41
Me revolvía en la cama sin poder conciliar el sueño.
Miré el reloj. Las 6 y media.
Mierda.
Faltaban dos horas para salir del pueblo y no había dormido nada en toda la noche.
¡Maldita sea! Le necesitaba.
Solté un leve gruñido y me cubrí la cabeza con las sábanas.
Oí como Marie gemía por el ruido que yo hacía y maldije por mis adentros.
Salí de la cama con cuidado de no hacer más ruido y me fui de la casa sigilosamente.
El ambiente era fresco y tuve que rodearme los brazos para darme algo más de calor.
El sol todavía no había salido, pero el cielo se veía anaranjado.
Todo estaba en silencio y eso terminó relajándome.
Me senté en el bordillo de la acera, frente a un pequeño parque.
Los columpios se movían con el viento y hacían un ruido chirriante.
- Hey.
No me giré. Sabía perfectamente que era él.
Se sentó a mí lado.
- Hola. - saludé de igual manera.
- ¿No podías dormir? - preguntó sin despegar su mirada del frente.
- Nop. - le miré - ¿Y tú?
- Igual. - dijo en un suspiro cansado y por fin me miró - Sobre lo de antes...
- No quiero sacar ahora el tema Zach. - volví mi mirada al frente - Solo... Déjalo.
- No quiero dejarlo, más bien... no puedo. - agarró mi mano - Tienes que entender que solo quiero protegerte.
- ¿Protegerme? - reí secamente - ¿De quién? ¿De mí familia?
- Como ya te he dicho muchas veces; la familia no se traiciona.
- Sí, tienes razón, no se traiciona, pero ellos no lo hicieron. - dije seria - Solo pensaron lo mejor y, aunque no hubiera sido lo más indicado, después se arrepintieron. La familia también comete errores Zach, deberías saberlo.
Suspiró pesadamente, sin quitar sus ojos de mí.
- Tienes razón. - aceptó - Soy un estúpido. - miró a otro lado. - Yo no tengo familia y... No mereces que te aleje de la tuya.
- Sí que tienes familia Zach. - sonreí y giré su cabeza hacia mí. - Tienes a los chicos, a Chris, a Ale... Y a mí.
Sonrió y miró nuestras manos entrelazadas.
- Te amo Allison, y no voy a dejar de amarte nunca. - besó mis nudillos -Nunca.
Sonreí como completa boba y le abracé con todas mis fuerzas.
- Yo también te amo. - dije en su hombro. Me separé un poco y le mostré el colgante de mí cuello - Recuerda, tus alas siempre encuentran el camino a mí corazón.
Él sonrió aún más grande al ver la joya y me volvió a atrapar de nuevo en sus brazos, pero esta vez con un dulce beso de por medio.
Pero eso no duró mucho tiempo, por mala fortuna.
El sonido de disparos en la distancia nos hizo separarnos.
- ¿Qué ha sido eso? - susurré con miedo.
- No sé, pero no parece nada bueno. - se levantó del suelo y me colocó detrás de él - No te muevas de mí lado.
- Se cuidarme sola, Zach. - repliqué rodando los ojos.
- No es momento para pelear. - gruñó - Solo quédate atrás. Por favor.
Asentí con un suspiro y agarré su mano.
Andamos poco a poco hasta donde habían sonado los disparos.
Había una persona en el suelo, y se podía ver la sangre.
- Quédate aquí. - ordenó y fue a mirar el cuerpo - Es Connor. - anunció y le volvió a mirar. - Está vivo.
Me acerqué a ellos y observé a Connor. Tenía los ojos abiertos con una mueca de dolor. Le habían disparado en el brazo.
- L-las chicas. - dijo.
- ¿Qué? - preguntó Zach mientras yo corría hacia la casa de las chicas.
- ¡Chicas! - mi voz retumbó en las paredes, pero nadie contestó.
Subí las escaleras corriendo y revisé los cuartos. Nada.
Nadie estaba allí.
Volví con Zach y todos los chicos ya estaban fuera aturdidos por los disparos.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Calum aturdido.
- Hemos oído disparos. - siguió Jonah.
- Las chicas no están. - informé.
- ¿Qué? - exclamó Chris aterrado - ¿A qué te refieres?
- A que no están. - dije obvia - Se han esfumado. Ni Selena, ni Ale, ni Marie, ni nadie. No están.
- Connor. - lo llamó Zach - ¿Tú viste algo?
- Sí. - afirmó e intentó ponerse de pie con una mueca de dolor - Me desperté por el ruido de un motor, y cuando salí, vi como unos tíos metían a las chicas en una furgoneta. Cuando me vieron dispararon y se fueron pitando.
- ¿Qué vamos a hacer? - pregunté desesperada.
Y como por arte de magia, el móvil de Chris sonó, indicando un nuevo mensaje.
- Tenemos a las chicas, pero nos falta la que queremos. Entregar a Allison Sangster o las demás morirán. - leyó en voz alta.
Todas las miradas cayeron sobre mí y tragué duro.
La guerra acababa de empezar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top