Capitulo 3

Nuestra conversación había terminado cuando Marina tomo mi mano, y llevaba una sonrisa en el rostro, enamorada. También di una pequeña sonrisa, aunque no sabía bien si era de amor o alguna tontería.

Desde la extensión del bosque, ambos escuchamos un grito a lo lejos, mire a Marina y ella asíntio. Saco un cuchillo de ... No sé dónde, y lo empuño con fuerza.

- ¿Dónde sacaste aquel cuchillo? -le pregunté a Marina cuando la Vi con el arma.

- Déjalo en que un mago lo hizo.

- Ya ...

Cuando cruzamos el bosque. Otra vez un grito se escuchó por todo el lugar. Me había tensado, era un grito de miedo y horror al igual que desesperación, y al cruzar un poco más la extensión un ciudadano yacia en el suelo.

Comenzó a gritar, le faltaba la mano, y la única que quedaba la extendió hacia nosotros cuando nos vio. Pidiendo ayuda. Pero de pronto un hacha comenzó a golpear su cuello, logrando que comienze a gritar.

- Debemos hacer algo T/N -me exclamó asustada Marina.

Extendi mi mano hacia el sujeto del hacha. Explotó en miles de pedazos, su sangre salpicando por todo el suelo y el cuerpo del hombre medio muerto y con la cabeza a nada de desprenderse. Nos acercamos al pobre sujeto, ni se cómo es que seguía vivo teniendo la cabeza a nada de caerse por un ligero golpe.

Marina me miro a los ojos, sus ojos brillaban intensamente. Parecía que quería ayudarlo. Sin embargo, le negué con la cabeza, ella se dió media vuelta y cerró sus ojos mientras se cubría en mi espalda.

Suspiré ante esto. Alce a Sergal hacia el cielo, y apunte a la cabeza del pobre hombre.

- Descansa en paz ... -fue lo que le dije cuando su cabeza, de un solo movimiento, fue cortado por la mitad.

Marina miro esto. Parecía triste.

- Supongo que no podríamos haber hecho nada -asenti.

- No sé si mi poder también puede curar tejidos muertos. -dije. Mire su cuello e hice una mueca. Era un ataque tosco en el cuello lo que ese sujeto había hecho al pobre campesino. No era como los comics de superhéroes, que podían reparar todos tipos de tejidos ya muertos.

Bueno tendría que ver como lo hago, si mi habilidad me permite controlar todo lo existente entonces tal vez y solo tal vez pueda utilizar este poder que Dios me legó para ayudar a alguien que le falte una extremidad en el cuerpo.

- Revisemos la casa -le dije. Marina me tomo la mano- Tal vez haya algo interesante en el interior.

Cuando entramos todo olía fatal, no había mierda (de manera literal) pero si sangre y carne podrida. Tal vez está casa o era el de ciudadano que murió o del leñador.

- Ugh -Marina hizo un quejido por el mal olor.

Pasamos la sala junto a la cocina y llegamos a otra parte de la casa, nos detuvimos debido a que una puerta que daba al sótano al parecer estaba cerrada y más encima con sangre en los alrededores.

- Que crees que haya adentro

- Probablemente nada. -miro al suelo- O un cadáver. Quizás.

Hice un gesto con la mano, la puerta se destruyó con nada, y comenzamos a entrar en el sótano. Bajamos las escaleras y el olor era mucho peor, incluso cada vez que bajamos algunos escalones el olor se intensificaba aún más.

- El olor se intensifica más Marina -cuando llegamos por completo pudimos llegar hacia el ultimo escalón.

La sangre del lugar estaba impregnada en las paredes como en el suelo, un mensaje, de una mujer aparentemente quien se burlaba de su esposo diciendo que alguien era mucho mejor haciéndole el amor y más encima que la tenia mucho más grande.

- Parece que, por la sangre, el leñador perpetuo su venganza contra su esposa. -dijo Marina en un leve susurro que escuché bien. - ¿Crees que esté muerta?

- Si no lo está de seguro ha de estar a nada de pasar a otro mundo. -comente- Está perdida de sangre es excesiva, es una hemorragia, mira esto. Parece que fue hace casi nada ¿Un mes tal vez?

Llegamos al final del pasillo hacia la izquierda, cuando entramos a la habitación el cadáver de una mujer se encontraba sentada en un sillón y su mano derecha estaba cerrada con fuerza como si estuviera sujetando algo.

