Capítulo 31: La inyección.
Era un día normal en la ciudad de Nueva Saltadilla:
Ambos jóvenes vestidos de azul, habían aprovechado la calma para tener un pequeño encuentro entre "amigos", la idea era pasear un rato, y sentarse a comer algo dulce.
Se detuvieron en un local llamado "Cremas Dulces", la cual también era una heladería y cafetería.
-Se disfruta la paz, sin peleas, sin dramas, sin conflictos...- Suspiró Miyako aliviada mientras elegía el lugar en el que se iba a sentar, posteriormente sacó su celular para escanear el menú, y poder ver lo que se ofrece y los precios.
-Seeh- Respondió sentándose buscando verse fachero, para sorprender a su objetivo a enamorar, pero contrario a su voluntad se ve más tierno y dulce que un hámster. Posteriormente alzo en brazos el menú, pero en formato físico.
Sin tomarse mucho tiempo, un mesero se presentó para tomar la orden de ambos -¿Qué se le puede ofrecer a la parejita?- Preguntó con un evidente acento francés.
-Hihihihihi- No pudo evitar sentirse apenada, lo que acompañó con aquella dulce risita, juntamente con un leve sonrojo -Solo somos amigos- Aclaró con la misma dulzura.
<Auch>
-Si...- Sonrió de manera mecánica tras que se escuchara un sonido de quiebre por detrás de él -Voy a pedir... Un batido helado de crema cookies- Hizo su pedido para que el mesero se fuera.
-Por mi parte voy a pedir un café affogato junto con un alfajor de chocolate y cereza- Hizo su pedido con una sonrisa tierna la preciosa Miyako.
<Me tiembla la billetera... No más comida para Patroclo>
-A sus ordenes muchachitos- Se retiró el mesero elegantemente.
-Fuiste muy valiente al rescatar a los hijos de Wozy- Inició la conversación con una mirada totalmente tierna, demostrando lo conmovida que se siente respecto al tema -Estoy realmente orgullosa de ti, y de tu cambio de vida- Aseguró con total sinceridad.
<¡Ay! Derritió mi corazoncito de melón>
-No hay nada que yo no pueda hacer- Llevó una de sus manos a su frente, para luego cerrar sus ojos, mientras brillitos lo rodeaban, no estaba muy seguro de si funcionaría seguir los consejos de su hermano mayor Brick, pero no tenía mayor idea de que hacer.
Miyako no pudo evitar reírse, pues verlo actuar de esa forma es como ver a un gatito intentando rugir como un león.
Al instante llegó el mesero, sirviendo la orden con clase y estilo francés -Aquí están sus pedidos, bon appetit- Se retiró con elegancia.
-¡Que rico!- Chocó sus manos la dulce Miyako mientras sus ojos brillaban con gran emoción.
-Me alegra que te guste- Le guiñó el ojo, pero realmente no sabe realizarlo, por lo que cerró su ojo en el intento de realizar el guiño, para finalmente acabar con ambos ojos cerrados.
A este punto, Miyako tuvo que cubrir sus labios para mantener la cordialidad, aunque sus manos le temblaban en el ímpetu de querer reírse, por la ternura.
-¡Bueno! ¡Que no se diga más!- Como si fuera un niño pequeño, alzó la cuchara para dar su primer gran bocado.
-¿Me dejas probar?- No pudo evitar sentirse seducida por la pinta de aquella gran copa llena de crema, chocolate y almendras bañadas en chocolate.
-¡Seguro!- Le acercó la copa, para darle a probar.
-¡¡Está genial!! Ya sé que pediré la próxima vez- Sonrió entusiasmada, lo que llevó a que se le ocurra la idea de registrar aquel hermoso momento ENTRE AMIGOS, con una magnifica foto.
Sin aguantar más agarró la cuchara mandándose más de medio postre de un bocado, creando el efecto hámster con sus mejillas regordotas.
Pasaron una divertida media hora entre conversaciones, risas y charlas muy variadas, cuando nuestro protagonista del día, sintió un extraño ardor en las piernas, por lo que bajo la escusa de que tenía que ir al baño, se fue justamente a los sanitarios para ver de qué se trata.
Mientras tanto Miyako esperaba con calma, mientras acomodaba las cosas, para que el mesero se las lleve.
En el baño:
-¡¡AAAH TENGO PULGAS!!- Se bajó los pantalones notando un extraño salpullido en sus muslos.
Los otros hombres que estaban, miraron raro al rubio, para de manera "discreta" retirarse lo antes posible, dejándolo en total ridículo.
-Era pulgoso en serio... ¿A que perro abracé?- Se acercó al espejo y sacó la lengua <Menos mal que no bese a ese perro> Pensó para sus adentros.
Pocos segundos después, recibió un mensaje de Miyako, el cual preguntaba si se sentía bien.
