ᴘʀᴏ́ʟᴏɢᴏ.
ADVERTENCIA
En este vistazo se encuentra una escena +18.
Se recomienda discreción.
Pd: no soy buena narrando ese tipo de escenas. Y pueden haber palabras malsonantes, o mal escritas.
Un mes antes.
13 de octubre de 1977.
El cielo era nublado, las gotas de la lluvia mojaban a las personas que estaban en las gradas mirando el partido de Quidditch entre Slytherin y Hufflepuff, siendo las serpientes quienes iban en gran ventaja, con Regulus Black como el buscador de la Snitch dorada.
Sintió aquel cosquilleó en su vientre bajo al verle allí, montado en su escoba, con su uniforme de Quidditch color verde, con su cabello negro meciendose de un lado a otro con las ventiscas de aire que creaba al darle velocidad a su vuelo, flexionando cada uno de sus músculos en cada movimiento. Si había algo que Jane Potter jamás admitiría es que desde hace tiempo que el chico Black habia captado su atención. Ella tuvo novios a lo largo de sus años escolares, tampoco es como si fuera inexperta en el tema, pero nunca, en todas sus relaciones, había sentido tanto deseo hacía una persona como el que sentía por aquel chico. Y aunque nunca había entablado una conversación, por escasa que sea, con él, siempre le causaba cierto nerviosismo estar cerca suyo sin sentir aquel cosquilleo.
La pelirroja Potter estaba allí, bajo la lluvia, por el simple hecho de que debía controlar a su hermano mellizo y al grupo de sus amigos para que ninguno de ellos hiciera algo que provocará que el partido se vea afectado, pues conocía a esos cuatro leones y, a sabiendas, temía que alguno de ellos conjurara un hechizo que hiciera caer a algún Slytherin de su escoba. Ya había pasado en una ocasión, y James Potter casi fue expulsado de Hogwarts, era su deber como hermana mayor por quince minutos el vigilar que no volviera a pasar. Además, sus padres, se lo habían pedido sutilmente en cuanto se despidieron de ella en la estación Kings Cross el primero de septiembre de ese año.
━ Regulus Black, buscador de Slytherin, ya visualizó la Snitch Dorada ━ La voz de Clayton Jordan resonó en el campo, creando una tensión en la multitud. ━. ¿Será este el primer partido perdido para los tejones?.
Jane suspiró y miró hacia el cielo, donde logró ver al chico Black elevarse a gran velocidad en su escoba, en dirección hacia lo que parecía ser la anhelada Snitch por la que todo mundo querría pelearse. Esos 150 puntos eran un revoloteo en los jugadores, y, la mayoría, jugaría sucio con tal de tomarla antes que el equipo contrario. Los miembro de la casa verde y plata comenzaron a agitarse, gritando y saltando, cuando el joven de cabello negro por fin tuvo aquel objeto movedizo en sus manos, balanceándose de un lado a otro en su escoba. El partido terminó con un gran desempate, 235 a 105, siendo los Slytherin's los triunfantes. La pelirroja escuchó gruñir a su hermano mellizo, incluso hasta pudo oír el insulto de Sirius, hermano del joven que acaba de darles una victoria a la casa enemiga de ambos chicos que estaban indignados por aquel resultado.
━ Maldito serpiente ━ Murmuró James, con cólera. ━. Si no fuera por mi hermana, seguramente estaría en la enfermería ahora mismo.
━ Es mi hermano, pero no deja de ser un idiota bobalicon ━ Dijo Sirius, levantándose de su asiento.
━ Solo es un partido, chicos ━ intentó calmar Remus, quien estaba a un lado de la pelirroja, comiendo una barra de chocolate. ━. La semana que entra es el partido de Gryffindor contra Ravenclaw, ━ Recordó, mirando de reojo a la joven a su lado. ━ sin rencores.
━ Estoy segura que les patearan el trasero, leones tramposos ━ dijo Jane, elevando los hombros, con arrogancia. ━. Sin rencores. ━ repitió.
