44 f i n a l e s

Corrí por las calles hasta llegar al primer alcantarillado.

- ¿¡A dónde vas?!

Me giré con la respiración agitada hacia Daniel.

- E-ellas están vivas. - dije intentando recuperar el aliento.

No dijo nada, solo esperó a que abriera la alcantarilla para meterse de lleno y ayudarme a bajar.

Se notaba que sí que le gustaba Ale.
Y eso me gustaba a mí.

- ¿Cómo llegasteis tan rápido? - pregunté mientras avanzábamos en la oscuridad gracias al fuego que desprendían mis manos.

- ¿Sabes cuál es el poder de Nash? - negué con la cabeza - Telestrasportación. Nos llevó uno a uno a Texas.

- Podría haber utilizado eso con Zach cuando el edificio se derrumbó. - exclamé con el ceño fruncido.

- No, no podía. - dijo él tranquilo - La Liga le atrapó antes de vuestra llegada al edificio. Logró escapar, pero ya habían experimentado con sus poderes. Si se teletrasportaba, solo una parte de él lo hacía. Era muy peligroso teletransportarse con Zach, ya que podría llevarse solo un brazo o su cabeza. - suspiró - Ese fallo se arregló con el tiempo y pudo llevarnos a Texas.

- Entiendo.

Caminamos por más de media hora, hasta que una luz se hizo presente al final del túnel.

Daniel y yo nos miramos con el ceño fruncido y avanzamos hacia la luz con paso firme.
La luz venía de una pequeña ventana en una puerta blanca de metal.

Me asomé con cuidado de no ser descubierta y pude ver un largo pasillo con puertas a cada lado.

Sin duda era el laboratorio de la Liga.

Miré a Daniel intentando encontrar una respuesta para entrar sin ser descubiertos. No podía hacer desaparecer la puerta sin más, todos los que pasaran por allí lo notarían.

Él sonrió con autosuficiencia y me enseñó la palma de su mano. La cerró con fuerza y cuando la volvió a abrir, había una llave en ella.

- Increíble ¿No?

- Egocéntrico. - comenté con una risita.

Abrió la puerta y los dos nos deslizamos por el pasillo esquivando algunas ventanas que daban a las habitaciones principales, dónde algunos científicos trabajaban.

Casi todas los cuartos con ventanas eran de experimentación o construcción de... ¿Robots?

Sí, eran robots, y por las cuchillas que les ponían en los brazos, pude deducir que no eran amigables.

- ¿Piensas que nos van a atacar con eso? - susurró Daniel viendo la construcción de algunos de ellos.

- Eso creo. - suspiré - Démonos prisa.

Llegamos a la última habitación con ventana, pero no sé podía ver nada. Todo estaba a oscuras.

Pude distinguir a algunos cuerpos entre las sombras, acurrucados en una esquina de la habitación.

También pude sentir vibración en el vidrio. Alguien golpeaba la ventana con fuerza, intentando llamar nuestra atención.

No me esperé ningún segundo más e hice desaparecer la puerta con un solo toque.

La pequeña Marie se aferró a mí pierna en cuanto pudo y las demás me rodearon en un gran abrazo mientras algunas lloraban.

- ¡Por fin! - exclamó Ale escapando del abrazo - Os habíais tardado bastante.

Ella y Daniel conectaron miradas y en un solo movimiento, mi hermano ya la tenía entre sus brazos mientras la besaba.

Todas se sorprendieron ante eso, pero yo solo pude sonreír.

- ¡Intrusos!

Miré hacia atrás con sorpresa.
Unos guardias se acercaban con rapidez hacia nosotros.

- ¡Correr! - grité asustada.

Pero no había escapatoria, ellos taponaban la salida.
No había otra opción. Tendríamos que luchar.

Cogí a Marie en brazos mientras miraba a todos lados.

- A la cuenta de tres, quiero que todos os acerquéis a mí - dije con decisión.

No sabía que estaba haciendo, pero tenía una corazonada.