- "y entonces, Alicia entro en la madriguera del conejo, sin saber bien que la reina de corazones iba atacarla"

Marina fue directo hacia al circulo de dioses que estaba en el medio de la habitación, yk por tanto fui donde la anciana y tome la nota que tenía en la mano. No era la gran cosa, solo dedicando sus últimas palabras como forma de odio hacia la persona con la que estaba en su relación.

Ugh, algunas veces no me gusta las personas infieles pero en fin, mal por ella por serlo. Se lo tiene bien merecido.

Un temblor en el lugar llamo mi atención, gire mi cabeza y ví a Marina levantarse del suelo, y un enorme árbol blanco palido comenzo a emerger del subsuelo destruyendo el piso de arriba.

- Anda ... ¿Para que hiciste eso? -le pregunté a Marina.

- Para nada. Simplemente quise hacerlo para que mi afinidad con el dios haya crecido. -dijo. Se limpio la saya y se dirigió hacia mi. - Bueno, salgamos de aquí, ¿quieres?.

Volvimos a la planta de arriba. Por curiosidad quise ver que había en el otro piso de arriba y Marina fue conmigo. Al estar arriba entramos en un cuarto con varias fotos, estanterías con libros y una cama en el lugar.

Fui hacia el estante y tomé un libro. Leí el título en voz alta.

- ¿Kaiser? -murmure, abrí el libro pero todo estaba ilegible y algunas palabras solo eran un sin sentido alguno. Pase página tras página pero ninguna me decía nada interesante, simplemente la misma palabra, Termina.

Me gire para ver a Marina.

- Oye Marina, mira esto, habla sobre un tal Kaiser. Que crees que sea. -cuando ví que Marina sentada en la cama recogiendo su peló e inchando el abdomen para hacer que sus pechos se vean más grandes; alce una ceja. - Que haces.

- Nada importante. -ella se desabrochó dos botones de su camisón, enseñando el escote y la cima de sus pechos que sudaban mucho. Ella me miro con un brillo en los ojos que parecía estar en celo. - ¿Quieres venir aquí, psiquico?

Sentí algo caliente en mis mejillas al ver como Marina abría sus piernas de lado a lado, me acerque a ella, Sergal había caído al suelo. Cuando estaba al frente suyo la bese en los labios y ella me correspondía a la acción que yo ejercía sobre ella.

La tire a la cama, comencé a morder su cuello, pecho y abdomen junto a varios besos. Ella me abrazaba y comenzaba a soltar leves gemidos mientras me pedía más y más; poco a poco mi pene comenzó a excitarse por lo que tuve que quitar mi pantalón revelando mi erección.

- Esa cosa no va a caber dentro de mi -con ojos bastante abiertos exclamó Marina impresionada por mi tamaño.

Rasgue su ropa, y quite sus bragas dejándola al desnudo, me quedé quieto por unos instantes al ver que ella poseia un miembro masculino algo grande y erecto. Mire a Marina y ella estaba avergonzada.

- Perdóname por ocultarlo pero yo ... ¡!

La callé de una vez con un beso en sus labios y use mi lengua para jugar con la suya. Ella pego un grito fuerte cuando mi polla entró en su culo, abrace sus nalgas apretandolas mientras gruñía. Dios, está bastante apretada.

Comencé empujar mis caderas contra las de ella mientras mis testículos golpeaban las nalgas de la pequeña niña a mi dominio. Mordí sus pezones y los chupe con fuerza, comenzaban a incharse de la excitación y mis dientes jugaban con su aureola y el pezón.

- ¡¡Tu verga es muy buena, joder, siento como destruye mis malditas entrañas!!

Marina estaba al frente y yo la tenía agarrada de los brazos tirando hacia a mi; mi pene iba más y más profundo removiendo todas sus entrañas en el interior, su interior me apretaba y no paraba de gemir, el gusto estaba bastante buena y placentera.

Marina dió un pequeño grito cuando di un último empujón y el semen comenzaba a inundar todo su culo; el interior de sus entrañas. Podía sentir como poco a poco sus nalgas temblaban por la sensación.

- Dios... -me separé y caí directo en el colchón. Mi pene seguía erecto.

- Aún no acaba -ella exclama, va directo hacia a mi y se recuesta en la cama. Acercó su boca a la cabeza de mi pene comenzando a besarla y succionarla repetidas veces.

Jadee cuando ella uso su boca y llegó hasta el tronco de mi pene usando su lengua enroscando mi polla y chupando desde arriba hacia abajo en un placentero viaje de un vaivén constante y lujurioso.