━ ¿segura de eso, Janeth? ━ dijo James, mirando a su hermana con los ojos entrecerrados.━ ¿quieres apostar?.
━ No me gustaría que te quedarás sin dinero, Charlus ━ declinó la joven.━. Ahora que el partido terminó, y que la mayoría de los Slytherin's están en tierra firme, me iré a cambiar de ropa. Ya tengo frío y odio tener la ropa mojada.━ dijo, levantándose de la grada para comenzar a alejarse
━ Adiós, Jane.━ se despidieron Peter y Remus a la vez, con una sonrisa divertida al ver que James hizo una rabieta al quedarse con la respuesta en su boca y no pudo replicarle a su hermana, como siempre pasaba.
Una vez en el castillo, con ropa seca y abrigada, Jane se dirigió a la biblioteca para terminar su tarea de Herbologia que era para la otra semana. Ser una Ravenclaw era todo un martirio, pues siempre quería tener las mejores notas y prefería perderse la tarde de aquel sábado estudiando que estar merodeando por el castillo, como seguramente su hermano y los amigos de este lo estarían haciendo en ese momento, quizás planeando una broma para las serpientes. La biblioteca parecía ser el lugar más tranquilo y silencioso que Jane pudiera encontrar en todo el castillo, ya que sabía que solo uno de los merodeadores entraba allí para hacer realmente su tarea: Remus Lupin. Aunque ese día, la pobre chica, se vio interrumpida al escuchar la voz de su amiga, Marlene Mckinnon.
━ Sabía que te encontraría aquí, cerebrito ━ Dijo la rubia, con su voz chillona.
━ También me agrada verte, Marlene.━ Soltó la pelirroja, con sarcasmo, cerrando su libro con un suspiro.
━ Sí, eso también ━ Dijo la chica, rodando los ojos, sentándose a un lado de su amiga.━. Oye, venía a hacerte una invitación.
━ No.━ se atajó Jane, sin dejar que la rubia dijera algo.
━ Ni siquiera te dije que era━ se quejó Marlene, haciendo un puchero.
━ La respuesta sigue siendo no.━ Agregó Jane, sin mirar a su amiga, guardando sus cosas en su bolso.
━ Escucha, ━ Dijo Marlene, sin importarle si la pelirroja junto a ella le escuchaba.━ oí por Trevor Nott que harán una fiesta en la sala común de Slytherin, y...━ continuó parloteando, sin notar que Jane rodaba los ojos con cansancio. ━... Mary, Lily, Dorcas y yo iremos, gracias a que la otra pelirroja es amiga de uno de ellos. ¿Te quieres unir?.
━ No ━ Negó Jane, otra vez.━. Debo escribir dos pergaminos sobre las distintas plantas que se utilizan para sanar huesos y riñones. ━ Añadió, levantándose de su silla.
━ Por favor...━ Insistió la rubia, haciendo un puchero.━... Necesito que mi mejor amiga esté allí cuando le haga la broma del año al idiota de Dilton Flint y que veas como se me envenena el alma por mi venganza, como dice Lily.
━ Aunque sería algo muy entretenido de ver, ━ dijo Jane, llenando de falsas esperanzas a la rubia que sonrió emocionada━ la respuesta sigue siendo no. Deberías hacer lo mismo que yo: hacer tus deberes.
━ Aburrida. ━ Murmuró Marlene, haciendo una mueca ofendida.
Jane sonrió y llevó su mano hasta la cabellera rubia de su amiga, acariciando esta con falsa preocupación.
━ Tranquila, algún día creceras, mi dulce rubia. ━ Se burló Jane, levantándose de su silla, colgando la tira de su bolso en su hombro izquierdo.
━ Vete a...━ el insulto de Marlene se vio interrumpido por el chisteo de Prince, la bibliotecaria, quien era conocida por su poca paciencia con los habladores en la biblioteca.
Jane volvió a sonreír y se alejó lentamente de su amiga rubia, dejando a esta en un estado dramático por la falta de respeto que tuvo por parte de la pelirroja.
