Niñas #3

Espero que les guste~

Cada uno tiene su cama, así que acostar a las niñas realmente no es un problema y mientras, tiene un momento para hundirse en una crisis existencial que solo se ve interrumpida cuando Mojo las ve y reclama a gritos, con ellos teniendo que callarlo con apuro y cierta violencia. Necesitaban que durmieran un poco más antes de sentirse preparados para lidiar con ellas y su energía infantil pero de momento, no les queda otra más que explicar lo mejor que pueden su situación.

De villanos revoltosos que les gustaba causar algo de estragos y caos, a niñeras repentinas de las tres ahora rejuvenecidas heroínas que suelen patearles el trasero. Sienten que hay una especie de ironía en ello.

En todo caso, tienen algo de tiempo para revolcarse en su miseria y buscar una forma de solucionar eso. Por mucho que las super tontas les patearan el trasero a diario, era mejor tenerlas de esa manera, y no como niñas pequeñas, quienes a parte de ser pegajosas, podrían llamar demasiado la atención.

-Si nos acusan de secuestro, terminaremos en un lugar peor que volando por el aire- Brick dice una gran verdad. Por muchos desastres que hicieran, realmente nunca había llegado demasiado lejos, y por ende, ellas se encargaban usualmente de la situación que terminaba con ellos volando por los aires y aterrizando en algún lugar, adoloridos, sin otra opción más que hacer su camino de vuelta a casa como pudieran.

-¡No quiero ir a la cárcel, soy muy lindo para ese lugar!- Boomer solloza dramáticamente y aunque sus hermanos no comparten su expresión, si entienden el sentimiento. Ninguno quería ir a prisión.

-Nos comerán vivos ahí dentro- Butch hace una mueca de espanto de solo pensarlo. Son resistentes gracias a los rayos Z negros pero no tienen poderes en si, a menos que tuvieran una gran cantidad de aquellos rayos, lo cual no era una opción en ese momento.

-¡Ya lo sé!- el líder gruño, apretándose el puente de la nariz, sintiéndose frustrado y con el comienzo de un dolor de cabeza. -Solo tenemos que...lograr que el efecto de lo que sea que les haya sucedido se desvanezca, así nos patearan el trasero y continúen con su tonto heroísmo para nosotros podamos volver a la villana ¡Todo volverá a la normalidad entonces!- se cruzo de brazos. Una cosa era decirlo pero otra totalmente diferente era llevarlo a cabo y no tenían siquiera un punto de partida porque no sabían que había causado que ellas se encogieran así. -Mamá dijo que intentaría encontrar una solución- a Mojo tampoco le convenía para nada que ellas estuvieran allí, eran un problema, tanto por la probabilidad de ser enviado a prisión como un mono loco con gustos extraños, como por el hecho de que ellas aun eran poderosas y podían golpearlo si no les agradaba. -Solo debemos vigilarla y esperar lo mejor, eso es todo-

-No parece el plan más brillante de todos- bufo el de cabello negro, solo para molestar un poco al otro.

-¿Tienes una mejor idea, imbécil?- el pelirrojo lo miro, enarcando una ceja, con una sonrisa tensa y una cierta burla en su expresión.

-Solo decía- levanto las manos como gesto de inocencia, aunque no pudo evitar sonreír con diversión ligera.

-¿Ellas no deberían tener una especie de base secreta y un equipo o algo así?- el rubio a estado viendo muchas series últimamente y siempre, el héroe tiene a donde volver, junto a gente que lo ayuda. -Podríamos entregarlas y evitarnos todo el problema- incluso si una pequeña parte de si dolía al pensarlo, le gustaba la sensación de cuidar de alguien y la sonrisa brillante junto a esos ojos celestes que lo miraban por pura alegría hacían derretir su corazón pero no iba a decirles eso a sus hermanos, no si no quería ser objeto de burlas futuras.

-Lo haríamos si supiéramos donde están  o al menos quienes son pero no tenemos esa opción, así que solo nos queda aguantar- era una verdad grande como una maldita mansión.

Ellas duermen menos de una hora para su desgracia, despertando con toda la energía que puede tener un cuerpo tan pequeño, apenas dejándose colocar los zapatos antes de empezar a investigar la casa en busca de entretenimiento. Es...un completo desastre al decir verdad, del tipo loco y que solo parece empeorar con cada segundo que pasa. Brick termina de cara en el suelo más de una vez, mayormente tropezando en su intento de agarrar a la revoltosa niña de rosa que huye de él, sintiéndose ofendido y molesto ante sus risas pero de alguna manera, termina con colitas en su cabello y su gorra robada, frustrado con la menor que solo se ríe de su sufrimiento. Butch tuvo peor suerte, recibiendo de alguna manera una patada en la entrepierna que lo deja llorando en el suelo por unos segundos, algo que la mocosa de verde para jugar con su cabello y deshacer su usual peinado, haciéndole otro más ridícula, burlándose sin ningun tipo de pena.

