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A Ross le encantaba el paisaje frente a sus ojos, la hierba húmeda y el cielo iluminado por millones de estrellas hacían un hermoso contraste en el horizonte, mucho más si Malik corría alrededor.
Realmente no sabía que hacían ahí a esas horas aún, así que se sentó en el mantel al otro lado de la canasta, manteniendo un espacio prudente de Mills.
—¿Por qué vinimos aquí?
—A Malik le gusta venir, es un espacio abierto, aquí puede jugar en su forma animal —Ross lo miró y luego tocó su mejilla, deslizó un dedo por debajo de su ojo donde estaba la marca del fuego y arqueó una ceja.
—¿Qué quiere decir esto?
—Es una restricción, le prometí a tu tío que no haría nada contra ningún cambia-formas —Ross alejó su mano, Mills extrañó el contacto al instante.
—¿Qué pasa si lo haces?
—Me haría cenizas al momento.
—Eso es demasiado peligroso —gruñó fulminándolo con la mirada, Mills sonrió como si no fuese nada.
—Está bien, no pienso hacerle daño a tu especie, por eso me comprometí.
—Te metí en problemas muchas veces, pudiste hacerle daño a alguno de ellos.
—Está bien, no pasó nada al final.
—Realmente parece divertirse —dijo mirando de vuelta a Malik, el pequeño corría por doquier con los brazos abiertos.
—Lo hace, los dragones somos felices en los espacios abiertos, mucho más cuando volamos, esa es prácticamente la razón de nuestra existencia, si no sentimos el aire contra nuestro rostro no nos sentimos completos.
—¿Qué cara…? —Ross se estremeció cuando Malik llegó al final de la montaña y luego desapareció, Mills colocó una mano en su hombro.
—Cálmate, podemos volar ¿recuerdas?
—Eso fue peligroso —gruñó mirado a Malik, esta vez en su forma Dragón aleteando sus alas, parecía muy contento, Mills se carcajeó.
—Eso es divertido.
—¡¡Dios!!
—Nuestro hijo es un Dragón tendrás que adaptarte a eso, olvida lo que sabes de cachorros, eso no servirá aquí.
—Esto me dejará sin nervios —refunfuñó viendo a Malik dar volteretas.
—Ross.
—¿Qué pasa?
—¿Puedes darme una explicación respecto a nuestro lazo?
Ross apretó la mandíbula incómodo con el tema.
—Ya dije que no lo quería, ¿no? —Mills suspiró.
—Sí, lo has dicho tanto que ya estoy acostumbrado a escucharlo, sin embargo, no me dijiste la razón.
—Ya te lo dije, no me gustan los lazos, la verdad es que siempre bromeaba con mis primos y hermanos acerca de querer a mi compañero, pero sólo estaba jugando, no quería uno, hasta rezaba porque no apareciera —los ojos de Mills salieron a la superficie, sus colmillos puntiagudos se alargaron.
—¿Por qué? No me conocías aún.
—Tú no eres el problema, la cuestión es que no quiero un vínculo con nadie.
—Ross…
—El vínculo te hace dependiente, ya no serías capaz de vivir como una sola entidad, sólo vivirías para y por tu compañero, sería tu talón de Aquiles y viceversa, no quiero sentirme de esa forma por nada del mundo —Mills negó.
—Simplemente estás asustado.
—Lo sé, soy un cobarde.
—No quise decir eso.
—Es lo que soy, pero no quiero sentirme vacío una vez decidas irte.
Mills frunció el ceño. Hasta él mismo sabía que estaba diciendo cosas estúpidas, pero aún así no podía detenerse.
—¿Por qué me iría?
—Todos se van tarde o temprano.
—Hablas de compartir un lazo, pero no creo que haga falta un lazo para que te sientas así y lo sabes.
—No sé qué tratas de decir —murmuró apretando la mandíbula, Mills miró a otro lado ignorando su incomodidad.
—Olvídalo, dije que esperaría a que lo quisieras, no voy a presionarte, quiero que esto sea tu decisión, una vez lo hagas espero que no te arrepientas.
—No voy a tomarte como compañero —su compañero torció los ojos y se carcajeó muy seguro de que no sería así.
