#4 Carnívoro

-así que albóndiga shai se cree mejor que yo- yuki era la niña más bonita del colegio. Todos la admiraban por ser extremadamente tierna, adorable y dulce...O eso decían pues shazadi no conocía ese lado de la de ojos verdes.

-no yuki-sama-murmuró la pelirroja ocultando su mirada de la de las presentes. Jugaba con sus dedos en señal de nerviosismo mientras que su cabello intentaba protegerla de la realidad, escondiendo su rostro entre esos hilos rojos. -yo...-

-¡Cállate!- le gritó la castaña y de inmediato la víctima se hizo más pequeñita. Obviamente tenía miedo y eso, eso era la que más le divertía a kain.

Una niña de mirada violeta tomó el almuerzo que posaba en la banca compartida de la albondiga Shai y a pesar de que las súplicas eran obvias la chica no se detuvo.

-por eso estas gorda- yuki y sus amigas rieron ante el comentario-comes como cerdo-

La niña cuyas ofensas iban dirigidas a ella no hablo. Asintió a manera de resignación; era lo que aprendió con el tiempo. Darles el gusto de ofenderla terminaría por aburrirlas y se irían. Mientras que por otra parte sabía que aquellas niñas cuyos padres habían mimado y cuyo rostro era angelical tenían razón, shazandi comia el doble que una niña de su edad.

-¿Qué pareces, albóndiga shai?- repitió con superioridad una castaña esperando alguna respuesta inferior.

-un cerdo- la pelirroja le dio el gusto.

-así es, un tonto y gordo cerdo-

-si yuki-Sama- asintió sin más.

No soportaba estar ahí pero no tenía otra alternativa. Lo hacía por su abuela ya que ella había visto por su bien hasta el momento; se mostró fuerte tras la muerte de sus padres y shazadi jamás la vio llorar frente a ella. Lo mínimo que podía hacer por su abuela era corresponder ese valor y salir adelante sin importar cuanto doliera.

-y bien, ya que te muestras un poco más inteligente- siguieron los ojos verdes con la tortura. La regordeta se dio cuenta hasta entonces que las amigas de su agresora junto con yuki comían su almuerzo como si fuera suyo.-¿Qué le diste a cambio?-

Bien, lo que antes era miedo se convirtió inmediatamente en confusión ¿De qué hablaba?. No la miro directamente a los ojos por que era algo que no soportaba ni mucho menos le respondió, no sabía a que se refería con esa pregunta tan agresiva y, a la vez ofendida.

-¡te estoy hablando tonta!-exigió con un tono más dominante-¿Qué le diste a cambio a kyoya-kun para que te hiciera caso?.-

La pelirroja se quedó aún en silencio, no puso mucha atención salvo al nombre que menciono: kyoya. Ella de verdad que lo admiraba, no había persona más valiente que el. Recordó mentalmente sus ojos, su sonrisa e incluso su voz divertida. Aún que no hablaban casi nada shazadi había podido ver lo que pocos: el lado amable de Hibari-San.

Luego reaccionó ¿Acaso yuki pregunto lo que shazadi había escuchado? ¿Lo llamó kyoya-kun? No supo ni se detuvo a pensar de donde sacó las fuerzas necesarias para preguntarle a su más grande miedo algo tan vergonzoso y a la vez íntimo pero, finalmente lo hizo.

-yuki..¿Te gusta Hibari-san?- soltó mas con curiosidad que con miedo; la mencionada se sonrojo de pies a cabeza, sus amigas abrieron los ojos más de lo normal pues no imaginaban que su líder fuera tan obvia y sobre todo que la mitad alemana le respondiera de manera tan monótona y confiada.

-e-eso a ti que te importa- tartamudeo la de mirada verde. Estaba más avergonzada que nunca en la vida y era, simplemente, por que albondiga shai la había descubierto.

-No moleste a Hibari-Sama con eso- nadie sabía de donde estaba sacando tanto coraje para hacer frente a las niñas que tanto le hacían la vida imposible...ni ella misma- o le modera hasta la muerte yuki-San-

La castaña estaba envuelta en rabia.

-¿Qué haz dicho?- lo había escuchado pero, por alguna razón ni yuki se creía que la pelirroja le estuviera enfrentando.

-recuerde que es un carnívoro; eso es lo que hacen los carnívoros cuando los molestan- el miedo se apoderó de nuevo en la mitad alemana cuando vio que yuki se acercaba amenazadoramente a ella.-Lo-los mu-muerden hasta la mu-muerte-

Sabía que eso no significaba nada bueno y cuando sintió ese jalón en el cabello quiso cerrar los ojos para esperar lo peor...pero no lo hizo, en su lugar la miro directamente a sus relucientes ventanas infantiles; esos ojos profundos color verde. ¿Por qué? ¿Por qué ahora se sentía más valiente? ¿Por qué al escuchar el nombre de Hibari-san su coraje crecía?.

-escucha gorda- el jalón fue más fuerte, la niña sentía como su cabeza comenzaba a arder pero no lloró. Al ver esto la castaña enfureció aún más- a mi nadie me habla así; ni mucho menos una inútil, tonta y fea albóndiga como tu-

Shazandi ya sentía en su uniforme el almuerzo de su abuela, su amiga de mirada violeta le dio el obento sólo con esa intención, ahora sí cerró los ojos. Toda su valentía desapareció al recordarse a si misma lo débil y patética que era; repitiendo dentro de si en un eco las palabras que Kain le había dicho. Se resignó a mancharse de comida aún que eso nunca pasó ni llegaría a pasar.