Esto lo llevó a sentirse comprometido, por lo que, al salir del baño, y bajar las escaleras fingió normalidad.
-¿Qué tal si pago y seguimos con nuestra salida?- Preguntó Miyashiro haciéndose el fachero mientras se apoyaba en la pared.
-Bueno, vamos- Alzó los hombros Miyako para luego dejarlos caer, pero aun así fue capaz de notar una extraña inquietud en Miyashiro, parecía costarle mantenerse quieto -¿Estas bien? Te noto... ¿Raro?- Expresó sin saber muy bien cómo preguntar.
-E-estoy re bien, sólo me dio frío el helado- Respondió, pero sin estar muy convencido de ello.
<Eso no sonó fachero>
La tardé continuó su rumbo, ambos pasearon juntos, hasta que finalmente llegó el momento de despedirse, pero como todo caballero, la acompañó hasta la puerta de su casa, y no se fue hasta verla ingresar dentro.
<MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE PICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA>
Salió corriendo en dirección fija al Laboratorio del Profesor Utonio, mientras se rascaba como un mono llenó de parásitos.
-¡¡Profesor!!- Apenas llegó al laboratorio se tiró de frente al suelo, comenzando a revolcarse y a girar en el suelo con gran desesperación por rascarse.
Ante esta sorpresiva y para nada previsible situación, al Profesor se le cayó un tubo de ensayo, el cual contenía sus avances con el experimento para contrarrestar la energía oscura en Butch.
-Nooo... Boomer ¿Qué pasa?- Se alarmó el Profesor cuando se dio cuenta de lo que acababa de desperdiciar.
-¡¡¡ME PICA!! ¡¡ME PICA COMO CONDENADO MONO!!- Gritó a todo pulmón mientras se rascaba como un animal.
-Rayos...- Salió el pelirrojo de su habitación al escuchar el alboroto -¿Qué mier...? Aght, sabía que no tenía que levantarme el día de hoy- Se giró para regresar a su habitación.
-¡¡QUE MALOOOO!!- Le reclamó Boomer -¡Ojalá que las pulgas que me picaron te salten a vos!- Deseó de corazón.
-¡¡Te dije que no abraces perros callejeros!!- Se volvió a girar Brick, pero ya sin paciencia debido a la falta de horas de sueño.
-No es ciertooooooo- Reclamó Boomer mientras refregaba su espalda contra la punta de una de las maquinas del profesor, la cual es una computadora inteligente.
-Voy a por una pipeta- Volvió a girarse Brick, apunto de retirarse.
-Boomer, déjame ver- Se le acercó el Profesor Utonio, abriendo la chaqueta del mencionado, para quitársela, y tener una mejor visión de lo acontecido -Escúchame, esto no es una picadura de pulgas, ni muchas... Esto se llama urticaria, es una reacción alérgica- Le informó analizando el salpullido -¿Recuerdas lo último que comiste?- Preguntó para descubrir la causa de la reacción alérgica.
-Pues...- Se detuvo a pensar mientras que se agarró del brazo de su hermano mayor para restregarse y rascarse con él.
-¡Te voy a sacar ese comezón de un puñetazo mocoso!- Se quejó Brick, empujando a Boomer para que lo suelte.
-Una deliciosa copa de crema cookie, con chocolate y almendras bañadas en chocolate- Respondió mientras agarraba uno de los libros de Butch para rascarse la panza.
-Boomer, vamos a tener que llevarte al hospital- Determinó el Profesor agarrando las llaves de su camioneta.
-...- Se tildó con una sonrisa boba -Noooooooooooooooo- Trató de huir mientras se rascaba con el libro magullado de su hermano, pero ahora en la espalda.
-Tú te vienes para acá- Lo enganchó del cuello, caminando en dirección a la camioneta mientras arrastra a Boomer juntamente con sus lloriqueos dramáticos y suplicas.
-Whrrrrrreeeeeen- lloriqueo Boomer como cotorra en celo.
.
.
.
Ya sin más opciones, fueron al hospital y se quedaron en la sala de espera, mientras los doctores van nombrando a los pacientes.
-Que lento- Se quejó Miyashiro mientras se rasca su brazo.
-Para de rascarte animal- Por su lado Momotaro le cacheteo la mano de su hermanito menor.
¡Sr Boomer! Preséntese en la sala 3.
Al ingresar a la consulta, el Profesor Utonio se tomó el tiempo para explicarle a la doctora lo sucedido, mientras tanto, nuestro niño rubio se encuentra rascándose con todo objeto puntiagudo que este a su alcance, Momotaro ve eso desde la pequeña ventanita que tiene la puerta de la sala, así que decide entrar para retener a su "Pedazo de animal" de hermano.
-Esto puede deberse a una alergia a las almendras, ya que no creo que sea algo relacionado a la lactosa. Lo veo bastante grave asi que... Tendremos que inyectarlo- Dio el veredicto final la doctora, tras analizar la situación del menor.
