Gato Rubio #3
Espero que les guste~
Nota: A partir de aquí, se me terminan los capítulos que ya tenía escritos 😅
Nota-2: Así que ténganme paciencia, mi gente linda ^_^
Burbuja tarareo una melodía al volar, manteniendo un agarre suave pero firme al gato contra su pecho, pudiendo imaginar su expresión llena resignación y sintiendo su pequeño cuerpo tenso entre sus brazos. Lo que menos quería Boomer era que alguien más lo viera de ese manera, así que casi se sentía como una oveja siendo llevada al matadero mientras veía el laboratorio cada vez más cerca.
-¿Sabes qué?- hablo en cuanto los pies de la rubia tocaron el suelo, sintiendo cierta incomodidad ante la gran puerta frente suyo. Podría haber alguien allí que pudiera ayudarlo pero también estaban sus enemigas. Ya podía imaginar las burlas. -Me arrepiento de dejarte traerme aquí-
-No seas así- acarició suavemente bajo la barbilla del gato, quien por puro instinto no pudo evitar derretirse y apoyarse por completo en el toque, una ligera vibración amenazando con empezar desde su pecho. -Ya veras que todo estará bien- estaba segura de ello, aunque el gato no estaba muy de acuerdo con eso, pero no tuvo más opción, no cuando ella aún lo sujetaba y ya se estaba adentrando en el lugar. -¡Ya vine!- llamo cuando llego al laboratorio, donde estaban las otras dos heroínas. Una parecía entretenida con algo parecido a una televisión, sacudiendo su puño y hablando para si misma ante el evento deportivo que esta dando en ese momento. La otra está en la mesa, con una variedad de diferentes dulces frente suyo, en proceso de terminarse un trozo de pastel de fresa al parecer. Aun así, ellas desvían la atención de sus cosas para ver a su amiga.
-¡Burbuja!- ambas se animan a verla, sonriendo, el pequeño animal entre los brazos de la rubia llamando su atención.
-¿Eso es un gato?- señaló Bellota, enarcado una ceja en dirección a su amiga, mientras Bombón se llevaba otro trozo de pastel a la boca y masticaba, analizando al felino de extraño pelaje rubio.
-Es Boomer- Burbuja rio y negó, alzando al gato como si lo estuviera mostrando abiertamente, ignorando las quejas ajenas llenas de vergüenza y molestia ligera que ninguno allí a parte de ella podía entender.
-¿Le pusiste el nombre de ese maleducado y asqueroso chico a un pequeño gato?- la pelirroja señaló con su tenedor, enarcado una ceja, sin poder entender exactamente a la rubia al parecer.
-Eso es frío, demasiado, incluso para ti- la azabache frunció el ceño, de seguro recordando a esos tres chicos babosos que las habían molestado más de una vez.
-¿Y por qué lo trajiste aquí?- Ken aparece entonces, luciendo serio a pesar de su notable edad joven, cruzándose de brazos. -Los animales están prohibidos en el laboratorio, papá lo dijo muchas veces- Poochie, que parecía un juguete a los ojos del chico transformado, se acercó trotando y saltando, ladrando hacia el gato.
-Ládrale a tu abuela, chucho- si pudiera, Boomer le estaría haciendo un gesto grosero al perro, pero no tenía manos, así que se conformó de momento con sacarle la lengua y logrando que el seudo perro, porque no podía ser realmente un perro en su opinión, frunciera el ceño y le ladrara con más fuerza.
-¿Qué pasa, Poochie?- el menor miro a su mascota con preocupación, eran pocas las veces que este se ponía tan ansioso de esa manera, y no era una buena señal.
-¡Rayos Z negros! ¡Rayos Z negros!- ladro, dejando de saltar solo para gruñir, los presentes enderezándose ante eso y el rubio sintió una punzada de envidia ante el chucho que podía hablar libremente. Ya le gustaría tener al menos eso pero era un gato, siendo la rubia la única capaz de entenderlo realmente. Supuso que podría aprovecharse de eso un poco e insultar a las demás. Después de todo, no se darían ni cuenta.
