7

- Hola. - saludé algo confusa - ¿Te conozco?

No, creo que no. Pero... Me resultas familiar.

- Igual que a mí... - le miré detenidamente - ¿Cómo te llamas?

- Daniel Seavey. Control de elementos. - afirmó mirándome fijamente - Y tú, Allison...

- Williams, bueno... Eso era antes de que mi familia adoptiva me echara de casa. Fuego.

- ¿Eres adoptada? - preguntó asombrado.

- Sí. - arrugué la nariz - ¿Es tan raro?

- No, no. Nada de eso. Solo que... Yo también lo soy. - dijo con una mueca.

Esto sí que es extraño.
¿De que me suena su cara y su nombre?

- Bien. - intervino Zach - ¿Quieres ver a los demás chicos?

- Claro. - contesté con una sonrisa.

Nos despedimos de los chicos y seguimos por otro gran pasillo hasta una especie del gimnasio.

- Eso fue raro. - soltó de repente Zach.

- ¿El qué? - me hice la desentendida, en verdad sabía perfectamente de lo que hablaba.

- Tu y Daniel. Fue algo... ¿Cómo decirlo? - paró un segundo - Incómodo.

- Si... Quizás tengas razón, pero, en serio me resulta familiar.

- Puede que los dos estuvierais en el mismo orfanato en Vancouver.

- A lo mejor...

Llegamos al gimnasio y casi muero.

Si, así como os lo digo. Varias rocas fueron lanzadas contra nosotros.

- ¿¡Qué os pasa!? - gritó enfadado Zach ayudándome a levantarme.

- ¡Wow! lo siento tío. No quería daros. - se defendió un chico desconocido a mis ojos.

Era alto. Demasiado alto.
A comparación de estos chicos me sentía enana.

Tenía los ojos azules, que juro que a veces cambiaban a verde.
Pelo castaño y buena mandíbula.
Se le notaba fuerte.

A su lado estaba... ¿Calum?

- Hola Allison. - saludó con una sonrisa al verme.

- ¿Hola? - estaba algo confusa. ¿Qué hacía él aquí? - ¿Qué haces aquí?

- Yo también tengo poderes. - levantó las piedras de nuevo hacía un lado - Telequinesis.

- Hola - saludó el rascacielos - Soy Jonah. Jonah Marais. Fuerza y regeneración.

- Encantada. - sonreí - Allison. Fuego.

La verdad que es raro decir tu poder después de tu nombre.
Pero si ellos lo hacen así...
Me aguantaré.

- ¿Habéis decidido ya quién la va a entrenar? - preguntó Calum a Zach.

- No. - declaró con una mueca - Supongo que o Jack o Daniel.

- ¿De que habláis? - pregunté curiosa.

- Hablan de quién será tu profesor. - contestó Jonah - Necesitas aprender algunas cosas antes de combatir con la L.C.P.S.

Mi cara ahora era todo un poema.

¿Profesor? ¿Combatir?

- Sí Allison, combatir. - nuevo poder de Zach; Leer mentes - Y no, no leo mentes. - rió y me sonrojé - Necesitamos derrotar a la Liga para poder vivir en paz sin que la gente nos critique por ser "extraños" o "anormales".

Eso me gustó.

- Que Daniel y Jack decidan quién le enseñará. - prosiguió Calum.

- ¿Por qué Jack o Daniel? - Fruncí el ceño hacia Zach - ¿Por qué tú no?

Me sonrió tiernamente.

- Yo querría pero, ellos tienen los poderes que más se asemejan al tuyo.
Sueltan o controlan elementos que salen de ellos mismos, o qué ven cerca, en el caso de Daniel.

Hice un puchero pero asentí.

- ¿Cuando empiezo?

- Mañana a las 7.

- ¿De la tarde? - pregunté esperanzada.

- De la mañana.

Gruñí internamente y me crucé de brazos.

- ¿Y ahora qué?

- Nosotros tenemos que entrenar. - habló Calum - Tú te puedes quedar a ver.

Indignada. Así es como me sentía.

Ellos derramando todo el sudor que les quedaba en el cuerpo para hacerse más fuertes, mientras yo, comía galletas en ese incómodo banco, viendo como se esforzaban.

Zach tiene razón. Soy una gocha.

Una galleta voló en frente mía y fruncí el ceño echándome para atrás.

Eso solo podía ser obra de dos personas: Zach o Calum.

Miré dónde se encontraba Calum y ni me miraba. Estaba tirando cosas a Jack, el cual las congelaba antes de que llegaran a su cara.

- Si querías una galleta, podías habérmelo pedido sin más, Zach.

Su rostro apareció delante de mí con una pizca de confusión en sus ojos.

- ¿Cómo...?

- Solo podías ser tu o Calum. Él está haciendo otras cosas y además, tu colonia se puede oler desde la luna. -me acerqué y olisqueé su cuello - ¿Nenuco?

Reí ante mi comentario y sobre todo por las mejillas sonrojadas de Zach.

- No es Nenuco. - se defendió como un bebé.

- Creo que tú comportamiento me lo confirma más. - sonreí - Eres todo un bebé, que usa colonia de bebé y se comporta como un bebé.

Frunció el ceño y volvió a desaparecer delante de mis ojos.

- ¿Te aburres? - se escuchó su voz en mi oído.

- La verdad es que sí. - dije soltando un suspiro frustrado.

- Bien. - casi pude imaginarme su sonrisa - Pelea conmigo.

- ¿Qué?

Y de la nada me llevó en su hombro (al menos eso creía) al centro del gimnasio.

Sentí el suelo chocar contra mi espalda y abrí los ojos algo abrumada.

¿Cómo se luchaba con alguien invisible?

- Vamos Zach, solo fue una broma. - intenté buscarle con la mirada. Mira que soy tonta. - No hueles a bebé.

Todos rieron lo que provocó el primer golpe en mi hombro.

- ¡Auch! - me quejé levantándome.

- Vamos Allison. Lucha.

Oí su voz pero se desvaneció en varias ondas, provocándome no saber de dónde venía el sonido.

Di un puñetazo al aire.

Él rió.

Su risa me dió una pista de su posición, pero volví a dar una patada al aire.

Otro golpe fue a parar en mi espalda.

¡Hijo de su...!

- Utiliza los otros sentidos, Allison. - me aconsejó su voz - No solo utilices el campo de visión para guiarte.

Lo intenté varias veces sin éxito.

Respiré profundamente y cerré los ojos.

Lo olía... Oía su respiración...

Di una vuelta lateral que aprendí en mis clases de kárate y caí encima de él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top