplan mis sueños junto a ti...

De pronto, el sonido de la puerta la hizo detenerse en escribir, sobresaltándola, dejándolo el papel en un impulso escondiéndolo en su escote, volteando quien era la persona que había ingresado a la habitación

-perdóneme princesa he venido a prepararla...-menciono una sirvienta con un vestido sencillo bajando la mirada con respeto

-por favor no baje la mirada, por lo menos cuando estemos a solas por favor-respondió Rin con una sonrisa, se cambio de vestido a aquel que tenia la sirvienta, peinándola y maquillándola como lo realizaba desde que ella tenia memoria, una vez lista, se dirigió prontamente a los jardines, extrañamente no se encontraba ningún soldado en su camino, tampoco la presencia del general Koga, extrañándole mucho la situación

-señor Jaken...susurro mirando como solía hacerlo entre los matorrales del jardín, pero al pasar los minutos este ser no aparecía ni un poco-señor Jaken...-lo volvió a llamar y silencio solo obtuvo como una simple respuesta-quizás...lo encomendaron a otra cosa...-resoplo decepcionada, a pesar de que no había terminado aquella carta, quería entregársela, ya que eran al menos párrafos alegres a su repentina realidad, regreso a sus aposentos en silencio y se mantuvo allí mirando desde el balcón con la leve esperanza de que aquel sapo saliera entre los arbustos de los jardines con un mensaje nuevo de su príncipe

Pasaron las horas, y aun seguía allí, había olvidado por completo lo que sucedía en el palacio, y mas aun también se esfumo de su mente la idea de irse ese día al reino del sur

-princesa Rin, debe alistarse para irse-dijo otra sirvienta, acompañada de Kaede y otras mujer con un bello vestido y un corsé que la exprimía dejándola sin aire alguno

-estúpido corsé... -decía en medio de quejidos, mientras las mujeres mas se la ajustaban a su fina figura

-esas no son palabras adecuadas de una princesa Rin...-comento detrás de ella su hermana mayor llegando a su lado con una sonrisa en su rostro-estas muy bella

-gracias hermana yo...quería decirte algo...-contesto tartamudeando, no sabia como explicarle en ese minuto que ella y Kohaku se estaban enviando cartas todo ese tiempo, ya que estaba prohibido cualquier contacto entre prometidos antes de la boda, o si se hacia debía ser con pleno conocimiento de sus majestades, pero un estruendo sacudió el ambiente, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre



Presente

Un estruendo sacudió el ambiente, el caos y los gritos de dejaban escuchar a cada rincón del palacio, jamás se imaginaron que aquel ejercito ya se encontraba sobre sus fronteras y mas aun, llevando consigo la sangre y muerte en cada uno de ellos, una lluvia de cenizas cubrió el lugar presagiando que lo peor estaba por venir, incendios en todos lados, ardiendo en llamas todo su pueblo, la reina se asomo por la ventana con gran sorpresa al ver como los invasores destruían todo a su paso dirigiéndose a su palacio, los soldados del imperio dejaban entrar a las personas adentro de la gigantesca infraestructura con el fin de salvar vidas, sin embargo en el corazón de la azabache no sabia cuanto tiempo aguantarían mantenerlos a salvo, miro a su pequeña hermana quien también podía ver todo con asombro y sorpresa, en sus ojos reflejaba miedo y no la culpaba, era aun muy joven para afrontar ese tipo de cosas, sabia a la perfección que su destino estaba escrito, que tan vez querían su cabeza, pero no la de Rin, ella tenia que salvarse

-Rin, debes esconderte, escapa!-le dijo en medio del caos y estruendos que la dejaban sin audición alguna

-no, no hermana, no quiero dejarte!-le contesto casi haciendo un berrinche

-no te estoy preguntando-la jalo de un brazo, abriendo un escondite secreto en su habitación, empujándola para luego encerarla allí a un pasadizo oculto con salida lejos de toda la batalla- busca al general Koga y vete al reino del sur-se pauso al escuchar los gritos ensordecedores de su hermana menor quien golpeaba con fuerzas los muros en un intento vano de que recapacitara-hermana...te quiero...

