Kyle estaba preocupado por la reacción de su compañero, Mikhail se llevó una mano a la cabeza peinándose hacia atrás, sus labios se fruncieron en una mueca de molestia.

Definitivamente no parecía contento luego de escuchar que era un Omega, no era que se esperara que lo aceptara con facilidad, pero tampoco era para tanto ¿no? los cambia-formas eran normales a estas alturas.

—Justice, vete de aquí por un rato, necesito hablar con Kyle.

—¡Papá!

—¡Vete de una vez, no lo repetiré! —Justice chasqueó la lengua, agarró la mochila en las manos de su padre con mala forma, pero obedeció, no sin antes dar un portazo.

—Puedo explicártelo todo —dijo en voz baja, Mikhail alzó las cejas esperando por ello.

—Bien, empieza, Kyle, y más vale que sea muy buena.

Kyle primeramente dejó en claro un punto.

—Sí, soy un Omega, pero no pretendía engañarte ni nada parecido —Mikhail sonrió irónicamente.

—¿A no, y cómo se llama esto?

—Mikhail, simplemente estaba esperando a que te acostumbraras a mí para decírtelo más tarde.

Mikhail lo fulminó con la mirada, sus mejillas se tornaron levemente rosas.

—Creo que me tomaste por estúpido.

—Mikhail, yo no…

—No quiero escuchar ni una palabra más —sentenció, Kyle dio un paso al frente, el mismo que dio Mikhail atrás.

—Pero…

—Nunca me involucro con tu especie y no voy a empezar ahora —Kyle lo vio en estado de shock, esto era demasiado repentino.

—¿De verdad estás diciéndome esto?

—Sí, lo siento, pero no voy a estar con un cambia-formas, mucho menos uno que ocultó lo que era.

—Si te lo hubiese dicho, ¿habrías dejado que me acercara a ti?

—No, los cambia-formas son seres violentos, animales sin razonamiento —Kyle apretó la mandíbula ante la explicación, era exactamente lo mismo que pensaba su especie sobre los humanos.

—Somos lo mismo que los humanos, la única diferencia es que podemos transmutar.

—Entonces no es lo mismo —indicó, Kyle suspiró perdiendo la paciencia.

—No somos violentos sin motivo, nunca traté de hacerte daño —Mikhail gruñó.

—Según Justice le hiciste daño.

—¿Ahora estamos jugando esa carta? Tu hijo empezó esto, es demasiado malcriado para su propio bien.

—No hables de mi hijo —gritó, Kyle suspiró.

—Hablemos con calma de esto.

—No quiero hablar contigo de nada, vete de mi casa.

—Mikhail, no hagas cosas de las que puedas arrepentirte —advirtió, la mirada de su humano era puro hielo.

—No me arrepentiré de alejarme de ti, tu especie sólo trae problemas. 

—Por favor…

—Vete.

Kyle aceptó su derrota y salió, no lograría hacerlo entrar en razón por más que se justificara.

La mayoría de los humanos fueron envenenados contra ellos a causa de la guerra, una que empezó por ellos mismos, a los cambia-formas no les importaba la existencia humana en absoluto. Los humanos se asustaron una vez supieron que existían seres superiores que hasta podían convertirse en animales.

Como siempre, pusieron en práctica lo que sabían hacer.

La naturaleza del ser humano siempre ha sido y será la de destruir todo aquello que supone un peligro para ellos.

Kyle caminó a su apartamento y recogió sus maletas, lo mejor era irse de la ciudad y olvidar que tenía un compañero siquiera.

Agarró sus dos maletas y salió a tomar un taxi. El vehículo lo dejó cerca de la manada y a partir de ahí caminó a su hogar, fue estúpido dejar su lugar de origen por tratar de convencer a un humano de un vínculo que no podía notar.

Milo se puso de pie en cuanto lo vio atravesar la puerta.

—¿Qué haces aquí?

—Vengo a quedarme, indefinidamente —agregó caminando a su habitación.

Kyle cerró con seguro y dejó sus maletas en el suelo, rebuscó regando todas sus prendas alrededor y tomó la ropa que aún no había lavado, aún conservaban el olor de Mikhail.

Era vergonzoso hacer algo así, pero de todas formas las tiró a la cama y se acurrucó sobre ellas.

Dolía, su cabeza iba de un lugar a otro sin poder concentrarse en algo, la opresión en su pecho era casi imposible de aguantar.

Kyle se quedó dormido sin importarle nada más.

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