♕IV.
Michael Kaiser, el nuevo Emperador del Sacro Imperio Romano, se sumergió en su papel con determinación y dedicación. Durante los siguientes tres meses, se dedicó incansablemente al gobierno del Imperio, trabajando en asuntos de Estado, negociando tratados de paz, gestionando las exportaciones y reorganizando los impuestos para fortalecer la economía del Imperio. Estudió detenidamente la geografía y la geopolítica para entender mejor el mundo en el que ahora él gobierna, buscó oportunidades para hacer crecer y enriquecer al Imperio Romano y no ser menos frente a otros.
Fue algo sumamente laborioso y exhausto que consumía bastante su tiempo, pero él parece ser el Alpha perfecto para el puesto.
Casi como si hubiera nacido para ser un Emperador. Incluso hubo un libro que en lo personal le fascinó.
Al parecerá era una clase de libro prohibido, ya que él anterior Emperador así lo decidió puesto su filosofía no encajaba con las ideologías que Marcus II creía. Investigó incluso al autor del libro, Nicolas Maquiavelo y resultó que murió hace más de una década.
Le agradó mucho el consejo de "Es mejor que un gobernante sea temido, a que sea amado." Considero seriamente en guiarse por ese libro aunque muchos altos mandos le aconsejaron no hacerlo puesto podría conseguir el odio del pueblo y haber un golpe de estado y grupos rebeldes.
Entonces Kaiser continuó leyendo y entendió la diferencia entre ser temido y ser odiado. No es lo mismo como los otros quieren hacerle creer.
No pasó mucho tiempo antes de que notara que una de las muchas familias nobles comenzara a mostrar un interés inusual en él. Una familia en particular tiene una hija de su misma edad y, en sus intentos por acercarse al Emperador, hablaban con entusiasmo sobre las cualidades y méritos de su hija, prácticamente ofreciéndola como una candidata ideal para ser su esposa.
Kaiser, en su papel de líder y gobernante, se mantuvo firme y serio en su respuesta. Les dejó claro que está completamente ocupado con las responsabilidades del Imperio y que no tiene interés en compromisos matrimoniales en ese momento. Sus palabras hirieron el orgullo de los padres y dejaron en claro que no sería influenciado por las agendas políticas de las familias nobles que han puesto sus ojos en él aprovechando que es soltero.
Michael Kaiser sabe que detrás de estas propuestas matrimoniales hay un deseo de tener al Emperador como yerno, lo que podría aumentar la influencia y el poder de la familia noble en la corte imperial. Sin embargo, su mente esta lejos de las intrigas de la alta sociedad. Su corazón y pensamientos siguen ocupados por un recuerdo constante, el Omega Isagi Yoichi, quien aún desconoce por completo que su amigo de la infancia se había convertido en el Emperador del Sacro Imperio. Para Kaiser, solo había una persona en su mente y en su corazón, y no está dispuesto a dejar que nada ni nadie lo apartara de esa imagen y su objetivo.
Apenas tuviera algo de tiempo libre, se acercaría a él y lo cortejaria, lo enamoraría y cumplirá su promesa de vivir juntos en una casa grande—mejor dicho, un Palacio gigante y lujoso lleno de todas las comodidades y protección —, donde tendrían muchos cachorros y gobernarian juntos el Imperio como una feliz pareja enamorada y no esos matrimonios arreglados.
Luego gobernarian el mundo.
Su fantasía lo hace suspirar de amor y excitación, tiene que trabajar duro para conseguir sus objetivos e ideales si quiere gobernar el mundo y hacer feliz a Isagi Yoichi.
Nadie lo volverá a humillar, no volverá a pasar hambre y siempre tendrá la frente y mirada en alto. Nadie nunca más lo intimidara.
Él terminará devorando.
(...)
