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─Creo que los manteles de color verde limón van mejor con los decorados de las mesas. ─Henry hablo mientras veía unas opciones de color que pez había traído.
─¿Qué has pensado de los centros de mesa? ─Pez pregunto mientras le pasaba una tablera con algunas ideas.
─Pensaba en unas flores de color verde con un muñeco tejido de Naveen o algún príncipe.
─Entonces la temática será de príncipes.
─Arturo esta obsesionado con todo lo que tenga que ver con príncipes, así que él quiere y yo hago lo que quiera. ─Sonrió Henry.
─Me gusta verte así.
─Bueno jamás creí que estaría organizando la fiesta de cumpleaños de mi hijo.
─ ¿Cómo esta Arturo? Supe que inicio la escuela.
─Esta bien, se lleva bien con sus compañeros y tiene algunos amigos. Así que eso me deja más tranquilo. Esta muy emocionado porque abra una semana cultural en la escuela y él ha decidido hablar sobre Ecuador, estamos buscando todo lo que tenga que ver con Ecuador para su stand.
─Ay, dime que se deja entrar a la gente, porque amaría ir a verlo.
─Te estaré avisando. La verdad estoy feliz, ha cambiado para bien, no es como el niño que llego y no podía ni vernos.
─¿Cómo es que lo encontraron? ¿Cómo llego a ustedes?
─Bueno resulta que luego de conocer a un niño, hermoso llamado Matti, algo dentro de mi deseo tener un hijo, el niño nos invito a su fiesta de cumpleaños y casualmente su madre es trabajadora social en uno de los centros de adopción de Nueva York, ella nos ayudo. Arturo había sido regresado varias veces por familias adoptantes y ella creyó que podríamos con él.
─¿Fue amor de padre a primera vista?
Henry asintió. ─Llego muy timido, no nos miraba, pero cuando lo vi supe que daría lo que fuera porque se quedara o al menos protegerlo, luego fuimos acechándonos más, le encantan los príncipes y todo lo que tenga que ver realeza, su libro favorito es aquel libro del rey Arturo.
─Le encantan los príncipes y es hijo de un príncipe, el mundo es mágico a veces. ─Pez rió.
─Lo amo pez, quiero... protegerlo de todo y todos, escuchar Arturo hablar, dejar que le tomemos la mano, darle un abrazo o hasta que lo acostemos para dormir, es algo demasiado grande en mi corazón.
─Todos deben estar emocionados por conocerlos.
─Sí, de hecho queríamos preparar pequeñas cenas, para que conozca de apoco a las familias, así no estará tan nervioso.
─¿Saben algo de su familia?
─Hasta ahora lo único que sabemos es que fue dejado en la casa hogar a los 5 años, no dijo quien lo dejo ahí, solo que tenia que quedarse ahí, no queremos preguntar porque no sabemos lo que ha vivido, pero hasta ahora lo único que nos ha dicho de acuerdo a su familia biológica, es que era muy grande. Imagínate, quiere que invite a mi abuela.
─Tal vez sea la forma de redimirse de tu abuela. He hablado con Bea, tu abuela a cambiado mucho desde que te fuiste y no la invitaste a la boda.
─Ella... aun no lo sé pez. No te niego que a veces recuerdo cuando nos llevábamos bien, como cuando me regalo mi primer caballo o me enseño a hablar griego y lo hablábamos juntos para que no nos entendieran. Ella cambio demasiado y en lugar de mi abuela se hizo mi carcelera.
─Eres libre de dejar entrar y sacar a quien quieras de tu vida, solo te lo comento.
Antes de que Henry el sonido de la puerta abriéndose lo alerto.
─Debe ser Alex y Arturo, Alex lo pasaría recogiendo hoy. ¿Te quedas a almorzar?
─Me encantaría, pero tengo unos asuntos del refugio que ver, lo siento.
Ambos se pusieron de pie para ver a Alex y a Arturo entrar al comedor.
─Hola. ─Henry hablo sin mirarlos ya que estaba acomodando unos papeles en la mesa.
Cuando Henry se dio la vuelta los papeles que tenia en la mano se cayeron. Arturo estaba manchado de lodo y lo que parecía ser jugo de naranja, su cabello estaba revuelto y en su rostro vio una marca roja en la mejilla y su labio estaba roto.
─¿Pero que paso? ─Hablo aterrado. Se puso a la altura del niño y con sus manos temblando tomo las mejillas de su hijo. ─¿Qué paso, mi vida? ─El niño desvió la mirada y dio un paso atrás alejándose de él. Henry se puso de pie y miro a Alex. ─¿Qué fue lo que paso?
