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Kyle mordió su labio inferior y miró hacia la pared, Ritz arqueó una ceja mirándole fijamente gracias a su extraño comportamiento, estaban en la casa principal de la manada ya que a sus tíos no les gustaba mucho la casa del concejo.

Kyle suspiró tomando valor antes de hablar, no pensar en su problema era mucho mejor que estar hablando de ello, pero definitivamente necesitaba ayuda.

—Kyle, tengo tiempo, te lo prometo, pero llevamos un tiempo aquí sin decir nada y estoy comenzando a asustarme —murmuró Ritz frotando su vientre hinchado, ya quedaban al menos dos semanas para poder conocer a sus nuevos primos, por esa razón, Orión casi no se alejaba.

Fue un verdadero problema separarles para poder hablar con él y estaba aquí perdiendo el tiempo. 

—Tengo un problema —mencionó atropelladamente, Ritz asintió.

—Puedo verlo, ¿pero por qué no hablas con tu tío en lugar de hacerlo conmigo? No es que me moleste, pero...

Kyle suspiró.

—Bueno, mi tío es un poco precipitado, yo… ah… me siento más cómodo hablando de esto contigo.

—¿Qué hay de tus padres?

—Pretendo decirles luego — dijo con las mejillas rojas, Ritz acarició su vientre otra vez y se acomodó en el sofá.

—Está bien, dime cuál es el problema, haré todo lo que pueda para ayudarte.

Kyle no dudaba de las intenciones de su tío, después de todo él ayudó a criarlo, la familia era muy unida, tanto que Kyle consideraba como hermanos a sus primos y a sus tíos como sus padres, por lo que tenía confianza en cualquier cosa que Ritz dijera.

—No creo que puedas ayudarme con esto.

—¿Por qué?

—El problema es que encontré a mi compañero —Ritz sonrió gracias a la noticia.

—Kyle, eso no debería ser un problema.

—Ya, claro, la cosa es que… bueno...

—Si es algún Alfa de la manada puedo hablar con él —dijo con un encogimiento de hombros, Kyle resopló, estaba tan lejos de serlo que simplemente quería llorar.

—Ese es justo el problema, no es un Alfa de la manada.

—Vale, ¿es de otra manada entonces?

—No es un Alfa en absoluto — Ritz se puso el índice y el pulgar debajo de la barbilla.

—Realmente no he escuchado sobre dos Omegas compañeros, pero no deberías estar nervioso, no tengo idea de cómo funcionaría una relación de ese tipo, pero no debería haber un problema cuando Orión y yo somos Alfas… —Kyle puso los ojos en blanco, por esto quería hablar primero con Ritz, de todos él sería el menos sorprendido y el más dispuesto a aconsejarlo.

—No es un Omega.

—Oh, gracias a Dios —suspiró aliviado—. ¿Entonces qué es tan malo? Creo que no hay más dragones alrededor.

Kyle negó, Mills era el único dragón por los alrededores y era el compañero de Ross, por supuesto, su hermano es un cabezota cuando se trata de relaciones estables por lo que rechazó a Mills sin pensarlo dos veces.

—Creo que preferiría que fuese un dragón.

—Kyle, ¿qué pasa con tu compañero?

—Es humano —confesó.

Ritz se encogió en el asiento agarrándose el vientre y eso lo hizo asustar mucho.

—¡Auch!

—Tío, ¿estás bien?

Ritz asintió.

—Sí, sólo una patada. ¡Joder! Nunca más subestimaré a esta familia, ¿ninguno de nosotros ha tenido un enlace normal?

—Mis padres lo tuvieron —Ritz sonrió de medio lado.

—Por aquel entonces tampoco fue muy normal —Kyle apoyó la cabeza en el respaldo y suspiró.

—No tengo idea de lo que debería hacer.

—¿Él lo sabe? —Kyle negó con un suspiro.

—No, lo vi de casualidad cuando viajé a la cuidad y lo reconocí.

—Edad —Kyle se encogió de hombros.

—Se ve joven, pero debe estar en sus cuarenta, no tengo idea, no sé absolutamente nada de él.

—Sí, creo que tenemos un problema, ¿por esto no querías decirle a los demás?

—A parte de a papá no estoy seguro de que deba decírselo a alguien más —Ritz sonrió de medio lado.

—Definitivamente Marcus y Orión perderán la cabeza al tratarse de ti, eres el único Omega entre nuestros hijos, Milo es un poco más de mente abierta.

—¿Qué debería hacer? —su tío le apuntó con un dedo.