A medida que Kaiser revisa el calendario juliano, se da cuenta de que su cumpleaños esta a solo unas semanas de distancia, ha estado tan ocupado estos meses que casi se le habia olvidado por completo. La idea de que esta fecha podría ser la oportunidad perfecta para reencontrarse con su amigo y primer amor, Isagi Yoichi, comenzó a tomar forma en su mente y planteárselo como algo serio.
El pensamiento de ver a Isagi nuevamente, de revelar su verdadera identidad como Emperador y de abrazar al Omega que había ocupado sus pensamientos durante tanto tiempo lo llena de tanta emoción como nervios. A medida que se acerca la fecha de su cumpleaños, Kaiser está totalmente decidido a dar este paso y reactivar la conexión que habían compartido desde su juventud. Es un deseo profundo y sincero que lo impulsa a tomar medidas para reunirse con el azabache una vez más y retomar su relación pero está vez, a algo más íntimo y romántico.
(...)
El atardecer pinta el cielo con tonos dorados y rosados mientras el sol se oculta lentamente en el horizonte, arrojando una luz cálida sobre las calles empedradas de la ciudad. Isagi esta ocupado limpiando el área exterior de su panadería, mientras que adentro, su hermana y sus padres acomodan los últimos detalles antes de cerrar temprano para cenar en familia.
Sin embargo, la rutina tranquila de la tarde se vio interrumpida por un sonido inusual. El eco de cascos de caballos y el murmullo de la gente llenaron el aire. Isagi Yoichi dejó de lado su tarea y se apartó, observando cómo la multitud se aparta de igual manera para dar paso a una impresionante procesión de carrozas.
No es ninguna procesión; es evidente que se trata en realidad, del séquito imperial.
Su corazón late con fuerza en su pecho al percatarse de lo que se avecina. Las carrozas están decoradas con lujos y detalles dignos de la realeza, y cientos de guardias, vestidos con uniformes impecables, se alinean a ambos lados de la calle, creando un pasillo de respeto y asombro para los espectadores.
El asombro va en aumento cuando un guardia, con voz firme y resonante, anuncia la llegada de alguien muy importante.
—Su Majestad, el Emperador Michael Kaiser.—exclama el hombre trabajador.
La gente circundante se inclina y muestra respeto, mientras que el corazón de Isagi late aún más rápido al comprender que el Emperador se encuentra a pocos metros de su panadería.
El joven panadero, sintiéndose conmovido y con un nudo en la garganta, se aparta de inmediato de la calle y sube el escalón hacia la puerta de la panadería. Allí se queda, observando la procesión con asombro y respeto. La carroza se detuvo justo en frente de su panadería, lo que deja al azabache aún más perplejo y sorprendido.
¿Acaso vendría a comprar pan? No tendría sentido, podría enviar a cualquier de sus miles de sirvientes por esa tarea en vez de que su misma Majestad venga en persona. Para él no tiene sentido pero tampoco puede cuestionar, solo debe reverenciar y quedarse callado.
Un silencio respetuoso descendió sobre la calle mientras una figura alta y elegante comienza a bajar de la carroza. Isagi se inclina en una reverencia instintiva, sintiéndose nervioso y con la necesidad de disculparse por cualquier inconveniente que pudiera haber causado, aunque seguía sin entender por qué el Emperador estaría visitando su modesta panadería. Admite que él mismo cree que la panadería familiar es la mejor de toda la capital, ¿Pero es acaso tan buena como para que llamara la atención del mismo Emperador?
A medida que la figura avanza hacia él, Isagi aún no había visto el rostro del Emperador, pero la magnificencia y el aura de autoridad que emana son innegables. El sol se oculta en el horizonte, arrojando una luz dorada sobre la escena, y la presencia del Emperador en la puerta de la panadería oriental promete un encuentro que, mientras uno ha estado esperando por mucho tiempo, el otro no tiene ni idea de lo que está por enfrentarse.
Hasta que huele las feromonas de Alpha, que le resultan de alguna manera, familiar. ¿Pero como es posible?
