Imagína que Senna adopta a tn en un orfanato

El orfanato estaba en silencio la mayor parte del tiempo, y cada día se sentía una rutina monótona y sin esperanza. Sin embargo, una tarde tranquila, se susurraba entre los niños que alguien especial venía de visita. La emoción y la curiosidad llenaron el aire cuando se abrió la puerta y una figura elegante y atemporal entró. Era Senna, con su presencia serena y confiada.

Caminando por los pasillos, Senna se detuvo frente a ti, sus ojos cálidos y amables. Te miró con una sonrisa suave, y aunque no dijera nada al principio, sentiste una conexión inmediata.

—Hola, ¿cómo te llamas? —preguntó Senna, su voz suave y reconfortante.

Le dijiste tu nombre, sintiendo una mezcla de nerviosismo y esperanza. Senna asintió y se agachó a tu nivel, invitándote a caminar con ella.

Mientras recorrían el orfanato, Senna te escuchó atentamente, preguntándote sobre tus sueños, tus miedos y tus esperanzas. Cada palabra que decías la hacía sonreír aún más, y te sentías más cómoda con cada paso que daban.

Finalmente, llegaron a una pequeña sala donde las cuidadoras del orfanato esperaban. Senna se volvió hacia ti, sus ojos llenos de determinación y amor.

—Quiero adoptarte, —dijo con firmeza—. Quiero darte un hogar y una familia, y asegurarte de que nunca más te sientas solo.

Las lágrimas llenaron tus ojos mientras escuchabas sus palabras. —¿De verdad? ¿Quieres ser mi madre?

Senna te abrazó con fuerza, brindándote todo el amor y la seguridad que habías anhelado. —Sí, quiero ser tu madre. Vamos a construir una vida juntos, llena de amor, alegría y aventuras.

Pasaron el resto del día haciendo los arreglos necesarios y despidiéndOTE de los amigos que habías hecho en el orfanato. La emoción y felicidad llenaban tu corazón mientras salías del orfanato, de la mano de Senna.

Sabías que el camino adelante no sería fácil, pero con Senna a tu lado, te sentías más fuerte y segura que nunca. Juntos, comenzarían una nueva vida, construyendo un hogar lleno de amor y esperanza.