─Es lo que quiero saber también, la maestra dice que golpeo a un niño y nos citaron para hablar mañana.
Henry miro las manos de su hijo y vio los nudillos rojos y raspados. El niño desvió la mirada y se dio la vuelta para irse por las escaleras.
─Hey, no, no te puedes ir aun Arturo, tenemos que hablar. ─Alex le hablo en un tono serio. Por mucho que amara a Arturo y estuviera preocupado, tenia que ponerse firme.
Arturo se quedo quieto y lo miro. ─No quiero hablar. ─Dijo en español
─Pues tenemos, porque debemos y no debes hablar español frente a Henry, porque sabes que no lo entiende, sabes que no esta permitido para situaciones serias. ─Alex le respondió en español.
En aquella casa había una regla, en situaciones serias, no se habla ni español, ni francés ni griego, porque ni Alex habla esos dos idiomas, ni Henry entendía el español.
─Em Alex.
Alex y Henry miraron a Pez.
─Sé que no debo meterme, pero porque no dejas que primero se de un baño y así se toma su tiempo y ya hablaran cuando estén más tranquilos. ─Pez le hablo. ─Estoy seguro que Arturo quiere un momento para pensar y dejar ir toda la adrenalina que tiene en estos momentos.
Alex suspiro y asintió. ─Ve a darte un baño y baja en 15 minutos para que comamos.
Arturo no dijo nada más, solo se fue corriendo por las escaleras.
─Ustedes hacen genial esto y es un niño, abran problemas. Solo tómenselo con calma. ─Pez le sonrió. ─Tengo que irme, pero volveré mañana.
Pez les dio un beso a ambos en las mejillas y salió de la casa.
Henry suspiro y miro a su esposo. ─¿Qué te dijeron?
─Arturo tiro a uno de sus compañeros al suelo y lo golpeo.
Henry negó. ─Arturo no es un niño violento.
─Eso fue lo que le dije a su maestra. Cariño, Arturo le rompió la nariz al niño. ─Henry lo miro sorprendido. ─Sí, esa cara hice yo. Quieren que hablemos mañana con los padres del niño.
Henry asintió. ─Deberíamos informarle a Alisson sobre esto.
─Sí, yo la llame hace un rato.
─¿Qué dijo?
─Dijo que Arturo nunca había tenido problemas de este tipo, que si queremos puede hablar con él.
Henry negó. ─No siempre estará Alisson, seremos sus padres, tenemos que poder con esto.
Alex asintió y lo abrazo dándole un corto beso en la frente. ─Resolveremos esto.
Arturo no tocaba la comida del plato. Alex y Henry se miraron preocupados, la mirada del niño estaba distante.
─Arturo ¿Por qué no comes? ─Henry le preguntó.
El niño se encogió de hombros.
─Como algo ¿Sí? Debes tener hambre. ─Alex le hablo suave.
El niño miro el plato de comida enfrente y sus ojos se llenaron de lágrimas. Era arroz con carne empanizada y pure de papas. Tomo la cuchara y la metió en el pure de papas.
Movió un poco la comida, pero no comió nada.
─Cariño ¿Quieres decirnos lo que paso hoy? ─Henry le preguntó.
El niño negó y siguió jugando con la comida. Alex suspiro.
─Esta bien Arturo, lo vamos a resolver, como familia. Ahora come algo sí, sé que debes tener hambre. ─Alex habló.
El niño bajo la cuchara, y uno sus manos mirando al suelo. El corazón de ambos dolió, era como el niño que llego todo tímido sin querer comer hubiera vuelto.
─¿Quieres comer otra cosa?
Él niño negó. ─¿Puedo irme?
Alex y Henry se miraron, ambos asintieron. Él niño se levanto de la silla y se alejo para subir las escaleras.
El hambre a los dos, se les quito. La preocupación por Arturo había vuelto.
Al caer la noche, Arturo tampoco quiso comer, pero al menos acepto tomar un Ensure y aunque no era una comida completa, ambos lo aceptaron. Arturo no había salido en toda el día, ni siquiera había dejado entrar a David a su habitación.
Cuando iban ya a dormir, Henry vio a Alex preparar unos sándwiches.
─¿Tienes hambre?
Alex lo miro y negó. ─Yo, le dejare algunos en la entrada de su puerta, por si tiene hambre en la madrugada. ─Dijo volviendo a poner algo de jamón y queso.
─Estoy seguro que los comerá, por si acaso esta noche David dormirá en nuestra habitación.
