Capitulo I Cartas...


"...Todo cambia en un segundo... ¿el destino será igual? O simplemente esta escrito..."


Un día antes...

Los rayos de sol iluminaban un hermoso palacio al occidente, su luz irradiaba cada rincón, y no solo eso también era el momento de despertar

-cinco minutos mas...-susurro por debajo de las sabanas una joven de cabellera oscura retorciéndose entre las mantas terciopeladas, y giros y giros en la cama, negándose a si misma que ya era de día ¿tan pronto ha amanecido?, decía asomándose un par de ojos chocolates entre las finas telas comprobando que el astro rey había aparecido, al cabo de casi 20 minutos decidió sentarse sobre la enorme cama que estaba disponible solamente para ella, se sentía afortunada, todo ese espacio para ella sola le encantaba que de vez en cuando compartía triviales y también privadas conversaciones con su hermana menor Rin, sonriendo levemente miro hacia la gran ventana disfrutando un poco el paisaje matutino, para luego estirar sus brazos dándose mentalmente ánimos e iniciar una nueva jornada

-majestad!- decía una voz mientras golpeaban la puerta delicadamente, en tanto ella suspiro pesadamente al recordar sus responsabilidades que le acompañarían de por vida -majestad-un segundo llamado, tomo aire y con una sonrisa respondió

-adelante...-en ese instante las puertas se abrieron de forma ligera, notando enseguida que habían un par de soldados custodiando su puerta, mientras una mujer ingresaba a los aposentos de ella, una mujer de edad avanzada, con un vestido azul y un delantal entrelazado en su cintura

-niña Kagome, el desayuno esta listo-comento reverenciando ante ella, aquel gesto le fastidiaba, mil veces había pedido que no lo hicieran pero desde que era pequeña fue tratada de esa manera, respeto, era lo único que le decía su fallecido padre Naraku, sin embargo no lo compartía prometiéndose así misma que al asumir el trono cambiaria las cosas mas no le había resultado del todo

-voy enseguida nana Kaede...-suspiro casada

-¿Qué le sucede? La noto diferente...

-¿Rin? ¿Dónde esta mi hermana?-pregunto desviando un poco la conversación

-la niña Rin, ya esta en pie y desayuno majestad, me parece a verla visto en los jardines-confeso la mujer-bueno mi lady, es hora de levantarse, el consejo solicita su presencia y además tiene muchas actividades el día de hoy

-esta bien, enseguida iré, pero...¿Por qué los guardias en las puertas de mi habitación? Creo que ya habíamos hablado con respecto a esto-comento con algo de molestia

-mi señora, no es por el general Koga si así lo piensa-confeso la anciana

-¿no por él?-susurro-entonces...

-fue orden del consejo mi niña, por eso debe asistir-respondió, mientras ella se levantaba de la cama dirigiéndose al salón de baño -alistare el baño para usted

-no te preocupes así como esta me gusta, muchas gracias-respondió algo preocupada-nana Kaede...

-si

-que mi hermana no se entere sobre la reunión con el consejo, no quiero preocuparla ya que pronto se casara con el príncipe Kohaku-menciono ingresando al salón para asearse

-si mi niña, como pasa el tiempo-comentaba la anciana mientras ayudaba a la joven con el baño-y pensar que solo falta una semana para que su hermana se case, debe estar emocionada, tal vez por eso se ha levantado temprano últimamente

-si, solo espero que ella pueda ser feliz...-respondió sumergiéndose en las aguas termales con pétalos de flores

Por otra parte, una doncella caminaba de un lado a otro en un escondido rincón del palacio, una cascada oscura llegaba hasta la cintura de la joven, que era cubierto por una capa que la abrigaba del frio matinal, y un vestido rosa de la seda mas fina del reino, un par de arbustos se movían cerca de ella, era una buena señal acercándose a los matorrales agachándose para mirar mas de cerca quien se acercaba

-hola señor Jaken...-dijo con una enorme sonrisa al ver, un enano de piel verde con apariencia de sapo, un báculo en sus manos con dos cabezas y bastante escurridizo-¿Cómo esta? ¿me envió él algo?

-si él te envió una carta -contesto entregándole un sobre cerrado en las manos de la joven

-¿el príncipe Kohaku no te dijo nada?-pregunto con dulzura

-¿eh? No nada...-pronuncio casi nervioso-no me preguntes cosas niña! Ya me voy tengo cosas que hacer-dijo volteando para marcharse ingresando a los arbustos

-espere señor Jaken

-¿Qué quieres niña?-pregunto utilizando un tono amargo

-¿mañana vendrá no es así? ¿Para entregarle mi respuesta y se la pueda enviar?- pregunto con ojos de cachorritos conmoviendo un poco al enano, dando un leve suspiro de resignación pesadamente

-esta bien, mañana vendré de nuevo para enviarle tu respuesta al...príncipe Kohaku...-pronuncio lo ultimo con un hilo de voz, siendo sorpresivamente abrazado por la joven

-gracias señor Jaken eres el mejor!

