Epílogo
El disparo no me dió, no lo sentí, ni lo vi, ya que cerré los ojos con miedo y luego caí al suelo.
Cuando los volví a abrir Zach me miraba perplejo, al igual que los demás.
Me abrazó con fuerza mientras yo miraba a todos confusa.
- ¿Qué ha pasado? - pregunté aturdida.
- Primero, - comenzó Jonah - ascendiste al cielo con unas alas hechas de fuego, luego Peter disparó, pero tú desviaste el misil a la carretera, sin dañar a nadie. Y ahora... Has vuelto a la normalidad.
Miré a Zach sin creérmelo y él asintió con una sonrisa.
Observé el tanque. Dos soldados agarraban a Peter de los brazos y lo llevaban a una furgoneta blindada mientras él no dejaba de gritar.
- Y... ¿Ahora qué? - pregunté levantándome del suelo.
- Ahora nada Allison. - dijo Zach - Todo se ha acabado, todo ha vuelto a la normalidad. No más guerras, no más luchas.
Sonreí ampliamente y le abracé con fuerza.
Mientras tanto, Shawn y Ale hablaban.
- ¿Qué pasa con ellos?
- Son hermanos. - respondió Daniel - Cuando sus padres murieron, Shawn estaba en la casa de sus tíos, ya que él tenía 17 años y la universidad que le gustaba estaba en Canadá. - explicó - Ale se unió a los extremistas no sin antes dejarle una nota diciendo las razones de sus actos, y desde entonces no sé habían vuelto a ver.
- Quien lo diría. - comenté sorprendida - Alguien que odia a los humanos tiene un hermano humano.
Todos sonrieron mirando a los dos.
Quizá en verdad Ale no odiaba a los humanos. Quizá solo se protegía en esa mentira para huir del dolor.
La mano de Zach se unió a la mía y él me dedicó una linda sonrisa, mientras me apartaba de los demás.
- ¿Quieres volar un rato? - preguntó con un tono de voz suave.
- Vale. - sonreí y alcé mis brazos para que me cogiera.
- Tienes alas. - comentó riendo.
- Pero estoy cansada. - me quejé con un puchero.
Zach rodó los ojos, pero enseguida me cogió en brazos y comenzó a volar.
Cerré los ojos sintiendo el viento en mi pelo y recosté mi cabeza en el pecho de Zach.
Los volví a abrir para contemplar el atardecer.
Era hermoso y todo nuestro. Éramos libres.
Zach aterrizó en lo alto de una iglesia y me sujetó bien de la cintura mientras me miraba a los ojos.
- ¿Te he dicho que te amo alguna vez? - preguntó en un susurro.
- Sí lo has dicho. - sonreí mientras me aferraba a su cuello - Pero me gusta que lo hagas.
- Te amo. - susurró en mis labios antes de profundizarlos en un beso apasionado.
- Te amo. - conseguí decir cuando nos separamos.
Volvimos a besarnos de nuevo.
Ya nada nos detendría. Ya nada nos separaría. Éramos libres y estábamos enamorados.
Teníamos el mundo a nuestros pies.
FIN
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No puedo decir nada más.
Voy a llorar. 😫😫
Muchas gracias a todos los que han leído, votado y comentado en esta historia.
Ha sido una gran experiencia y me alegra mucho haber escrito está historia.
GRACIAS ❤❤❤❤❤
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