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Tras horas tratando de convencer a la Potter, finalmente, gracias a Lily, terminó accediendo a acompañar al grupo de leonas a la dichosa fiesta que se celebraría en la sala común de Slytherin por su triunfo en el partido de Quidditch, que obviamente los profesores y el director no sabían que se realizaría. Las chicas se estaban preparando en el baño abandonado del ala sur del cuarto piso, casi a unos cuantos metros del baño de los Prefectos. Marlene y Mary estaban luciendo unos hermosos vestidos muy al estilo Muggle que Lily les obsequió en la navidad pasada, mientras que Dorcas decidió ponerse algo menos llamativo y se terminó vistiendo con una falda beige y una blusa negra manga larga. Lily y Jane optaron por ponerse ropa simple, pantalones largos, blusas sencillas, tenis y sus suéteres de sus respectivas casas. Algunas llevaban el cabello rizado, como Marlene y Dorcas, otras los llevaban lacio, como Lily y Mary, y Jane llevaba su cabello recogido en una simple coleta. Vamos, la Ravenclaw no veía necesario ir tan producida como sus amigas, pues sus intenciones de pasar inadvertida eran muchas.
━ ¿Crees que el labial rojo que Lily me dio combinará con mi vestido?. ━ preguntó Mary, observándose en el sucio espejo del baño, el cual reflejaba las cinco figuras delante de este.
━ Todo queda bien con ese vestido, Mary ━ Dijo Marlene, chequeando que su maquillaje fuera de infarto. ━. Y tú te ves más que hermosa, amiga mía.
━ Lene tiene razón, te ves hermosa, Mary.━ halagó Dorcas, mirando através del reflejo a su amiga con una sonrisa sincera.
Jane se mordió el labio divertida al ver el leve sonrojo en las mejillas de Mary, quien miraba al suelo con timidez, algo que solía hacer cuando Dorcas le halagaba. Lily sonrió y abrazó a la castaña al verla tan ruborizada, para luego mirar a Jane através del reflejo del espejo con advertencia, sabiendo que esta estaba a punto de soltar algún comentario que haría de Mary un tomate.
━ ¿De verdad irán así? ━ preguntó Marlene, dejando de verse en el espejo, girándose sobre sus tacones para mirar a las pelirrojas con intriga. ━. Vamos a una fiesta, no a clases.
━ Conformate con que haya aceptado venir y no haberme quedado en mi cuarto estudiando ━ Replicó Jane, recelosa.━. Si llego a tener una mala calificación, yo misma hechizare tu escoba en el partido que viene.
━ Uy, cuida tus garras, pajaro.━ Dijo Marlene, soltando una risita divertida.
━ ¿Podemos irnos? ━ Preguntó Dorcas, interviniendo en la futura discuta de las dos chicas, estremeciéndose. ━. Este lugar me da escalofríos, y odio cuando Myrtle la llorona viene a molestarme.
━ Todos la detesta por lo mismo.━ dijo Jane, elevando los hombros.━ vamos antes de que me arrepienta de ir.
━ Si, vamos━ dijo Mary, con una sonrisa emocionada. ━. Quiero bailar un poco.
━ Nada de Hidromiel, Mary━ Dijo Lily, en un tono repleto de regaño. ━. La última vez te tuve que cargar hasta nuestro cuarto, créeme, no eres muy buena bebedora. Y no se separen en la fiesta.
Jane rió recordando aquel día. Fue hace un año, todas las chicas se habían escabullido por el castillo después del toque de queda, escapando de Filtch y la señora Morris, encontrándose con una misteriosa habitación que nunca habían visto. La sala de los Menesteres. Jane sabía de su existencia, pues como buena Ravenclaw, se había tomado el trabajo de leer sobre los secretos que se escondían en todo Hogwarts, como también sabía que en ciertos lugares del castillo habían pasadizos, aunque nunca se había atrevido a meterse en alguno. La cosa fue que era el cumpleaños número 16 de Dorcas, por lo que Marlene, sin dejarles saber a sus amigas como, había llevado una botella de hidromiel de contrabando. Todas, excepto Jane, habían terminado ebrias en aquella sala, pero la que peor se encontraba era Mary, quien decía ver hadas en la sala, cuando realmente eran velas.