Alex asintió y Henry se le acercó. Alex dejo el pan de molde en la encimera y miro a Henry.
─Estoy preocupado y no se como tengo que ayudarlo. ─Sus lágrimas cayeron y Henry lo abrazo.
─Lo resolveremos, cariño, ya lo veras. ─Henry sobo su espalda.
Cuando llego la madrugada, Arturo bajo de su cama, en un pequeño cuaderno que había traído cuando llego con Alex y Henry saco una pequeña foto que siempre había ocultado.
Arturo estaba siendo abrazado por una mujer de ojos cafés y cabellos castaño ondulado. La mujer le sonreía mientras lo veía y él le sonreía. Estaban en una playa. Le dio la vuelta a la foto y vio lo que estaba escrito ah.
"Volveremos a encontrarnos en estas olas, mi querido rey Arturo, pues mi amor por ti es tan grande como el océano.
Con amor "Livia"
Arturo frunció sus labios y sus lágrimas cayeron, abrazo la foto a su pecho y lloro en silencio.
─Perdón ñaña. Perdóname. ─Sollozo.
Cuando Arturo volvió a bajar al día siguiente ya estaba vestido con el uniforme de la escuela.
─Ya esta desayuno, ven a comer. ─Henry le hablo.
A pesar de ser solo cereal y leche, Arturo apenas y comió un par de cucharadas, los sándwiches que Alex había preparado no fueron tocados.
La mirada de Arturo estaba distante y no quería que lo tocaran. Alex y Henry respetaron el que no quisieran que lo tocaran.
Al llegar a la escuela se dirigieron a la dirección, donde no tardaron en ser atendidos.
─Señores Claremont Díaz Fox lamento mucho tener que hacerlos venir. ─el director hablo.
La puerta se abrió y vieron a un niño blanco con unas gasas en la nariz y el ojo morado. Los padres del niño estaban furiosos.
─Ese niño es un salvaje. ─la madre del niño señalo a Arturo y Henry se puso frente a él.
─Por favor señora, sé que esta molesta, pero no nos vayamos contra los niños.
─Nosotros pagaremos sus gastos médicos. ─Alex hablo. ─Envíenos la factura y pagaremos.
─Esto no se arregla con dinero. ─El padre niño hablo. ─Queremos que castigue a este niño. ─Dijo mirando al director.
─Arturo, es tu ultima oportunidad para decirnos porque golpeaste a tu compañero.
Todos miraron al niño, pero Arturo solo se encogió de hombros.
─No es posible. ─La mujer hablo molesta.
─Lo siento muchos Claremont Diaz Fox, pero Arturo tendrá que ser suspendido.
─Señor director, Arturo apenas tiene pocas semanas, se atrasara. ─Henry hablo preocupado.
─Lo lamento, pero son las reglas, Arturo nos dice la razón por lo cual actuó, si hubiera una razón el castigo no seria esto. Lo siento Arturo, pero deberás estar suspendido por dos semanas.
─Pero la semana cultural. ─Henry hablo.
─Me temo que deberá perdérsela.
Henry miro al niño, quien apretó los labios y asintió.
─De verdad, le ofrecemos una disculpa, nosotros pagaremos por los gastos médicos y revisiones que tenga el niño. ─Alex hablo.
A Arturo le dolió ver a Alex y Henry disculparse. Sintió un nudo en su garganta y dolor en su pecho.
Arturo se retiro a con ambos, quienes no le dijeron nada, solo lo llevaron a casa.
Al llegar a casa Arturo fue llevado a la sala.
─Sé que ya te castigaron, pero el tiempo que estes libre no podrás ver televisión, ni salir al jardín, podrás ir a la terraza, pero no podrás ir a los juegos del jardín. Es importante que aprendas de tus errores. ─Henry le hablo. ─Lamento que te pierdas la semana cultural, Arturo, pero toda acciones tiene sus consecuencias, sean buenas o malas.
Arturo asintió sin mirarlos, solo apretó sus manos.
─Puedes volver a tu habitación, Arturo. Te llamaremos para que comas algo. ─Alex le hablo.
El niño asintió y se levanto yéndose hacia su habitación.
Ambos se miraron y suspiraron cansados.
─No creí que ser padre seria enfrentarme a estas situaciones. ─Alex se dejo caer en el sofá.
─Ni yo, pero decidimos ser padre, aun nos quedaran 11 años para que siga cometiendo errores y estemos ahí. ─Henry rio un poco.
─Viste como le rompió la nariz, era mucho para que un niño de 7 años le diera un puñetazo tan duro. ─Alex hablo sorprendido.
