Imagína que tn y Félix se van de paseo al mar

Era una mañana soleada, perfecta para una escapada a la playa. Tú y Félix habían decidido tomar un descanso del castillo de los Vulturis y disfrutar de un día junto al mar. El viaje hasta la costa fue agradable, con la brisa marina acariciando sus rostros mientras conducían.

Al llegar, se encontraron con una playa apartada y serena, con arena blanca y aguas cristalinas. Félix, con su imponente presencia y sonrisa cálida, te ayudó a bajar del coche y llevar tus cosas a la playa.

—Este lugar es increíble, —dijo Félix, mirando a su alrededor—. Me alegra que hayamos decidido venir aquí. 🌞

Asentiste, sintiéndote emocionada por el día que les esperaba. —Sí, es hermoso. Vamos a disfrutarlo al máximo.

Extendieron una manta sobre la arena y desempacaron una cesta de picnic llena de deliciosos bocadillos. Félix te lanzó una mirada traviesa antes de salir corriendo hacia el agua y sumergirse en las olas. Lo seguiste, riendo, disfrutando de la sensación del agua fresca alrededor de sus pies.

Mientras nadaban y jugaban en el agua, Félix no podía evitar mostrar su lado protector. Cada vez que una ola más grande se acercaba, te sujetaba con fuerza para asegurarse de que estuvieras a salvo.

—No necesito que me protejas de las olas, —dijiste, sonriendo—. Pero gracias por intentarlo. 🌊😄

Félix se rió suavemente. —Es un hábito difícil de abandonar. Solo quiero asegurarme de que estés bien.

Después de un rato, volvieron a la manta para descansar y disfrutar de una comida juntos. Mientras comían, charlaban sobre sus sueños y planes para el futuro, compartiendo historias y risas.

El sol comenzó a ponerse, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa. Tú y Félix se sentaron cerca del agua, viendo cómo las olas se reflejaban los colores del atardecer.

—Este día ha sido perfecto, —dijiste, suspirando de felicidad—. Gracias por traerme aquí, Félix.

Félix te miró con ternura. —El placer es mío. Pasar tiempo contigo siempre es especial.

Sabías que este paseo al mar sería un recuerdo preciado, un día lleno de alegría y tranquilidad que siempre atesorarías.