-¿I-inyeccion...?- Se giró de manera tosca el pobre Miyashiro, ya con su rostro azul.
-Si, inyeccion en la retaguardia- Terminó de confirmar la doctora, mientras se colocaba los guantes.
Miyashiro comenzó a reir nerviosamente mientras retrocedía lentamente para terminar huyendo como monito levantando los brazos.
Ante esto, Momotaro se vio en la obligación de perseguirlo, creandose un escenario donde 2 chicos que vuelan y tienen superpoderes van saltando por las camillas y chocando gente.
-¡¡TE TENGO PEDAZO DE MOJOJOJO PULGOSO MALOLIENTE!!- Lo retuvo Momotaro, agarradolo del calzon.
-¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOO INYECCIOOOOON NOOOOOOOOO ME VAN A INYECTAR EN EL CULIIIIITOOOOOOOOOOOO!!!- Chilló Miyashiro llorando como nena.
Una vez regresaron a la sala de la consulta, la doctora habló:
-No es para tanto Miyashiro, solo es esta agujita- Le muestra una aguja llena hasta la mitad.
Como si se tratara de una baja de internet, Miyashiro se desconectó de la realidad para asentir, mientras le agarra la manito a su hermano mayor.
-Solo será un piquete, ni lo vas a sentir- Aseguró la mujer, para luego clavarle la aguja.
Miyashiro no reaccionó, pues para ese momento él se encuentra en un limbo negro.
-Bien, eso es todo, ya pueden retirarse- Se sentó la doctora en su escritorio -Ah no, esperen- Escribe en su papelito una lista de cosas que NO puede comer -Listo, que no este en contacto con el sol ni con el calor en general y... que use ropa comoda- Recomendó finalizando la consulta.
-Bueno, muchas gracias por su atención- Agachó la cabeza el Profesor despidiéndose.
Pasado los segundos, salieron de la sala con normalidad hasta que...
-Me siento mareado...- Anunció Miyashiro, tambaleándose un poco.
-Es por el susto, ya se te pasa- No le dió mas vueltas Momotaro, confiado.
-Veo borroso...- Aquella última señal que dio Miyashiro, si alarmó a los otros dos presentes.
-¿Ok...?- Lo miró Momotaro empezando a preocuparse.
-No te escucho...- Para ese punto, Miyashiro ya se estaba desvaneciendo.
-PUCHAZA- Agarró Momotaro a su hermanito, antes que se caiga y fue chocando a todos los pacientes hasta el consultorio.
El profesor lo seguía mientras va de lado en lado pidiendo perdón.
-Se le bajó la presión por echarle mucho condimento, y le dio un ataque de pánico- Informó la doctora, la cuál lo dejó en una posición específica, con las piernas hacia arriba, para que el menor se pueda recuperar con normalidad.
-Mama ¿eres tu?- Preguntó Miyashiro en su limbo.
Una vez ya estabilizado, los tres regresaron al laboratorio, pero en lugar de sentarse a la mesa, o ir a jugar con Alice y Dominick, Boomer se encerró en su habitación, y se empezó a escuchar por todos lados:
-BLISS NO TE LO VAS A CREER, ME INYECTARON EN EL CULITO. LOS DOCTORES ESTOS BIEN MALVADOS ME INYECTARON LA POMPA, PERO ME LA INYECTARON CON PLACER, ESTABAN GUSTOSOS DE SU HAZAÑA, TODO EL AÑO ESQUIVANDO LAS AGUJAS PARA QUE ME INYECTEN POR UNAS MUGRES ALMENDRAS ES QUE- AAAAAAAAAAAAAAH ME PICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
(...)
Blisstina no era capaz de parar de reírse a carcajadas, a tal punto de que le empezó a doler la panza por la falta de aire, al punto de que su pelo brillo y destello más que los focos de su casa, Brick también se le burlaba desde afuera escuchando las quejas de su hermanito.
-PARA EL COLMO CASI ME DESMAYO, MAMAAA ESCUCHO BORROSO, MAMAAA METANME EN ARROOOOOOOOOZ- Gritó desde su habitación, provocando más risa a los que ya están enterados de la situación.
Extra: Boomer, el menú de hoy, mañana, pasado y hasta que te cures...- Le da la preciosa Wozy un tazon lleno de arroz seco -Ammm... ¿Provecho?- Se mostró dudosa pero optimista.
<...>
-NOOOOOOOO- Lloró dramáticamente.
.
.
.
Mientras tanto, una vez cayó el atardecer, y empezaba a oscurecerse, un temible temblor azotó la ciudad.
Lo que alarmó a todos, includo al inyectado, por lo que se reunieron en el laboratorio para intentar averiguar qué causó aquel temblor.
.
.
.
Continuará:
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top