Finalmente, luego de verificar que no había rastro alguno de los profesores, el director, Filtch o la odiosa Señora Morris, se escabulleron por el castillo hasta llegar a las mazmorras, donde un chico alto y con el rostro lleno de acné les recibió con una mueca asqueada.
━ creí que vendrías sola, Lily.━ Dijo Severus Snape, el amigo Slytherin de la pelirroja Evans.
━ Para tu mala suerte, ella nos invitó. ━ Dijo Marlene, con una sonrisa hilarante.
━ No podía venir sola, Sev...━ Se disculpó Lily, con una sonrisa vergonzosa.━ Podemos irnos si lo prefieres así.
━ Claro que no, Lily━ Dijo Severus, tan tranquilo que asustaba.━ Pueden pasar, aguarden ahí.
Jane elevó una ceja, incrédula ante el trato tan pacífico y amable que tenía el Slytherin más reacio de todo Hogwarts hacia la hija de Muggles, pues sabía muy bien que ese chico era uno de los que solía molestar a los "sangre sucia". Aquel pensamiento se esfumó al oír el chocar de las piedras que conformaban la entrada a la sala común, abriéndoles paso a lo que parecía ser una gran decepción, pues no se le veía a nadie y solo se podía ver la sala vacía.
━ Es un hechizo de distracción━ Dijo Severus, al notar el confuso rostro de todas las chicas.━. Es para que los profesores crean que no hay nada más que una sala vacía y silenciosa de un sábado por la noche.
━ Wow, ni siquiera sabía que eso existía. ━ Murmuró Dorcas, casi asombrada.
Severus rodó los ojos y se encamino hacia la barrera del hechizo, siendo seguido por las cinco jóvenes detrás de él. Al cruzar aquella cortina de humo que funcionaba como distracción, Jane se sintió sumamente arrepentida de asistir a la fiesta. Todo era un caos. Había música muy alta, chicos bebiendo, otros llenando el aire de un feo aroma amargo al soltar humo de sus bocas, parejas besándose apasionadamente. Ese era el tipo de evento que Jane Potter siempre quiso evitar, pero ahí estaba, caminando entre un montón de adolescentes que bailaban música de la época, tanto Muggle como no Muggle, gracias a que algunos Slytherin's eran mestizos y conocían las canciones del mundo no mágico.
No supo en que momento ocurrió, pero Jane se encontró sola en alguna parte de la gran sala de tonalidades esmeraldas y colores fríos, frente a la gran ventana que daba a las profundidades del lago negro, donde supuestamente vivía el Calamar Gigante que todos los niños del primer año le temian. La Potter se quiso ahogar en el lago cuando descubrió que no había rastro alguno de sus amigas cerca de ella, queriéndose ir en ese preciso instante, y, también, repasando algunos conjuros para hechizar la escoba de Marlene. La música alta estaba a nada de romper sus pobres tímpanos, mientras buscaba con la mirada a sus amigas, sin éxito alguno de encontrarlas.
Una chica pelinegra se acercó a ella con un gran vaso que destilaba olor a alcohol puro, y le sonrió. Estaba tan ebria que Jane pensó que estaba viendo a Mary como aquel día.
━ Oye, es una fiesta, no un velorio━ dijo la pelinegra, moviendo sus caderas al compás de la música de Queen, entregándole ese vaso con alcohol que sostenía a la pelirroja, quien lo agarró con duda.━. Quita tu cara de amargada, Ravenclaw.━ Agregó, arrastrando su voz, soltando una carcajada al final, para continuar su camino hacia la pista de baile donde todos bailaban.
