Capitulo II Algo inevitable...
"...Aunque intente escapar...una y mil veces...llegare a la misma dirección...todos los caminos llegan a mi mismo destino..."
La joven princesa se dirigía de vuelta al palacio con la carta en su manos, ansiosa por leer su contenido, su rostro iluminaba felicidad, ya hacia casi mas de tres meses que recibía cartas de su prometido constantemente, y entre mas se acercaba la fecha de su boda, estas llegaban casi todos los días gracias a Jaken, quien le hacia el favor de ir y venir entregándoles los mensajes de la joven y sus respuestas, camino tarareando algunas canciones que ella misma había creado, hasta que la se detuvo abruptamente, al escuchar el escándalo que se vivía a las puertas del palacio, además un numero importante de soldados formados frente a la multitud, su curiosidad por naturaleza la hizo caminar hacia aquella dirección, asomándose encontrándose con aldeanos de su pueblo en protesta de su reino, sobre todo de la forma de gobernar de su hermana
...que se vaya la reina...
...es igual que su padre...
...la misma desgracia otra vez...
...nos ha traído puros malos momentos...
Un terror inexplicable se introdujo bajo la piel de la azabache mientras espiaba la situación, que le hacia erizar cada centímetro de su piel, ¿su hermana? ¿una mala gobernante? -ella lo ha dado todo...-se dijo así misma molesta frunciendo su ceño, solo ella había visto en persona lo cuanto ha sufrido para que su reino estuviera estable, a pesar que su padre la dejo marcada con su corrupto imperio, ahora la tarea de su hermana era nada mas que limpiarlo pero no contaba con mucho apoyo de la elite y además con el consejo real también tenia problemas, las persona furiosas mas se aglomeraban en la puerta, obligándola a intervenir de manera instantánea
-ya basta!-pronuncio con algo de autoridad, había sacado un gran carácter, que era admirable hasta para el mismo consejo, frente a esa simple orden, los soldados le abrieron el paso inclinándose ante ella, al igual que los aldeanos en sus puertas
-princesa...-pronunciaron todos, con gran respeto
-¿Qué sucede aquí?-pregunto en voz alta, mientras que uno de los soldados se acerca susurrándole al odio todo lo sucedido
-los aldeanos están protestando por la mala gobernación de la reina, princesa, además ordeno evacuar a los niños ya que se dice que un ejercito de invasores viene hacia acá y nuestro pueblo esta asustado señorita Rin-termino de decir alejándose un poco para ubicarse a su lado protegiendo sus espaldas, al escuchar todo era confuso, no estaba enterada de nada, ¿Cómo podía defender a su hermana en una situación que desconocía?, tomo disimuladamente aire para caminar hacia las personas
-la verdad, desconozco lo que realmente sucede- dijo casi de manera instantánea dejando a los aldeanos boquiabierta y continuo-pero se que pase lo que pase, mi hermana, la reina, no tomaría ninguna decisión que perjudique a nuestro pueblo, hablare con mi hermana respecto a lo que esta sucediendo y también con el consejo, así todos buscaremos una salida mas loable a esta situación, por el momento les sugiero que sigan confiando en las ordenes de mi hermana, que confíen en su reina, como su princesa me comprometo a tenerles respuestas mañana, y así juntos construir un reino mejor-dijo ella con encanto y personalidad, segura de si misma retirándose del lugar en compañía de dos soldados totalmente asombrados de la madures de su princesa, ya que siempre la habían visto como una niña consentida, ahora era convertida en toda una mujer de autoridad
Avanzo hacia dentro de su palacio sin mirar mas que solo el frente, en su mente estaba molesta, ya que habían cuestionado a su hermana como manejaba su reino y además que ella misma le estuviera ocultando cosas, guardo la carta dentro de su escote, y tomar su vestido para apresurar el paso dirigiéndose a los aposentos de la Reina, encontrándola allí escribiendo algunos documentos que solo ella entendía
-Kagome...-dijo entrando a la habitación un tanto seria
-¿Rin? ¿Qué tienes? ¿Qué sucedió?-pregunto con preocupación al verla de esa manera, nunca su pequeña hermana era así
-eso es lo que quiero saber ¿Qué sucede Kagome? Ya no soy una niña para ocultarme las cosas, uno una protesta allí afuera ¿Cómo es eso de un ataque? ¿y vas a evacuar a los niños? ¿tan grave es?-pregunto haciendo abrir sus ojos enormemente sorprendida
-veras Rin...yo...-dijo sentándose al borde de la cama, en señal de que ya no podía mas y rompió en llanto cubriéndose su rostro con ambas manos, sintiendo que su hermana la abrazaba con fuerza
-Kagome...¿Qué sucede? Sabes que puedes contar conmigo pase lo que pase...