Mills se quitó la camisa que traía puesta enseñado sus músculos, Ross se mordió el labio inferior y miró a otro lado. Ross realmente esperaba que su aroma no fuese tan fuerte o Mills notaría que estaba excitado sólo por verlo sin camisa.
La reacción era ridícula, los cambiantes estaban acostumbrados a esto.
—Trata de no asustarte demasiado.
—¿Por qué tendría que asus…? —Ross jadeó al ver a Mills como Dragón, era tan bello como Malik. Sin embargo, este tenía unos cinco metros más, al menos eso parecía.
Mills resopló, parecía divertido de poder dejarlo con la boca abierta, luego se elevó y comenzó sobrevolar por el cielo.
Malik dio dos volteretas contento cuando tuvo un compañero con el que jugar.
Ross sonrió y colocó los brazos alrededor de sus rodillas mientras los veía divertirse.
……
Mills apoyó la cabeza en su mano apoyado en la encimera viendo a Ross y Malik terminar de preparar todo para poder irse. Era bastante divertido verlos corretear de aquí para allá y de allá para acá buscándolo todo, ellos eran culpables de ser tan tercos y no querer su ayuda.
Malik fue el primero en terminar y caminó hacia él, Mills lo cogió por debajo de sus hombros y lo sentó en el mármol, el pequeño lo abrazó y escondió la cabeza en su cuello.
—¿Qué pasa? ¿No quieres ir?—Mills lo preguntó, aunque estaba seguro de que ese no era el caso, Malik llevaba esperando por este viaje dos semanas completas ya que Ross tomaría vacaciones.
—Si quiero —murmuró contra su piel, Mills acarició el cabello castaño y sonrió.
—¿Entonces cuál es el problema?
—No quiero verte triste —Mills sonrió.
—Mmm… ¿Por qué estaría triste?
—Porque es malo contigo.
—Malik, no es así, Ross también es bueno conmigo —Malik hizo una mueca de inconformidad.
—Cuando estás cerca de él hueles a tristeza.
—Eso es porque quiero estar con él, pero tú no tienes que preocuparte por eso, me gusta tu padre y yo le gusto, sólo debo tener paciencia.
—Pero…
—No te preocupes por cosas de adultos, tú lo único que tienes que hacer es divertirte, ¿vale?
Malik sonrió enseñando sus lindos colmillos.
—Sí.
—¿Estamos listos? —preguntó Ross mirándolos a ambos.
—Tú fuiste el último.
—Ya sé, entonces vámonos de una vez, suban al auto.
Mills tomó su maleta y la de Malik, luego caminó hasta el auto y lo guardó todo en el maletero, Malik se veía temeroso sólo de estar cerca del auto, eso le recordaba a la primera vez que vio uno, definitivamente fue traumático.
Mills abrió la puerta trasera y le hizo una señal para que entrara, Malik obedeció al instante mirándolo todo con cuidado. Ross se acercó con las maletas restantes y las puso en su lugar, después cerró el maletero y se sentó frente al volante. Mills se sentó junto a Malik y abrochó ambos cinturones.
—Ve despacio, Malik está asustado —le advirtió a Ross, Malik se cruzó de brazos mirándolo con altanería, Mills había olvidado lo orgullosos que eran los dragones, eso incluía a las crías.
—No estoy asustado.
—¿De verdad? Entonces debo ser yo quien lo está, ¿quieres abrazarme? —Malik abrazó su cintura al instante haciendo reír a Ross.
—¿Mejor? —le preguntó con una sonrisa, Mills asintió.
—Sí, gracias.
Malik se quedó dormido casi todo el viaje, Ross pretendía llevarles a la ciudad y hacer un poco de turismo, quería enseñarles cosas nuevas había dicho. Mills le acarició el pelo a su hijo y miró hacia Ross.
—¿A dónde iremos primero?
—Vamos al hotel, dejaremos las maletas ahí y lo dejaremos descansar un rato más.
—¿Por qué no hablaste sobre hacer este viaje ustedes dos solos?
—Porque no quiero que él esté dividido entre nosotros, de esta forma está bien, no me molesta tenerte conmigo.
—¿No es doloroso? —Ross apretó el volante.
—Detente, estamos aquí para disfrutar, no para hablar de esto.
—Está bien —suspiró.