-¿Fue golpeado por rayos Z negros?- el niño frunció apenas el ceño, algo confundido. Poochie no había detectado nada hasta el momento, se preguntaba la razón tras eso. -Llamare a papá, seguro que puede ayudar al gato-
-No, no- Burbuja se apresuro a llamar, dejando que el gato se subiera a sus hombros, al parecer un poco más tranquilo al tener algo de libertad y mantenerse lejos del perro que aun lo miraba con el ceño fruncido, casi como si estuviera algo irritado. -Se los dije, es Boomer- rasco muy ligeramente bajo la barbilla ajena, escuchándolo quejarse pero pudiendo sentir que se apoyaba en el toque. Ellas se le quedaron mirando, como si intentaran averiguar que estaba mal con ella o algo por el estilo, pero el menor pareció entender, abriendo los ojos con realización.
-¿Es realmente él?- señalo con cierta incredulidad y las otras heroínas la miraron con sorpresa cuando ella asintió, contenta de que lo hubieran entendido al fin. -¿Qué paso?- se llevo una mano al rostro, ocultando lo mejor que podía su sonrisa llena de diversión y burla, algo que Boomer noto con facilidad.
-Mocoso- bufo, ofendido, anotando mentalmente para recordarse a si mismo que tenía que hacerle algún tipo de maldad como venganza por reírse de su situación.
-Mojo lo convirtió, creo que estaba intentando probar algo nuevo para usarlo en nuestra contra o algo así. Boomer dijo que no le presto mucha atención en cuento empezó a divagar- respondió con lo que el otro le había dicho y tanto la de verde como la de rosa hicieron una mueca. Cuando el mono divagaba, lo hacia tanto que daban muchas ganas de dormir, así que no les sorprendía mucho que el rubio no lo escuchara. -No sabe cuanto tiempo podría estar así y pensé que el profesor, si no esta muy ocupado por supuesto, podría ayudarlo a volver a la normalidad- entrelazo los dedos y sonrío, decidiendo ignorar las extrañas expresiones de los presentes. -Por favor- era educada por sobre todo.
-¿Quieres ayudarlo? ¿A él?- Bellota parecía incrédula, con molestia notable, cruzándose de brazos y mandándole una mirada de muerte al gato, quien se erizo con un siseo de advertencia. La rubia se tenso un poco, ansiosa. -¿Te tengo que recordar que ese es uno de los tres mocosos que nos tiraron sus mocos? ¿Olvidas que nos levantaron la falda? ¿Debería mencionar también aquella vez que nos robaron la ropa de manera descarada para hacerse pasar por nosotras?- enarco una ceja y la de azul solo pudo sonreír con cierto nerviosismo. No, no se había olvidado nada de eso.
-Tiene razón, Burbuja- Bombón hizo un gesto, limpiándose las mejillas manchadas con dulce. -Creo que es más inofensivo en ese estado- y tenía que admitir, para si misma al menos, que el gato rubio era algo adorable pero eso no quitaba que fuera uno de los tres niños babosos e hijos de Mojo.
-Te dije que no iba a querer ayudarme- Boomer suspiro, sin estar del todo sorprendido pero aun así, se sintió ofendido y algo herido. No quería ser un gato por mucho tiempo.
-Somos heroínas, ¿recuerdan?- Burbuja no estaba dispuesta a rendirse así nada más. Su abuela siempre dijo que tenía un corazón demasiado amable, queriendo ayudar a todos, sin importar quien fuera. El gato parpadeo, mirando a la chica lo mejor que podía desde sus hombros, sin entenderla. Ella en serio estaba decidida a ayudarlo y no se le ocurría una razón directa para eso. Era rara, aunque supuso que en el buen sentido. -No elegimos a quien ayudar, solo lo hacemos y Boomer necesita ayuda ahora- las miro y ellas desviaron la mirada, un poco avergonzadas al parecer.
-Rayos, odio que tengas razón- bufo la de verde con desgana.
-Tu ganas- la de rosa se llevo las manos a la cintura, intentando ocupar el papel de líder como siempre. -Hablemos con el profesor y esperemos que él pueda ayudarlo- la rubia aplaudió, avanzando con un pequeño salto, dispuesta a buscar al adulto en el laboratorio. El gato solo pudo parpadear, sorprendido. La rubia si que sabía como convencer a sus amigas.
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