Jane bufó molesta y comenzó a moverse entre la gente, con el vaso en su mano, tratando de encontrar a alguna de sus amigas en el camino, pero cuando logró salir de la multitud llegó al principio de un pasillo oscuro y vacío, lo cual parecía ser perfecto para poder esperar a que alguna de sus amigas aparezca y que nadie le moleste. Se adentró al pasillo, apoyando su espalda en la pared interna de este, lejos de la luz que había en toda la sala, y se cruzó de brazos, sosteniendo el vaso en una de sus manos, impaciente y de malhumor. Se quería ir cuanto antes, pero no sabía como podría abrir la gran puerta de entrada sin que nadie le viera, ya que era muy escandalosa. Debieron pasar minutos, en los cuales eventualmente se tomó el líquido amargo que contenía el vaso, pero para la pelirroja fueron horas allí, con sus brazos cruzados sobre su pecho y su rostro fruncido en una mueca que reflejaba sus ganas de largarse de allí, cuando escuchó unos pasos detrás de ella. No se volteó, seguramente se trataba de alguna pareja que salía de su rincón de amor, y realmente no quería saber que habían hecho, además de que sentía su cuerpo algo ligero por el efecto de la bebida. Los pasos cesaron cuando se escucharon muy cerca, acompañados de un suspiro que denotaba un cierto desacuerdo.
━ No puedo creer que estos idiotas hayan invitado a todo Hogwarts━ la voz ronca y grave del chico detrás de ella hizo que su piel se erizara. No tuvo la necesidad de voltear, pues conocía al dueño de aquella voz.━. Si Slughorn supiera, estoy seguro que nos lanzará un Crucio
Jane miró de reojo sobre su hombro, viendo al pelinegro a unos pasos de ella, apoyado en la pared contraria a unos cuantos pasos de ella, cruzado de brazos, con una botella de whisky de fuego casi vacía, observado con descontento aquella ruidosa fiesta. Hubo un momento en que sus miradas se encontraron, y no sabía, Jane, si se trataba de como vestía el chico en ese momento con el cabello despeinado o si era por la escasa luz en el pasillo, pero la mirada fría y casi sin emociones que le dio a ella le había provocado un revoltijo en su estómago y un leve cosquilleo en su parte baja del vientre.
━ ¿Quién te dio el permiso de entrar al pasillo de las habitaciones, Potter?. ━ Atacó Regulus, elevando una ceja en aquel rostro en blanco que cargaba en ese momento, acercando la botella a su boca, tomando de aquel líquido alcohólico.
Jane volteó la cabeza hacia la fiesta, esquivando la mirada penetrante del chico detrás de ella, con un leve sonrojo en sus mejillas. No sabía que le estaba pasando, pero se sentía tan bien.
━ Lily, a quien Severus invitó. ━ Respondió cortamente la chica.
Regulus bajó la botella y rió amargamente, casi irónico.
━ Severus y su tonta obsesión con la sangre sucia.━ Murmuró Regulus, con cierto desagrado vibrando en su voz, provocando algo más que descontento en la chica delante de él.
Incluso llegó pensar en la posibilidad de oírle decir algo hacia ella, con aquella voz que le provocaba ese sentimiento tan extraño, pero tan placentero a su vez.
Sonrió al notar que ella se estremeció en cuanto habló nuevamente, y se atrevió a observarla descaradamente. La chica era hermosa, de eso no habían dudas, su cuerpo delgado y con una figura curvilínea aún se podían ver con aquella ropa holgada y sin estilo. Él le había visto antes, obviamente, en clases cuando ella usaba su falda gris por arriba de las rodillas, dejando ver sus largas y perfectas piernas con los muslos grandes que lo fascinaban, también le había mirado cuando se quitaba la capa, dejándole ver aquella camiseta blanca apretarse en torno a su figura y pechos, volviéndolo loco. Ella era la viva imagen de la inteligencia y la sensualidad, algo que a Regulus siempre le encantaría encontrar en una mujer.