-déjame niña, niña Rin, ya déjame, me tengo que ir, adiós-dijo zafándose de los brazos de la joven para salir de allí lo mas rápido posible

-espere señor!

-¿Qué quieres ahora?!-le grito fastidiado

-¿puedes darle esto?-pregunto ella sacándose una rosa que tenia en su cabello para entregárselo en sus manos-y dale un beso de mi parte...-termino de decir con una inocente sonrisa en sus labios, Jaken miraba con desanimo la situación bajando la mirada en señal de culpabilidad

-esta bien, ya me voy

-adiós señor Jaken, lo estaré esperando!

-si, si, si-contesto con fastidio ingresando a los matorrales nuevamente, una vez lejos, ella dio un salto de felicidad, sosteniendo la carta con fuerza, corriendo a los interiores del palacio totalmente ilusionada

Mientras tanto, Kagome ingresaba a la corte real, un gran salón ubicado en el ala este de su palacio, allí se llevaban a cabo todas las decisiones con respecto a su mandato, acuerdos, tratos y compromisos de matrimonio, la joven aun no podía sacarse la idea de la cabeza cuando el consejo le ordeno a su hermana Rin un matrimonio arreglado con el príncipe del sur Kohaku, ya que ella estaba comprometida en ese tiempo-comprometida...-susurro frunciendo el ceño al recordar aquella persona que la abandono a la primera oportunidad que se le presento, no quería que su pequeña hermana pasara por lo mismo, pero el consejo era demasiado tajante en ese tipo de decisiones, además ya no podía protegerla demasiado ya que tenia 17 años de edad, y solo era cuestión de tiempo para que la mandaran a esa clase de cosas

Ella carecía de fuerza sobre el consejo en esos ámbitos, pero era muy astuta en negociaciones, con los otros reinos, ingreso a la gran sala, mientras que el grupo de personas que tenia como miembro de la corte se inclinaba ante su presencia


Pov Kagome

Nuevamente la rutina, cumpliendo obligaciones como reina de este imperio, no ha sido fácil, hacerme cargo de el bienestar de mi pueblo y cuidar de mi hermana menor, es una tarea dura, además últimamente la crisis sobre los robos que fueron a causa de mi fallecido padre me ha jugado una mala pesada, jamás creí que él pudiera hacer eso al pueblo y mas aun que yo no me había dado cuenta de aquello, solo hasta que murió, mi hermana menor Rin, prontamente va a casarse con el príncipe Kohaku, no lo ha tomado tan mal como me lo imaginaba, regalándome todos los días una sonrisa, ahora me extraña la situación que cruza por nuestro reino, que hayan puesto guardias en la entrada de mi habitación no me complace en lo absoluto, el consejo ha solicitado verme y solo significa una cosa...problemas...

Entre al gran salón, allí me esperaban miembros del consejo reverenciando ante mi presencia, respire profundo para calmarme, no era la primera vez que hablaba con ellos, solo que carezco de experiencia, hace solo un año que subí al trono, con solo 21 años, ahora debo hacerme responsable de una nación entera

-bienvenida majestad-saludo la miembro mas joven de la corte, Ayame, la chica de cabello rojizo y ojos esmeraldas, y una gran amiga, fue la única en que se negaba en el matrimonio de mi hermana y el príncipe del sur

-gracias Ayame ¿Qué sucede? ¿Por qué han solicitado mi presencia?-pregunte, en ese instante todos guardaron silencio absoluto

-¿recuerda el imperio del Este y el Norte?-pregunto uno de mis consejeros Jinenji acercándose lentamente hacia nosotros

-nuestros mejores aliados ¿Qué sucedió con ellos?-pregunte ¿Qué estará pasando por que no me dices que es lo que sucede?-pensé impaciente

-fueron destruidos...

-¿Qué? eso es imposible, sus ejércitos son los mejores, y ni hablar en numero nos superan ¿Quién fue?-una punzada en mi corazón apareció, no puedo creer que dos naciones poderosas fueran destruidas de la noche a la mañana

-nadie sabe mi señora

-¿Qué?

-se dice que es un ejercito de experimentados asecinos comandados con alguien que resurgió de las tinieblas, destruyéndolo todo a su paso-hablo otro consejero Myoga

-no puede ser, nadie renace de las cenizas, existen seres demoniacos, semi dioses o lo que sea, pero nadie regresa de la muerte

-eso es lo que dicen majestad, la poca y casi nada de personas que ha sobrevivido

-¿Qué querrá?