Huele a canela y al aroma celestial de las rosas recién regadas por la lluvia.
El mundo de Isagi Yoichi parece detenerse por un momento mientras escucha los pasos firmes y seguros acercándose a él. La voz grave pero amable del Emperador resonó en sus oídos, enviando escalofríos por su espalda mientras sigue con la intriga de las fermonas de Alpha tan familiares que detecta.
—Quiero que me mires, Yoichi.— dijo el Emperador con una solicitud que parece un mandato.
El mencionado tragó nerviosamente y obedeció. Lentamente, levanta la cabeza con evidente nerviosismo, sus ojos azul oscuro se encontraron con algo que no podía creer. Frente a él, con una cabellera rubia larga y deslumbrante, unos ojos azules como el cielo y vestido con una elegancia majestuosa, estaba el Emperador Michael Kaiser, pero no solo se trata de su Majestad, sino de quien alguna vez fue su mejor amigo de la infancia, quien había desaparecido sin despedirse hace años.
El Omega quedó completamente atónito al ver la transformación que había experimentado Michael. El impacto resulta ser abrumador. Sus manos tiemblan, y su mente lucha por procesar la sorpresa y la incredulidad que siente. No sabe cómo reaccionar ante la revelación inesperada, y todas las emociones posibles parecían luchar dentro de él.
El silencio incómodo se prolongó, e Isagi sintió cómo su rostro se tornaba en un auténtico poema de emociones. Quería gritar, llorar, abrazar a su amigo perdido, pero también sentía dudas, miedos y preguntas que lo paralizaron durante un rato. En cualquier momento podría sufrir un ataque de ansiedad grave, no sabe como puede ser tan fuerte para no golpearlo. ¿Tal vez le intimidan los cientos de guardias y la gente observando? Se metería en serios problemas si golpea al Emperador. Las palabras se quedaron atrapadas en su garganta, y su mente estando lleno de recuerdos, alegría, dolor y confusiones.
Finalmente, Michael Kaiser rompió el extraño silencio, pidiéndole a Isagi que pudiera hablar en privado adentro de la panadería, asegurándole que sus guardias reales se quedarían afuera vigilando. Isagi, abrumado por la presencia del Emperador, no sabía cómo negarse, incluso con todas sus dudas y preocupaciones. Su familia está dentro de la panadería, y no quería que los involucraran en este encuentro tan inesperado coml abrumador.
Caminaron juntos hacia el interior de la panadería que a su vez es el hogar del Omega, donde el aroma del pan horneado se mezcla con la tensión palpable en el aire. El nipon todavía no podía encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que tiene adentro. Se sintió pequeño y vulnerable ante la presencia imponente de su amigo de la infancia, ahora convertido en el poderoso Emperador.
Michael siempre se destacó por ser más alto que él, pero está vez es demasiado. Tenía que alzar su mirada hacia arriba completamente para tenerlo en la mira, observó que las manos del rubio son tan grandes que fácilmente podrían despedazar a cualquier enemigo o romperle la ropa...
Ni siquiera sabe porque está pensando esas cosas. Entre más lo piensa, está a lado de un apuesto Alpha, y no cualquiera, estamos hablando del gobernante de todo el Sacro Imperio Romano. ¿Cómo Michael pasó de ser un soldado más a un Emperador? No tiene ningún sentido. ¿Qué tanto ocurrió en estos años en que desapareció?
Espera, ¿Cómo dijo que se apellida?
—Quiero disculparme por haber desaparecido tantos años, de verdad prometo explicarlo todo. Aunque tengo la duda de porqué jamás respondias mis cartas. —le explico en brevedad, instantes antes de entrar por aquella puerta.
—¿De que estas hablando? Yo nunca recibí una carta.—murmuró nervioso y confundido. Todavía le cuesta tragarse la idea de que Michael es su Majestad.