—Primero: habla de esto con Milo, segundo: tendrás que conquistar al humano.

—¿No nos odian?

—No voy a negarte eso, pero la guerra ya pasó, no dejes que eso interfiera.

—Estoy preocupado por algo más.

—¿El qué?

—Me preocupa la vida media de un humano, ellos mueren rápidamente —Ritz cabeceó dándole la razón, por lo general los humanos morían jóvenes, los cambia-formas tenían una vida mucho más larga y era difícil para ellos morir.

—Si el humano está realmente de acuerdo con vuestro enlace puede ser uno de nosotros, Orión y yo nos encargaremos de eso.

—Gracias, tenía miedo de ver morir a mi compañero —Ritz achicó los ojos.

—Kyle, primero debes convencerlo —Kyle se puso de pie y le dio un beso en la mejilla.

—Lo sé, gracias por escucharme, te quiero, a mis primos también, hablaré con papá.

Kyle caminó hacia la puerta y Ritz lo llamó antes de abrir.

—¡Kyle!

—¿Mmm?

—Cualquier cosa que necesites, no importa lo que sea, Orión y yo estamos aquí para ti.

—Gracias, nos vemos —murmuró cerrando detrás de él y subiendo a la habitación de su padre.

Tendría una gran charla esta noche.

......

Mikhail suspiró y se sentó en el sofá, estaba exhausto de hacer lo mismo todos los días. Trabajaba hasta tarde y cuando llegaba a casa tenía que hacer lo mismo, Justice no le ayudaba en nada a pesar de lo mucho que se lo pedía, su hijo simplemente pensaba en irse de fiesta.

Vamos, tampoco era mucho lo que le pedía, como mínimo podía fregar los platos que ensuciaba.

Se puso de pie y caminó hacia la entrada, no cocinaría, igual su hijo no vendría hasta horas elevadas y no estaba de humor, tomó su billetera junto a las llaves y salió.

Mikhail entró al primer lugar que vio y pidió pizza, la comida chatarra era lo mejor en algunas ocasiones, no siempre debía seguir las mismas reglas estrictas de siempre, Abilen ya no formaba parte de su vida.

Comió su pizza y luego de pagar por ella se retiró. Mikhail terminó en la barra de algún bar barato, ya que mañana no tendría que trabajar podía aprovechar para tomar unas copas, miró de reojo a la presencia a su lado, alguien había aprovechado el momento para sentarse.

—Puedo sentarme aquí, ¿cierto? —esta vez lo miró con más atención, el hombre tenía el cabello rubio un poco más abajo de los hombros, sus ojos eran lo más verde que había visto nunca, su físico parecía el de cualquier joven de estos días, alto, atlético.

—Ya estás sentado —murmuró, luego llamó la atención del hombre trás la barra—. Tráeme lo más caro que tengas —su acompañante pidió una cerveza.

—¿Problemas?

—No realmente, sólo cansado de la rutina.

El rubio arqueó una ceja y le dio un sorbo a su bebida, Mikhail vió moverse su nuez de Adam arriba y abajo como si fuese algo nuevo, ni siquiera se dio cuenta de que lo estaba haciendo hasta que puso la botella en la barra nuevamente.

—¿Y cuál es tu rutina? —Mikhail achicó los ojos mirándole sospechosamente, el extraño sonrió, tenía una sonrisa muy llamativa —. Es sólo por sacarte un poco de conversación no me mires así.

—Trabajo, cuido de mi hijo y más trabajo en casa.

—Oh, tienes un hijo —murmuró con sorpresa, de hecho, ni siquiera supo cuál era la sorpresa cuando estaba próximo a cumplir cuarenta años.

—Sí, debe tener aproximadamente tu edad.

El desconocido sonrió de medio lado debido a sus palabras.

—¿Y qué edad se supone que tengo?

—Te ves cómo alguien que acaba de conseguir su permiso para estar aquí —lo que lo hacía un muchacho de al menos diecinueve años, Mikhail esperaba que no tuviese la edad de su hijo.

—¿Realmente? No sé si debería tomarlo como una ofensa o sentirme halagado por el comentario.

—¿Me equivoqué?

—Sí, y mucho, cumpliré veintinueve en unos días —Mikhail enrojeció, esos eran al menos diez años más de los que pensó.

—Vaya, lo siento, ahora estoy avergonzado.

—No lo estés, lo tomaré como un cumplido, ¿qué edad tiene tu hijo?

—Diecisiete, apenas hace caso a lo que digo.