Agarro mis muslos y los abrió, llevo su cabeza hacia abajo y realizo un gesto directo sobre tener adentro de su boca mis dos huevos. Grite de placer y cerré mi boca con el puño mordiendome los nudillos mientras la mano libre fue hacia su pelo agarrandolo con firmeza obligandola a que me siga chupando hasta el alma.

Pasamos unos minutos así hasta que me corrí dentro de su boca. Ella se separó y comenzó a saborear mi semen, me enseñó su boca y mi rabo tembló, me estaba excitando el solo hecho de que ella haga algo tan lascivo conmigo.

- Vamos a seguir divirtiendonos...~

Ella beso mis labios, si, me beso, su boca que antes contenía mi lefa ahora se encontraba junto con la mía y su lengua saboreando mis paredes vocales. En vez de sentir asco o repulsión sentí placer. Ella se sentó en mis piernas y metió mi polla dentro suyo.

Nuestras manos se juntaron y ella comenzó a cabalgarme como si yo fuera un caballo y ella mi vaquera, su pene se movia de cierta forma graciosa, chocando contra mi estómago y alzándose arriba de nuevo.

Di una última estocada contra Marina y mi pene se había inflamado, comencé a tener varios espasmos mientras mi miembro comenzaba a correrse en el interior de la hermafrodita. Marina dió un pequeño grito de placer soltando la lengua hacia afuera de su boca.

Ella me soltó y cayó encima mío, mi pecho podía sentir el latir de su corazón con el mío.

- Joder, eso fue ... Increíble...- murmuro Marina cansada y encontrando las palabras para describir lo sucedido.

- Sí. Creo que tienes razón. -acaricie la parte trasera de su cabeza.

Escuché un ruido cerca nuestro, Marina se asustó y yo rápidamente me levanté apartando de mi lado a Marina. Abrí mi mano extendiendo la palma hacia arriba y golpeé el aire, la parte frontal de la casa donde yo miraba fue destruida y comenzó a sacudir todo nuestro alrededor.

Los árboles de afuera no fueron lo mejor, se habían destruido al igual que el campo verde con niebla que rodeaba la casa. Me baje de la cama y fui directo al lugar de la casa que destrui y en el suelo había un charco de sangre. Reciénte.

- Alguien estuvo espiandonos. -me gire rápidamente y fui caminando hacia Marina. Tome mi ropa y comencé a ponermela con velocidad. - ¡Marina, vámonos de aquí, este lugar no es seguro!

- S...si.

Marina tomo su ropa y comenzó a ponérsela, tuve que ayudarla con el tema de la blusa y sus bragas ya que por el apuro no podia ponerse bien su ropa. Cuando ella se terminó de vestir, tome a Sergal y comencé a flotar.

Cuando salí de la casa todo a mi alrededor comenzaba a destruirse, y Sergal comenzaba a desprender rayos y fuego. Me encontraba molesto; principalmente por qué nos encontraban vigilando.

- ¡T/N detente, si sigues así vas a destruir todo! -me detuve cuando escuché la voz de Marina llamarme.

Cuando me detuve fui directo donde Marina, ella suspiro de alivio y me abrazo con fuerza, me beso en los labios y correspondi a su gesto profundizando los labios míos con los de ella.

Nos separamos, un hilo de saliva estaba sobre nosotros, ella me miraba con un hermoso destellos de ojos y me suplicaba con la mirada. Perdi las fuerzas y la ira que tenía en el interior debido a esto, por lo que me relaje con ella.

- No te molestes con lo que sea que nos haya espiado. Que vas a destruir todo y más encima podrás hacer daño a alguien. -me regaño. Yo solo asentí ante esto sabiendo que tiene razón. Ella giro su cabeza mirando detras de mi. - Ah, hola Abella. ¿Te encuentras bien?.

Me gire para ver, y efectivamente, Abella la chica pelirroja estaba detrás de nosotros y tirada en el suelo temblando del miedo, mi mirada fue hacia bajo y vi que su poleron estaba manchado con algún tipo.

Ah. Se había orinado del miedo por culpa de mi enfado y casi destrozar todo el bosque. Fui directo hacia ella, le tendí mi mano y puse una amable sonrisa.

- Ven, vámonos juntos, pequeña rosa roja. -le dije. Ella se recompuso y miro mis ojos, sus mejillas se habían enrojecidos por el cumplido que le había dado pero tomo mi mano y la ayude a levantarse.

- Vamos a explorar el pueblo -Marina dió la idea. Abella alzo su mano y la vimos.

- Necesito volver al tren. Tengo que cambiarme la ropa. -dijo ella de manera avergonzada y tímida. Nosotros asentímos ante eso.

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