Princesa.
Izuku observaba las luces de la ciudad desde el balcón de su apartamento, disfrutando la paz tras 8 años dejando que el viento fresco de la noche acariciara su rostro. Le gustaba salir a este rincón del mundo cuando quería pensar, cuando la vida parecía demasiado agitada o cuando simplemente necesitaba un respiro. Esa noche en particular, la melodía de una vieja canción resonaba en su cabeza, acompañando a sus pensamientos como un eco lejano. Era la misma canción que había escuchado la primera vez que vio a Chisaku.
Todo comenzó un par de años atrás, en una tarde que daba paso a la noche en primavera. Izuku, distraído con sus pensamientos y las notificaciones del teléfono, había decidido hacer caso a una carta que le llegó como "Una invitación de cita a ciegas" que le entrego una de sus estudiantes, exclamando que una bella mujer se la dio para que fuera entregada a él, caminaba por el parque central de la ciudad. El parque estaba en su mejor momento, con los cerezos floreciendo, cubriendo el césped de pétalos rosados que volaban con la brisa. Izuku no pudo evitar sonreír ante la belleza del paisaje, pero su sonrisa pronto se transformó en sorpresa cuando, sin darse cuenta, tropezó con alguien.
El impacto fue suave pero lo suficientemente fuerte como para sacarlo de su ensimismamiento. Izuku levantó la vista y se encontró con los ojos de Chisaku. Dejando de lado por completo su estatura, su presencia era deslumbrante. Tenía una mirada llena de vida y una sonrisa cálida que iluminaba su rostro. Aunque el tropiezo había sido culpa de Izuku, fue ella quien se disculpó primero, con una voz suave y dulce que lo dejó sin palabras. En ese momento, Izuku supo que había encontrado a alguien especial.
Ambos habían interactuado más luego del final de la guerra, siendo ella otro de los varios invitados que llegaron a la fiesta de graduación que su madre le hizo, luego de la distancia con sus amigos, ella fue alguien muy presente en su vida junto a su madre y la pequeña Eri, compartiendo gratos momentos.
Los días siguientes a su encuentro en el parque, Izuku no podía dejar de pensar en Chisaku. Recordaba cómo, después del tropiezo, habían comenzado a hablar. Primero fueron conversaciones breves, casi tímidas, pero pronto se dieron cuenta de que compartían muchas cosas en común: la música, la literatura, el amor por los animales, y un deseo profundo de descubrir el mundo. Lo que comenzó como encuentros casuales en el parque, pronto se transformó en largas caminatas y charlas interminables. El tiempo parecía volar cuando estaban juntos, y cada momento se sentía más significativo que el anterior.
Una tarde, después de un largo paseo por la ciudad, Chisaku invitó a Izuku a un pequeño café escondido en una calle poco transitada. Era un lugar acogedor, con paredes cubiertas de libros antiguos y fotografías en blanco y negro de músicos y escritores. Se sentaron junto a la ventana, con la luz del atardecer bañando el lugar en un tono dorado. La conversación fluía como siempre, fácil y natural, una vieja canción sonó en el ambiente haciendo que Chisaku rememorara la belleza de la canción.
Izuku no conocía la canción, pero por la forma en que Chisaku hablaba de ella, supo que era especial. Decidió que la buscaría más tarde, pero en ese momento, solo quería disfrutar de la compañía de Chisaku, de su risa suave y de cómo sus ojos brillaban cuando hablaba de algo que amaba.
Con el paso del tiempo, la amistad entre Izuku y Chisaku se fue transformando en algo más profundo. Comenzaron a compartir más de sus vidas, sus sueños, miedos, y deseos. Izuku se dio cuenta de que Chisaku lo hacía sentir cosas que nunca había experimentado antes. Cuando estaba con ella, el mundo parecía un lugar más brillante, más lleno de posibilidades. Pero lo que más lo cautivaba de Chisaku era su capacidad de ver lo bueno en todo, incluso en los momentos más oscuros. Ella tenía una luz interior que iluminaba todo a su alrededor, y cada día, Izuku se sentía más atraído por esa luz.
El, aunque ni queriéndolo admitir, se sentía solo, la comunicación con sus amigos era escasa y tratar de coincidir era complicado, por lo que la aparición de Chisaku era una gran forma de empezar a reemplazar esa soledad.
Una noche, mientras caminaban por el paseo marítimo, la canción comenzó a sonar en uno de los restaurantes cercanos. Chisaku sonrió al reconocer la melodía, y sin decir una palabra, tomó la mano de Izuku y lo guió hacia una pequeña pista de baile improvisada en medio de la calle. Era una noche fresca, con la brisa del mar acariciando sus rostros y las estrellas brillando en el cielo despejado.
Izuku la miró, maravillado por la espontaneidad y la alegría de Chisaku. Ella cerró los ojos y se dejó llevar por la música, moviéndose con gracia y soltura. Izuku, un poco más torpe, intentó seguir su ritmo, pero no pudo evitar reírse de sí mismo. Chisaku abrió los ojos y se unió a su risa, y en ese momento, todo pareció encajar. La letra de la canción resonaba en sus corazones, describiendo perfectamente lo que Izuku sentía por ella:
*"Tú, eres lo más lindo que he visto, preciosa..."*
Izuku sabía que esas palabras describían a la perfección lo que Chisaku significaba para él. Esa noche, mientras ella lo abrazaba bajo las estrellas, se dio cuenta de que no podía imaginar su vida sin ella. Pero a pesar de lo fuerte que eran sus sentimientos, Izuku también sabía que tenía miedo. Miedo de arruinar lo que ya tenían, de perder a alguien tan especial por querer más de lo que le correspondía.