Jane, al notar la mirada en ella del chico serpiente, decidió que era momento de irse, pues no deseaba tener un enfrentamiento en ese momento. Sin decir nada, la pelirroja comenzó a caminar nuevamente hacia, y entre, la multitud de adolescentes que desprendían olores como alcohol, sudoración y otros fluidos, dejando el vaso plástico por algún lado, y gracias a Merlin logró abrir la puerta de entrada sin que nadie le viera, o casi nadie. Se escabulló silenciosamente por los pasillos del castillo, tambaleando un poco por el alcohol en sus venas, intentando no encontrarse a ningún prefecto que estuviera de guardia en ese momento, pero justo antes de poder llegar al tercer piso, escuchó pasos repiqueteando por ahí, por lo que se adentró al baño de los de primer año, no quería ser castigada y darle una razón a su hermano para que le extorsionara con sus padres.
Ella nunca tuvo una buena resistencia al alcohol, y esta vez envidió a su hermano, pues James ya tenía un récord en cuanto tomar bebidas fuertes.
Rápidamente se metió a un cubículo, cerrando la puerta lentamente, queriendo no hacer ruido, y se pegó a esta, respirando agitadamente. Necesitaba hacer más ejercicio, su estado físico no cooperaba en aquel instante. Tapó su boca en cuanto escuchó que la puerta del baño se abrió, y cerró los ojos con la esperanza de no ser encontrada ahí a esa hora, en ese estado, por un prefecto o, peor, por Filtch. Los pasos lentos y pesados hicieron que el corazón de la chica latiera con fuerza, no dejaba de insultar a Marlene en cada segundo que pasaba.
━ Potter.. Potter.. Potter..━ La voz de Regulus resonó en aquel baño. La pelirroja abrió los ojos de golpe y se alejó de la puerta.━ Deberías practicar Oclumancia, no vaya a ser que alguien pueda oír tus pensamientos tan... pervertidos.
Jane, en ese momento, se sintió una verdadera idiota al no haber recordado que los Hermanos Black's habían estudiando Legeremancia hace unos años gracias a sus padres. Y se intentó golpear por no haberle hecho caso a su padre cuando este le quiso enseñar Oclumancia. El rubor en sus mejillas le hizo volver al presente, seguido del pequeño chasqueó que Regulus hizo con su lengua, sonaba tan divertido.
━ Tu padre estaría decepcionado al saber que por tu falta de atención, te haz perjudicado.━ Dijo Regulus, con tanto regocijo. ━. Podría enseñarte, si quieres.
Las piernas de la chica temblaron al oír la palabra "Enseñarte" con aquel grave y arrogante tono de voz. Regulus sonrió descarado cuando la puerta del cubículo se abrió paulatinamente y una muy sonrojada Jane salía de este.
━ ¿Por qué no te vas con tus amigos, Black? ━ Atacó Jane, con su cuerpo tenso.
━ ¿Por qué iría con ellos cuando tengo a la famosa y estudiante estrella: Janeth Potter, frente a mí con ese rostro ruborizado y sus piernas temblando?. ━ Cuestionó Regulus, dejando escapar una sonrisa divertida de sus labios.━ Deberías controlar tus pensamientos en clases, tantos escenarios de nosotros dándonos algo de placer, me desconcentran.
Jane soltó una brusca respiración, molesta con el comportamiento del chico, y se acercó a él, ruborizada, decidida a darle donde más le duele: su ego.
━ Pues te quedarás solo, porque yo me iré a mi sala común, mientras que tú te ahogas en tu propia arrogancia e idiotez.━ Dijo, mirándolo directamente a esos ojos grises llenos de algo indescifrable para ella.━Y deberías ir a visitar a Madame Pomfrey, creo que sufres de fallas en el cerebro.
━ O... te puedes quedar y seguir mirándome como siempre lo haces, porque sé que quieres hacerlo, Potter.━ Dijo Regulus, dando un paso hacia ella, rompiendo aquel corto espacio de un metro entre ellos, provocando un ligero estremecimiento en el cuerpo de la joven.━ vamos, Potter, hazlo. Dime cuanto te gustaría que te folle, adelante.━ se acercaba cada vez más hacia ella, sin dejar que se borrará aquella mirada extraña en sus ojos.━ Y, para que sepas, me gusta saber que me quieres entre tus piernas.
