Capítulo Único
“Te amo porque no puedo hacer otra cosa contigo.
Te he extrañado, te he buscado, te he odiado, he tratado de ignorarte y siempre acabo amándote.”
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— ¿Sabes porqué estás aquí, Sasuke Uchiha?
Detrás del cristal brindado, una rubia se llevó su pulgar hasta sus labios, y con sus dientes presionó su esmaltada uña de rojo.
— ¿Sabes porqué estás aquí, Sasuke Uchiha? —Repitió Sakura Haruno, psiquiatra a cargo del enigmático caso "Sharingan no Sasuke".
Sasuke tenía sus oscuras pupilas clavadas en el suelo, con la mente lejos, realmente lejos de allí. Forcejeó un poco sus brazos para comprobar que las correas, efectivamente, seguían reteniendo sus miembros dolorosamente contra su torso hasta sentir sus muñecas dobladas en ángulos poco naturales. Estaba seguro de algo, aquello era aprovecharse de los pacientes, pero también sabía que poco y nada le importaba eso a la desequilibrada psiquiatra que tenía desde ya hace dos años.
Sasuke tomó conciencia, hace dos años que sus padres le habían abandonado en ese inhumano lugar.
—Sasuke, no puedo ayudarte si no cooperas.
"Mira mis labios, mira mis labios, soy la única que puede ayudarte"
Al no obtener respuesta, Haruno frunció la boca y volteó su rostro hacia el cristal asintiendo hacia la Senju. Tsunade cerró los ojos cuando bajó una válvula en el abanico de opciones que le presentaba el tablero de "ayuda" e intervención médica. La descarga eléctrica no tardó en atravesar la cabeza de Sasuke, quién gruñó de dolor.
—Responde por favor, deseo ayudarte —insistió la psiquiatra.
"Mírame, mírame, mírame"
El rostro de Sasuke se contrajo en una mueca de asco. —Sus pensamientos… Son repulsivos, me molestan —gruñó con la mirada perdida, pero manteniendo el orgullo en ellos —, deje de pensar.
Sakura se sonrojó con fuerza y desvió el rostro medio avergonzada, medio excitada. Sin embargo, rápidamente escondió su reacción y adoptó nuevamente un rostro estoico, manteniendo, eso sí, su plástica sonrisa.
— ¿Dices ser capaz de leer pensamientos ajenos al tuyo? —Preguntó llevándose un bolígrafo hasta el labio inferior, para posteriormente presionarlo contra la carne.
Sasuke frunció el ceño con ira.
— ¿No piensas hablar?
"Anda, Sasuke, mira mis labios, son tuyos"
"Sólo yo puedo ayudarte, sólo yo"
"Ríndete, Sasuke"
Haruno suspiró con cansancio. —Tsunade, por favor, una vez más.
Y Tsunade supo a qué se refería. Se mordió nuevamente su uña, y chasqueó la lengua con rabia, con enojo. Deseaba profundamente ayudar a su ex paciente, pero no encontraba manera de hacerlo.
—Tsunade —repitió Sakura con molestia, mirando de reojo el cristal.
La mencionada, llevó sus dedos índice y medio hasta un pequeño interruptor, y lo presionó con fuerza para luego acercar su boca a un micrófono.
—Ya es suficiente, Haruno, dejemoslo por hoy.
La sonrisa de Sakura tembló, y la extendió un poco por su rostro. Intentaba entregarle calma y cariño con ese gesto, a Sasuke. Luego, alcanzó la mano ajena con la suya propia, y la apretó con fuerza.
—Nos volveremos a ver, Sasuke.
"Definitivamente serás mío"
El Uchiha apartó su mano de un tirón. —Quiero a Tsunade la próxima vez —escupió con desprecio, provocando en Haruno una expresión de dolor.
—Lo siento Sasuke, Tsunade no es tu psiquiatra a cargo —buscó la mano ajena nuevamente —. Si hablaras más conmigo podría ayudarte mucho.
"Cede, cede, cede"
—Ya dije —negó —, Tsunade.
Sakura se mordió el labio con fuerza.
—Sasuke, yo…
—Haruno —la voz de Tsunade se hizo notar desde los parlantes de la sala —, es la hora de descanso del Uchiha.
La mencionada suspiró en derrota, y se levantó de su asiento no sin antes despedirse bajito para ser oída sólo por Sasuke.
"Maldita Tsunade"
Cuando la psiquiatra abandonó el lugar, la rubia se lanzó aprecipitada sobre la puerta de entrada, y se dejó caer sobre sus rodillas para luego tomar el pálido rostro de Sasuke e inspeccionar su estado de salud.
—Señales de actividad cerebral normal —murmuró para ella misma. Con su pulgar e índice, extendió los párpados del Uchiha y revisó las pupilas en detalle —, lucidez completa, no muestra signos de psicosis, pero sí un poco de perturbación.
Alejó sus manos del azabache con un suspiro, y procedió a besar la coronilla ajena.
—Sasuke… —Susurró, con el corazón encogido de pena —, lo siento.
—Estoy bien.
