Mal Día
Espero que les guste~
Nota: Esto entraría en el mundo de las "Powerpuff Girls" originales
Nota-2: Termine esto antes que lo otro, así que lo publico primero xD
Idea de: Little_Sunshine2902
Burbuja ama a sus hermanas más que a nada en el mundo pero eso no significa que siempre se llevaran bien. Bombón es la líder, la voz de la razón entre ellas, la que intenta guiarlas para el camino correcto y enseñarles en el proceso pero también es una niña como ella y puede llegar a ser tan severa que es frustrante, en especial cuando se molestaba. Bellota era la ruda según sus propias palabras, la protectora y quien siempre estaba dispuesta a enfrentarse a lo que sea para salvarlas en cualquier situación pero también era joven, brusca y hasta bruta, soltando golpes y comentario que podían lastimar de cualquier manera, sin pensar realmente en las consecuencias.
Y en muchos casos, ella es quien resulta más lastimada en le proceso.
Fue un mal día en general si debía estar completamente sincera, de esos en los que te despertabas con esa extraña sensación de que nada estaba bien y como no tenías muy en claro que hacer con eso, solo continuabas lo mejor posible. Se despertó algo más tarde de lo usual, la de rosa se había negado a despertarla con el comentario de que tenía que hacerlo por su propia cuenta a estas alturas, y se encontró con algunos nudos a la hora de peinarse, del tipo que costaban mucho deshacer y casi te hacían llorar en el proceso de hacerlo. Por eso, llego tarde al desayudo, donde la de verde se burlo con una sonrisa socarrona en su rostro mientras declaraba que se había comido su parte. Su padre no se dio cuenta, así que no le presto atención a ese detalle y las apuro para que subieran al auto así las llevaba a la escuela. Así que Burbuja no tuvo otra más que obedecer, abrazando su mochila contra su pecho, intentando ignorar la sensación de vacío en su estomago y la opresión ligera en su pecho, deseando por un segundo fingir alguna enfermedad.
En la escuela, las cosas no mejoraron realmente.
Burbuja se sentó en su lugar de siempre, prestando toda la atención que podía en la clase, intentando ignorar la mirada fija de Bellota y las pequeñas bolas de papel que chocaban contra su nuca, seguidos de sus risas en voz baja, llenas de diversión y burla. Ella solo apretó los labios, luchando por controlar su fuerza así no rompía su lápiz. Cuando el timbre al fin solo en anuncio del descanso, solo se movió para sacar su pequeña caja de tizas de su mochila y se alejo flotando, sin mirar a nadie, para ubicarse en la parte más apartada del patio de juegos. Un pequeño rincón, lejos del camino de cualquiera y donde podía dibujar en el suelo con toda la tranquilidad del mundo, haciendo pequeñas figuras, intentando que una de sus actividades favoritas en el mundo la ayudaran a sentirse un poco mejor pero sin que funcionara. No había real diversión en ello, solo frustración acumulada por el día que afectaba su forma de dibujar, aunque no se detuvo. La distracción era buena, solo debía respirar profundo y relajarse, deseando con todo su corazón que el día terminara pronto.
No estaba molestando a nadie. Estaba lejos de donde un grupo de niñas saltaba la cuerda entre canciones y de quienes jugaban a la rayuela, también de quienes estaban en los juegos y de los niños que junto a su hermana estaban jugando a la pelota. No estaba acaparando el suelo como a veces hacia sin querer, tampoco se estaba interponiendo en el camino de nadie, y aun así, recibió un pelotazo directo en la cabeza que la tomo por sorpresa. Parpadeo, incapaz de reaccionar por un momento. Dolió, no tanto como lo haría el puñetazo directo de un monstruo gigante al estamparla contra el suelo, pero aun así, no pudo evitar hacer una ligera mueca, en especial cuando noto que la pelota cayo encima de sus intentos de dibujos, manchándose de tiza en el proceso.
-¡Burbuja!- se endereza apenas ante la voz de su hermana, sus manos temblando mientras acunaba su tiza, sintiéndose abrumada y ansiosa, sensaciones que solo empeoraron cuando la de verde se acerco, furiosa. -¡Manchaste mi pelota! ¡Otra vez!- la de azul resistió la tentación de responder, sin tener ganas de pelear realmente con la mayor, esperando que su silencio evitara que las cosas empeoraran pero obtuvo el resultado contrario a eso. -¡Oye, te estoy hablando!- Burbuja se estremeció al ver que algunas de sus tizas eran pateadas a un lado, sin cuidado, y apretó los labios, temblorosa, sus ojos ardiendo por lagrimas que se estaba negando a derramar. No quería estar allí y recibir la ira injustificada de su hermana. -¡No me ignores, bebé llorón!- y en ese día en particular, el mal carácter de la heroína de verde estaba peor que de costumbre por alguna razón.
-¡No soy una bebé!- alzo la vista para mirarla, frunciendo el ceño pero más que molesta, estaba un poco desesperada. Bellota era muy buena hermana cuando quería pero también podía ser la peor de todas, haciéndote sentir como si no valieras nada, en especial con una sola mirada. O bueno, así lo sentía ella.