Jane se sintió tan nerviosa que por inercia retrocedió, él avanzaba y ella retrocedía, pero lentamente la misma Jane se acorralo sola contra la fría pared de ese baño vacío.
━ Ya veo porque no quedaste en Gryffindor, ━ Alegó Regulus, parando su caminar a unos centímetros de ella y su cuerpo tambaleante.━ no eres lo suficientemente valiente para aceptar que quieres que te folle.
━ Cierra la boca.━ Gruñó Jane, fastidiada. ━ Tú no eres valiente, no como Sirius lo es, que él si acepta que me quiere follar.
El rostro de Regulus paso de ser arrogante a casi rabioso al escuchar el nombramiento de aquel chico que alguna vez fue su hermano. De un solo movimiento quedó pegado a ella, con una de sus manos pegada a la pared a un lado de la cabeza de Jane, flexionando su brazos con hostilidad, cerrandole el paso a la chica.
━ No me compares con ese traidor━ Gruñó Regulus, sus ojos centellaron de un fuerte fuego furioso.━Yo no soy, ni seré, como él, jamás. ━ dijo, acercando su rostro al de Jane, dejando que su aliento a café y tabaco chocará en el rostro de ella, deleitandola con aquel exquisito olor.━ Soy mejor que él, en todos los sentidos.
━ Para mí, eres tal y como él, Black━ Siseó Jane, sin saber de donde sacaba aquel arranque de valentía.━. Misma sangre, misma person..
El comentario de Jane se vio interrumpido por los labios del chico, quien le besaba con ferocidad y hasta se puede decir que con impotencia. Ella no sabía que hacer, si bien habia tenido novios en sus 16 años, nunca la habían besado de esa manera, tan imponente y salvaje. No se quería separar, pues esa sensación, ese cosquilleo, que bailaba en su vientre bajo no le permitía alejarse del chico que la estaba empujando contra la pared detrás de ella, mientras que sus manos grandes bajaban hasta sus muslos y la elevaban del suelo, por reflejo enredó sus piernas en la cadera de él, soltando un jadeo en medio del beso al sentir el cuerpo duro y bien trabajado de él contra el suyo. Él se separó de sus labios y le miró con los ojos encendidos en un fuego peligroso.
━ Te mostraré que soy mejor que él. ━ Dijo Regulus, con su voz aún más ronca que antes.
Jane iba a decir algo, pero nuevamente se vio interrumpida por los labios del chico que otra vez le besaban con esa necesidad inimaginable. Regulus pasaba sus manos por los muslos cubiertos de la pelirroja, apretujando un poco mientras la pegaba más a la pared, sacando varios suspiros de los labios de Jane. El calor comenzó a inundar el lugar, y Jane no supo en que momento fue que él la llevó a los lavabos, donde la sentó sobre estos y la empujó contra él, sacándole un sonoro gemido en cuanto su parte íntima rozó con aquella parte dura que quería sentir nuevamente. Él escuchó sus pensamientos deseosos y, sin hacerla esperar, volvió a chocar sus caderas vestidas contra las de ella, sacando un quejido repleto de excitación. Luego de unos segundos, separó sus labios de los de ella y se apresuró a bajarlos a su cuello, sin querer dejar ese exquisito choque de caderas que sacaba bajos gemidos de la Potter, quien al sentir los besos húmedos de él en su punto sensible, dejó caer su cabeza hacia atrás para darle más acceso a el. Regulus sonrió pícaramente y pasó su lengua por el medio del pálido cuello de Jane, bajando hasta el inicio de su suéter.