—El bastardo de Danzo me asignó otro paciente y no quedaré libre hasta un par de meses más —gruñó con rabia —. Ese maldito lo hizo a propósito, estoy segura.
"¿Qué haría mi abuelo en este caso?"
"¿Cómo puedo ayudarlo?"
—Encontraré alguna manera de alejar a Haruno, esa mocosa no me da buena espina.
"¡Maldito Danzo!
"¿Qué puedo hacer?"
"Maldición, maldición…"
—Tsunade —la cortó, al menos su orda de pensamientos —, me duele la cabeza. Deja de pensar tonterías, estoy bien.
—Sasuke… —Susurró con la garganta apretada.
"Te sacaré de aquí, es una promesa"
Y aquél pensamiento fue suficiente para brindarle calidez al frío corazón del Uchiha, quién sonrió escueto.
—Lo sé —dijo como única respuesta.
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Al oír la estruendosa alarma, Naruto se revolvió perezoso en las sábanas, y rogó a todos los dioses del ramen que aquella tortura llamada "escuela" se incendiara, o en el mejor de los casos, que cancelaran las clases.
— ¿Naruto?
Pero si había algo peor que levantarse temprano un viernes, peor que ir al colegio, peor que dar exámenes, peor que no comer ramen era…
— ¡NARUTO! ¡MOCOSO HOLGAZÁN!
…Era su abuela Tsunade. Que ni corta o perezosa, subió los peldaños que le llevaban a la habitación del mocoso. A cada paso que daba la mayor, el corazón de Naruto se hacía cada vez más sonoro en sus oídos. Él no era propenso a rogar o humillarse ante nadie pero en esta ocasión pensó seriamente sucumbir ante su temeraria Obachan que precisamente, abrió la puerta de una patada.
— ¡Yo no fui, 'ttebayo! —Chilló poniéndose de pie de un salto sobre la cama.
— ¿Ah?
— ¿Eh?
— ¡¿Por qué aún no estás preparado?! —Tsunade tomó la muñeca de Naruto, y lo aventó al interior de la ducha, para posteriormente lanzarle una toalla. Impidiéndole a su nieto replicar con alguna estupidez —. ¡Te quiero listo en diez minutos!
— ¡¿Qué?! ¡Pero abuela…! —Reclamó indignado.
— ¡En diez minutos, Naruto! —Le cortó —, ¡O yo misma entraré contigo y te refregaré la espalda!
Naruto sintió un escalofrío por su cuerpo ante la simple idea de compartir un baño con su Obachan —. ¡Listo y bañadito en diez minutos, señora sí señora!
— ¡Y ya van dos! —Gritó Tsunade cuando cerró la puerta de un golpe estruendoso.
Al terminar la ducha, Naruto se vistió rápidamente y bajó raudo a sentarse en la mesa. Tsunade ya tenía listo su desayuno, y fue cuando el blondo tenía medio pan zampado en la boca, que su Obachan carraspeó para llamar su atención. El Uzumaki alzó una ceja como respuesta.
— ¿…aja ago Ob-Obaan?
— ¿Qué?
Pasó la masa con la ayuda del café.
—Que si te pasa algo, Obachan —repitió.
Tsunade le dedicó una mirada de preocupación. —Necesito tu ayuda.
— ¿Mía? —Naruto la miró estupefacto. Es decir, él sabía que era increíble y asombroso, pero que su temeraria abuela le pidiera un favor era algo de sorprenderse.
La rubia tomó una silla cercana, y de golpe se sentó sobre ella.
—Esto es importante —advirtió, usando un tono de voz serio que hizo estremecer a Naruto, y bajar el pan que iba a masticar.
Sabía que lo que oiría a continuación, era realmente delicado y crucial, pues a sus ocho años Tsunade había empleado ese mismo tono y mirada para decirle que sus padres habían fallecido.
— ¿De qué se trata, Obachan?
—Tomará bastante de tu tiempo libre —señaló.
— ¿Y mi equipo de fútbol, 'ttebayo?
—Te sacaré.
Decir que no le dolió escuchar aquello, sería una mentira. Pero al mirar a su única familia que aún mantenía con vida, al mirar aquellos claros cabellos, y aquellos orbes miel que con cariño lo observaban día tras día, supo que no podía negarle algo. Era su amada Tsunade, después de todo. Su querida abuela. Si lo necesitaba, él estaría allí con ella hasta el final.
—De acuerdo.
— ¿De acuerdo? —Repitió la rubia sorprendida y conmocionada. ¿Había escuchado bien?
—Sí, dattebayo —remarcó el Uzumaki.
— ¿Así de fácil? —Necesitaba asegurarse.
—Eh, sí. ¿Debí pedir algo?
Al oír la pregunta, Tsunade abandonó su ensimismamiento y rápidamente desvió la conversación.
—Naruto —llamó, el mencionado rápidamente alzó la cabeza en señal de estar prestando máxima concentración —, verás, se trata de un paciente que…
— ¿Está loco? —La cortó.
— ¿Qué?
—Que si está loco, dattebayo —repitió con el ceño fruncido —. No quiero estar con un demente, Obachan.