-Si, lo eres. Mírate, estas a punto de llorar- bufo, cruzándose de brazos, con una sonrisa burlona y una llama en sus ojos que la menor nunca entendía de donde se encendía. Ella no había hecho nada malo. -Bebé llorón, bebé llorón- la de azul solo suspira, moviéndose apenas para juntar sus tizas antes de que la otra decidiera pisarlas como la última vez, escuchando vagamente el timbre de entrada.
-¿Qué esta sucediendo aquí?- Bombón se les acerca, frunciendo el ceño hacia ambas, con las manos en la cintura e intentando tener esa aura de autoridad que tendría un adulto, queriendo lucir mayor de lo que realmente es. -Es hora de entrar a clases- y a pesar de sus palabras, no se estaba moviendo, esperando una respuesta al parecer.
-El bebé llorón mancho mi pelota, otra vez- bufo la de verde de mala manera, alzando su pelota para mostrarla, haciendo una mueca ante la sensación de la tiza sobre la superficie. Burbuja solo acuna la caja contra su pecho, levantándose, mirando de reojo a la mayor que parece analizarlas por unos segundos. Tiene la ligera esperanza de que la líder pudiera un alto, quizás alejara a la de verde y le señalara su mal carácter como a veces suele hacer pero en vez de eso, solo suspira, luciendo casi decepcionada.
-La cancha para jugar esta más allá- le señala a la del medio, quien rueda los ojos con molestia. La de azul se encoje al sentir aquellos ojos rosas mirándola, queriendo que la tierra se abriera para tragarla y desaparecer por un rato al menos. -Y tu no deberías estar dibujando en el suelo. Es un patio de juegos, no un pizarrón gigante- hay algo en su tono, lleno de algo que se mezcla con cansancio y resignación, que hace que a la rubia le duela el pecho. Se sentía frustrada, no solo por lo mal que le había ido hasta el momento, si no también por la actitud de sus hermanas. No había hecho nada malo, se mantuvo lejos del camino de todos a su alrededor y se apodero de un rincón del patio de juegos en el que nadie estaba, dibujando en un área pequeña, solo para recibir un pelotazo sin razón, siendo molestaba por la de verde y lo que parecía ser un regaño de parte de la de rosa.
No lo entendía y eso solo empeoraba sus ganas de llorar. Deseaba haber fingido no sentirse bien para quedarse en casa y abrazar a Pulpi.
-Ya basta- puede escuchar las quejas de Bellota, con Bombón respondiéndole, pero no las entiende, se niega a escucharlas del todo. Esta molesta, abrumada y sinceramente, lo único que quiere es estar lejos de ambas hasta que el día terminara o ellas se portaran mejor, lo que sucediera primero. -¡Ya basta!- su voz, alta y un poco aguda por la ansiedad, es suficiente para callarlas y llamar la atención de todos, que las observan en silencio. Ninguno es tonto, pueden ver que ninguna de las tres se levanto con el pie derecho esa mañana pero quien parece llevarse lo peor es la menor, es algo que han visto suceder antes. Pero cualquier cosa que quisiera decir es bruscamente interrumpida por un sonido muy familiar que todos allí conocen.
La linea directa esta sonando, eso significa que el alcalde las esta llamando para que se ocupen de algún peligro que amenaza la ciudad. Bombón suspira, haciendo un gesto silencioso antes de salir volando, mientras Bellota murmura algo burlón entre dientes antes de seguirla. Burbuja respira profundo, casi armándose de valor, dejando su caja de tizas en el suelo y con cierta resignación, termina por seguirlas.
Es un monstruo, de los grandes que aparecen sin sentido alguno, uno que ni siquiera puede luchar contra las ahora enojadas heroínas. Lo derrotan con gran facilidad y la de azul se encarga de llevar al gran monstruo al agua, para que pudiera volver a su hogar lo más seguro, al volver se encuentra con que sus hermanas estás discutiendo. Hay una tensión notable entre ellas, lo a habido desde que se despertaron por alguna razón, pero mientras a ella le produce incomodidad y ansiedad, a ellas parece despertar la ira y el enojo. Están peleando a gritos, como pocas veces a sucedido, flotando en el aire sin intención de moverse de momento y haciendo grandes gestos, con mucho enojo en sus expresiones.
Burbuja no entiende la razón tras la pelea entre ambas pero en ese instante, no le importa. Quiere que se callen. Hay mucho en ella, frustración, angustia, molestia y más pero en ese instante, con sus voces subiendo de volumen y haciendo un eco en su cabeza, cree que llego a una especie de limite.
-¡Cállense!- hay una punzada de alivio cuando ellas al fin se callan pero no es suficiente para tranquilizarla. Quiere llorar, quiere gritar pero por sobre todo, quiere estar lejos de ambas por un rato. -¡Las odio!- las ama con todo su corazón, son su familia y sabe que el sentimiento es mutuo, pero odia cuando se poner de mal humor y cuando se desquitan entre ellas sin razón, odias las peleas poco amistosas y los gritos. Odia los malos días como ese.
Se aleja a gran velocidad, ignorando sus llamados.
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