Arturo no bajo a comer, no quiso salir de su habitación. Estaba cansado de provocar problemas, no quería que Alex y Henry se disculparan ni pagaran por algo que hizo.
Sorbio su nariz y camino hasta el teléfono que estaba en la mesa, lo había pensado toda la noche desde ayer.
Marco el número que se sabia de memoria y puso el teléfono en su oído. Sus lágrimas cayeron.
─¿Bueno?
─Señorita Alisson.
─¿Arturo? Hola cariño ¿Qué ocurre?
El niño rompió en llanto. ─Quiero que venga por mi.
─¿Por qué? Crei que te estabas adaptando bien ahí, cariño.
Arturo lloro más fuerte. ─Quiero irme de aquí, quiero volver.
─¿Cariño, Alex y Henry hicieron algo que te molestara?
─quiero irme, si no me viene a ver, me voy a ir.
Alisson suspiro. Sabia que el niño cumpliría su palabra porque ya lo había hecho antes, se había escapado de una de las casas de acogida en las que estuvo.
─Iré para allá, vamos a hablar.
Mientras Henry ponía la mesa, el timbre sonó y se fue para abrir la puerta.
─Alisson, que sorpresa. ─Sonrió.
─Hola ¿Puedo pasar?
Henry la dejo pasar y fueron hasta la cocina donde estaba Alex.
─Alisson, que bueno verte. ¿Pasa algo?
─Eso es lo que quiero saber.
Ambos la miraron confundidos.
─¿Qué pasa? ─Alex pregunto confundido.
─Arturo me llamo llorando, quiere irse.
Oír eso hizo que ambos se miraran alarmados y un dolor en su pecho se instalara.
─¿Cómo? Es que... no entiendo. ─Henry hablo con un nudo en su garganta.
─Arturo solo me dijo que quería irse. Quiero saber que paso.
─Nosotros... bueno tuvo una pelea y le rompió la nariz a un niño y lo suspendieron dos semanas y no podemos premiarlo, así que le prohibimos ver televisión y salir al jardín a jugar. ─Alex hablo preocupado. ─No estoy entendiendo. ¿Te lo vas a llevar? ─Hablo alarmado.
─Alisson, no le hemos hecho ni un daño. ─Henry hablo con temor, no quería que se llevaran a su hijo.
─Estoy segura de eso, chicos, sé que lo aman, pero Arturo... la ultima vez que quiso irse de un hogar y no fui por él, se escapo y se perdió.
Alex negó. ─Alisson, por favor.
─Escuchen, esto no afectara al proceso de adopción, se los aseguro, pero tengo que saber que pasa con él, esto va más allá de una simple pelea.
─Alisson, es que. ─Henry rompió en llanto y Alex lo abrazo por los hombros. ─¿Cuándo volverá?
─Cuando logre hablar con él. Escuchen lo llevare al centro de adopción y tendremos una platica mañana, pero por ahora tengo que llevármelo.
─¿Estas segura que no afectara a nuestro proceso de adopción?
─A menos que la razón no sea grave, no lo creo. Escuchen sé es difícil, pero tienen que confiar. Si Arturo es su hijo, él volverá. Denle tiempo.
Alex y Henry se miraron y sollozaron un poco antes de abrazarse por completo.
Arturo bajo las escaleras con su mochila, justo como cuando llego.
Henry y Alex se arrodillaron frente a él.
─Cariño, escucha, no importa lo que pase, siempre puedes volver. ─Henry le hablo con un nudo en su garganta.
─Nosotros te estaremos esperando, solo... recuerda que siempre puedes volver, esta es tu casa y siempre estaremos aquí para ti.
Arturo bajo la mirada y se escondió detrás de Alisson.
─Tenemos que irnos. ─Alisson informo.
Ambos asintieron y aunque se morían de ganas de abrazar a Arturo no lo hicieron para respetar el que no quería ser tocado. Alisson salió de la casa con Arturo y con ella también se fue parte del corazón de ambos.
Henry rompió en llanto y Alex lo abrazo también sollozando.
Todo se había complicado en poco tiempo y no entendían lo que estaba pasando, solo sabían que estaban aterrados de que Arturo no quisiera volver con ellos.
Arturo se sentó en la cama en aquella habitación compartida y cuando saco su cuaderno para sacar aquella foto, noto que no estaba. La había olvidado, de aquel cuaderno solo callo una foto, una de él con Alex y Henry en los juegos del patio.
Arturo sollozo y abrazo la fotografía.
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