El camino hacia aquella ciudad era silencioso.

Al menos para mí y Zach.
Los demás hablaban animadamente pese la os acontecimientos que habían ocurrido tres horas atrás.

- Descansemos. - propuso Ale y todo el grupo paró.

Me senté en una gran roca y solté un gran suspiró. Estaba algo cansada.

Zach se sentó a mí lado. Callado.

Ahora mismo querría saber que estaba pensando.

- Tenía otro hermano pequeño también. - susurró y le miré atentamente.

- ¿De qué hablas? - pregunté algo confusa.

- Me preguntaste si quería hablar de mi hermana, y sí, sí que quiero. - tenía la cabeza gacha, pero me miraba a los ojos.

Asentí con lentitud y me giré totalmente hacía él, apoyando mis codos en mis muslos y sujetando mi cabeza mientras le miraba interesada.

Él rió cortante ante mi posición, lo que me produjo una sonrisa.

- Reese y Ryan eran mis hermanos pequeños. En esa época una gran guerra azotaba América con fuerza y, a mis 15 años, tuve que alistarme en el ejército. Ya tenía alas y podía hacerme invisible, por lo que pensé en escapar, pero eso sólo estropearía más las cosas, y no quería dejar a mi familia sola.

>>Mi padre había muerto en la guerra, y sentía que debía ser yo el que se encargará de todo, ya que mi madre estaba devastada. - suspiró - Pero cuando tuve que alistarme... Les dejé solos, sin nadie que les cuidara.
Estuve dos años luchando, hasta que todo terminó y pude volver a casa.

>>Todo había cambiado. Mi madre había muerto por leucemia y mi hermano Ryan, a los 13 años, tuvo que convertirse en el hombre de la casa y cuidar solo a mi hermana. Intenté que todo volviera a la normalidad y justo cuando lo conseguí... El poder de regeneración se desarrolló en mí.

>>Los años pasaban y yo no envejecía, pero ellos sí. Se graduaron en la universidad, trabajaron, se casaron, tuvieron hijos y envejecieron con una familia, mientras yo... Yo seguía igual, no tenía nada.

>>Murieron y yo me quedé solo. - sus ojos brillaban por las lágrimas que se iban acumulando y me miró tristemente - Intenté suicidarme varías veces. No quería vivir una vida sin nadie a quien poder amar. Quería enamorarme de alguien, para poder traspasarle el poder de regeneración y no estar solo. Ninguna me llamaba la atención. Solo les gustaba mi apariencia normal, cuando sacaba las alas o me hacía invisible... Salían corriendo. No querían cargar con ningún tipo raro o anormal. - agarré su mano para calmarle y comencé a acariciar sus nudillos con mi dedo pulgar.

>>Entonces Chris me llamó un día con un gran problema. Él y yo nos hicimos amigos cuando la tragedia de Cameron se difundió por la zona. Necesitaba ayuda con dos hermanos que habían nacido con demasiados poderes. - sonreí de lado - Entonces, cuando te conocí, me di cuenta de que ya tenía una nueva razón por la que vivir. Eras la niña más guapa, amable y tierna que había conocido. Me recordabas a mi hermana. - sonrió con tristeza y me miró - Gracias Allison, sin tí no tendría una razón para seguir con vida.

Sonreí con tristeza y le di un gran abrazo.

El sonido de una rama rompiéndose nos hizo separarnos de inmediato.

- Viene alguien. - avisó Ale y todos nos colocamos detrás de ella.

Se oían pasos rápidos hacia nuestra dirección. Alguien corría hacia nosotros.

- Quietos. - ordenó ella - Yo me encargo.

Cuando la sombra del individuo se divisó entre los árboles, Ale corrió hacia él y se tiró encima suya.

- ¡Auch! - esa voz... - ¡Cuidado!

Di unos pocos pasos hasta ellos para comprobar mi teoría.

- ¿Quién eres? - gruñó Ale con furia.

- Daniel. - contestó Zach cruzando los brazos y posicionándose a mi lado.

- ¿Quién? - ella nos miró confusa.

- Es... Es mi hermano. - informé en un suspiro.

- Oh... - Ale se volvió hacia él y sonrió forzadamente - Encantada.