━ Quitatelo. ━ Demandó él, separándose bruscamente de ella. Jane, con la respiración agitada, no dudo en quitarse ese suéter azul que vestía y lo lanzó por algún lugar del baño. Regulus aprovechó y sacó su varita de su bolsillo trasero, lanzando un hechizo a la puerta del baño, sin siquiera abrir la boca. En cuanto terminó de conjurar el lugar, se volvió hacia la pelirroja que respiraba algo irregular con las mejillas rosadas, ya sin su suéter.━ Así es como debería ser siempre, Potter━ Dijo, completamente excitado al ver que había cumplido con su orden a la perfección.━ Tan obediente y menos quejica.
Nuevamente llevó su boca al cuello de la chica, no sin antes dejar un escaso y deseoso beso en los labios rojos e hinchados de Jane, para luego ir bajando lentamente hasta sus clavículas.
━ ¿Tengo tu permiso de desnudarte? ━ Preguntó Regulus, quien aunque estaba ardiendo en llamas, aún recordaba que ella era una dama. ella asintió, totalmente exasperada, aquella sensación en su vientre crecía cada vez más. ━ Dilo, quiero oírte. ━ Ordenó, pero ella solo se quejó. ━ Si no lo haces, entonces me iré por donde vine y tú te quedaras alborotada aquí.
━ Sí, tienes el permiso de desnudarme, Black.━ Dijo Jane, desesperada.━ Ahora, deja de hablar.
Él sonrió y volvió a pegar sus labios a la piel de la chica, llevándola a una fiesta de emociones casi indescifrables pero igualmente placenteras. Lentamente las ropas que cubrían su pequeño cuerpo fueron abandandola, dejándola en sus pequeñas prendas de ropa interior blanca, algo que hizo de Regulus black un tipo desesperado por quitársela y follarla ahí mismo, pero se tomó su tiempo, besando y lamiendo cada parte de ella, torturandola a ella, y también a él, en el proceso. Las ropas de Regulus también fueron esparcidas por todos lados del baño, y ahora solo se oían las respiraciones profundas y agitadas de ambos, acompañadas de gemidos a medida que sus zonas, ya desnudas, se rozaban ocasionalmente.
━ ¿Lo quieres? ━ Preguntó Regulus, alineandose en su entrada, usando todo su autocontrol para no follarla tan duro que no podría caminar en días.
━ Sí, lo quiero.━ Susurró Jane, en un gemido lastimero, plantando un beso tentador en los labios de él, mordiendo un poco estos, provocándole un gruñido casi primitivo en su pecho.
Él entró en ella tan repentinamente que el grito de sorpresa que Jane soltó, hizo que Regulus le tapara la boca. Nadie los escucharía, pero a él no le gustaban las ruidosas. Se mantuvo quieto unos instantes, desesperando aún más a la pelirroja, quien intentaba mover sus caderas para obtener algo de fricción, cosa que a él no le gustó para nada.
━ Quédate quieta.━ Le gruñó, quitando la mano de la boca de su amante.━ No grites, si lo haces, no te dejaré acabar. ¿Entendiste?. ━ Dijo, bajando sus manos por el cuerpo de ella hasta llegar a sus caderas, apretando estas, saliendo lentamente de aquel calor que lo había comenzado a hacer adicto. Ella asintió. Él golpeó nuevamente contra ella, pero esta vez más duro, sacando un quejido de ella.━ Y responde cuando hablo, Potter.
Volvió a golpear contra ella, una y otra vez, haciéndola gemir y ver las estrellas en cada momento que su miembro rozaba con su punto g, creando un nudo en su estómago que se volvía insoportablemente placentero. Enredó sus piernas a las caderas del chico, acercándolo a ella, y dejó caer su espalda al espejo helado que había detrás suyo, dejándose llevar por el candente encuentro que ella siempre había fantaseado. Él, sobre ella, golpeándole tan duro que no quisiera caminar en días, mientras le susurraba palabras obscenas, tocaba su cuerpo y gimiera cada vez que contrajera su interior.
Fue esa noche en la que algo más que una disputa comenzó, y la razón por la que ustedes están leyendo este libro.
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