Naruto sólo sintió el punzante dolor del coscorrón que le propinó Tsunade.
— ¡Duele! ¡Obachan, duele! —Chilló de dolor, llevándose las manos hasta la zona afectada por el golpe.
— ¡Sasuke no está loco, Naruto! —Gruñó, dándole un golpe al mesa con la palma abierta. El café y el pan acabaron en el suelo por la vibración del estruendo.
—Qué culpa tenía el pan… —Gimoteó mirando con pena su desayuno.
—Él es… Particularmente especial —musitó con el pecho encogido.
— ¡¿Y qué quieres que haga yo, 'ttebayo?!
— ¡Que pases tiempo con él!
— ¿Ah? No entiendo nada…
—Su horario de visita va de diez a doce, y luego de las dos y media hasta las seis.
—No puedo, Obachan, tengo que ir a la escuela.
—Pero puedes ir después de clases, Naruto —aclaró con un suspiro. A veces su nieto era un completo idiota —. Lo importante es que pases mucho tiempo con él, y que su psiquiatra vea a Sasuke lo estrictamente necesario y profesional.
— ¿No eres tú su médico? ¡Obachan, no entiendo nada! —Reclamó el menor con un puchero.
— ¡Naruto! —Gruñó, el blondo rápidamente se recompuso en la silla —. No confío en esa mujer, creo firmemente que trata de dañar a Sasuke y se aprovecha de su tiempo porque no tiene visitas de familiares o amigos.
Uzumaki la miró con algo que Tsunade no supo descifrar. ¿Pena? ¿Comprensión?
— ¿Ni un pariente lejano?
—Está solo —admitió abatida por ese hecho —. Necesito que me consigas tiempo, tengo que sacarlo de allí, pero cada vez que pasa tiempo con esa mujer, él… —Gruñó.
Naruto pudo vislumbrar la verdadera ira en los ojos de su abuela.
—… Él se pierde más —completó —. Sus ojos pierden el interés en la vida, Naruto. Esa Haruno sólo lo corrompe y lastima en cada sesión —Tsunade alcanzó la mano del menor, y la apretó con un abismal cariño —. Ayudame a ayudarlo.
El corazón del Uzumaki latió con fuerza, no comprendió del todo bien, pero los puntos importantes los había grabado en su memoria. Con eso sería suficiente. Él deseaba entregarle un poco de calma, a esos tormentosos iris miel que desde que conoció, nunca pudo ver en ellos un atisbo de paz. Siempre luchando, siempre ayudando a los demás, y siempre arreglándoselas para pasar tiempo con él. No tenía idea de cómo lo conseguía, pero eso hacía de su Obachan alguien increíble. Y si con pasar todas sus tardes haciéndole compañía a un paciente medio loco ayudaba a Tsunade, él lo haría, sin importar qué.
—De acuerdo, 'ttebayo —hizo un ademán restándole importancia —, prometo estar ahí a las tres.
—Dos y media, Naruto —corrigió su abuela con un suspiro, pero que al final, acabó siendo una sonrisa.
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"Mira mis labios, mis labios, Sasuke"
"Sólo yo puedo ayudarte"
"Estás solo, ríndete, soy la única que puede darte compañía"
—Sasuke —llamó Haruno —, ¿cómo te sientes el día de hoy?
"Mírame, ¡deja de ignorarme!"
— ¿Dónde está Tsunade? —Preguntó con la voz seca, trató de pasar saliva pero la posición de su cuerpo se lo impidió.
—Yo soy tu psiquiatra a cargo, Sasuke —la pelirosa extendió una mano y con ella repasó el contorno del rostro de su paciente —. Si me aceptaras podría hacer muchas cosas para ti, ayer dijiste que lo pensarías. ¿Lo hiciste?
De pronto, los esmeraldados ojos de Haruno se posaron bajo la cama de Sasuke, y allí vio las cápsulas de medicina que el Uchiha debió consumir anoche.
—Eso está muy mal, Sasuke —desvió nuevamente sus iris y repasó el cuerpo del paciente.
El azabache se encontraba sobre una camilla, atado de pies y manos con esposas de cuero, con un trapo entre los secos labios, y con sudor por toda su blanquecina piel. Era casi enfermante el tono que había adoptado en el interior de ese loquero.
—El horario… —Gruñó Sasuke —, es horario de visitas, no puedes…
—Sasuke, las horas médicas puedo extenderlas tanto como desee y requiera tu tratamiento —aclaró tomando entre sus manos, los electrodos ortopédicos de electroshock y llevándolas hasta las sienes del Uchiha —. Debes tomar tu medicina, Sasuke. No lo olvides…
"Cae, cae, ¡cae!"
Sasuke cerró los ojos ante lo que vendría, no se puede evitar, pensó. No sabía cuánto duraría en aquellas condiciones pero, fuera como fuera, y por más estúpido que sonara –ante todo pronóstico –, se aferró a su inquebrantable orgullo, y se negó a ceder ante su psiquiatra.
Sonrió altaneramente y dijo —: Eres una molestia, Haruno.
