44 F I N A L
Podía aceptar que tenía miedo.
Los robots seguían disparando contra nosotros y yo no sabía para que servía la máquina que me había dado Shawn.
- ¿Qué se supone que debemos hacer con esto? - gritó Zach debido al ruido que producían los disparos.
- No tengo ni idea. - dije y comencé a girar el aparato intentando encontrar un interruptor, botón, palanca... ¡Algo!
Había un profundo agujero en la parte lateral del aparato y por lo que pude observar, dentro había un botón rojo.
- Lo encontré. - exclamé provocando que Zach me mirara expectante.
Apunté el aparato por la parte posterior del botón hacia los robots.
- ¿Tienes un palo? - pregunté a Zach sin dejar de mirar a los robots.
- ¡¿Qué?! No, no tengo un palo. - parecía desconcertado - ¿Para qué lo quieres?
- Lo necesito para tocar el botón. - expliqué con rapidez - ¿Tienes otra cosa?
- Emm... Sí, espera. - desplegó sus alas y arrancó una de sus plumas - Toma.
- Gracias. - susurré cogiendo la pluma y metiéndola en el agujero.
El botón se presionó y del aparato salió una gran bola de luz que se estrelló contra los robots.
Me di cuenta de que era una red eléctrica y sonreí. Había atrapado a todos los robots y éstos ya no se movían. Estaban quemados.
Los chicos me miraron asombrados y yo solo pude sonreír tímidamente.
Oí la risa triunfante de Zach a mí lado y cuando me giré a verlo ya tenía sus labios pegados a los míos.
Aplausos y gritos de alegría se podían oír mientras los dos nos besábamos.
Una punzada dolorosa en mi brazo me hizo separarme de los labios de Zach y caer lentamente al suelo.
Un disparo.
- ¡Allison! - oí como gritaba él y se agachaba para poder cogerme en brazos.
- ¡Rendiros!
Giré mi cabeza hacia aquella voz grave y lo pude ver. Peter Malik.
- Mierda. - mascullé sintiendo el dolor expandiéndose por los músculos de mi brazo.
Zach salió volando de allí con rapidez mientras los demás se volvían a esconder.
Detrás de Peter había todo un ejército.
Cerré los ojos con fuerza, la herida comenzaba a cerrarse y la bala todavía no había salido.
Dolía demasiado.
- Lo siento. - dijo Zach, y antes de saber a qué se refería, metió dos de sus dedos en la herida para volverla a abrir.
Gruñí con fuerza clavando mis uñas en sus brazos.
Aterrizó en el jardín trasero de una casa y me dejó en el césped artificial con cuidado.
- Necesito unas pinzas. - dijo para sí mismo moviéndose de un lado a otro. - Y agua, y alcohol, y una venda...
- Déjalo Zach. - le corté - Solo ve a ayudarlos y ya. Yo me quedaré aquí.
- ¿¡Estás loca?! - exclamó - Podrías destrozarte el brazo si no te saco la bala.
- Pero no hay tiempo...
- No te voy a dejar aquí Allison. - dijo firme.
Suspiré cansada mientras cerraba los ojos. La herida me ardía.
Zach volvió a meter sus dedos dentro de ella y la abrió más.
Grité de dolor y dejé caer algunas lágrimas por mis mejillas.
- Lo siento mucho. - susurró antes de besar mi frente.
El sonido de una puerta abriéndose nos sobresaltó.
La puerta del jardín se había abierto, dejándonos ver a una señora asomarse con su hija detrás.
Se notaba miedo en sus ojos.
- Deberíamos irnos. - le susurré a Zach - Estamos en una propiedad privada.
- ¿Enserio?¿ahora te preocupa eso? - preguntó molesto - Te estás desangrando.
Rodé los ojos y volví a mirar a la mujer. La niña se adelantó algunos pasos con su madre detrás. Tendría alrededor de 7 años y llevaba un pequeño peluche en la mano.
- ¿Se encuentra bien señorita? - me preguntó la niña.
- Emm... Sí, sí, no te preocupes. - mentí.
- ¿Necesitáis algo? - preguntó ahora la mujer.
- Sí por favor. - dijo Zach - ¿Tiene un kit de auxilios?
Ella asintió y se fue corriendo hacia la casa, dejando que la niña se acercará más a nosotros.
Había visto las alas de Zach, y desde entonces no les había quitado el ojo.
- ¿Sois Poderosos? - preguntó curiosa.
- Exacto. - intenté sonreír.
Sus ojos se iluminaron ante mi respuesta.
- ¿De qué parte estáis? - preguntó de nuevo - ¿De los buenos o de los malos?
- De los buenos por supuesto. - contestó Zach divertido - ¿Y tú?
- Yo del de ustedes. - sonrió y por fin pudo llegar a nuestro lado.
Estiró su pequeña manita hacia las alas de Zach y las acarició.
- ¿Eres un ángel? - preguntó de repente.
Yo sonreí enternecida por aquella pregunta y por la expresión que se le quedó a Zach.
- Sí, sí lo es. - contesté por él.
Zach se sonrojó con una gran sonrisa.
La mujer llegó a nuestro lado y se arrodilló frente a mí.