- 1... - todos se acercaron un paso a mí - 2... - uno más - ¡3!

Daniel y las chicas me abrazaron mientras yo cerraba los ojos.
Los volví a abrir al no sentir ningún disparo ni detención de algún guardia.

Una cúpula azul nos rodeaba mientras los guardias volaban por los aires a cámara lento.

- Wow. - oí decir a Selena.

- ¿Qué día es hoy? - pregunté sin dejar de mirar la cúpula.

- 2 de abril. - dijo una chica.

- Nuestro cumpleaños. - susurró Daniel comprendiendo.

Ya habíamos desarrollado todos nuestros poderes oficialmente.

- Que oportuno. - comentó Ale.

(...)

Habíamos conseguido salir de las alcantarillas en tiempo récord, sin que ninguna otra persona de la Liga nos descubriera.

- Bien. - comenzó Selena - ¿Y ahora qué?

- Emm... - ni siquiera lo había pensado.

- ¡Allison!

Los chicos se encontraban ya fuera del instituto, sorprendidos al ver a las chicas con nosotros.
Zach corrió hacia mí y me abrazó fuertemente, dejándome inmovilizada.

- Hola. - saludé con una risita.

El momento se estropeó por una gran sacudida bajo nuestros pies. Las alcantarillas.

Todos se quedaron en silencio, analizando el pequeño terremoto.
Y cuando creíamos que todo había acabado, una explosión hizo volar por los aires la tapa de la alcantarilla.

Los robots habían venido a destruirnos.

- ¿Qué cojones...?

Nash no pudo terminar de formular su pregunta cuando los robots comenzaron a disparar con las metralletas pegadas a sus brazos.

- ¡Al suelo! - ordenó Chris agachándose.

Todos se agacharon al instante y buscaron refugio detrás de árboles, o coches.

Yo estaba pegada a Zach, tras una furgoneta roja.

- ¿Qué mierda es eso? - exclamó asustado.

- Robots. - dije con la respiración agitada - La Liga es demasiado cobarde coma para enfrentarnos cara a cara.

- Estoy cansado de esto. - comentó en un susurro - Guerras y problemas por todos lados. ¿No pueden dejarnos ser felices y ya? ¿Por qué los humanos pueden seguir viviendo y nosotros tenemos que luchar? ¡Solo somos adolescentes!

- Bien hablado.

¿Quién...?

La puerta de la furgoneta se abrió de repente y alguien nos metió dentro.

- ¿Qué...?

Comencé pero aquel chico me calló.

- Soy Shawn Mendes. - se presentó dejándome de piedra. ¿Tiene algo que ver con Ale? - Y no, no soy un Poderoso. Soy humano, pero os apoyo y creo que debería ayudaros.

Zach y yo no hablamos. ¿Qué decir?
No sabía que tenía Shawn pensado para ayudarnos.

- ¿Os llamáis...? - cuestionó al no recibir alguna reacción de nuestra parte.

- Allison.

- Zach.

- Bien. - exclamó - Zach, Allison, todo esto ha sido un caos para los humanos mientras vosotros os escondíais. Nos obligaban a estar en contra de ustedes, y, en el instituto dejaron de dar clase para enseñarnos a usar armas. ¡Era de locos! Por lo que escapé y bueno, creé un plan para derrotarlos. - nos miró por varios segundos antes de continuar - Hay que poner a todos los humanos en contra de la Liga. - contó - No creo que quieran destruir a toda la población. Si los humanos se nos unen, seremos demasiados para ellos, y podremos meterlos en la cárcel, matarlos o lo que vosotros queráis. - sonrió - ¿Qué decís?

- Es un buen plan. - accedí - ¿Pero como haremos eso?

- Déjame eso a mí. - me dió una especie de armatoste - Ahora, salir allí y comenzar a matar robots.

Este chico me caía bien.

Zach y yo asentimos antes de salir de la furgoneta.
Cuando ya estuvimos fuera, el vehículo arrancó y salió disparado por toda la carretera.

Esperaba que ese chico supiera lo que hacía.

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