10. ❛ the best birthday ❜
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𝐏𝐑𝐄𝐆𝐍𝐀𝐍𝐓 𝐓𝐄𝐄𝐍:
𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒕𝒆𝒏
❝ 𝗍𝗁𝖾 𝖻𝖾𝗌𝗍 𝖻𝗂𝗋𝗍𝗁𝖽𝖺𝗒 ❞
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DIECIOCHO AÑOS ERA LA EDAD OFICIAL QUE OLIVIA TANNER tenía ese día. Su madre le había hecho un desayuno sorpresa, con frutas, panqueques y cereales. Algo pequeño, pero a Olivia le había encantado. Y parecía que también al bebé sin nombre, porque comenzó a moverse entusiasmadamente adentro de ella.
Sin embargo, lo que definitivamente le gustó más de esa mañana, fue la visita sorpresa de toda su familia.
Sus tías Stefanie y D.J. Tanner. Sus primos Jackson, Max, Tommy Fuller y Danielle "Dani" Jo Tanner-Gibbler. En compañía de su abuelo Danny, sus tíos abuelos Jesse Katsopolis y Joey Gladstone, al igual que la esposa de Jesse, Rebecca Katsopolis y sus hijos, Nicky Katsopolis, Alex Katsopolis y Pamela Katsopolis. Con otros tres invitados que Liv no conocía.
Sí. Su familia era más grande que la de Luke. Y eso era mucho que decir.
Sin embargo, a pesar de la gentileza de toda su familia al venir, Olivia no pudo evitar el mirar su celular en espera de un mensaje de Luke.
¿Qué lo traería tan ocupado como para no escribirle?
-¿Cómo se llama? -la pregunta la obligó a alzar la mirada, encontrando a una castaña-. Miras al celular cada vez que suena. Supo que es el padre de tu... -miró a su estómago abultado.
La Tanner sonrió con las mejillas encendiéndose.
-Se llama Luke -dijo y se levantó de la silla-. Creo que no te conozco. Soy Liv.
-Ramona. Vivo en la casa de tus primos -suspiró.
-¿Y sigues cuerda? Vaya, me sorprende -no pudo evitar burlarse.
Jackson era un dolor de cabeza y Max te aburría con sus cosas de nerd. No los veía mucho, pero no los aguantaría todos los días.
-¡Al fin alguien que lo entiende! -exclamó Ramona, rodando los ojos y dejando el vaso de soda en la mesita-. Mi mamá me obligó vivir allí porque mi Tia D.J. se sentía sola en casa. Una larga historia. Cuando me dijeron que vendríamos por el cumpleaños de la hija de su hermana, creía que serías una pobre chica desafortunada casi tan irritante como sus primos -termino y luego se rió bajando la cabeza-. Sin ofender.
-No hay ofensa -le restó importancia Olivia-. Aunque tienes suerte de no vivir con los hijos de mi tío Jesse. Ahí sí que te suicidarías.
-Justo. Oye... y sobre ese chico, ¿por qué no le escribes tú? -ella hizo la gran pregunta que Olivia no sabía responder.
¿Por qué no le escribía ella? Luke era siempre el que lo hacía, todos los días. Había sido como una rutina desde meses, ya se había acostumbrado.
-No lo sé -mintió y llevó su mirada a los demás. Estaban demasiado ocupados hablando con su madre y felicitándola, y sus primos estaban ahí también, fingiendo que no existían-. Iré a visitarlo -decidió.
No había ningún problema, después de todo vivía al frente.
-¿Ahora?
-Vive al frente -dijo mientras se dirigía a la puerta-. Puedes venir si quieres.
Antes de que Romina pudiera responderle, la voz de su madre la detuvo frente a la puerta.
-¿Liv? ¿Adónde estás yendo?
Maldijo mentalmente. Romina se colocó a su lado cuando ella se había volteado completamente a la dirección de todos.
-Quiere dar un paseo, airearse un poco -Gibbler mintió a todos, y bien hecho, pues nadie dijo nada más cuando la misma agarró a la rubia de la muñeca para sacarla de la casa-. Muy bien, eso fue fácil.
-Sí -asintió Tanner divertida por la situación-. Sabes que nunca había oído hablar de ti, ¿verdad? Ni siquiera de tú madre o padre.
-Nunca vas a San Francisco, tampoco Michelle. Mamá dice que es por la exitosa empresa que maneja aquí en Los Ángeles.
The Row, fundada en 2006 por Michelle Tanner y con base en Los Ángeles. Al cumplir los dieciocho, su madre se había embarazado de ella y, aún así, logró hacer sus diseños iconos de estilo y referentes estéticos. Olivia, incluso, había vestido algunos conjuntos para revistas.
-Sí, mamá trabaja más de lo que está en casa -Olivia dijo con una encogida de hombros-, pero está los fines de semanas. No me quejo.
Siguieron la conversación con cosas triviales, y se sorprendieron a sí mismas al notar lo parecidas que eran en muchas cosas. Ramona contó también muchas de sus experiencias con sus primos que ocasionó muchas risas hasta que llegaron al destino.
Se había acostumbrado tanto a ir, que ni siquiera se había molestado en tocar la puerta. Definitivamente, ver a Luke cargando a su madre hasta la sala de estar había sido sorpresivo incluso para su acompañante.
Él no pareció darse cuenta de su presencia hasta que volvió para subir, donde se detuvo.
-¡Liv! Justo estaba por escribirte -habló él algo confuso al mirar a ambas-. ¿Tú eres?
-Soy Ramona -se presentó amablemente-. Más o menos prima de Liv, creo.
La rubia soltó una risa.
-Mi familia entera vino hoy.
-Genial.
-Creo que volveré a la casa -Ramona se aclaró la garganta-. Adiós.
Ambos se despidieron. El Dunphy esperó unos segundos hasta que sus padres comenzaron a llamarlo. Él maldijo y la guió afuera de la casa.
-Están locos -se burló tan rápido como cerró la puerta detrás de él-. ¿Por qué siempre están pasando por algo raro?
-Porque, si no, no serían tus padres.
-Cierto -asintió de acuerdo, después la tomó de las manos-. Lamento no escribirte en todo el día, pero tengo una sorpresa.
-No tenías que regalarme nada para mi cumpleaños -Liv habló rápidamente-. Estar contigo me basta, en serio.
Luke sonrió con ternura y negó.
-Liv, no me molesta -había negado-. Quería que tu cumpleaños dieciocho fuera memorable.
-¿Por que ya no podré denunciarte por estar con una menor? -bromeó la chica, sacándole una sonrisa.
-Sólo son dos años, ahora uno, de diferencia -se había defendido Luke, siguiéndole el juego. Olivia respondió rodando los ojos-. Ahora va en serio. ¿Quieres salir conmigo?
-¿Adónde? -preguntó confundida la rubia-. Ahora no puedo, mi familia está en mi casa y-
-No en ese sentido, Liv. En general. ¿Saldrías conmigo? -preguntó de nuevo, inflando las mejillas.
Sus ojos azules se abrieron a más no poder, abriendo la boca ligeramente.
-¿Hablas de...? ¿De yo... siendo tu novia?
-Planeaba hacerlo en la cena, pero como tú familia está aquí y tú-
Fue interrumpido cuando Olivia juntó sus labios suavemente. El Dunphy rápidamente se relajó. Ella sorprendiéndolo al besarlo era su momento favorito.
-Claro que sí, bobo. No necesitas una cena elegante en un restaurante.
Cuando llegue a 30 comentarios, publico el próximo cap;)
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