El azabache entró primero y es recibido de inmediato por sus padres quienes saltaron a abrazarlo.
—¡Hijo!
—¿Y todo este escándalo?—pregunta su hermana, ajena a la presencia del Alpha rubio detrás del Omega.
Pero no pasó mucho tiempo para que la familia Isagi se diera cuenta de la despampanante presencia de dicho joven rubio.
—Él acaso es...
—Familia, él es Michael Kaiser....—se aclaro la voz, aunque el nombrado ya se estaba adelantando para saludar amablemente a cada uno de los integrantes de la familia con una sonrisa radiante.
—Pero si es el muchacho desaparecido, tu amigo ése.—señala la señora Isagi con intriga al darse cuenta, lo examina de pies a cabeza, pensando que ha crecido mucho e incluso viste de forma tan lujosa y llamativa. Como si fuese alguien de la nobleza.
—El que me, digo, nos debe dinero.—comentó Wataru, jamás olvidará una deuda.
Yoichi quería morirse de vergüenza ahí mismo, no cree conveniente y hasta puede ser una falta de respeto que su hermana haya mencionado eso. Pero para su fortuna y gran alivio, el Romano se lo tomó con gracia y sin molestarse, dijo:
—Prometo que se los pagaré todo.
Los padres de Isagi preguntaron por las carrozas y con miedo, por los guardias alrededor de su panadería. ¿Acaso serán desalojados? Yoichi los tranquilizo, diciendo que no de trata de eso, y quien viene de visita es el Emperador, señalando a así a Kaiser, quién habló fuerte y claro:
—Quiero hablar con ustedes.
En la modesta mesa del comedor de la familia Isagi, los miembros de la familia se reunieron en un silencio tenso. Yoichi todavía estando en estado de shock, tratando de similar la realidad de que el Emperador, su amigo de la infancia Michael Kaiser, está sentado frente a él, haciendo una solicitud tan inesperada.
Mientras que, el Emperador, con un semblante serio pero determinado, habló con los padres del Omega, pidiendo su permiso para acortejar a su hijo y, en un futuro cercano, casarse con él para formar una familia en el Palacio Imperial. Los padres y la hermana mayor de Yoichi se quedaron sin palabras, con una mezcla de sorpresa, nerviosismo y asombro ante la inusual oferta o petición que su Majestad pide.
Sin embargo, Yoichi, cuyo corazón latía acelerado en su pecho, no pudo evitar interrumpir a Kaiser. Sus palabras salieron impulsivas y llenas de dolor acumulado. Señaló que no podía venir de repente y pedir permiso para acortejarlo, y mucho menos mencionar el matrimonio. Aún no había perdonado al Emperador por haber desaparecido sin explicaciones en el pasado, y no podía simplemente olvidar ese dolor.
Los padres del joven y resentido Omega, aunque nerviosos, entendieron la gravedad de la situación, y su hermana mira con preocupación a su hermano menor. Sin embargo, en medio de esta tensa conversación, Kaiser se sigue manteniendo firme. No esta dispuesto a retirarse sin obtener el permiso de la familia Isagi. Sus ojos azules reflejan una determinación férrea imposible de quebrantar, declaró que no se iría hasta que obtuviera su consentimiento para estar juntos.
El pequeño comedor se llenó de emociones encontradas y la promesa de un futuro incierto. Las palabras y las decisiones que se tomarían en ese momento cambiarían el curso de sus vidas de manera irrevocable.
Pero algo tienen en común Isagi Yoichi y Michael Kaiser, es que su corazón late de amor por alguien y no están dispuestos a rendirse. Incluso si ese alguien especial, no les corresponda.
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Palabras: 2,501
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de Publicación: miércoles 11 de octubre del 2023.
Fandom: BlueLock
Nota del escritor:
Nomas Actualice hoy porque en todo Facebook me salia esto:
Recién enterado de este días así que lo edite en chinga para unirme a la celebración.
Hasta la proxima!
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