- ¿Qué hay que hacer?
- Sacar la bala. - dijo Zach con semblante serio.
- Yo lo hago. - se ofreció - Estudié medicina por 6 años.
Zach asintió, agarró la mano de la niña y se alejó de nosotros. No quería que la pequeña observara la operación.
- ¿Cuántos años tenéis? - preguntó ella mientras lavaba mi herida.
- 18. - dije cerrando los ojos.
Seguía teniendo la apariencia de 17 por la inmortalidad, pero acababa de cumplir 18. No dije la verdadera edad de Zach. No quería asustarla.
- Sois demasiado jóvenes para estar en esta guerra. - comentó sacando la bala de un tirón y dejándome sin aire.
- Son ellos los que nos metieron en esto. - nos defendí - No creas que estamos aquí por gusto.
No dijo nada más. Limpió de nuevo la herida y vendó mi brazo.
- ¿Qué podemos hacer por vosotros? - preguntó mirándome a los ojos.
- Quedaros en casa. - contesté levantándome del suelo - Es demasiado peligroso estar fuera.
Zach se posicionó a mi lado y agarró mi mano buena.
- Muchas gracias. - comentó con una pequeña sonrisa.
La mujer asintió y nos dejó ir.
- ¡Adiós señorita! - se despidió la niña - ¡Adiós ángel!
Reí un poco mientras Zach se volvía a sonrojar.
Cuando volvimos a la zona de combate, los disparos seguían sin cesar.
Visualicé a los chicos detrás de algunos coches volcados.
- ¡Tregua! - gritó Peter y me miró con una sonrisa malvada.
Zach me aferró más a él mientras aterrizaba en el suelo.
- Allison Sangster. - hizo una estúpida reverencia irónica - ¿Qué tal estás?
- Para esto. - demandé - No os hemos hecho nada, para esto y volvamos a la normalidad.
- ¿No nos habéis hecho nada? - rió con amargura - Mataste a mí familia, y ahora vais a pagar por ello.
Un gran tanque militar se hizo pasó entre la gente. Tragué saliva.
- N-no los maté. - dije balbuceando - Fue todo tu culpa. Tú querías matarme a mí, yo solo me defendí.
Su mandíbula se tensó.
La había cagado.
El tanque se colocó enfrente mía y me apuntó en la cabeza.
Zach intentaba ponerse delante de mí, pero le detuve.
- ¡Yo solo quería librar al mundo de gente como ustedes! ¡Monstruos! - gritó con furia.
- No todos los monstruos hacen cosas monstruosas. - susurré con una sonrisa triunfante y alcé mi cabeza demostrando que no tenía miedo.
Todos los chicos, tanto Poderosos como Sobrenaturales, se colocaron a mí lado, enfrente del cañón y del ejército que nos apuntaba con armas.
- Matarlos. - ordenó Peter.
La furgoneta de Shawn llegó a nuestro lado con rapidez, y el susodicho se bajó de allí con una sonrisa.
Parecía que no se había dado cuenta de que más de cincuenta personas nos apuntaban con metralletas.
- ¿Shawn? - preguntó Ale sorprendida.
Él solo la sonrió guiñándole un ojo, a lo que Daniel gruñó.
Shawn silbó con fuerza por un micrófono y personas comenzaron a salir de sus casas para unirse a nosotros.
- ¿Cómo...? - cuestioné cuando él llegó a nuestro lado.
- Les conté vuestra historia y usé tu grabación. - dijo simple y pulso un botón de la grabadora.
- Estoy cansado de esto. Guerras y luchas por todos lados. ¿No pueden dejarnos ser felices y ya? ¿Por qué los humanos pueden seguir viviendo y nosotros tenemos que luchar? ¡Solo somos adolescentes!
Sonreí al oír la voz de Zach y abracé a Shawn.
Más de 60 personas se pusieron a nuestras espaldas, defendiendo nuestra posición.
Pude ver a la mujer y la niña de antes, las cuales me saludaron con una sonrisa.
Pero, Peter no cambió de expresión.
- ¡Matarlos! - ordenó de nuevo.
Los soldados no hicieron caso. Se miraban unos a otros dudando.
- Pero señor... - comenzó uno - Solo son niños, y la otra mitad son humanos.
- ¡Me da igual! ¡Matarlos!
Los soldados se volvieron a mirar entre sí, tiraron las armas al suelo y se unieron a nosotros.
Sonreí como nunca antes y apreté fuerte la mano de Zach.
- ¡Idiotas! - gritó Peter con ira en los ojos - ¡Nos van a matar a todos!
- ¡Cállate! - ordenó Ale divertida.
Todos comenzaron a reír y a gritar eufóricos.
Yo me tiré a los brazos de Zach riendo de felicidad y él no dudó en darme vueltas mientras reía.
Habíamos ganado la guerra.
Mientras nos abrazamos pude oír algo.
La voz de Peter diciendo: "si no lo hacen ellos, lo haré yo" y el sonido de sus pasos mientras subía al tanque.
Me separé de Zach lo antes posible y, no sé cómo, me elevé en el aire, justo delante de su trayectoria de disparo.
Él sonrió con malicia y solo disparó.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top