El rostro de Sakura se deformó en una expresión que danzó al vaivén del dolor, y de la humillación. —No importa lo que digas Sasuke, soy tu psiquiatra y sé lo que es mejor para ti.
Haruno presionó los mangos contra la pálida piel del Uchiha, y éste gimió con agonía cuando la electricidad atravesó su cráneo. Su cuerpo se agitó salvajemente, y sus huesos protestaron de dolor.
"Eres mío, Sasuke Uchiha"
— ¡SASUKE! —Un gruñido gutural brotó de la garganta de Naruto, quién de un golpe abrió la puerta de la habitación del Uchiha —. ¡ALÉJATE DE SASUKE! —Ordenó furioso.
El pecho del Uzumaki subía y bajaba preso de la agitación del momento. Sus azules orbes estaban inyectados de sangre, clavados con odio en los iris esmeraldados de Sakura. La psiquiatra, alejó los electrodos del Uchiha, y observó con susto y perplejidad a quien había irrumpido sorpresivamente la habitación de Sasuke.
— ¿Quién eres tú? —Cuertionó Sakura, poniéndose de pie y haciendo acopio de su porte y título como psiquiatra.
Sasuke frunció como pudo su ceño. Sus pupilas se perdían en lo blanco de la habitación, y revoloteaban sin clavarse en algún punto fijo. Sin embargo oyó como una agitada respiración se unió, se trataba de Tsunade, quién le dedicó una mirada de triunfo.
—Él es Naruto Uzumaki —presentó la rubia —, y es un pariente de Sasuke Uchiha.
Haruno alzó una ceja incrédula.
— ¿Pariente? —Repasó al blondo con sus ojos —, no me lo creo.
Tsunade frunció el ceño molesta, abrió los labios para protestar pero su propio nieto se le adelantó. —Eso no es tu problema, 'ttebayo. Vine a ver a Sasuke y tú estás quitándome mi tiempo con él —gruñó.
El Uchiha no podía sentirse más perdido. ¿Pariente? ¿Qué?
— ¿Qué significa esto, Tsunade? —Sakura preguntó con indignación —. Sasuke jamás había recibido visitas, esto es demasiado repentino para él, no se lo tomará bien. Además me restará tiempo para continuar con su tratamiento especial.
—Es horario de visitas, Haruno.
— ¡Pero Tsunade! ¿No te importa el bienestar de Sasuke?
—Reglas son reglas, niña. No puedo hacer nada para quitarle el derecho a visitas.
Naruto se cruzó de brazos molesto, y fulminó con la mirada a la pelirosa. Su Obachan tenía razón, aquella mujer no le daba buena espina, ni un poco.
—Sueltalo —ordenó irradiando enojo.
— ¿Disculpa?
—Que liberes a Sasuke, ahora.
—Sasuke recibe un tratamiento especial que…
—Sí, sí, eso ya lo oí 'ttebayo —le cortó de lleno —. Me importa poco lo que dices, quiero que sueltes a Sasuke y nos dejes solos.
—Tsunade, ¿es así? —Preguntó la chica, para asegurarse.
—Sí, Naruto fue revisado y sus pertenencias están en custodia —señaló —, además el director y el médico le dieron el visto bueno y hasta consideran positivo permitirle el paso.
Sakura formó una delgada línea donde habitualmente tenía impresa una sonrisa, y obligada llevó las manos hasta las esposas de cuero, dejando los miembros de Sasuke en total libertad. Le dedicó una última mirada de desconfianza al blondo, y tomando sus pertenencias hizo abandono de la sala. No pasó mucho tiempo para que Tsunade le siguiera, no sin antes decirle a Naruto que dejaba a Sasuke a su completa disposición y cuidado.
Y ahora Naruto miraba con un poco de incomodidad la sala. Es decir, luego de clases se había aventurado a ir hasta el psiquiátrico sin muchas ganas la verdad, y ciertamente pasó por una exhaustiva revisión que acabó en una extraña conversación con un hombre tétrico. Y luego estaban los gritos, uno peor que otro, en algún momento Tsunade se unió y lo guió por los pasillos hasta que lo vio.
Sasuke.
Definitivamente aquél joven poco mayor que él mismo debía ser Sasuke Uchiha.
Y estaba gimoteando. Estaba sufriendo.
El dolor impreso en sus volcados ojos provocó tal poderosa impresión en Naruto, que por un instante la agonía ajeno se hizo propio, y lo sintió vibrar contra sus huesos. Y fue por esa misma razón que sin pensarlo ni un poco, irrumpió la sala con fuerza desmedida.
¿Y ahora?
Naruto se sentía un poco avergonzado, pero no se arrepentía. Simplemente no sabía cómo debía proceder, ¿saludarlo? ¿Hablarle? ¿Preguntarle qué tal el día? O quizás sólo sentarse a su lado y esperar a que las horas restantes se esfumaran.
"Tanto blanco me enferma 'ttebayo"
El Uzumaki se paseó por la –sorprendentemente –, espaciosa habitación, y con curiosidad comenzó a trajinar las pertenencias ajenas alternando sus ojos para mirar cada cierto rato al Uchiha. Al parecer estaba inconsciente, pero vaya a saber uno, podría ser que se levantara de improvisto y lo pillara ahí con las manos metidas en su almohada.