Mientras tanto, Boomer...la esta pasando genial si debe ser sincero.

-¿Cómo es que tu no estas sufriendo, maldito?- Brick esta molesto al ver al rubio sentado tan tranquilamente en una silla, justo al lado de esa mesa que el mono suele usar para hacer planos, donde la rubia esta sentada y dibujando con crayones de colores, luciendo muy entretenida.

-Es muy tranquila, realmente no es mi culpa- se encogió de hombros, sonriendo con diversión, contento de ver a sus hermanos sufrir un poco para variar y agradeciendo a quien lo escuchara que la niña de azul en realidad fuera muy tranquila, fácil de entretener en cuanto le dabas papel y colores, una ventaja en su opinión.

En algún punto, ellas se cansan y terminan por sentarse de mala gana, no del todo contentas por no tener nada para hacer pero dándole un descanso a los chicos, quienes en se juntan y con dos de ellos quejándose entre dientes mientras otro solo puede reír.

-Nuestros zapatos son raros- Bombón, en un momento de aburrimiento, investiga sus zapatos con curiosidad infantil y la parte centrar es lo que más llama su atención. Se ve como una especie de agujero, perfectamente redondeado pero no muy profundo, ni siquiera puede sentirlo cuando los tiene puestos.

-¿Están rotos?- Bellota también siente curiosidad, rozando esa extraña parte con sus dedos, sin entender su utilidad.

-A mi me gustan~- tarareo Burbuja con encanto, aunque analiza sus propios zapatos, su imaginación activándose por alguna razón. -¡Quizás podamos volar!- ríe alegremente y como una especie de interruptor, ella se eleva ante la atónita mirada de las niñas, la rubia abriendo la boca con asombro. 

-¡Podemos volar!- y pronto, las tres están volando, dejando una estela de su respectivo color a su paso pero la casa es pequeña y en algún punto, terminan por salir por una ventana convenientemente abierta, riendo alegremente, sin estar asustadas por la altura.

Mientras tanto, Boomer levanta la vista, frunciendo el ceño. Hay un repentino silencio en la casa, demasiado para tener tres niñas con mucha energía que no habían dejado de hacer ruido en la última hora.

-Creo que se fueron- y se apresuro a levantarse a revisar, abriendo los ojos con alarma al no verlas donde se suponía que debían estar. -¡No están!- se quiere arrancar el pelo al darse cuenta de que la ventana esta abierta, corriendo para salir de la casa.

-¡¿Qué?!- los otros dos no dudaron en seguirlo, mirando a su alrededor, pero sin poder verlas realmente, hasta que Butch levanta la vista y hace una mueca.

-Tenemos un problema- señala y sus hermanos lo imitan, haciendo una mueca de espanto ante las estelas de colores que pueden ver. No están muy arriba pero se están alejando, dando muchas vueltas también. -¿Qué hacemos?- mira el cielo, pudiendo imaginar la felicidad y diversión del trío pero sintiéndose algo ansioso. Estaban muy alto y si caían, incluso con sus poderes y resistencia, estaba seguro que ellas aún sentirían algo de dolor.

-Son nuestras enemigas- Brick hizo una mueca ligera, acompañado de un gesto, fingiendo desinterés. -Déjenlas volar y que sean el problema de alguien más- les da la espalda, dispuesto a volver a su hogar y fingir que todo ese desastre no sucedió. El par se mira entre si, dudosos, sin creer del todo las palabras ajenas y volviendo a mirar las estelas de colores que se alejan un poco más de donde están antes de volver a fijar sus vistas en su líder, esperando. El pelirrojo se detiene en la puerta, quedándose ahí unos segundos antes de gruñir y golpear la pared más cercana, maldiciendo entre dientes con todas las malas palabras que se sabe. -¡Vamos!- se da medio vuelta y corre, los otros dos suspirando de alivio antes de seguirlo, esperando poder alcanzarlas. -¡¿Por qué siquiera estamos haciendo esto?!-

-¡No sé!- ninguno de ellos lo sabe pero eso realmente no los detiene.

Aunque no tienen muy en claro como se supone que van a hacerla bajar.

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