Mills cargó a Malik en cuanto el auto se detuvo, el pequeño Dragón ni siquiera notó algo, simplemente se enredó a su alrededor y siguió durmiendo. La encargada de la recepción les pidió el nombre y los miró tiernamente, ojalá fuese lo que ella estaba pensando, pero nada podía estar más lejos de eso.
Ya que Ross no quería alejarse de Malik estaría compartiendo habitación con él, Ross tomó la tarjeta llave y se dirigió al elevador, la habitación estaba en el cuarto piso y abrió en cuanto estuvo frente a la puerta.
Mills dejó a Malik sobre la única cama que había y sonrió, estaba completamente dormido.
—¿A dónde iremos cuando despierte?
—A la playa, será divertido.
—Deberíamos ir despertándolo entonces.
—Puedes dejarlo dormir un poco más.
—Ross… —Mills no quería estar tanto tiempo a solas con Ross, la sensación era quemante y a veces dolorosa, Ross asintió.
—Está bien, despiértalo.
Mills suspiró y fue con Malik, él abrió los ojos en cuanto lo llamó.
—¿Llegamos?
—Sí, ahora iremos al mar, toma tu traje de baño y vamos.
Malik corrió hacia su maleta y rebuscó haciendo un gran reguero, cuando al fin encontró lo que buscaba corrió al baño y salió solo con un short azul de nailon, Mills le puso una camisa y esperó a que Ross también se cambiara, luego agarró la mano de Malik.
El mar estaba realmente cerca, Ross se había asegurado de que este estuviese detrás del hotel, sólo tenían que rodearlo para llegar, los ojos de Malik brillaron en cuanto lo vio. Mills estaba feliz de verlo así, una gran sonrisa se dibujó en sus labios e intentó correr hacia allí, Ross lo atajó a tiempo.
—Debes tener cuidado, el mar es peligroso.
—Vale, pero quiero ir ahí.
Mills se sentó cerca mientras su compañero llevaba a Malik a la orilla, la cría se agachó y tocó el agua con curiosidad, una vez vio que no era peligrosa jaló a Ross más adentro.
Mills se burló de su compañero, Ross lo llevó hasta que el agua le dio por la cintura a Malik y luego se sentó en la arena.
Malik sonrió y le tiró agua a la cara,Ross hizo lo mismo respondiendo al ataque.
—Papá —llamó Malik una vez Ross le dio tregua.
Su hijo quería que se metiera al agua, pero él ni siquiera se había puesto ropa para esto, no era que importara, después de todo podía modificar sus escamas, pero no era muy fan del mar.
—Papá, ven con nosotros —pidió con un puchero.
Mills se rindió y se quitó la camisa dejándola a un lado, luego corrió cerca de ellos y una vez estuvo en el agua cambió su pantalón a un short parecido al de su hijo. Malik lo vio a punto de llorar.
—Yo también quiero hacer eso.
—Aprenderás pronto.
Luego de la contesta Malik les tiró agua a ambos y comenzó a jugar.
……
Mills salió del baño y se sentó en la silla que mantenían junto a la cama, en cuanto Malik se bañó cayó como peso muerto sobre el colchón, apoyó el codo en las manillas y se colocó el puño debajo del mentón mirando la escena.
Esos dos eran realmente idénticos, Malik dormía bocarriba al igual que su padre, ambos mantenían los brazos hacia arriba de una manera incómoda y la boca semiabierta. Mills se carcajeó ligeramente y subió la pierna de Malik, su hijo parecía querer deslizarse fuera de la cama.
Malik despertó y estiró los brazos hacia él, Mills no se hizo de rogar y se metió a la cama con él, colocó su brazo de almohada y Malik lo rodeó con brazos y piernas casi fusionándose con él.
Era reconfortante.
—Te quiero —Mills acarició su cabello hacia atrás y dejó un beso en su frente antes de responderle.
—También te quiero —Ross despertó en ese instante y los vio con ternura, Mills extendió su mano libre y le acarició la mejilla, para su sorpresa Ross no se alejó del toque—. ¿Qué hay de tu padre?
Ross abrió los ojos en grande cuando escuchó la pregunta.
—Al principio me daba miedo, pero ahora me gusta.
Mills secó la lágrima que se había deslizado por la mejilla de su compañero y le sonrió.
—Entonces vayamos a dormir, nos espera otro día.
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