— ¿Qué? —Preguntó Naruto más para sí mismo.
Tanteó con más rigurosidad y allí, en medio del relleno y la tela que cubría el cojín, halló un cóctel de pastillas. Saber que Sasuke debía tomar todo un abanico de medicinas le enfermó.
— ¿Tu curiosidad ya fue saciada?
Naruto saltó en el lugar, y volteó hacia la camilla con el corazón en la mano. Allí dónde debía estar el Uchiha medio muerto, resulta que estaba medio vivo sentado con una pierna sobre la colchoneta, y la otra colgaba del borde.
—D-Despertaste 'ttebayo —tartamudeó, preso de la incomodidad, del miedo ante lo desconocido, y levemente intimidado por el porte que presentaba el Uchiha.
"Acostadito se veía más indefenso"
— ¿Quién eres? —La voz de Sasuke salió increíblemente rasposa.
—T-Tu, tu… ¿pariente?
Sasuke alzó una ceja con incredulidad. — ¿En serio?
— ¿U-Un pariente muy, eh… Lejano 'ttebayo?
El Uchiha afiló sus ojos hacia el blondo.
— ¿Qué quieres de mí? ¿Una exclusiva del misterioso caso "Sharingan no Sasuke"? —Escupió con veneno en cada palabra.
Naruto lo miró como si una segunda cabeza le hubiera nacido de pronto del cuello.
— ¿La qué? —Preguntó colgado, inclinando ligeramente su rostro hacia un lado.
"No está loco, decía, es especial, dijo"
" ¡Mentiras dattebayo! ¡Está más loco que la propia Obachan! "
— ¿Sabes quién soy al menos?
— ¿Debería? Escucha dattebayo, ni sé cómo llegué aquí, sólo pregunté por el loquero más cerca y di con este —explicó mientras hacía señas confusas —. En la entrada me revisaron hasta el alma, de sólo pensar en ese degenerado de cabellos lacios me dan ganas de vomitar todo el ramen que comí entes de venir 'ttebayo —lloriqueó —. Y luego estaba ese sujeto de mirada escalofriante, es decir, ¡sentí que me lanzaba maldiciones por la espalda! Pero gracias a los dioses del ramen, que sí existen Sasuke, lo hacen, que apareció mi Obachan Tsunade y me trajo aquí. ¡Fue una locura dattebayo! —Exclamó con emoción, para luego caer en la cuenta de lo que dijo —. D-Digo, no es que estés loco 'ttebayo… Jaja…
Sasuke se llevó los dedos índice y pulgar hasta el puente de su nariz, y la apretó con agonía. ¡¿Quién demonios era ese parlanchín?! ¿Tsunade lo había traído con la excusa de ser un familiar suyo? ¡Nadie podía creer eso!
—Sasuke, ¿estás bien? —Para cuando el azabache alzó los ojos, unos eléctricos orbes azules se encontraban mirándolo con honesta preocupación —. Eso… Eso que te hizo esa doctora… —Murmuró Naruto con un poco de vergüenza.
"Es horrible 'ttebayo"
"¿Duele mucho?"
"¡Si le llego a preguntar eso seguro me mata, dattebayo!"
—Electroshock —pasó saliva con dificultad —, no se… No se supone que se realice así.
— ¿Ah? ¿De qué hablas 'ttebayo?
Sasuke frunció el ceño con disgusto. ¿De qué estaba hablando? ¿Y qué hacía explicándole algo complejo a un dobe como ese?
— ¡Ah! —El grito de Naruto lo trajo de vuelta a la realidad —, ¿tienes sed? Puedo ir a… —Naruto pensó mejor la idea, para luego negar — Puedo pedirle a Tsunade que te traiga un poco, no debería tardar mucho.
Sasuke negó suavemente.
— ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?
Naruto se alejó un poco del Uchiha, para luego brincar sobre la camilla y sentarse como indio a un lado del azabache. Sasuke no lo podía creer, ¿en serio era tan estúpido como para acercarse tanto a un loco que no estaba atado de manos?
—No estoy del todo seguro pero… —Se tomó unos segundos antes de clavar su mirada en los ónix del Uchiha —, vengo a pasar tiempo contigo, Sasuke —dijo, y sonrió abiertamente.
"Bueno, lo solté 'ttebayo"
"Si me golpea no podré culparlo"
"¿Quién parece el loco ahora, Obachan?"
El corazón de Sasuke se agitó en su pecho con verdadera fuerza, sus manos temblaron y su garganta se apretó amenazándolo con ahogarse. La sonrisa que ese extraño le mostró, le encandiló como lámpara a polilla, y entibió lugares que antes desconocía su existencia. Sea quién sea ese chico era peligroso, casi podía leerse en su frente una advertencia de precaución, pero él era Sasuke Uchiha. Y estaba loco, ¿verdad? ¿Qué importaba entonces arriesgarse un poco? ¿Qué tenía que perder?