El verano llegó, trayendo consigo días más largos y cálidos. Izuku y Chisaku pasaban cada vez más tiempo juntos, explorando la ciudad, yendo a conciertos, y disfrutando de la compañía del otro. Pero a medida que el calor del verano aumentaba, también lo hacían los sentimientos de Izuku. No podía seguir ignorando lo que sentía por Chisaku, y sabía que tenía que decírselo.
Una tarde, la invitó a un lugar especial para él, una colina a las afueras de la ciudad desde donde se podía ver todo el horizonte. Había un banco solitario en la cima, y desde allí, el paisaje era espectacular, especialmente al atardecer. Izuku y Chisaku llegaron justo cuando el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Se sentaron en el banco, en silencio, disfrutando de la vista.
—Chisaku- comenzó Izuku, con la voz temblorosa -hay algo que quiero decirte desde hace mucho tiempo-
Chisaku lo miró, con una expresión tranquila y paciente, esperando a que él continuara.
-No sé cómo decirlo sin arruinar lo que tenemos- confesó -pero no puedo seguir fingiendo que no siento lo que siento. Desde el día en que te conocí, has sido lo más precioso que ha llegado a mi vida. No sé cómo explicarlo, pero cuando estoy contigo, todo parece tener más sentido. No puedo imaginarme sin ti, sin tu risa, sin tus ojos brillando cuando hablas de algo que amas-
Chisaku lo miró fijamente, sus ojos reflejando la luz del sol poniente. Hubo un momento de silencio que pareció durar una eternidad para Izuku, hasta que ella finalmente habló.
-Izuku, yo también he querido decirte algo- dijo, su voz suave pero firme -Lo que siento por ti es lo más real que he sentido en mi vida. No sé qué traerá el futuro, pero sé que quiero que estés en él, a mi lado. No hay lugar donde me sienta más segura, más feliz, que contigo-
Izuku sintió cómo el peso que había estado cargando se desvanecía con sus palabras. Todo su miedo, su incertidumbre, desaparecieron en ese instante. Chisaku se inclinó hacia él y lo besó, un beso lleno de ternura y promesas no dichas. Fue un beso que selló su amor, un amor que había crecido de la amistad más pura y sincera.
A partir de ese día, Izuku y Chisaku estuvieron inseparables. El verano pasó, y con él vinieron nuevos desafíos, pero su amor solo se fortaleció. Izuku no dejaba de pensar en cómo la vida les había dado ese regalo, en cómo un tropiezo en el parque había llevado a algo tan hermoso. Siempre que se sentía abrumado o perdido, solo tenía que recordar esa tarde en la colina, el atardecer, y el beso que lo cambió todo.
Los años pasaron, y aunque la vida los llevó por caminos diferentes, siempre encontraron el camino de vuelta el uno al otro. No importaba cuán lejos estuvieran, siempre sabían que su amor era lo suficientemente fuerte como para superar cualquier obstáculo. En cada llamada, en cada mensaje, en cada visita, la chispa seguía ahí, intacta, tan brillante como la primera vez.
"Volveré a ser un héroe"
"Siempre lo has sido"
"Lo sé, pero ahora puedo volver a ser Tu héroe"
"Nunca has dejado de ser mi héroe"
"Te amo"
"Yo te amo más"
Una noche, años después de aquel primer beso, Izuku y Chisaku regresaron al paseo marítimo. El lugar había cambiado un poco, pero la magia seguía intacta. Mientras caminaban, la canción volvió a sonar en uno de los restaurantes cercanos. Izuku sonrió, recordando la primera vez que habían bailado bajo esas notas. Sin pensarlo dos veces, tomó la mano de Chisaku y la guió hacia la misma pista de baile improvisada en medio de la calle.
Bailaron como lo habían hecho años atrás, con las olas del mar como único testigo de ese momento mágico. La letra de la canción seguía resonando en sus corazones, un recordatorio de todo lo que habían vivido juntos.
—Chisaku —susurró Izuku, mientras la sostenía cerca—, eres lo más precioso que tengo en la vida. No quiero pasar ni un día más sin ti.
Chisaku lo miró, con una expresión de amor y certeza. Sabía que no necesitaban más palabras. Habían pasado por tanto, y cada prueba solo había fortalecido su relación. En ese momento, mientras se abrazaban bajo la luz de las estrellas, supieron que estaban destinados a estar juntos, como las notas de una canción que, al unirse, crean la melodía más hermosa.
Y así, con su canción especial sonando en el fondo, Izuku y Chisaku sellaron su amor una vez más, un amor que, como la canción, sería eterno.
-¿Te quieres casar conmigo?-
-Estaría encantada-
Fin
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Bueno aquí termina esto.
Pinché Ship todo random, todo curioso todo lindo.
Lo prometido es deuda, a TI 🫵 seguidor que fue el primero en pedir el ship, espero estés satisfecho.
Disculpen que sea corto, pero siento que es lo que más me nace ahora mismo, siento que es lo justo y necesario para este One-shot.
¿Cual es la canción? No se, la que tu quiera pensar estará bien. Puedes solo ignorar ese pequeño fragmento de la que puse, puedes interpretar la que tu quieras.
Nah si están lindos los dos.
Proximamente:
Tal vez [IzuJiro]
Tócame [Izuku x Kinoko]
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