La mano  con la que yuki tenía sometida a la pelirroja se aligero notablemente. La mirada azulada se abrió y se quedó atónita al ver al carnívoro entre sus amenazadoras y ella. Sostenía fuertemente la muñeca de la niña de porcelana con la que tomaba el almuerzo y con la mirada gris que tanto lo caracterizaba fulminaba a las presentes.

-Hibari-san- murmuró la regordeta que estaba a sus espaldas. Sin embargo el pelinegro la ignoro, prefirió prestar más atención a sus presas.

-Hibari-kun- susurró con miedo y sonrojo la sometida, tener a Hibari tan cerca no era algo planeado.-¿Qué sucede?- pregunto con ese toque de inocencia que tanto la caracterizaba y que sin lugar a dudas molestaba a creces al chico pelinegro.

Hibari apretó más la muñeca de la niña haciendo que está soltara el almuerzo de shazadi para que el ojigris pudiera tenerlo en su poder.

-sueltala- ordenó apenas el obento cayo en su mano. La castaña le hizo caso sin dudarlo y soltó shazadi por obligación.

Sus pies eran torpes por lo que el contacto estable con el piso la hizo balancearse un poco, sin embargo jamás dejó de mirar perpleja la escena.

-sólo te estaba defendiendo Hibari-Sama- corrió a su auxilio una niña de cabello verdoso mientras tomaba del brazo a su líder- albóndiga Shai dijo que tu eras diabólico-

-¡Si!- le ayudó la de mirada violeta que no escondía el miedo que le tenía a ese niño de su edad- también dijo que eras tétrico y malo.-

-yo no..-

-hm...- murmuró con una sonrisa arrogante, todas se sonrojaron al ver su sonrisa, en especial shazadi que no era la primera vez que la veía que sin embargo la atesoraba como si así fuera - que lastima..-

-¡Lo se!- se defendió yuki con un berrinche- sólo le estábamos dando una..-

-que lastima que no menciono lo cruel y despiadado que soy- y sin decir más vacío todo el contenido del almuerzo en la limpia y perfecta cabellera de kain y sus acompañantes. La pelirroja que hasta ahora estaba intacta no podía respirar de la atónita escena que presenciaba.

El niño se giró a verla, estiró su mano hasta la mochila que había a su lado y de ahí sacó una botella de agua, la abrió y la vertió en su obra de arte. Las lágrimas salían de las niñas, impotentes para salir corriendo sólo se cubrían el rostro mientras empapadas recibían su merecido.

-Escucha Kain- era la voz de un demonio y no la de un niño la que hablaba con la castaña que apenas reaccionó tras sentir la botella vacía caer en su cabeza- no vuelvas a llamarme Kyoya- shazadi abrió la boca ¿Hace cuánto Hibari-Sama estaba ahí?- ni hables de mi como si estuvieras a mi altura- pauso y tras tomarla de su camisa escolar la amenaza se volvió más seria- tampoco me molestes con tu presencia ni con la de tus tontas amigas o te haré la vida imposible ¿Entiendes?- los ojos verdes estaban inundados en lágrimas sin embargo la chica asintió- y deja esa tontería de Kun, no eres más que una inútil con padres arruinados e igual de hipócritas y perdedores que su hija ¿Crees que me importaría una herbívora tan patética como lo eres tú ?- la castaña no contestó. Jamás la habían insultado tanto en su vida y ni mucho menos, agredido de tal manera- ahora vete, antes de que pierda la paciencia.- y la soltó, dejándola caer como basura.

Las niñas corrieron, sus uniformes estaba llenos de comida y mojados. Bastaron unos segundos para que el salón se quedará sólo con dos personas en sumó silencio. Hibari la miro fríamente y la mitad alemana no dudo en agachar la cabeza y hacerle una reverencia en señal de respeto.

-yo tomaré la responsabilidad por usted...-murmuró aún sin mirarle- la culpa será mía..- no terminó, sintió como todo su cabello escurria a chorros y su cuerpo se congelaba en segundos. Hibari la mojó también a ella y eso no le impidió quedarse en la misma postura aún que mirara las gotas de agua caer al suelo.

-Eres una tonta Shazadi- la mirada azul se abrió más al escuchar su nombre. Él jamás le había dirigido la palabra nisiquiera por su apellido, sus ojos se clavaron en los grises de él; incrédulos y fríos a tal grado que su piel se erizo. No de miedo...de emoción.

Hibari tomó su maleta y salió camino a la puerta de salida de emergencia, misma por la que había entrado. Se quedó unos momentos ahí dando la espalda mientras la pelirroja lo admiraba.

Shazadi sabía que el carnívoro iba a dirección escolar por un reporte de conducta, y no se veía nvenir absoluto preocupado. Después de todo no le importaba nada más que él y su diversión por más cruel que fuera.

De verdad lo admiraba.

-gracias, Hibari-sama-

El chico asintió y salió sin decir mas.

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