-Rin...es grave...antes de una semana, debes irte con el príncipe del Sur, ahí estarás segura-eso la tomaba por sorpresa, anhelaba el día de desposarse con su prometido lo antes posible, pero no de esa manera tan repentina dejando un camino angustioso sin mirar atrás
-¿Qué? ¿y que pasara contigo?-pregunto alarmada
-me quedare, debo quedarme a pelear con esos invasores, nuestros aliados han sido derrotados, no podemos asegurar la victoria, pero..., les daré el tiempo necesario para que tu y gran parte de mi pueblo puedan salir
-¿invasores? ¿los imperios del Norte y del Este? Eso es imposible, ellos cuentan con buenos ejercitos- repito lo que ella había dicho en el consejo-¿Quién lo comanda? ¿algunos de los enemigos de mi padre?
-no...-suspiro-se dice que es un hombre que revivió de las tinieblas
-hay por favor Kagome, eso si es imposible, nadie regresa de la muerte, ni si quiera nosotras podríamos hacerlo con nuestro don
-Rin..., sabes que si puede, sabes que con nuestro don si se puede-reflexiono
-lo se..., pero eso no quita el hecho que ese sujeto haya regresado de la muerte...- contesto- pero Kagome no me interesa, lo único que quiero es no dejarte sola en esto
-Rin, eres la esperanza de muestro imperio, moriría feliz si tu estas a salvo
-no, no, no lo comparto, no seas egoísta!-le grito con lagrimas en los ojos poniéndose de pie, tu eres la única familia que me queda, no quiero dejarte sola
-pero que no entiendes, eres lo mas importante para mi, por lo mismo quiero que tu vivas, eres mi pequeña hermana menor...-contesto abrazándola zafándose Rin rápidamente
-entiende hermana, no soy una pequeña!-le grito saliendo corriendo fuera de la habitación hacia sus propios aposentos arrojándose a la cama y llorar, no podía creer que en sus manos no había nada mas que hacer que esperar y huir, no lo compartía, su corazón se partía tan solo pensar que su hermana iba a morir de una manera cruel, por seres que ni si quiera se imaginaba-eres una tonta hermana! Testadura! Tonta! -su pecho le molestaba, ya que aun contenía en papel en su escote presionando en su piel, al darse cuenta de aquello, se saco el pequeño sobre abriéndolo de manera sutil, ahora estaba totalmente arrugado pero aun era la letra muy legible, de manera elegante y sobria, no le extrañaba pensaba que tal vez su prometido había mejorado la letra ya que en los primeros meses era como simples garabatos y ahora se volvían letras mas refinadas que ella incluso a veces sentía vergüenza de su propia letras
...pronto nos veremos mi princesa Rin...
Aquellas palabras hacían suspirar su corazón, poniéndose de pie hacia su escritorio, sacando una pluma y papel y comenzar a escribir una nueva carta a su prometido
...Mi querido príncipe...
........
Mientras tanto Kagome estaba en los jardines principales, tomado su arco y flechas y se dispuso a disparar a un blanco, lo hacia cada vez que quería distraer su mente, una, dos, tres flechas eran lanzadas en simultaneo por la chica, era la mejor, ya que el arte de las armas pesadas era claramente solo uso de los hombres
-si sigue disparando hacia el mismo árbol lo derribara...-se acerco uno de su mejores amigos detrás de ella haciéndola detener
-general Koga...-contesto con una sonrisa al joven guerrero de cabello negro atado con una coleta, ojos celestes y de apareciencia fuerte
-sigue siendo muy buena en sus flechas, nadie la supera...
-lo dices porque somos amigos, me hubiera gustado hacer mas cosas...-reflexiono mirando el cielo
-lo dice como si mañana fuera el ultimo día de nuestras vidas-comento él con una sonrisa
-bueno yo...
