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UA (Universo alternativo)
Mención de suicidio

La conocida impotencia la invade mientras lo ve sumergido hasta el cuello en un cristalino lago lleno de dolor. Apenas se mantiene a flote, dando las últimas pataleadas que brillan por la carencia de convicción, principal razón por la que Momo decora con su presencia la lúgubre estancia.

Hanemiya toma una respiración profunda, profanando otra vez sus propios pulmones con la mirada perdida en la eternidad. El suspiro que abandona sus labios grita lo agotado que está su corazón y Momo contrae los labios sin pronunciar palabra alguna. La mujer nota la manera en que su respiración baila a un ritmo que va perdiendo fuerzas con cada segundo y escucha la marcha fúnebre.

Ya le queda poco.

Se mantiene sentada frente a él en un profundo mutismo bañado de respeto, dejando que la situación fluya como debe ser. Observa con atención cada una de las heridas que cubren a Kazutora, las cuales se fueron formando con el paso del tiempo mientras intentaba sobrevivir dentro de esa complicada vida llena de desgracias que le tocó. Con solo verlo un par de segundos ya es conocedora de su historia y lo único que le gustaría decirle es: "está bien cometer errores. Lo has hecho bien a pesar de todo", porque cree firmemente que es verdad. No le gusta ser consciente de que se lamenta por cosas que estaban fuera de su control y la culpa que carga sobre sus hombros, esa misma que lo empuja a hundir la cabeza ahora mismo, es injusta.

El pecho le duele a pesar de que no es la primera vez que lo hace teniendo en cuenta de que se trata de su trabajo, y aquello es porque siempre le parece triste y desalentador ver cómo alguien con un alma tan bella se va desvaneciendo.

El tic tac del reloj en la pared resuena dentro de la habitación sumida en penumbras, marcando el mortal compás que lo llevará al merecido descanso. El chico de cabello bicolor deja caer la cabeza hacia atrás y cierra los ojos. Los parpados le pesan y el camino que ha decidido tomar lo llaman.

La última respiración se hace presente segundos más tarde y es solo cosa de tiempo para que Momo perciba el detener de su corazón.

Se levanta de su lugar, arreglando con la ayuda de sus manos su falda. Alza la mirada en el instante perfecto en el que el alma de Kazutora abandona su cuerpo, encontrándose con ella y siendo por fin capaz de verla.

— ¿Has estado aquí todo el tiempo?

— Ya todo está bien, Kazutora. Lo hiciste bien, ahora puedes descansar — le dice dedicándole la sonrisa más sincera y dulce que sus labios le permiten formar, ignorando su pregunta porque le parece innecesario proveerle una respuesta.

Al escuchar sus palabras, la expresión del chico pasa de una mueca de sorpresa a una de conmoción. Sus labios se contraen en un puchero que intenta prohibir la salida de cualquier sonido y sus ojos se inundan de agua salada que le nubla la vista. Su pecho se remueve con una mezcla de sentimientos inefables que solo son capaces de ser representados por el primer sollozo que brota desde el fondo de su garganta, el cual se secundando de inmediato por otro más fuerte que da paso a un llanto incontrolable. Cae de rodillas en un ruido sordo y se tapa el rostro con las manos, deseando no ser visto porque llorar frente a una desconocida le provoca una pena tremenda que no ayuda para nada a calmarse.

Conmovida por la situación, Momo sigue sus instintos y se agacha a su lado. Con ternura, posa una mano en la espalda ajena y lo guía a sus brazos para reconfortarlo sin la necesidad palabras, ya que cree que un gesto puede llegar a ser más grandes y significativas que estás mismas.  

Ni me pregunten que he escrito porque no sé, solo ha salido. Pronto se vendrá un os más sabroso de este bombón 😏