—Eh… ¿Sasuke?
"¡Lo que he dicho sonó mal!"
"¿Y si me odia?"
"¡Pero si apenas me conoce!"
"No me puede odiar tan pronto, 'ttebayo!"
— ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó moviendo su rebelde flequillo a un lado. Naruto se prendó* instantáneamente de aquel hipnótico movimiento.
El blondo se levantó de un salto, y alzando un pulgar para clavarlo en su propio pecho, exclamó —: ¡U-ZU-MA-KI NARUTO! ¡Y desde hoy te acompañaré todas las tardes, dattebayo!
"¿No me habré pasado?"
"Igual tiene cara de estreñido, este Uchiha"
— ¿Tsunade te envió? —Preguntó Sasuke, arrancando a Naruto de sus pensamientos.
—Eh… —Se rascó la nuca nervioso —, sí, algo así.
—Ya veo.
Y el silencio reinó en la habitación.
— ¿Quién era esa mujer? —Preguntó Naruto, luego de rebanar sus cesos buscando algún tema de conversación. Bien, estaba seguro que no era una pregunta grata, pero no se le había ocurrido una mejor.
—Es Sakura —respondió, sacando por deducción que se refería a la psiquiatra y no a Tsunade —. Sakura Haruno.
—Eso no me dice mucho, 'ttebayo —murmuró entre dientes.
—Es mi psiquiatra —aclaró —. Está a cargo de mí desde hace un año.
—Y antes mi Obachan cuidaba de ti, ¿verdad?
— ¿Tsunade? —Naruto asintió en respuesta —. Sí, lo hizo.
— ¡Miedo! —Exclamó sorprendiendo a Sasuke.
— ¿De qué estás hablando, Dobe?
— ¡Esa mujer es un peligro! —Chilló alterado —. ¡Siempre grita y golpea cosas! ¡Da miedo! Y cuando me levanta por las mañanas para que vaya a la escuela ella me obliga a espera un segundo Uchiha, ¡¿me llamaste Dobe, Teme?!
— ¿Teme? —Preguntó Sasuke con un tic en el ojo —. ¿Cómo me llamaste? —Gruñó hacia el blondo tomándolo de sorpresa por el tono arizco utilizado, pero que, contradictoriamente, lo incitó a continuar ofendiéndolo.
—Te-me —pronunció separando las sílabas —, ¿o es que la corriente te dejó tonto?
Al instante cerró la boca. Y por la expresión de Sasuke supo que la había cagado hasta el fondo.
—Yo… Sasuke… No…
"¡Demonios! ¿Por qué era tan difícil pedirle disculpas?"
—En ese caso, Naruto —dijo el Uchiha con su rasposa voz. El blondo tragó duro ignorando por completo el ligero estremecimiento que le recorrió el cuerpo al oír su nombre pronunciado por el otro —, a ti te hace falta muchas sesiones con este juguetito, para ver si se te pasa lo imbécil.
"¿Eh?"
"¡¿EH?!"
— ¡¿Qué dijiste?! —Chilló el Uzumaki, acercándose al pelinegro.
Sasuke alzó los hombros con despreocupación.
—Que eres un imbécil.
— ¡Mal agradecido! —Dijo con exasperación.
El semblante del Uchiha se oscureció. —No te he pedido nada.
—Claro que no, esa fue Tsunade —gruñó —. No sé qué diablos te vio como para hacerla ayudar a un prepotente como tú, ¡pero ten por seguro que tu horrenda personalidad no me detendrá, 'ttebayo!
"¡Estúpido Uchiha, tonto, idiota, imbécil…! Ah, no, ese soy yo, dattebayo"
— ¿Siempre eres tan molesto? —Gruñó Sasuke poniéndose de pie, alarmando por un instante al blondo, quién dio un paso hacia atrás —. ¿Qué te pasa ahora? ¿Me temes?
— ¿A ti? —Señaló con su mano despectivamente —. Ni un poco.
Sasuke alzó una ceja burlón. —Claro, Dobe.
— ¡¿Otra vez con los apodos, Teme?! Espera, espera, ¿a dónde vas? —Preguntó cuando notó que el Uchiha avanzó hasta la puerta de entrada.
—No es tu asunto.
— ¡Sí lo es! —Gruñó molesto —. ¿Tienes permitido salir, 'ttebayo?
Con un suspiro, Sasuke volteó apra enfrentar al blondo. —Sí, puedo salir si de alimentarme se trata.
— ¿Para nada más?
—No, sólo para comer.
— ¿Y qué haces?
— ¿Qué hago de qué, Dobe?
— ¡¿Qué haces para distraerte, 'ttebayo?!
—Hablo con las voces en mi cabeza.
El rostro de Naruto palideció en un instante.
— ¿Sabes qué están diciéndome ahora mismo? —Añadió Sasuke para picar aún más al Uzumaki.
—N-No…
—Que me deshaga de ti.