-no dejare que pasen estos muros, se lo prometo-dijo con firmeza, mientras ella le tomo la mano haciendo ruborizar
-mejor prométeme que cuidaras a mi hermana pase lo que pase -contesto así de manera suplicante-prométemelo...por favor...-al ver en sus ojos no había duda que seria todo un mar de sangre, se habían criado desde que eran unos niños, sin embargo él se tuvo que marchar muy lejos a entrenar para convertirse en un gran general y se le fue atribuido un ejército, al regresar al reino, ella ya estaba comprometida y vio cuando este se marchó dejándola sola con un imperio a sus pies que tenia que levantar, sin mas siguió cuidando de ella así como lo hacia de su hermana menor, ahora veía con suplicas la petición de la joven en escoger a una a quien salvar y claramente su reina escogería por sobre todas las cosas a su hermana que su propia vida
-tiene mi palabra majestad, cuidare de Rin con mi vida...-respondió con una sonrisa sincera, besando su mano, en un acto espontaneo Kagome se abalanza hacia sus brazos, para disponerse a llorar como una niña pequeña, él podía sentir los sollozos fuertes de la joven, le dolía el corazón y no sabia que hacer en esos momentos, solo contenerla allí para calmar su angustia y desahogarse en su pecho
Al cabo de unos minutos su llanto había secado por completo, separándose lentamente del joven general, secando sus lagrimas con sus mangas para dedicarle una sonrisa-gracias Koga, por ser mi gran amigo
-de nada, majestad quiero decir Kagome preciosa- contesto con una singular simpatía, haciendo carcajear a la reina, ya que le traía recuerdos muy gratos
-recuerdo que me llamabas así antes de que me nombraran reina-comento con dulzura
-cuando usted fue nombrada reina ya no podía dirigirme así de esa manera -confeso ruborizado desviando la mirada apenado
-hermana...-una voz los interrumpió, era Rin quien estaba detrás de ellos, con la mirada baja acercándose al lugar, el general lentamente se fue alejando
-con permiso...-pronuncio seriamente para retirarse dejando a ambas completamente solas, una brisa acompañado con el simple silencio del ambiente adorno el lugar, asomándose una mirada dulce y sincera de parte de la menor hacia la gobernante de la nación
-perdóname...yo...-en ese instante los brazos de Kagome la envuelven haciéndola corresponder al abrazo
-claro que te perdono hermanita..., sabes que te perdono...
-hermana...-contesto tratando de contener las lagrimas de felicidad, dirigiendo su mirada al arco en el suelo- me dijiste que me ayudarías a mejorar mi puntería ¿recuerdas?-dijo desviando el tema para ir a tomarlas apuntando en dirección al árbol-quiero ser tan buena como tu Kagome..., enséñame por favor...-dijo lo ultimo con ojitos de cachorrito
-Rin...-dio un leve suspiro al ver como había crecido su hermana menor, ubicándose a su lado para guiarla-debe fijar tu objetivo, la punta de la flecha debe ir en concordancia con tu mirada, donde miras disparas, respira hondo y relájate...y cuando estés lista suéltala firme y segura-en ese momento la princesa soltó la fecha llegando casi cerca de la marca de su hermana mayor
-casi le di!-respondió con gran alegría dando ligeros saltitos
-así es casi le diste- realizo una leve pausa-Rin...
-dime...
-en dos días te iras al reino del sur-comento
-¿de verdad? ¿no hay nada que pueda hacer?
-no...Rin es una orden, como tu reina...-contesto tomándole las manos a ante decisión tan difícil
-esta bien...-respondió-acatare la orden, majestad...-regalándole una leve sonrisa aunque era una verdadera mascara a lo que de verdad estaba sintiendo, Kagome iba a decirle algo pero fue abruptamente interrumpida
-majestad, tenemos problemas-dijo una de las sirvientas del palacio corriendo hacia ellas-debe acompañarme- siguió luego de realizar una leve reverencia
-esta bien...enseguida iré...
-adiós hermana, en la mañana hablaremos ¿de acuerdo?
-si...adiós...