—Imagino que no está en casa durmiendo como debería —Mikhail se carcajeó ligeramente.

—¿Acaso tú lo hacías a esa edad? —el hombre se encogió de hombros.

—Mis padres son complicados.

—¿Y tú que haces por aquí?

—De paso, buscaba algo interesante en esta ciudad — Mikhail se tomó el trago de una vez y pidió el próximo.

—¿Y lo encontraste?

—Algo así, sólo queda ver que tan lejos pueda llevarme —dijo mirándolo de reojo, Mikhail se estremeció y tomó el otro trago, algo en esta persona lo ponía realmente nervioso. 

—Espero que te vaya bien con eso.

—Yo también, ¿estás casado? —preguntó dándole un sorbo a su bebida, Mikhail ya iba por su tercer trago y él a penas tomaba dos buches a su cerveza.

—¿Crees que estaría por aquí si fuese casado?

—No lo sé.

—No, no lo soy, murió luego del parto de nuestro hijo —Mikhail tomó otro trago, sus piernas comenzaban a sentirse débiles, pero no le importó, pidió el próximo, necesitaba alcohol para poder lidiar con este desconocido.

—Vaya, lo siento.

—Está bien, ha pasado mucho tiempo, no soy igual que tú, así que ni siquiera lo intentes —el hombre se congeló mirándolo con sorpresa, Mikhail estaba medio borracho, pero no creía equivocarse al ver un poco de interés en él.

—¿El qué?

—Coquetear conmigo —dijo tomando el último trago, el rubio resopló mirándolo con diversión.

—¿Si sabías lo que quería cómo bebiste tanto? Podría aprovecharme de ti —Mikhail suspiró.

—Eres muy atractivo y eso es algo muy extraño para decir de un hombre, por pensar eso terminé bebiendo tanto.

—No creo que sea extraño, también creo que eres atractivo.

—No coquetees conmigo —advirtió poniéndose de pie, el hombre también lo hizo y colocó las manos en sus hombros para estabilizarlo, ahora que lo notaba le llevaba unos cuantos centímetros, pero el contrario no se veía nada incómodo por ello.

—¿Por qué no vamos a un lugar más cómodo?

—No te daré lo que quieres —negó, él mordió su labio inferior.

—¿Y qué es lo que quiero?

—Pasar la noche conmigo.

—Bueno, ya sabemos que las suposiciones se te dan de pena, no sólo quiero una noche, quiero todas las que quieras darme —Mikhail se peinó hacia atrás y se alejó de él.

—No me iré contigo a ningún lado, apenas te conozco.

—Podemos ir a tu casa y mi nombre es Kyle, ¿qué tal si me dices el tuyo?

Mikhail lo miró, se sentía extraño, no lograba clasificar esto, nunca se sintió atraído por un hombre, pero algo en él hacía que quisiera contestar todas sus preguntas, llevarlo a casa y tenerlo entre sus brazos toda la noche.

—Mikhail —dejó caer sin resistencia, Kyle lo agarró del brazo y lo ayudó a salir del local, Mikhail se apoyó en una pared y finalmente pudo respirar sin dificultad.

—Ya que nos conocemos, ¿podemos irnos?

—Mi hijo debe estar al llegar —Kyle puso los ojos en blanco.

—Si es necesario saltaré por tu ventana. 

—No me gustan los hombres —repitió.

Kyle se carcajeó hermosamente y colocó las manos a cada lado de su cabeza encerrándolo, Mikhail sintió que su temperatura se elevaba considerablemente.

—¿En serio? ¿Y cómo es que no me has golpeado aún?

—Odiaría arruinar lo atractivo que eres —dijo sin poder detenerse, Kyle sonrió enseñando unos puntiagudos colmillos y luego acercó sus labios, Mikhail se encontró deseándolo.

—¿Podemos besarnos?

—¿Esperas que te dé permiso? —Kyle hizo algo parecido a un puchero.

—Dijiste que no te gustaban los hombres, no debería besarte si es así.

—Si te detienes ahora en serio podría golpearte.

Kyle le sonrió y juntó sus labios en un suave beso, Mikhail lo tomó del pelo y lo jaló lo más cerca que podía. Lo tomó de la parte posterior del cuello y profundizó arrancándole un gemido, Kyle se separó jadeando y Mikhail creyó ver que sus ojos se habían coloreado de azul.

Estaba más borracho de lo que pensaba.

—¿Ahora si podemos ir a tu casa?

Mikhail gimió.

—Creo que no estaría mal.

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