"Obachan, te dejo mi mesada, no lo gastes en tontas apuestas que perderás. Neji, te encargo mis tareas pendientes. Gaara te dejo mi porno, a ver si con eso te defines de una vez. Y Kiba… Te dejo la comida de Kurama, 'ttebayo. ¡Luego no salgas con que fui un mal amigo!"
Sasuke suspiró con cansancio. —Iré a comer.
Aquella frase rompió el ensimismamiento de Naruto, quién rápidamente lo siguió.
Los días pasaron, y con ellos, las semanas. Naruto visitaba diariamente a Sasuke, cumpliendo así, su promesa hacia Tsunade. Sin embargo, a pesar del tiempo compartido, si es que se le podía llamar así, no había logrado mejorar nada entre esos dos. Habían días en que la mirada de Sasuke se encontraba perdida sobre los azulejos del suelo, y simplemente se limitaba a guardar silencio, a pesar de ser molestado por el Uzumaki. Naruto no sabía qué más hacer, nunca fue bueno ayudando a otros por medio de palabras, él era un joven de acción, pero ahí encerrados en aquellas cuatro paredes no tenía muchas opciones. Qué hacer entonces, se preguntó desanimado. Quizás la extraña personalidad de Sasuke se debía a la enfermedad que tenía, es decir, por alguna razón estaba internado ahí, ¿verdad? Y aunque sabía que era más fácil y rápido consultarle a su abuela, o leer directamente de su expediente, prefirió ser honesto y preguntarle directamente al mismo Sasuke.
— ¿Qué?
—Que qué enfermedad tienes, 'ttebayo —repitió —. No es normal que un día seas tan comunicativo como, bueno, tú puedas ser —comentó con una mueca —, y al otro minuto te quedes callado como momia.
"Bien, ya lo dije"
Sasuke esperó un momento antes de responder. — ¿Por qué quieres saberlo?
—Tengo curiosidad, dattebayo —dijo sincero —. A mí me pareces bastante cuerdo, a pesar de las pintas locas que traes siempre.
El Uchiha lo miró detenidamente por un largo rato, poniendo nervioso al blondo, hasta que con suspiro dejó caer sus hombros que hasta ahora, siempre mantuvo rígidos.
—Pensaste mal si creíste que por preguntarme directamente te diría algo.
Naruto abrió la boca indignado.
— ¡¿Eso es un no, 'ttebayo?! —Chilló molesto.
"¡Uno se preocupa y éste idiota te manda a la basura!"
—Es mejor así, Naruto.
— ¡Estupideces, Teme! —Exclamó con las cejas fruncidas — ¡Dime qué tienes! ¿Por qué no puedes salir de aquí?
"¿Por qué eres tan cerrado, Sasuke?"
—La hora de visitas está por concluir.
— ¡Sasuke! —Gruñó tomando al Uchiha de las solapas de su enfermante ropa blanca —. ¡Dime la verdad!
"¿Por qué tus ojos se ven más oscuros que antes?"
—Estoy cansado, Dobe. Dejame en paz.
— ¡No Sasuke, no! ¡Habla conmigo!
"Quiero ayudarte"
—Que me dejes, Naruto —gruñó molesto.
— ¡Nunca! ¡Le hice una promesa a Tsunade! ¿Recuerdas maldito, Teme? ¡Te dije que no la rompería!
"No es eso"
— ¡Desiste de una vez! ¡Jamás podrá sacarme de aquí!
— ¡¿Ah?! ¡¿Por qué no?! ¿Tan rico es el cóctel de pastillas que te da la psiquiatra que no querer irte?
"No es eso"
— ¡Deja de decir tonterías, Naruto! —Sasuke comenzó a forcejear con el blondo —. ¡Sueltame!
— ¡¿Entonces qué es Sasuke?! ¡¿Qué es?! ¡¿Por qué no quieres irte de aquí?! —Gritó perdiendo el control.
"No es eso"
—Naruto… —Susurró Sasuke, pero para entonces ya era tarde.
Lo que tanto quiso esconder Naruto, finalmente, fue…
—Esas… Estás… La cama está…
…Descubierto.
El rubio parpadeó confundido, y miró a su alrededor. Grande fue su sorpresa cuando notó que había abandonado su poderoso autocontrol, y que su anormalidad salió a relucir. ¿Cuántas veces no le había dicho Gaara que debía mantener sus emociones a raya? ¿Cuántas veces no tuvo que entrenar hasta quedar sin energías ni fuerzas para aprender a reprimir aquello que le hacía diferente?
—Sasuke… —Gimoteó con miedo. Sus ojos se volvieron acuosos y la vergüenza se filtró en cada poro de su ser.
"No es eso, Sasuke."
"La promesa que le hice a Obachan inicialmente fue el motivo por el que continué visitandote a pesar de que eras un idiota malhablado y prepotente. Pero, cuando quise ignorar lo que había descubierto ya era tarde. Sasuke, cuando vi en tus ojos la oscuridad consumir su luz, supe que no debía alejarme de ti. Nunca más"
—Naruto —susurró Sasuke alargando su mano para tocar al Uzumaki, sin embargo éste lo apartó de un manotazo.
El corazón del azabache se retorció de dolor.