-algunos de los sobrevivientes se han aliado con él, por esa razón nuestros espías, retornaron pronto al palacio, antes de caer en manos de quienes fueron nuestros amigos, lo ultimo que pudieron averiguar es que viene hacia acá-termino de decir dejando un silencio sepulcral en el ambiente, eso significa que todos estamos acabados, al menos yo...y mi pueblo..., pero aun quedaba una salida, a decir verdad una esperanza

-Rin...-susurre de manera instantánea-no permitiré que ella muera en manos de ese ejercito de asecinos, en tres días la enviare a reino del sur, allí la protegerán, y dará aviso de lo que esta ocurriendo, si nosotros no pudiéramos con ellos, es nuestro ultimo aliado

-enviare una carta para el reino del sur avisando nuestra situación y nuestros próximos pasos mi señora, con permiso-pronuncio Myoga saliendo del salón

-hablare con el general Koga, para que aliste a los soldados e intervenga antes de que lleguen al palacio-dijo Totosai, mi otro consejero, mire a Ayame quien miro con tristeza la situación, tratando de contener las lagrimas de sus ojos, sabia a la perfección que destino nos deparaba

-también quiero que evacuen aunque sea los niños del pueblo, envíenlo a un refugio a las montañas...-ordene-¿Cuánto tiempo se demorara el- ejercito en llegar hasta aquí?

-en una semana mi señora

-bien, eso me dará tiempo para sacar a mi hermana de aquí -comente, acercándose Ayame a mi lado

-majestad...

-no vamos a caer, vamos a luchar hasta el final...

Fin pov Kagome


Por otro lado, un par de kilómetros lejos a la cúspide de una de las colinas que rodeaban territorios occidentales, yacían un ejercito aguardando las ordenes de su líder quien solo estaba de pie en la cima de la colina, observando atentamente a lo lejos la gigantesca infraestructura del palacio del Oeste, haciéndolo sonreír de lado, solo él era el protagonista de su propios pensamientos, el joven moreno de cabello negro como el ébano, atado con una larga trenza cargando un arma muy pesada sobre su hombro, no podía aguardar mas por llegar hasta allí y cumplir su objetivo, mientras que en sus oídos les llegaba comentarios elocuentes referentes a los gobernadores de aquel lugar


¿Cómo será esa reina?

Dicen que es una mujer muy hermosa

Tiene una hermana y también muy bella

¿y no hay un rey aun?

Pobres no saben lo que les espera


En aquel momento se le vio obligado a intervenir y aclarar las cosas inmediatamente, bajo de un solo salto desde la gran colina cayendo al medio de todos los camaradas que estaban hablando, sobresaltándolos de miedo

-nadie tocara a esas dos ¿les quedo claro? -ordeno de manera muy oscura, mientras los hombres temblaban a pesar de ser asecinos despiadado

-si, si-respondieron temblorosos, camino molesto hacia la colina nuevamente a sentarse siempre con la vista al palacio

-vaya no me dejas con nada de diversión hermano-dijo un hombre sentándose a su lado

-Jakotsu

- es muy aburrido ir en busca de algo que ya conoces

-se dice que tienen soldados muy guapos para ti, Jakotsu-comento el joven entrelazando sus manos detrás de su nuca recostándose sobre el césped cerrando sus ojos

-¿enserio?-pregunto con emoción- Bueno, también quiero ver la cara que pongan ellas al verte-comento haciendo que él abriera sus ojos

-solo acaba con aquellos que se interpongan en nuestro camino...

-si eso lo se, no es necesario que me lo digas ¿Cuántos días tardaremos en ver a los guapísimos soldados?

-en una semana- contesto él, cuando en ese instante uno de los guerreros del ejercito llego corriendo a la colina para informar una nueva situación

-hemos encontrado un atajo-aquella noticia dibujo una sonrisa en su rostro

-quizás menos Jakotsu...

Mientras tanto, posado en uno de los arboles apartado de todo el grupo de asecinos y maleantes, un hombre de cabello plateado, una marca de luna en su frente, finos rasgos en su rostro, se limitaba a no prestarle atención a los sujetos, estaba acompañándolos, pero no pertenecía al equipo, su objetivo era uno completamente diferente y con ellos podía lograrlo de una manera mas rápida

-amo bonito!-se pronuncio una voz saliendo de la oscuridad del bosque

-Jaken, ¿hiciste lo que te ordene?-pregunto severamente

-si señor, le entregue la carta a la princesa Rin


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hola espero que les guste este primer capitulo, muchas gracias por seguir la historia, se que al principio es confuso, y que a medida de avance se van aclarando las cosas, les agradesco su apoyo, gracias!!! abrazos!!! perdon las faltas de ortografia

proximamente....................................................Capitulo II Algo inevitable...

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