-¿Qué? no, no, no, hermana no me dejes, Kagome! Kagome!-le seguía gritando pero ya era inútil, ella no abriría la puerta a menos que fuera sobre su cadáver, presiono sus manos fuertemente al ver la desesperación de Rin al otro lado

-perdóname Rin...-pronuncio cerrando fuertemente los ojos, para abandonar la habitación en medio de los llamados de su hermana menor

Por otra parte Rin, seguía golpeando con otras sus fuerzas la pared falsa del escondite donde la habían dejado, pero ya era inútil, su hermana no le abriría pero tampoco quería quedarse de brazos cruzados, así que volteo a ver el pasaje donde la guiaba a la salida, con un poco de suerte conseguiría ayuda-bien vamos...-se dijo así misma emprendiendo el viaje por el camino

El camino no fue muy largo o tal vez lo era, pero ella corría a través de aquel laberinto con el fin de pedir auxilio, a lo lejos pudo contemplar la luz al final del túnel, una alegría inmensa emergió de la azabache haciendo sus andar mas rápido, llegando a la salida esperando algo muy diferente a lo que pensaba

Sangre, era todo lo que podía ver al final del camino, por un momento su aire se ausento por completo, su mente trataba de aclararse mas no lo asimilaba ni un poco, cuando ve una bola de fuego cruzar cerca de ella cayendo no muy lejos donde se encontraba, sacudiendo sus pies mas no dejándola caer, cuando en aquel minuto levanta su mirada en medio del estruendo viendo como el polvo en suspensión se disipaba ante sus ojos, revelando una silueta acercándose mas y mas, no podía moverse ni si quiera para correr u caminar, cuando siente un par de brazos que la envuelven de manera abrupta, sacándola de sus pensamientos rápidamente completamente asustada, encontrándose con aquellos ojos celestes que la con preocupación

-princesa Rin! ¿Qué hace aquí?- dijo una voz familiar, el general Koga estaba a su lado, la había encontrado, sacudió su cabeza con el fin de orientarse, mientras el joven la sacaba rápidamente del lugar dejando aquella extraña silueta muy atrás, no obstante, aun se podía escuchar un extraño gruñido furico a cada paso que daban, no paso mucho tiempo cuando, se reunieron con Ayame, y dos de sus mejores soldados Guinta y Hakaku, quienes cuidaban de la doncella mientras esperaban-hay que irnos-dijo el general, una vez todos reunidos, Rin no pudo evitar abrazar a joven de cabello rojizo y con una mirada suplicante mencionaba

-por favor ayuden a mi hermana, no podemos dejarla, por favor!-decía entre suplicas con ojos cristalizados

-pero princesa...

-por favor ayuden a mi hermana, no la abandonen...

Mientras tanto, dentro del palacio, Kagome se dirigía al salón de tronos, no iba a mostrar si quiera señal de rendición, tenia que hacer tiempo el mayor que fuese posible para que su hermana y lo que quedaba de su pueblo pudiera escapar de la masacre, se ubico frente al puesto de gobierno y solo aguardo, se encontraba sola y lo requería así, no quería mas vidas sacrificadas, escuchando los estruendo mas y mas cerca, con pasos firmes a su dirección, abriendo las puertas de manera escandalosa apareciendo una tropa de bandidos con fuertes armaduras y miradas atemorizantes para cualquiera rodeándola dejándola sin salida alguna, ella sin embargo no llevaba las manos vacías tenia su arco y sus flecha quien solo las apuntaba a un lugar, como leve advertencia

Ni un segundo sucedió cuando el ejercito le abrió paso a un hombre de traje blanco y armadura, de cabellera oscura atada con una trenza larga, y un arma enorme cargada sobre su hombro, mirándola fijamente a los ojos, al fin ella pudo fijar su objetivo era él, el líder

-¿Quién eres tu?

-soy Bankotsu, majestad-respondió de manera irónica con una leve sonrisa en su rostro

-¿Por qué has atacado mi pueblo?-pregunto sin bajar su arco en ningún momento

-porque...se me pega la regalada gana

-¿Qué? eso no es posible, has acabado con pueblos enteros solo por diversión-le reclamo

-me descubriste, si tengo un objetivo pero no te lo diré

-¿Por qué? ¿Qué quieres?

-primero quiero a la princesa Rin, con ella podre negociar majestad-contesto, para luego dirigirse a los soldados-busquen a la princesa, debe andar cerca de aquí-ordeno, cuando este se descuido saliendo una flecha de la nada disparada de otra dirección, el hombre de cabello oscuro no podía defenderse en lo absoluto, iba directo el disparo a su corazón, pero en ese instante, una garra albina tomo la flecha en el aire dejándolos a todos boquiabierta

-te encontré mi pequeña princesa-pensó sonriendo levemente

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Holaaaa no pude evitar escribir este primera parte sin publicarla espero que les guste, muchas gracias por el apoyo y sus bellos comentarios, nos vemos pronto, besos!!! ¿que sucederá? ¿sera Rin quien disparo esa flecha?

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