—No Sasuke, ¿querías que te dejara en paz, no es así? —Naruto arrastró los pies hasta la puerta —. Dalo por cumplido.
Cuando la puerta se cerró tras el Uzumaki, la cama que hasta ahora se había mantenido flotando en el aire cayó golpe al suelo. El estruendo alertó a Tsunade, quién entró estrepitosamente a la habitación de Sasuke.
— ¿Sasuke?
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— ¿Estás seguro de esto, Gaara? —Preguntó un albino al menor, que miraba impasible las fotografías sobre su escritorio.
—Completamente, Kakashi —contestó.
—Con Naruto tuviste suerte, prácticamente era un niño idiota y simplón que no sabía cómo usar su don.
—Sasuke también es un niño asustado, simplemente debemos iluminar su camino —argumentó el pelirojo —. Tiene miedo de lo desconocido y se cree toda esa basura terapéutica.
—Ah sí —recordó Kakashi llevándose una mano hasta su mentón —, ¿cómo era que le decían?
—Esquizofrenia indiferenciada —respondió Gaara.
—Y resulta ser Telepatía —aclaró —, es un poderoso don que debemos entrenar con cuidado.
—Lo importante ahora es sacarlo de allí y ayudarle a superar sus dificultades.
— ¿Crees que Naruto sea la mejor opción? Aún es un niño, Gaara. ¿Qué tal si sale herido?
—Entiendo tu preocupación Kakashi, pero él también tiene un gran don.
—Telequinesis.
Gaara asintió hacia el mayor. —Y no olvides su impresionante poder de regeneración.
Kakashi asintió en silencio.
—Entonces —dijo Gaara —, ¿cómo deberíamos proceder?
—Sacar al Uchiha de ese sitio es primordial —destacó el albino.
—Pero Haruno será un gran problema —murmuró el pelirojo con el ceño fruncido.
—Después de todo ella… —continuó Kakashi.
Sasuke frunció el rostro con asco, y se limpió las solapas de su ropa.
— ¿Cómo se atrevió ese animal a tocarlo? —Gruñó el Uchiha.
El azabache se acercó a la puerta de salida, y verificó ambos lados antes de salir y perderse por pasillos poco transitados.
—Sí —asintió Gaara.
Sasuke tomó la llave que guardaba en el interior de su ropa, y con sigilo abrió una puerta poco notoria a simple vista. Volteó hacia la única camilla que aguardaba en el interior de la habitación, y sonrió con locura.
—Después de todo Haruno… —Dijo Kakashi.
Allí sobre el ligero colchón, se encontraba Sasuke, atado de manos y pies. Su piel estaba incolora y repleta de heridas superficiales abiertas. Sus ojos estaban opacos, sin brillo alguno, mirando sin mirar la nada misma. Sus labios estaban partidos por la resequedad, y su miembro bailaba al vaivén de la mano del otro Sasuke. De pronto, quién estaba libre de ataduras y había irrumpido el cuarto, comenzó a carcajear siniestramente y el Uchiha pudo apreciar cómo el rostro ajeno que parecía ser una copia exacta del propio, comenzó a cambiar hasta tomar la figura de Sakura Haruno.
—Sí, esa mujer tiene el don de la metamorfosis —añadió Gaara.
—O transformación, en palabras menos problemáticas —simplificó Shikamaru, que recientemente se había unido a la conversación de sus superiores.
Sasuke cerró los ojos con cansancio… ¿Qué era real y qué no? Entonces en ese pequeño y oscuro espacio, con la imagen de un sonriente Naruto, se aferró a creer que la esquizofrenia indiferenciada lo había consumido por completo.
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Prendó: (Prendarse) Enamorarse de algo o alguien.
En este caso, Naruto se enamoró del movimiento que hace Sasuke con su mechón de pelo.
Bueeeeeno, no soy muy buena aún manejando a Sasuke o a Naruto, pero algo es algo. Esto es lo más largo que he escrito en toda mi vida y casi muero en el intento TuT pero la inspiración pudo más conmigo y he aquí el resultado. Creo que fue una buena idea que podría convertir en fanfic cuando acabe la otra que tengo de Todobaku.
Eso es todo chicos, espero que les haya gustado y si no les gusta este ship, o Naruto en sí, su animé, al menos que les haya gustado la trama. No sé, creo que mezclar poderes tipo x-men con Naruto quedó bien.
En fin.
Uh, Uh, curiosidades 7u7
Mi primer amor no fue Troy de High School Musical, ¡no! >:v Fue Logan/Wolverine de x-men jajajajaja
Y originalmente Naruto iba a tener el poder de Logan, honestamente ese le iba más pero cuando me di cuenta que quería ponerle ese don (ya saben, garras cool, y regeneración rápida, y que Logan parece bestia enojado igual que Uzumaki), ya tenía escrito que era telequinesis :'v Y luego pensé, Uh mierda, a Gaara le iba bien ese poder >:'v. soy una tonta jsjxjdjdkdjsbsk
Pero bueno, igual quedó bien(?
Diganme qué les pareció <3 los quiero y nos estamos leyendo \^^/
FadedDoll
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