Por otro lado, muy cerca del imperio del oeste, una tropa de asecinos descansaba aguardando el momento justo para atacar, no les quedaba muchos kilómetros para llegar a su objetivo, se encontraban mas cerca que nunca, un pequeño sapo verde rodeaba atemorizado el lugar, pero no sentía tanto miedo como cuando se enfrentaba al hombre de cabellera plateada que acompañaba al grupo, aunque este siempre se mantenía distante, ninguno de los miembros del ejercito a excepción del líder tenia ni la menor de lo que hacia allí, sin embargo, se consideraba un "extra" o un aliado muy poderoso que les ayudaría a lograr sus metas, allí lo vio sentado bajo la sombra de un árbol frente al rio cercano que daba justo en dirección al palacio occidental, con una pierna estirada y con la otra flexionada aparentaba como un ser bastante tranquilo y sereno, pero su aura era completamente diferente
-señor Sesshomaru...-pronuncio el pequeño ser frente a él quien yacía con los ojos cerrados
-¿Qué quieres jaken?-contesto molesto
-la princesa Rin, me envió esto para que se lo entregara al príncipe Kohaku-explico él extendiéndole la pequeña flor que le había entregado la joven dejándolo cerca de su amo-también me dijo que quería que fuera a verla al amanecer para entregarme la respuesta de la carta que le envió señor
-no iras-respondió secamente
-¿Qué? ¿Por qué?
-ya no será necesario Jaken ¿Qué tengo que explicarte todo?
-quiere decir que...-no alcanzo a terminar la frase cuando este se puso de pie, a paso elegante y lento deteniéndose por un momento extrañando al su fiel sirviente
-o tal vez...
-¿Qué amito?
-llegaras después que nosotros Jaken
-¿¿Qué??
A la mañana siguiente, Kagome caminaba por los pasillos, al menos había logrado su hermana a contener a la población evitando que esta entrara en pánico, pero su corazón resistía en la tristeza, era su ultimo día con su hermana menor antes que fuera enviada en un carruaje lejos de todos hacia su prometido el príncipe del Sur, llegando hacia los aposentos de Rin, abriendo la puerta sutilmente escuchando las primeras palabras de la joven en toda la mañana
-estúpido corsé-decía con un quejido, mientras las sirvientas la ayudaban a colocárselo-esto me esta exprimiendo ¿es acaso necesario?
-hermana esas palabras no son de una princesa-regaño su hermana haciéndola voltear con una sonrisa
-Kagome no se como aguantas cosas que te dejan sin aire...-contesto mientras le era ajustado un vestido, de color blanco, con detalles rojos y algunos bordes dorados
-te ves hermosa Rin, de seguro al príncipe lo dejaras sin habla
-¿tu crees que a Kohaku le guste?-pregunto con mas interés
-seguro que si Rin, te ves muy hermosa...
-gracias...bueno hermana yo...quería decirte que Kohaku y yo...estamos...-un estruendo se escucho a cada rincón del palacio, sacudiendo todo a su alrededor, los gritos de los aldeanos se volvieron escabrosos y espeluznantes como su la peor tragedia se avecinaba, y los soldados sorprendidos trataban de agruparse para defender sus tierras, el tiempo de les había acabado
-¿Qué sucede?-se pregunto la reina mirando hacia la ventana, un ejercito con manchas de sangre en sus cuerpos se avecinaba mas y mas destruyendo todo a su paso, su corazón se paralizo, al ver el nivel de caos que generaba y aun así entre gritos y desesperación, pudo escuchar en sus oídos
-lo nuestro es inevitable...
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¿que estara planeando Sesshomaru?
¿por que el interes de bankotsu en ese reino?
-¿Rin podra escapar antes de que el ejercito de asecinos llegue?
¿cual sera el don de Kagome y Rin? ¿tendra algo que ver?
Holaaa espero que les guste este segundo capitulo, muchas gracias por el gran apoyo a esta nueva historia, tambien queria aclarar que es de este fic es de estas dos parejas, Sesshomaru x Rin, y Kagome x Bankotsu , tambien que al principio es mas de Rin porque tiene mucho que ver en la historia, despues a medida de los capitulo tomara mas fuerza el rol de Kagome como principal, muchas gracias espero que me haya explicado bien, abrazos, perdon las faltas de ortografia, besos!!!
cualquier duda o pregunta me avisan siempre que sea con respeto gracias!!!
proximamente....................................................................Capitulo III El ataque...
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